Chet Baker - Like Someone In Love

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sábado, 19 de marzo de 2016

I love Cristina Peri Rossi / Fragmento de Julio Cortázar y Cris - Cristina Peri Rossi - Uruguay


I love Cristina Peri Rossi

En el portal de Amazon
aparece mi nombre

al lado de Michael Jackson
Madonna y George Clooney

venden camisetas en tres tallas
(pequeña mediana mayor)
para hombres mujeres niños
o niñas

las camisetas blancas
tienen una inscripción
en letras rojas: I love Michael Jackson
I love Madonna
I love George Clooney
I love Cristina Peri Rossi
mi nombre es más largo
ocupa más espacio

Me pregunto quién habrá tenido
la alocada idea de quererme en camisetas
de Amazon

Sólo me gusta el No llores por mí Argentina
de Madonna
y detesto a George Clooney
(Michael Jackson me da un poco de lástima
tuvo una infancia difícil, como yo)

Al otro día las camisetas siguen allí
en el portal
a quién se le habrá ocurrido
que me ama tanta gente

como no me lo termino de creer
compro un par de camisetas I love
Cristina Peri Rossi

-a ver si haces un poco de dinero-
dice mi amiga -que la literatura
no da para comer
parece que puede dar para vestirse un poco
pienso

A los quince días llegan por correo
las camisetas I love Cristina Peri Rossi

dos por cincuenta dólares más diez de envío
Pienso que amarme no es tan caro
podría ser mucho peor

Mi abogado dice que es inútil poner una demanda
Amazon no contesta
tiene una respuesta robot para todos igual

no sé a quién regalarle las camisetas

A mí, mi amor me queda grande.
____________________

Fragmento de Julio Cortázar y Cris

Tomé el tren en la estación de Francia, en Barcelona. Era invierno, un duro invierno en toda Europa. "Te espero en la gare de Austerlitz", me dijiste por teléfono. Yo nunca había visto la nieve. Gasté el último dinero que me quedaba en comprarme botas altas y un gorro de piel, porque siempre andaba resfriada, a punto de contraer alguna infección maligna (te dije que había tenido tuberculosis, de pequeña, y me contestaste que la vocación literaria me venía de ahí). Acababa de perder un gran amor, además de haber perdido la revolución, mi casa, mi familia, mis libros, mis alumnos, mi ciudad y mi pasado, de ser "innombrable" en Uruguay (a no quejarse: yo solo perdí mi nombre, otros perdieron la vida). Pero el exilio me acababa de regalar algo con lo que no había soñado: el encuentro con Julio Cortázar, en la gare de Austerlitz. No me gusta viajar, me gustan las personas.

Sólo viajo para ver a alguien, y en este caso, París era sólo un telón de fondo.

Cuando llegué, lo divisé, altísimo, flaco, desgarbado, con una leve barba que le cubría las mejillas y los ojos más celestes y acuosos que había visto en mi vida. Un nombre me vino a la cabeza: Papaíto piernas largas. Era el título de una novela de Jean Webster que había leído en mi infancia.

(Tiempo después, con mucha cautela, se lo pregunté: "¿Vos leíste Papaíto piernas largas?". Con infinita paciencia, me contestó: "Sí, Cristina, lo leí, en la colección Robin Hood, de tapas amarillas. Pero a mí me gustaría ser otra cosa, no tu papá". "Lo digo por las piernas", me defendí. "Te equivocás, Cristina, no son piernas: son zancos.")

lunes, 8 de febrero de 2016

Gotán - Cristina Peri Rossi - Uruguay-España


Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.

