Chet Baker - Like Someone In Love

sábado, 30 de marzo de 2019

VIII Congreso Internacional de la Lengua Española - Córdoba (Argentina)


Poema a medias entre Luis García Montero y Joaquín Sabina

Luis: Señoras…

Joaquín: Y señores.

L: No pedimos mil años ni dos horas.

J: Los gallos del teatro no quebrarán albores.

L: Será sólo un momento de atención,

J: que suplican de todo corazón

L: un poeta borgiano y misionero

J: y un músico tanguero,

bandoneón sincero

que toca la guitarra

y cruza el mundo entero

en busca de un amor y de una farra.

L: Celebramos en broma, pero en serio,

J: en serio, pero en broma,

L: la suerte de un idioma,

J: cargado de memoria y de misterio,

L: que nos une a 600 millones de parlantes,

J: un mundo de poetas y cantantes,

L: que se llama español

J: o castellano,

L: y va de sol a sol,

J: como un hermano,

L: y cruza Andalucía

que rima con García,

J: y llega hasta Argentina,

que rima con Sabina,

L: y salta a Nueva York

con paso mexicano o colombiano,

J: y habla del amor o del dolor

con un acento hispano,

L: y se come las eses o suaviza las zetas,

J: y lleva en su maleta

el tú y el vos, los tontos, los boludos,

L: el chévere, el quilombo, los pendejos,

J: los pibes y los viejos.

L: Palabras vivas que desatan nudos,

J: y sueñan en Perú, la tierra de Jimena,

L: resistiendo en Madrid, la ciudad de Almudena.

J: Palabras que son luz y son escudos.

L: Un idioma de todos sus hablantes,

J: sin centros ni doctores dominantes,

L: unido pero lleno de matices,

J: diverso pero sabio en unidad,

L: que alumbra sus palabras más felices,

J: igualdad, libertad, fraternidad,

L: democracia, razón, constitución,

J: amor y corazón,

dignidad y alegría,

L: ciencia, tecnología…

J: Yo soy más bien de letras, señoría.

L: Conciencia, independencia, disidencia,

J: educación, cultura,

L: buena literatura

por donde el tiempo vuela.

J: Y el vuelo nos conviene:

después de junio viene

Julio con su Rayuela.

L: Y de ayer a mañana,

los versos de Sor Juana,

J: mientras Neruda rima con Cernuda,

L: y Bioy con estoy,

y san Juan con don Juan…

J: Gelman querrás decir, y no me quejo,

un amigo sincero.

L: Me moriré en París con aguacero,

J: que decía Vallejo.

Si vas a Mar del Plata verás que allí camina

la sombra de Alfonsina.

L: ¿Con qué rima Lugones?

J: Montero no me toques… las canciones.

L: Pues agarra la vida por el mango.

J: Yo he nacido de un tango

y lo llevo en la piel,

Discépolo en los labios de Gardel,

la bella flor del fango.

L: Viviendo mano a mano en el dolor,

J: la luz del perdedor

que brilla y no se apaga en la ventana.

L: Un amor sin sotana,

condenado al exilio y al sablazo.

J: Aunque a veces conviene un Cordobazo

L: y una Universidad en pie de guerra

J: que corte de raíz las opresiones.

¡Brasil, tantos millones

hablaremos inglés!

L: Escribía Rubén contra el imperialismo.

J: Ahora es más de lo mismo, ¿no lo ves?

L: Pues metamos un gol en español.

J: ¿Para Talleres, Belgrano o… el Boca?

L: El fuego no se toca,

dejemos esa terna.

J: Pero me siento al fuego

de mi lengua materna,

y la vida me juego,

y una bella fragancia

me devuelve a los nombres de la infancia.

L: Las primeras palabras son verdades

contra las soledades.

J: Hablo y comparto el pan con mis hermanos,

mestizos por amor y por la historia

de pueblos soberanos

con naufragios y gloria.

L: Brindemos por la llama de los libertadores,

llevemos unas flores

a los pies de Cervantes.

J: El mejor equipaje,

el mejor almirante

para este largo viaje.

L: Cada cual en su forma y a su modo,

compartir un idioma codo a codo

con 600 millones de personas.

J: Los puntos y las comas,

de la cabeza al rabo,

Teresa de Jesús, Martí y el Gabo,

L: una misma manera de decir

J: te quiero, tengo frío, estamos vivos,

Inviernos, primaveras.

Nos sobran los motivos…

L: Ya basta de sufrir

alambres y fronteras.

J: Nos sobran los avaros, los turbios mercaderes,

la globalización sin corazón.

L: los oscuros gobiernos sin mujeres,

J: las multiplicaciones sin perdón,

L: y paro de contar.

J: Haces bien pues debemos terminar.

L: Lo prometido es deuda y es sensato.

J: Se acabó nuestro gato y nuestro rato.

L: Señores,

J: y señoras.

L: Señoras,

J: y señores,

L: porque todo reloj marca sus horas,

J: de ustedes se despiden dos tenores

demasiado habladores,

L: un poeta borgiano y misionero,

J: y un poeta tanguero,

devoto de Argentina y el Cholo Simeone

que no cambia a Gardel por los Rolling Stone.


Vídeo enviado por Marcos Mundstock (Les Luthiers) al Congreso de la Lengua

Congreso de la Lengua
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jueves, 28 de marzo de 2019

El monstruo amigo mío - Eduardo Galeano - Uruguay


Yo al principio no lo quería porque creía que él iba a comerme un pie. 

