EL SAMURAI
En el hacer del pensamiento,
la velocidad consiste en detenerse.
Un guerrero de la irrealidad
se engrandece en su propio pasado.
Soñar con un león que ataca
es parte del valor.
Abandonar el sueño y no luchar
es un legado de nuestra
futura derrota.
Hinca rodillas en la tierra,
saluda a las millones de especies
que rodean tu espada.
Es algo serio ser Samuray.
Si de lastimar hablamos,
el ser humano
es el único que merece el daño.
LA SENDA
El camino de un hombre
es extraño y persistente.
Si apresura el paso y luego corre:
árboles, personas y animales
quedan atrás vertiginosamente.
Darse cuenta que sin aliento
todo resulta opresivo,
es parte de la sabiduría.
Los seres humanos
-sin excepción-
se detienen algún día
para mirar la arena que cae en el reloj
y observar de reojo
cuán lejos han llegado.
Una casa invisible
-incluso aguzando la mirada-
es imposible de ver.
Tras una vida intensa,
sentarse a descansar es placentero;
pero más agradable
es echarse a dormir profundo
bajo el árbol que te vio crecer.
El camino de un hombre
es extraño y persistente.
Sólo el rumor de los poblados determina su camino,
incluso determina el lugar donde morir.
Fundar un hogar
-en la casa invisible de esta vida-
es tarea de elegidos.
La poesía
es una aldea
que sigue imperturbable.
EL FIN
A la manera de Pound
Conversar con los mediocres no es prudente
dicen los ancianos por la tierra;
son tristes palabras en la boca
ni cien caballos pueden alcanzar a la lengua
y sin honor los hombres caen en la servidumbre
La grandeza de un maestro se hace clara
al no preocuparse por ser un desconocido,
sino por hacer algo digno de conocerse.
El hombre debe sostenerse a sí mismo,
volver a los ritos, escuchar las voces ancestrales.
El eje inconmovible es éste:
poner los ojos en la mente
y de ahí actuar.
LA IMAGEN
Repetir una expresión.
En silencio
escuchar
como el sonido
pierde fuerza.
En vigilia
esperar
que vuelva
a pronunciarse.
LA SENTENCIA
La
poesía
como
el
universo
está
en
expansión.
Construir
memoria
es
tarea
de
los
hombres.
dicen los ancianos por la tierra;
son tristes palabras en la boca
ni cien caballos pueden alcanzar a la lengua
y sin honor los hombres caen en la servidumbre
La grandeza de un maestro se hace clara
al no preocuparse por ser un desconocido,
sino por hacer algo digno de conocerse.
El hombre debe sostenerse a sí mismo,
volver a los ritos, escuchar las voces ancestrales.
El eje inconmovible es éste:
poner los ojos en la mente
y de ahí actuar.
LA IMAGEN
Repetir una expresión.
En silencio
escuchar
como el sonido
pierde fuerza.
En vigilia
esperar
que vuelva
a pronunciarse.
LA SENTENCIA
La
poesía
como
el
universo
está
en
expansión.
Construir
memoria
es
tarea
de
los
hombres.