las hayas de Zuriza, el azul guaraní de las orquídeas,
los rinocerontes, que son como carros de combate,
los flamencos como claves de sol de la corriente,
las avispas, esos tigres condensados,
las fresas vagabundas, los farallones de Maine, el Annapurna,
las cataratas del Niágara con su pose de rubia platino,
los edelweiss prohibidos de Ordesa, las hormigas minuciosas,
la Vía Láctea y los ruyseñores conplidos.
Os dejo las autopistas
que exhalan el verano en la hora despoblada de la siesta,
el Cántico espiritual, los goles de Pelé,
la catedral de Chartres y los trigos ojivales,
los aleluya de oro de los Uffizi,
el Taj Mahal temblando en un estanque,
los autobuses que se bambolean en Sao Paulo y en Mombasa
con racimos de negros y animales felices.
Todo para vosotros, hijos míos.
Suerte de haber tenido un padre rico.
De Curso superior de ignorancia, 1987
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10 comentarios:
El legado que supo atesorar. Millonario poeta d'Ors, no?
Como millonarios somos todos si sabemos verlo. A ver qué les dejamos a los que vengan, que esa es otra.
Eso, Juan. Saber ser.
Y dejarles también honestidad. Eso me dejaron y eso quiero traspasar. "Cosas" como esas cambiarán al mundo que les dejaremos a los que vendrán.
Qué tío (con todos los respetos:), es que además de ser un poeta como la copa de un pino, tiene sabiduría, sensibilidad y una ironía (qué final) que sabe dar donde hay que dar.
Lo que no había oído nunca son los "ruyseñores conplidos", ¿a qué se refiere?
Pues la verdad es que no lo sé. Lo estuve buscando, pero no encontré nada.
Suena medieval.
Sí, pero ¿de dónde viene? Tarea.
Pero lo buscaremos nosotros, eh, sin contratar a nadie:)
Igual que muchos me llamo la atención la frase Ruyseñores conplido.
Espero dejar en este mundo grandes riquezas que realmente valgan mi existencia
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