Los monstruos son agarradores de mujeres, que se llevan una mujer en cada hombro y si son monstruos viejitos se cansan y tiran a una de las mujeres en la cuneta del camino. Pero este que yo digo, el amigo mío, es un monstruo especial. Nosotros nos entendemos bien, aunque el pobre no sabe hablar y por eso todos le tienen miedo. Este monstruo amigo mío es tan pero tan grandote que los gigantes le llegan nada más que hasta el tobillo y él nunca agarra mujeres ni nada.

Él vive en el África. En el cielo no vive, porque si estuviera en el cielo, como Dios, se caería. Es demasiado grande para poder vivir por ahí por el cielo. Hay otros monstruos más chicos que él y entonces viven en el infinito, cerca de donde queda Plutón, o todavía más lejos, allá en el onfinito o en el piranfinito. Pero este monstruo amigo mío no tiene más remedio que vivir en el África.

Dos por tres me visita. A él nadie lo ve, pero él puede verlos a todos. Además, se puede convertir en cualquier cosa que quiera. A veces es un cangurito que me salta en la barriga cuando me río o es el espejo que me devuelve la cara cuando me parece que la perdí, o es una serpiente disfrazada de lombriz que me hace la guardia en la puerta para que nadie venga y me lleve.

Ahora, hoy o mañana, el monstruo amigo mío va a aparecer caminando por el mar, convertido en un guerrero que más inmenso no puede ser y echando fuego por la boca. De un solo soplido va a reventar la cárcel donde lo tienen preso a mi papá y me lo va a traer en la uña del dedo chiquito y me lo va a meter en mi cuarto por la ventana. Yo le voy a decir: "Hola", y él se va a volver al África despacito por el mar. 

Entonces mi papá va a salir a comprarme caramelos y chocolatines y una nena y se va a conseguir un caballo de verdad y vamos a salir al galope por la tierra, yo agarrado de la cola del caballo, al galope lejos, y después cuando mi papá sea chiquito yo le voy a contar las historias del monstruo amigo mío que vino del África, para que mi papá se duerma cuando llegue la noche.
De Vagamundo y otros relatos, 1973

martes, 26 de marzo de 2019

Poema I de Un Coney Island del espíritu - Lawrence Ferlinghetti - Estados Unidos


Poema I

En las más grandes escenas de Goya nos parece ver
                                                               a la gente del mundo
exactamente en el momento en que
             consiguieron el título de
                                            “sufriente humanidad”
Se contorsionan sobre la página
                                    en una verdadera furia
                                                                  de adversidades
Apilados
          gimiendo con niños y bayonetas
                                      bajo cielos de cemento
en un paisaje abstracto de árboles marchitos
       estatuas dobladas alas y picos de murciélagos
                               horcas resbalosas
       cadáveres y gallos carnívoros
       y todos los monstruos finales
                 de la
                        “imaginación del desastre”
ellos son tan bárbaramente reales
                 es como si aun realmente existieran

Y existen
       sólo el paisaje ha cambiado

       Todavía están en línea en los caminos
            plagados de legionarios
                                falsos molinos de viento y gallos dementes

Es la misma gente
                        aunque más lejos de casa
en carreteras de cincuenta hileras de ancho
                            en un continente de concreto
                          espaciado con carteleras blandas
                        ilustrando imbéciles ilusiones de felicidad

La escena muestra menos artillería
          pero más ciudadanos mutilados
                                           en autos de colores
               Y ellos poseen extrañas licencias
Y motores
               que devoran a América
Traducción de Marcelo Covián

domingo, 24 de marzo de 2019

Poemas picassianos - Pablo R. Picasso - España


4 de noviembre de 1935

(I)

vi salir
esta noche
del concierto
en la sala Gaveau
a la última
persona
y después me alejé por la misma calle y fui al estanco a
buscar cerillas



14 de diciembre de 1935 (II)

Sobre el revés de la inmensa raja
de melón ardiente
árbol pedazo de río
mesa risible
amenazada por el águila que
garrapiña por el placer de ver
cómo expira entre sus dientes
distraída de su tedio
una brizna de hierba
las dos primeras yemas del ciruelo rojo
venidas a menos
se besan desde hace dos o tres días
inquietas por el llanto
de la niña



30 de diciembre de 1935

la noche
en la fuente

el sueño retuerce el pico
del golpe asestado
en el aire

arrancando
de las tripas
del color

oculta
en la guitarra

su júbilo
embriagado
por el canto
del color

manejando
los hilos
de donde pende
el escenario
del teatro

derrama
el agua
de la lámpara
escalera abajo

que
la mano negra
paraguas

en la oreja azul
resuena

la pompa de jabón
que se desprende

y se lleva presa
la alborada



24 de abril de 1936

patas arriba el arco iris en medio de la noche estrellada escurre su colada cuna de ojos asombrados puro jilguero de la hamaca parpadeando sus juegos hacen ronda los clavos introducidos en el fuego en la garganta del prisma cuerda tendida por sus extremos fijados en las quemaduras de la rueda hundida en la charca mordiendo con rabia el ojo del toro agonizante