No, nadie te esperó, nunca.
No te esperaron los árboles
que habías plantado
ni la estatua del indio herido
en bronce enmohecido
no te esperó tu tía abuela
que murió llamándote
ni la silla de mimbre que vendieron,
ni la calle
que cambió de nombre
el mar no espera nunca
y en su ir y venir
no hay Arrabal amargo
no hay Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver

No está Oswaldo Soriano con su gato
recogido en la rue
que maullaba en francés

ni la dulce francesita que te salvó de los flics
una noche de invierno, en París

No está Raquel que vendía periódicos
y preservativos y sabía el nombre de los árboles
aun de los más viejos

No adivino el parpadeo de las luces
que a lo lejos van marcando mi retorno

No hay retorno:
el espacio cambia
el tiempo vuela
todo gira en el círculo infinito
del sinsentido atroz

No quiero volver con las sienes marchitas
las nieves del tiempo platearon mi sien

No quiero un arrabal amargo metido en mi vida
como una condena de una maldición
ni que tus horas sombrías torturen mis sueños

No quiero que el camarero del Sorocabana
me pregunte, treinta años después:
"¿Un capuchino, como siempre?"
Siempre no existe,
Gardel murió
y la tana Rinaldi también emigró.
Quiero otra luz, otro mar,
otras voces, otras miradas
romper este pacto de nostalgia
que nos ata, como una condena de una maldición
y no volver a soñar con el barco que atraviesa una mar
oscura para devolverme a la ciudad donde nací.
No hay Volver
no hay arrabal
Sólo la soledad es igual a sí misma.
Arrabal amargo (C. Gardel - A. Le Pera) - Carlos Gardel 
De la película Tango Bar (John Reinhardt), 1935

Volver (C. Gardel - A. Le Pera) - Carlos Gardel, 1935

viernes, 4 de diciembre de 2015

El mártir - Cristina Peri Rossi - Uruguay-España


    En la última sesión de nuestro comité, celebrada el veintidós de junio pasado con asistencia de todos los miembros, a excepción del número ciento cincuenta y ocho, afectado por una fuerte gripe, y del número doscientos treinta y uno, ausente por duelo, analizamos detalladamente el primer punto del orden del día, denominado: "La situación actual de nuestro movimiento y la correlación de fuerzas con el enemigo". Por tratarse de un tema tan complejo y de tan amplia repercusión sobre el futuro, constituyó el único punto y a él dedicamos toda nuestra atención.

    El primer informe leído y aprobado por unanimidad fue obra de uno de los antiguos miembros de este comité y venerable fundador del movimiento. Destacó el alto grado de fidelidad de nuestros afiliados, su abnegada dedicación a la lucha, el noble espíritu de sacrificio que inspira la mayoría de sus actos, la generosidad de sus conductas y la solidez de sus principios, la fe en el futuro y en el triunfo definitivo de nuestra causa, acerca del cual ninguna duda cabe. Sin embargo, el informe reconocía que no alcanza con la confianza en la victoria final, pues ésta se logrará sólo si perseveramos en el esfuerzo y en el noble espíritu de sacrificio de cada uno de nuestros militantes. Este párrafo del discurso fue recibido con una gran ovación. El informe prosiguió destacando que el camino hasta la meta era largo, pero ya se divisaba la luz que iluminaba el final. De inmediato, el informe pasó a considerar la situación actual de nuestro movimiento y la correlación de fuerzas con el enemigo.

    Es cierto que en los últimos tiempos hemos alcanzado grandes éxitos. Nuestro movimiento ha avanzado, lenta pero firmemente, hasta constituirse en una fuerza sólida y prestigiosa. Los altibajos en la lucha deben considerarse sólo como etapas del largo proceso que hemos iniciado y cuya culminación no está lejos. Pero debemos realizar todavía nuevos esfuerzos antes del éxito final.

    Nuestros enemigos son muchos, como sabemos, y poderosos. A veces están enmascarados, o se ocultan en las sombras. Pero no desistiremos hasta derrotarlos. Este párrafo también fue festejado con una gran ovación. De inmediato, el informe analizó la capacidad ofensiva de nuestros enemigos. A pesar de los éxitos alcanzados en los últimos tiempos, es necesario reconocer que la correlación de fuerzas todavía no nos favorece. Hemos de luchar más aún y concentrar nuestros esfuerzos en alcanzar una correlación favorable, a partir de la cual podamos enfrentarnos al enemigo desde una posición superior. Para ello, necesitamos dar un gran paso. Este paso, imprescindible para modificar la actual situación, nos abrirá las puertas a una nueva etapa, desde la cual la meta final brillará con todo su esplendor. Se trata, pues, de acelerar el proceso que nos conducirá hasta el gran triunfo final. Pero, ¿cuál será ese salto que nos permita pasar a otra etapa, sin desaprovechar toda le experiencia acumulada y los logros anteriores?