3 de mayo de 1936

do 2 re 1 mi 0 fa 2 sol 8 la 3 si 7 do 3
do 22 si 9 la 12 sol 5 fa 30 mi 6 re 11 1/2 do 1
do 333 si 150 la 1/4 sol 17 fa 303 re 1 mi 106 si 33.333.333
mi 10 si 44 la 9 sol 22 fa 43 mi 0 - 95
la mano hace el esbatimento que la luz deja y atiborra de
silencio la suma de cifras 3 - 5 -10 - 15 - 21 - 2 - 75 y
la bufanda que flota arrancada por las garras del cabello con
las alas desplegadas arremolinadas borrachas de libertad en
el azul de las rayas de la blusa a cielo abierto del infinito



2 de julio de 1938

gota a
gota
vivaz
muere el
azul pálido
entre las
garras del
verde almendra
en la escala
del rosa



5 de enero de 1940

una bonita figura aun si es de la mujer amada no es más que un rompecabezas el síntoma de la prefiguración del amasijo de cables inextricable de un sistema que hay que distribuir cueste lo que cueste en planos perspectivistas traídos por los pelos del perfume por más delicioso que sea del montón de mierda que los tonos de los proyectores hacen prosperar en sus probetas a la temperatura del rosado que conviene trazar con las cenizas heladas de sus ángulos y curvas ante el azar que no logra marchitar cortados a ras de suelo y madurando en temporada el fruto salvo que en su ventana descargue su golpe mortal en la batalla apenas discernible detrás de la cortina salmón de las patas de las ibis la razón enloquecida y desnuda



París, 25 de febrero de 1940

la noche arrancada tan brutalmente del cielo evaporador
rota de tanto alfiler la palidez de sus prendas
halladas gota a gota exangües hunde su caparazón
en el eco de la piedra arrojada al pozo



martes 5 de noviembre de 1940

en la hoguera encendida donde
ardía desnuda la bruja
me divertía
sin dar pie ni patada
en esta tarde
arrancando lentamente
con las uñas
la piel de todas
las llamas
a la una y cinco
de la mañana y después
ahora a las tres
menos diez mis dedos olían
aún a pan caliente a miel
a jazmines



París el 31 de marzo de 1952
[Para Beloyannis]
la lumbre del aceite de las farolas que de noche ilumina en el Madrid de la tarde de mayo los nobles rostros del pueblo fusilado por la extraña rapaz en el cuadro de Goya es la misma semilla horrenda plantada a manos llenas de proyectores en el pecho abierto de Grecia por gobiernos que exudan pavor y odio. Una inmensa paloma blanca salpica con la cólera de su duelo la tierra



Taller de Fournas Vallauris el 18 de octubre de 1954

¿Por qué lloran y vuelven a llorar los almendros en flor? son hechos en torno al arco de miel de la ojiva suspendida en los hechos probados irrefutables y sacados a relucir hoy tan galanamente denunciados desde la ventana. Las manos llenas de sal abrazando la curva musical tocando a rebato en las banderas a media asta. La hora tan madrugadora hincándole el diente al pan duro - arrastrando sus tripas debajo del fregadero. La rabia siguiendo el desfile y la fanfarria. Los nichos asados y a punto bañados con un chorro de sus gritos y risas. El previsor consejo escurriendo sus sábanas en la hierba. La cadena limando las asperezas espulgando su ropa interior sobre el tejado cuan ancho es. Y el azúcar petrificado y las miles y cientos de flores del cielo azul exudando su aliento sobre los pompones de encaje colgados en las ramas. De la necesidad hacer rombos y triángulos desplegando su amplitud obtenida en las vigas. El amor diciendo la buenaventura a los nidos de golondrinas deshechos en las baldosas de la terraza. Una inexpugnable plaza extremadamente difícil de defender tendida de pie en el borde de la barca esmeralda. La necesidad de hacer balance sacar cuentas y la colada antes que llegue la noche. Llenar con las mondas tiradas día tras día los jarrones de mármol  que contienen toda la sangre vertida gota a gota y a mares rechazada. La franca decadencia coronada reina y caballos de Frisa de todos los hechos consumados. La  aurora boreal cómicamente disfrazada de cigarra prestamista.

Y sanseacabó.
De la 'Colección Gelonch Viladegut'
Picasso - Coleman Hawkins, 1948

Pablo Picasso (Jonathan Richman) - David Bowie

viernes, 22 de marzo de 2019

La otra cama - Karl Shapiro - Estados Unidos


En el nombre de Dios Omnipotente, Amén.
          Yo, William Shakespeare, tomo la pluma
          Y estando sano, lego
A Cristo mi alma y a los míos mi fortuna
          Cuando muera.
          Y para Ana, buena dama
          Dejo mi nombre
Una mesa, una silla y la otra cama.

Dejo a Judith ciento cincuenta libras
          Y otro tanto si sirve más de tres años
Mis calzas, ropa y todo traje mío
          Azules tanto como rojos.
          Y para Ana, buena dama,
          Dejo mi nombre,
Una mesa, una silla y la otra cama.

Diez libras a mendigos, que coman y beban,
          A Mister Thomas Cole, mi espada,
          A Richard Burbae, a Cundell, Nash,
Hemminge y Hamlet, libras seis en efectivo.
          Y para aquella con que me casé,
          Que es Ana, buena dama,
          Dejo mi nombre
Una mesa, una silla y la otra cama.

A Juana también dejo mi casa de Stratford,
Que las hermanas no han de quedar sin nada,
          Y a sus hijos cinco libras a cada uno
Pagaderas un año después de mi muerte.
          Y como digo,
          Para Ana, buena dama,
          Dejo mi nombre,
Una mesa, una silla y la otra cama,

En fin, a mi hija, Née Susana Hall,
          Mis graneros, establos, tierras y todo,
                Casas, verjeles, joyas y vajilla
Y esto a perpetuidad, a ella y sus herederos,
                Hasta que mueran todos.
          Pero, para Ana, buena dama,
                Dejo mi nombre,
Una mesa, una silla y la otra cama.

Buena esposa, la mala suerte tiene la culpa
De que te deje, cuando me muera,
Mi honor y mi nombre,
Una mesa, una silla y la otra cama.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

miércoles, 20 de marzo de 2019

Mulato - Langston Hughes - Estados Unidos


Mulatto

             I am your son, white man!

Georgia dusk
And the turpentine woods.
One of the pillars of the temple fell.

                      You are my son!
                      Like Hell!

The moon over the turpentine woods.
The Southern night
Full of stars,
Great big yellow stars.

                      What's a body but a toy?
                      Juicy bodies
                      Of nigger wenches
                      Blue black
                      Against black fences.
                     O, you little bastard boy,
                     What's a body but a toy?

The scent of pine wood stings the soft night air.

                      What's the body of your mother?

Silver moonlight everywhere.

                      What's the body of your mother?

Sharp pine scent in the evening air.

                      A nigger night,
                      A nigger joy,
                      A little yellow
                      Bastard boy. 

                      Naw, you ain't my brother.
                      Niggers ain't my brother.
                      Not ever.
                      Niggers ain't my brother.

The Southern night is full of stars,
Great big yellow stars.

                      O, sweet as earth,
                      Dusk dark bodies
                      Give sweet birth

To little yellow bastard boys.

                      Git on back there in the night,
                      You ain't white

The bright stars scatter everywhere.
Pine wood scent in the evening air.

                      A nigger night,
                      A nigger joy. 

                      I am your son, white man!

A little yellow bastard boy.


Mulato

             Soy hijo tuyo, blanco.

Atardecer en Georgia
y los bosques de trementina.
Uno de los pilares del templo ha caído.

                      ¿Tú hijo mío?
                      ¡Güevo!

Luna en los bosques de trementina.
La noche del Sur
llena de estrellas,
grandes estrellas amarillas.

                     Jugosos cuerpos
                     de las hembras negras
                     negro morado
                     contra las cercas negras.
                     Oh, muchachito bastardo,
                     ¿no es un cuerpo un juguete?

El perfume de los pinos pulsa el aire suave de la noche.

                    ¿Qué vale el cuerpo de tu madre?

Plata de luna en donde quiera.

                    ¿Qué vale el cuerpo de tu madre?

Penetrante perfume de pinos en el aire nocturno.

                    Una noche negra,
                    una alegría negra,
                    un niñito amarillo,
                    bastardo.

                   ¡Tú no eres mi hermano!
                   El negro no es mi hermano.
                   Nunca.
                   El negro no es mi hermano.

La noche del Sur está llena de estrellas.
Grandes estrellas amarillas

                   Oh, dulces como la tierra,
                   los cuerpos negros como la noche,
                   dan a luz dulcemente

bastardos niños amarillos.

                   Vuélvete a la noche,
                   tú no eres blanco.

Brillan estrellas por donde quiera.
El perfume de los pinos en el aire nocturno.

                   Una noche negra,
                   una alegría negra.

                   ¡Soy hijo tuyo, blanco!

Un niñito amarillo bastardo.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

lunes, 18 de marzo de 2019

Dedicatoria - Anna Ajmátova - Rusia


Las montañas se doblan ante tamaña pena
Y el gigantesco río queda inerte.
Pero fuertes cerrojos tiene la condena,
Detrás de ellos sólo "mazmorras de la trena"
Y una melancolía que es la muerte.

Para quién sopla la brisa ligera,
Para quién es el deleite del ocaso -
Nosotras no sabemos, las mismas por doquiera,
Sólo oímos el odioso chirriar de llaves carceleras
Y del soldado el pesado paso.

Nos levantamos como para la misa de madrugada,
Caminábamos por la ciudad incierta,
Para encontrar una a la otra, muerta, inanimada,
Bajo el sol o la niebla del Neva más cerrada,
Mas la esperanza a lo lejos canta cierta...

La sentencia... y las lágrimas brotan de repente,
Ya de todo separada,
Como arrancan la vida al corazón, dolorosamente,
Como si hacia atrás la derribaran brutalmente,
Pero marcha... vacila... aislada...

¿Dónde están ahora aquellas compañeras del azar,
De mis años de infierno desnudo?
¿En la borrasca siberiana cuál es su soñar,
Qué imaginan en el círculo lunar?
A vosotras os envío mi adiós y mi saludo
Versión de Jorge Bustamante García

sábado, 16 de marzo de 2019

Letanía en contra de las dictaduras - Stephen Vincent Benet - Estados Unidos


Por todos los apaleados, por los cabezas rotas,
los desheredados, los simples, los oprimidos,
los fantasmas de la ciudad en llamas de nuestro tiempo...

Por los llevados en rápidos autos a las permanencias y
      apaleados
allí por los muchachos listos, los muchachos de los puños
      de caucho,
agarrados y golpeados mientras la mesa les corta los
      lomos.