    Debemos confesar que la pregunta no tenía una contestación inmediata y segura. Nuestros queridos militantes dedicaron todo su esfuerzo a diseñar la estrategia de esta fase, diferente a la anterior y que exigía toda su concentración.

    Después de un análisis minucioso y exhaustivo de la situación actual, de nuestras últimas luchas, de la capacidad de respuesta del enemigo, de la historia de nuestro glorioso movimiento y de las espectativas de futuro, llegamos a la conclusión, unánimemente, de que necesitábamos un mártir. La conclusión tardó en aparecer, pero una vez deducida, nos iluminó a todos con su claridad. En esta etapa de nuestra lucha, necesitamos un mártir. Un mártir tendrá la virtud de desequilibrar la correlación de fuerzas con nuestro enemigo, renovando las fuerzas, concentrando las energías dispersas y haciendo avanzar rápidamente nuestro objetivo. Un mártir proporcionará un símbolo nuevo a la causa y emocionará a los espíritus más jóvenes, que necesitan estímulos fuertes. Un mártir teñirá nuestra causa de un vigor renovado, alentará a los más débiles e inflamará de pasión a los ya iniciados.

    Luego de algunos debates acerca de la oportunidad del mártir, sus características y el momento adecuado para su elección, el proyecto fue aprobado por unanimidad. De inmediato, nos entregamos a la dura tarea de elegir al mártir. Pensamos que lo más oportuno era decidir aquellas características que debería tener nuestro mártir para que su acción fuera más eficaz. Sabemos por experiencia que los mártires espontáneos causan menos efecto que los idóneos, ya que suelen cometer errores que debilitan su sacrificio. Hay mártires de nombre imposible de pronunciar por el pueblo llano, y esto los hace caer muy pronto en el olvido. Decidimos, pues, que nuestro mártir debía tener un nombre sin diptongos complicados, sin letras mudas ni consonantes dobles. Para ello, estudiamos minuciosamente la lista de nuestros afiliados y descartamos a todos aquellos que tenían nombres eslavos, sajones, etc. Sabemos por experiencia que los mártires deben tener determinada edad, no cualquiera, para que su acción sea más positiva. Desgraciadamente, entre los mártires espontáneos hemos tenido muchas veces a hombres maduros, mujeres ancianas y niños de pecho: su sacrificio, con ser noble, rindió poco afecto a la causa, porque nadie se compadece de un hombre de mediana edad, en esa época incierta de la vida en que ya no asombran por su juventud ni pueden gozar de los privilegios de una vejez célebre. Y los niños de pecho, aunque son muy apropiados para suscitar la piedad de todo el mundo, no tienen las ideas suficientemente claras como para alumbrar con su ejemplo a los indecisos. Descartamos, pues, a los hombres maduros, a las mujeres ancianas y a los niños de pecho. Nos pareció adecuado que nuestro mártir tuviera una edad comprendida entre los veinticinco y los treinta años, cuando ya no es tan sensible a los entusiasmos de la primera juventud ni cumplió la edad de Cristo, considerada por nuestra asamblea como el límite del buen gusto entre los mártires. Otra cuestión que tuvimos en cuenta fue el sexo. Como la política es un quehacer masculino, nos pareció adecuado descartar a las mujeres, que si bien están en el santoral, en cambio no lucen tanto como mártires, ya que su solidez política suele dejar mucho que desear. En cuanto a la profesión, decidimos que no nos convenía un estudiante, juzgado habitualmente por la opinión pública como revoltoso, rebelde y díscolo, ni un simple obrero, tenido por huelguista: necesitábamos un empleado, profesión bien considerada y nada propensa a los desbordes emotivos o políticos. Después de todas estas consideraciones, como comprenderá, la lista iba disminuyendo de candidatos, y todos estábamos muy satisfechos. Por fin, analizamos la cuestión más difícil, es decir, el sacrificio. Pensamos que lo mejor sería que nuestro mártir fuera asesinado por la policía en el curso de una manifestación de carácter pacífico y celebrada con asistencia de todos nuestros militantes. Esto permitirá que el espectáculo sea filmado por las cámaras de televisión y luego difundido abundantemente por la prensa y la radio. La bala, de gran calibre y disparada con la precisión habitual de la policía, deberá entrar por la cabeza, sin orificio de salida.