O pateados en la ingle y dejados, con los músculos
      brincando
como una gallina descabezada en el piso del matadero.
Mientras traían al siguiente con los ojos mirando
      despavoridos.
Por los que todavía decían “¡ Frente Popular” o “¡ Viva el
      rey!”
y por los que no eran valientes,
pero fueron apaleados de todos modos.
Por los que escupen sangrantes pedazos de dientes
en silencio en la sala,
duermen bien sobre piedras o hierro, aguardan el momento
y matan al guardia en el excusado antes de morir a su vez,
los de los ojos hundidos y la lámpara ardiendo.
Por los que ostentan cicatrices, los que cojean, por aquellos
cuyas tumbas anónimas se cavan en el patio de la cárcel
y se les nivela la tierra antes de amanecer y les echan cal.
Por los asesinados de una sola vez. Por los que viven
      meses y años
soportando, alertas, esperando, yendo diario
al trabajo o a la fila del pan o al club secreto,
y viven entretanto, tienen hijos, meten rifles de contrabando
y los descubren y los matan al fin como ratas en una cloaca.
Por los que logran escapar
milagrosamente al destierro y a la vida errante, lejos,
por los que viven en cuartuchos de ciudades extranjeras
y recuerdan todavía la patria, los extensos gramales,
las voces de la infancia, la lengua, el olor del viento
      entonces,
la forma de los cuartos, el café bebido en la mesa,
las lápidas con nombre donde ellos no serán enterrados
ni en ninguna en aquella tierra. Sus hijos son ya extranjeros.

Por los que hacían planes y eran líderes, y fueron derrotados,
y por aquellos, humildes y estúpidos, que no tenían plan,
pero fueron denunciados, pero se enfurecieron, pero
      contaron un chiste,
pero no pudieron explicar, pero fueron despachados al
      campo de concentración,
pero sus cadáveres fueron embarcados de vuelta en
      sellados ataúdes,
“Muerto de pulmonía”, “Muerto tratando de escapar.”

Por los cultivadores de trigo que fueron tirados junto a sus
      propios manojos de trigo,
por los cultivadores de pan desterrados a los desiertos
      cercados de hielo,
y su carne recuerda sus trigales.
Por los denunciados por sus propios maricas, horrendos
      hijos,
a cambio de una estrella de pipermín y la alabanza del
      Estado Perfecto,
por todos los estrangulados o los castrados o sólo muertos
      de hambre
para formar estados perfectos; por el sacerdote ahorcado
      con sotana,
el judío con el pecho aplastado y los ojos agónicos,
el revolucionario linchado por la Policía secreta;
para formar Estados Perfectos, en nombre de los Estados
      Perfectos.

Por los traicionados por sus vecinos con quienes
      estrechaban las manos,
y por los traidores, sentados en la incómoda silla,
con el sudor a chorros enredándole el pelo y los dedos
      nerviosos
mientras dicen la calle y la casa y el nombre del hombre.
Y por aquellos que estaban sentados a la mesa en su casa
con la lámpara encendida y los platos y el olor de la
      comida,
hablando tan quedo; cuando oyen ruido de autos
y golpes en la puerta y de prisa se miran los unos a los
      otros.

Y sale la mujer a la puerta con cara rígida,
alisándose el vestido.
                    “Todos aquí somos buenos ciudadanos.
Creemos en el Estado Perfecto.
                              Y aquella fue la última vez
que Tony o Karl o el Chato vinieron a la casa
y la familia fue liquidada más tarde.
Fue la última vez.
                       Oímos los tiros en la noche;
pero al siguiente día nadie sabía lo que había sucedido,
y un hombre tiene que ir a su trabajo. Así que no lo vi,
por tres días, entonces, y yo ya al trastornarme,
y todas las patrullas en las calles con sus cochinos rifles,
y cuando volvió parecía borracho y lleno de sangre.”

Por las mujeres que lloran a sus muertos en la noche
      secreta,
por los niños a quienes hay que enseñarles a no hablar,
      niños envejecidos,
los niños escupidos en las escuelas.
                      Por el laboratorio destruido,
la casa saqueada, el retrato cagado, el pozo meado,
el desnudo cadáver de la Ciencia tirado en la plaza
sin que nadie levante la mano, sin que nadie hable.

Por el frío de la cacha del revólver y el fogonazo de la
      bala,
por la cuerda que ahorca, las esposas que maniatan,
la ronca voz, metálica, que grita mentiras desde mil radios
y las tartamudas ametralladoras que responden a todo.

Por el hombre crucificado en las ametralladoras en cruz,
sin nombre, sin resurrección, sin estrellas,
su cabeza ennegrecida bajo el peso de la muerte y su
      carne ya salada
con el olor de sus muchas prisiones —Juan Pérez, Juan
      Quídam,
Juan Nadie— ¡oh, rómpete la cabeza para dar con su
      nombre!
Sin rostro como el agua, desnudo como el polvo,
deshonrado como la tierra que las bombas de gas
      envenenan,
y bárbaro entre portentos.
                             Este es él,
este es el hombre que se comieron en la mesa verde,
poniéndose los guantes para no tocar su carne;
este es el fruto de la guerra, el fruto de la paz,
la madurez de la invención, el Cordero de ahora,
la respuesta que la sabiduría da a los sabios.
Y todavía está colgado y no muere todavía,
y todavía, en la ciudad de acero de nuestros días,
la luz se apaga y la sangre espantosa se desborda.

Creímos ya concluidas estas cosas, pero nos engañamos.
Creímos que, teniendo poder, teníamos también sabiduría.
Creímos que el largo tren llegaría hasta la plenitud de los
tiempos.

Creímos que la luz aumentaría.
      Ahora el largo tren está descarrilado y los bandidos lo
      saquean,
ahora el jabalí y el áspid tienen poder en nuestro tiempo.
Ahora la noche retrocede hacia Occidente y la noche es
      espesa,
nuestros padres y nosotros sembramos dientes de dragón.
Nuestros hijos conocen y sufren a los hombres armados.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

jueves, 14 de marzo de 2019

Impresión IV - E. E. Cummings - Estados Unidos


Las horas levántanse apagando estrellas, y es
el alba;
en la calle del cielo, la luz camina regando poemas;

en la tierra, una candela se
                                 consume          la ciudad
despierta
con un canto en su
boca, teniendo la muerte en sus ojos;

y es el alba;
el mundo
sale a matar sueños...

Miro en la calle, donde fuertes
hombres están cavando pan,
y veo las caras brutales de
gente contenta, horrenda, desesperada, cruel, feliz

Y es de día.
En el espejo
veo un frágil
hombre
soñando
sueños,
sueños en el espejo.

Y ya
es el ocaso... en la tierra,
una candela enciéndese,
y ya es de noche;
la gente está en sus casas;
el frágil hombre está en su cama;
la ciudad .
duerme con la muerte en la boca, teniendo un canto en sus
     ojos.
Las horas descienden,
encendiendo estrellas...

En la calle del cielo, la noche camina regando poemas.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

martes, 12 de marzo de 2019

Lamento - Edna Saint Vincent Millay - Estados Unidos


Escuchad, niños:
vuestro padre ha muerto.
De sus sacos viejos
os haré chaquetillas,
os haré calzoncitos
de sus calzones viejos;
habrá en sus bolsillos
cosas que allí ponía:
llaves y centavos
llenos de tabaco;
Dan tendrá los centavos
para su alcancía;
Ana tendrá las llaves
para sonar un son bonito.
Hay que seguir la vida
y olvidar a los muertos.
Ana, toma tu desayuno;
Dan, toma tu medicina.
Hay que seguir la vida.
No recuerdo por qué exactamente.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

domingo, 10 de marzo de 2019

Soldados - Maxwell Bodenheim - Estados Unidos


La sonrisa de una cara es como altiva sirena
flotando muerta en una pequeña poza pálido-sucia.
Los labios de uno están torcidos
en un jeroglífico de silencio.
La cara de otro es como un brillante sapo.

Otra cara confronta una pregunta
que se le clava como súbitas garras.
A su lado está una cara como un espejo
en que un niño tieso cuelga...

Soldados muertos en una agonizante luna nueva,
cuyas caras formulan una frase gravemente burlona.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

viernes, 8 de marzo de 2019

Early Sunday Morning - Hilario Barrero - España


Para Edward Hopper
Única criatura, la claridad
extiende sus raíces en la línea
horizonte de la calle vacía,
bautizando al color por su apellido:
azules infantiles, verdes lluviosos,
ocres enamorados, húmedos blancos
que son frontera con la sábana tibia,
el olor a café, la primera caricia,
y el roce de la muerte que, temprana,
teje precipitada la túnica del barro.
Dando razón de luz al carbón de la sombra,
el sol va señalando a la fachada
su destino de noche aún distante.
Dormidas las persianas, amarillo
despierto de septiembre, un visillo
entretiene su frágil esqueleto
en el lento columpio de la brisa,
mientras Mrs. McLaughlin siente un escalofrío,
protegida por Gato (y una buena ginebra)
y comienza a leer la última edición
del New York Times, cuando tan sólo son
las siete menos cuarto, en la recién
creada mañana del domingo.
De In tempore belli, 1999
Early Sunday Morning - Isaac Hayes

miércoles, 6 de marzo de 2019

Último dfiscurso en la corte* - Bartolomeo Vanzetti - Estados Unidos


He estado hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera había mencionado a Sacco.
Sacco también es un trabajador,
un competente trabajador desde su niñez, amante del
      trabajo,
con un buen empleo y un sueldo,
una cuenta en el Banco, y una esposa encantadora y
      buena,
dos niñitos preciosos y una casita bien arreglada
en el lindero de un bosque, junto a un arroyo.

Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un
      hombre;
un hombre, amante de la naturaleza y de la humanidad
un hombre que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa de la libertad y su amor a los hombres:
dinero, tranquilidad, ambición mundana,
su esposa, sus hijos, su persona
y su vida.

Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo jamás nos hemos llevado un bocado
de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando su sacrificio supremo, recordando su
      heroísmo,
yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza
y me he visto obligado a repeler
las lágrimas de mis ojos,
y apretarme el corazón
que se me atorozonaba, para no llorar delante de él:
este hombre al que han llamado ladrón y asesino y
      condenado a muerte.

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del
      pueblo
y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el
      tiempo;
cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes,
      instituciones,
y vuestro falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado maldito en el que el hombre era lobo
para el hombre...