    El informe fue aprobado por unanimidad, así como la decisión final, que contó con el caluroso aplauso de los asistentes.

    Esta carta tiene por objeto informarle que usted es el mártir elegido y que esperamos de su amor a la causa, su capacidad de sacrificio y su espíritu de lucha el cumplimiento fiel de la resolución de nuestro estimado comité.
De Cosmoagonías, 1988

Dedicado a todos los salvapatrias que en el mundo han sido y son, y a quienes aspiran a serlo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Cinco poemas para Cris - Julio Cortázar - Argentina


    Estos Cinco poemas para Cris son los primeros de una serie de quince dedicados a la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, por quien Cortázar sintió en su momento un gran amor. Un amor imposible, debido a las incompatibles inclinaciones sexuales de ambos, que sin embargo dio lugar a una amistad y a una complicidad indestructibles.
    En principio, Cortázar envió a Cristina los poemas por carta, y en julio de 1981, también por carta, le pidió permiso para publicarlos. Aparecieron pocos meses después del fallecimiento del escritor en el libro póstumo Salvo el crepúsculo (1984). Las referencias a Cristina eran bastante claras, pero entonces muy pocos sabían que se trataba de Cristina Peri Rossi.
   Nunca tuve una buena relación con esos poemas, aunque considero que son los mejores que escribió, dice Peri Rossi, que narra su amistad con Cortázar en Julio Cortázar y Cris (Editorial Cálamo, 2014).


Oh, I wish I had a river
I could skate away on-
Canción de JONI MITCHELL


... and I am melancholy because
I have not made more and
better verses.
W. B. YEATS, Autobiography
1.

Ya mucho más allá del mezzo
camin di nostra vita
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
sin espumas ni sábanas ni muslos.

Todo se cumple en un reflejo de crepúsculo
tu pelo tu perfume tu saliva.
Y allí del otro lado te poseo
mientras tú juegas con tu amiga
los juegos de la noche.


2.

En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los hubiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras.


3.

Sé muy bien lo que ganas
cuando te pierdes en el goce.
Porque es exactamente
lo que yo habría sentido.


4.

-----------------------------------------
La justa errata
habernos encontrado al final del día
en un paseo púbico.
-----------------------------------------


5.

(Me gustaría que creyeras
que esto es el irrisorio juego
de las compensaciones
con que consuelo esta distancia.
Sigue entonces danzando
en el espejo de otro cuerpo
después de haber sonreído
apenas
para mí).

River - Joni Mitchell
Sonido grabado en directo en el Royal Albert Hall de Londres en 1970
(Vídeo publicado en YouTube por 1MGhoney)

domingo, 7 de diciembre de 2014

Literatura y jazz/ 42 - Mujer de principios - Cristina Peri Rossi - Uruguay-España


He sido fiel al blues
de Sarah Vaughan,
al mar,
a la aspirina,
a Caspar David Friedrich,
a los nocturnos de Chopin
y a los diurnos de Van Gogh,
al cigarrillo,
a la máquina de escribir
y a la lectura del periódico.
Al mar
-no a la montaña-,
a la noche
antes que al día,
al invierno
antes que al verano,
al agua,
no al fuego,
a la química,
no a la geografía,
a la solidaridad
más que al sexo,
a la belleza,
siempre a la belleza.
He sido fiel a los perros,
a los osos,
a los dinosaurios
(nunca a las aves).
Tenderly (Walter Gross - Jack Lawrence) - Sarah Vaughan - Suecia, 1958
Ronnell Bright: piano
Richard Davis: contrabajo
Art Morgan: batería

jueves, 27 de noviembre de 2008

No quisiera que lloviera - Cristina Peri Rossi - Uruguay-España

Llueve en Bogotá - César ArroyoNo quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad
Quizá tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti
discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.