Si no hubiera sido por esto
yo hubiera podido vivir mi vida
charlando en las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre, como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores—
      ¡nada!
La pérdida de nuestras vidas —la vida de un zapatero
      y un pobre vendedor de pescado—
¡todo! Ese momento final es de nosotros,
      esa agonía es nuestro triunfo.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

* Las últimas palabras de Bartolomeo Vanzetti ante la corte que lo condenó a muerte fueron incluidas como un auténtico poema en la antología de Seldem Rodman: A new Anthology of modern Poetry.  Ed. by Seldem Rodman. The Modern Library, New York, 1938 y posteriormente en Poetry of freedom,  Ed. William Rose Benet and Norman Cousins. The Modern Lybrary, New York, 1945.

Sacco and Vanzetti - Peter Miller, 2006

Sacco y Vanzetti - Giuliano Montaldo, 1971

Here's to You (Ennio Morricone, Joan Baez) - Dirección de Ennio Morricone

lunes, 4 de marzo de 2019

Fragmentos de La roca - T. S. Eliot - Inglés nacido en Estados Unidos


The Rock

I

The Eagle soars in the summit of Heaven,
The Hunter with his dogs pursues his circuit.
O perpetual revolution of configured stars,
O perpetual recurrence of determined seasons,
O world of spring and autumn, birth and dying!
The endless cycle of idea and action,
Endless invention, endless experiment,
Brings knowledge of motion, but not of stillness;
Knowledge of speech, but not of silence;
Knowledge of words, and ignorance of the Word.
All our knowledge brings us nearer to our ignorance,
All our ignorance brings us nearer to death,
But nearness to death no nearer to God .
Where is the Life we have lost in living?
Where is the wisdom we have lost in knowledge?
Where is the knowledge we have lost in information?
The cycles of Heaven in twenty centuries
Bring us farther from God and nearer to the Dust.
I journeyed to London, to the timekept City,
Where the River flows, with foreign flotations.
There I was told: we have too many churches,
And too few chop-houses. There I was told:
Let the vicars retire. Men do not need the Church
In the place where they work, but where they spend their Sundays.
In the City, we need no bells:
Let them waken the suburbs.
I journeyed to the suburbs, and there I was told:
We toil for six days, on the seventh we must motor
To Hindhead, or Maidenhead.
If the weather is foul we stay at home and read the papers.
In industrial districts, there I was told
Of economic laws.
In the pleasant countryside, there it seemed
That the country now is only fit for picnics.
And the Church does not seem to be wanted
In country or in suburb; and in the town
Only for important weddings.

V

O Lord, deliver me from the man of excellent intention
      and impure heart: for the heart is deceitful above all things,
      and desperately wicked.
Sanballat the Horonite and Tobiah the Ammonite and Geshem the
      Arabian: were doubtless men of public
      spirit and zeal.
Preserve me from the enemy who has something to gain:
and from the friend who has something to lose.
Remembering the words of Nehemiah the Prophet:
      "The trowel in hand, and the gun rather loose in the
      holster."
Those who sit in a house of which the use is
      forgotten:
are like snakes that lie on mouldering
      stairs, content in the sun light.
And the others run about like dogs, full of enterprise,
      sniffing and barking: they say, " This house is a nest of
      serpents, let us destroy it,
And have done with these abominations,
the turpitudes of the Christians." And these are not
      justified, nor the others.
And they write innumerable books; being too vain and
      distracted for silence: seeking every one after
      his own elevation, and dodging his emptiness.
If humility and purity be not in the heart, they are not
      in the home: and if they are not in the home, they are not in
      the City.
The man who has builded during the day would return to his
      hearth at nightfall: to be blessed with the gift of
      silence, and doze before he sleeps.
But we are encompassed with snakes and dogs: therefore
      some must labour, and others must hold the spears.

VI

It is hard for those who have never known persecution,
And who have never known a Christian,
To believe these tales of Christian persecution.
It is hard for those who live near a Bank
To doubt the security of their money.
It is hard for those who live near a Police Station
To believe in the triumph of violence.
Do you think that the Faith has conquered the World
And that lions no longer need keepers?
Do you need to be told that whatever has been, can still be?
Do you need to be told that even such modest attainments
As you can boast in the way of polite society
Will hardly survive the Faith to which they owe their significance?
Men! polish your teeth on rising and retiring;
Women! polish your fingernails:
You polish the tooth of the dog and the talon of the cat.
Why should men love the Church? Why should they love her laws?
She tells them of Life and Death, and of all that they would forget.
She is tender where they would be hard, and hard where they like
      to be soft.
She tells them of Evil and Sin, and other unpleasant facts.
They constantly try to escape
From the darkness outside and within

By dreaming of systems so perfect that no one will need to be
      good.
But the man that is will shadow
The man that pretends to be.
And the Son of Man was not crucified once for all,
The blood of the martyrs not shed once for all,
The lives of the Saints not given once for all:
But the Son of Man is crucified always
And there shall be Martyrs and Saints.
And if blood of Martyrs is to flow on the steps
We must first build the steps;
And if the Temple is to be cast down
We must first build the Temple.