    A Cristina Peri Rossi le acaban de conceder el Premio Loewe de Poesía -un premio ya prestigioso, creado hace 21 años- por su poemario Play Station. Es la primera mujer que lo obtiene.

    Peri Rossi, feminista y batalladora de un sinfín de causas -la dictadura uruguaya le obligó a exiliarse en España desde 1974- ha dicho, con motivo de la concesión del premio: "Es un libro contra las apariencias, escrito poniéndome en el lugar de los perdedores" "El libro es muy audaz, pero, como he dicho en mi discurso de aceptación, también tiene que haber sido muy audaz el jurado que lo ha elegido".

    El audaz jurado que lo ha elegido estaba presidido por Víctor García de la Concha (aprovecho para dar las gracias a mi viejo profesor de Literatura) e integrado por Manuel Caballero Bonald, Luis Antonio de Villena, Jaime Siles, Antonio Colinas y Vicente Valero, ganador del 2007.

    Play Station está, por lo que describe su autora, en las antípodas de la corrección formal. En uno de los poemas cuenta "cómo algunos ayuntamientos blanquean dinero organizando recitales de poesía". En otro, Formar una familia, arremete con sarcasmo contra las convenciones de parentesco. Sus versos arrancan con una pega:

Aquella mujer me gustaba mucho
pero me
propuso que formáramos una familia.

    Y concluyen de esta forma:

¿Tú qué
haces por Navidad?, me preguntó entonces.
Busco una emisora de música clásica le dije
y juego con la Play Station.

    Play Station saldrá publicado en la colección de poesía Visor, quizá la mejor colección de poesía del país.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Fragmento de El museo de los esfuerzos inútiles - Cristina Peri Rossi - Uruguay-España

Entre la espada y la pared
    El espacio que queda entre la espada y la pared es exiguo. Si huyendo de la espada, retrocedo hasta la pared, el frío del muro me congela, si huyendo de la pared, trato de avanzar en sentido contrario, la espada se clava en mi garganta. Cualquier alternativa, pues, que pretenda establecerse entre ellas, es falsa y como tal, la denuncio. Tanto el muro como la espada sólo pretenden mi aniquilación, mi muerte, por lo cual me resisto a elegir. Si la espada fuera más benigna que el muro, o la pared menos lacerante que el filo de aquella, cabría la posibilidad de decidirse, pero cualquiera que las observe, comprenderá enseguida que sus diferencias son sólo superficiales. Sé que tampoco es posible dilatar mi muerte tratando de vivir en el corto espacio que media entre la pared y la espada. No sólo el aire se ha enrarecido, está lleno de gases y de partículas venenosas: además, la espada me produce pequeños cortes 'que yo disimulo por pudor' y el frío de la pared congestiona mis pulmones.... Si consiguiera escurrirme, la espada y el muro quedarían enfrentados, pero su poder, faltando yo entre ambos, habría disminuido tanto que posiblemente el muro se derrumbara y la espada enmoheciera. Pero no existe ningún resquicio por el cual pueda huir, y cuando consigo engañar a la espada, la pared se agiganta, y si me separo de la pared, la espada avanza. He procurado distraer la atención de la espada proponiéndole juegos, pero es muy astuta, y cuando deja de apuntar a mi garganta, es porque dirige su filo hacia mi corazón. En cuanto al muro, es verdad que a veces olvido que se trata de una pared de hielo y cansado, busco apoyo en él: no bien lo hago, un escalofrío mortal me recuerda su naturaleza. He vivido así los últimos meses. No sé por cuánto tiempo aún podré evitar el muro, la espada. El espacio es cada vez más estrecho y mis fuerzas se agotan. Me es indiferente mi destino: si moriré de una congestión o me desangraré a causa de una herida, esto no me preocupa. Pero denuncio definitivamente que entre la espada y la pared no existe lugar donde vivir.