La roca

I

El águila se cierne en la cumbre del cielo,
el cazador con sus perros sigue sus vueltas,
¡oh perpetua revolución de estrellas en configuraciones,
oh perpetua recurrencia de estaciones determinadas,
oh mundo de primavera y otoño, nacimiento y agonía!
El eterno ciclo de idea y acción,
eterno invento, eterno experimento,
nos da el conocimiento del movimiento, pero no de la
      quietud;
el conocimiento del hablar, pero no del silencio;
el conocimiento de las palabras, y la ignorancia de la
      Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca más a la ignorancia,
toda nuestra ignorancia nos acerca más a la muerte,
pero cerca de la muerte no es más cerca de Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido viviendo?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en
      conocimientos?
¿Dónde están los conocimientos que hemos perdido en
      información?
Los ciclos del cielo durante veinte siglos
nos alejan más de Dios y nos acercan al polvo.
Marché a Londres, a la ciudad regida por el tiempo
donde el río corre, con extranjeras flotaciones.
Allí me dijeron: tenemos demasiadas iglesias,
y pocos restaurantes. Allí me dijeron
que jubilen a los vicarios. Los hombres no necesitan la
      Iglesia
en el sitio en que trabajan, sino allí donde pasan el domingo.
En la ciudad, no necesitamos campanas:
que ellas despierten los suburbios.
Marché a los suburbios, y allí me dijeron:
trabajamos seis días, el séptimo es para ir en auto a
Hindhead, o a Maidenhead.
Si hace mal tiempo nos quedamos en casa y leemos los
      periódicos,
en los sectores industriales, allí me hablaron
de leyes económicas.
En las pintorescas zonas rurales, allí parecía
que el campo ahora solo sirve para picnics.
Y la iglesia parece que no la quieren
ni en campos ni suburbios; y en la ciudad
solamente para bodas importantes.

V

Oh, Señor, líbrame del hombre de excelentes intenciones
      y corazón impuro: porque el corazón es engañoso
      sobre todas las cosas e irremediablemente perverso.
Sanballat el Horonita y Tobías el Amonita y Geshem el
      Árabe: eran hombres indudablemente de celo y espíritu
      público.
Presérvame del enemigo que tiene algo que ganar: y del
amigo que tiene algo que perder.
Recordando las palabras de Nehemías el Profeta: “La
      llana en la mano, y el revólver más bien suelto en la
      funda.”
Aquellos que se sientan en una casa cuyo uso se ha
      olvidado: son como culebras sobre escaleras
      derrumbadas, contentas en el sol.
Y los otros corren como perros, llenos de actividad,
      oliendo y ladrando; dicen: “Esta casa es un nido de
      culebras, vamos a destruirla,
y a terminar con estas abominaciones.” Y estos no están
      justificados, ni los otros.
Y escriben libros innumerables; siendo demasiado vanos y
      aturdidos para el silencio: buscando cada uno cómo
      elevarse y escabullendo su vacío.
Si la humildad y la pureza no están en el corazón, no lo
      están en la casa; y si no están en la casa no están en la
      ciudad.
Y el hombre que ha construido todo el día regresará a su
      casa al anochecer: para ser bendecido con el don del
      silencio, y cabecear antes de dormir.
Pero estamos rodeados de culebras y perros; por tanto
      unos deben trabajar y otros deben sostener las lanzas.

VI

Es difícil para aquellos que nunca han conocido
      persecución,
y que nunca han conocido un cristiano,
creer estos cuentos de la persecución cristiana.
Es difícil para aquellos que viven junto a un Banco
dudar de la seguridad de su dinero.
Es difícil para aquellos que viven junto a un puesto de
      Policía
creer en el triunfo de la violencia.
¿Creéis que la Fe ha conquistado el mundo
y que los leones ya no necesitan de guardianes?
¿Necesitáis que se os diga que cualquier cosa que ya
      hubo, puede aún volver a haber?
¿Necesitáis que se os diga que aun prendas tan modestas
      que os podéis vanagloriar de ellas en la sociedad bien
      educada
difícilmente sobrevivirán a la Fe a la que deben su importancia?
¡Hombres! Pulid vuestros dientes al acostaros y levantaros;
¡mujeres! Pulid vuestras uñas:
vosotros afiláis los dientes del perro y las garras del gato.
¿Por qué van a amar los hombres a la Iglesia? ¿Por qué
      van a amar sus leyes?
Ella les habla de Vida y de Muerte, y de todo lo que ellos
      olvidarían.
Ella es tierna donde ellos serían duros, y dura donde ellos
      quieren ser suaves.
Ella les habla de Mal y Pecado, y otras desagradables
      realidades.
Ellos tratan constantemente de escapar
de las sombras de afuera y de adentro

soñando con sistemas tan perfectos que nadie necesitará
      de ser bueno.
Pero el hombre que es le hará sombra
al hombre que pretende ser.
Y el Hijo del Hombre no fue crucificado de una vez por
      todas,
ni la sangre de los mártires se derramó de una vez por
      todas,
ni la vida de los santos se dio de una vez por todas:
sino que el Hijo del Hombre es crucificado siempre
y habrá siempre mártires y santos.
Y si sangre de mártires va a correr en las gradas
debemos primero construir las gradas;
y si el templo va a ser derribado
debemos primero construir el templo.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal

sábado, 2 de marzo de 2019

Causa - Ezra Pound - Estados Unidos


Causa

I join these words for four people,
Some others may overhear them,
O world, I am sorry for you,
You do not know these four people.


Causa

Yo junto estas palabras para cuatro personas,
algunos más pueden oírlas,
oh mundo, lo siento por ti,
tú no conoces a estas cuatro personas.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal