Chet Baker - Like Someone In Love

viernes, 29 de noviembre de 2013

No m'asalt d'om que·en tots afars no sia / Cobla esparsa - Jordi de Sant Jordi - España


    Es posible que la siguiente esparsa (composición de una sola estrofa) formase parte de un poema más extenso que no se ha conservado. Con la estructura anafórica propia del desplazer (inevitablemente atenuada en la traducción) y valiéndose de expresivas comparaciones, Jordi de Sant Jordi censura a todo aquel que, quebrantando las leyes de la moral cortés, se muestra desleal, mentiroso, lúbrico, jactancioso, desvergonzado y ávido.

No m'asalt d'om que·en tots afars no sia
leyals e purs com la fina romana;
ne m'asalt d'om qui sinch jorns la semana
ment an sos dits, e vol ab drutz paria;
ne m'asalt d'om que·m leu ploma ne palha
de mon vestir, ne·s jacte de batalha;
ne m'asalt d'om qui no hage vergonya,
car de tot past fay gorgua com segonya.

__________________

No me complace el hombre que no sea
honesto y leal como la fiel balanza;
ni aquel que cinco días por semana
miente al hablar y alterna con amantes;
ni el que en mi ropa ve plumas o pajas
y jactándose va de sus batallas;
y no me gusta aquel que, sin vergüenza,
todo se lo hecha al papo cual cigüeña.
Comentario y traducción de José María Micó

martes, 26 de noviembre de 2013

Fábulas/ 5 - El gato, el lagarto y el grillo - Tomás de Iriarte - España


Ello es que hay animales muy científicos
en curarse con varios específicos,
y en conservar su construcción orgánica,
como hábiles que son en la botánica,
pues conocen las hierbas diuréticas,
catárticas, narcóticas, eméticas,
febrífugas, estípticas, prolíficas,
cefálicas también y sudoríficas.

En esto era gran práctico y teórico
un gato, pedantísimo retórico,
que hablaba en un estilo tan enfático
como el más estirado catedrático.
Yendo a caza de plantas salutíferas,
dijo a un lagarto: «¡Qué ansias tan mortíferas!
Quiero por mis turgencias semihidrópicas
chupar el zumo de hojas heliotrópicas.»

Atónito el lagarto con lo exótico
de todo aquel preámbulo estrambótico,
no entendió más la frase macarrónica
que si le hablasen lengua babilónica;
pero notó que el charlatán ridículo,
de hojas de girasol llenó el ventrículo,
y le dijo: «Ya, en fin, señor hidrópico,
he entendido lo que es zumo heliotrópico.»

¡Y no es bueno que un grillo, oyendo el diálogo,
aunque se fue en ayunas del catálogo
de términos tan raros y magníficos,
hizo del gato elogios honoríficos!
Sí; que hay quien tiene la hinchazón por mérito,
y el hablar liso y llano por demérito.

Mas ya que esos amantes de hiperbólicas
cláusulas y metáforas diabólicas,
de retumbantes voces el depósito
apuran, aunque salga un despropósito,
caiga sobre su estilo problemático
este apólogo esdrújulo-enigmático.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Balada a su dama - François Villon - Francia


Falsa beldad que me costáis tan caro,
Ruda en verdad, hipócrita dulzura,
Amor muy duro de roer y avaro,
Nombraros puedo, muerte ya es segura,
Cobarde flor que pincha con delicia,
Orgullo loco que se afirma ahorcando
Y ojos helados. ¿No podrá Justicia
a un pobre socorrer que están matando?

Mejor que yo buscara hubiese sido
Algún jardín de amor en otro lado,
Rival no hubiera esa mujer tenido;
Tengo que huir ahora, y humillado.
¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Que me ayude alguna!
Si hay que morir , he de morir peleando.
Quiera Piedad, que me faltó en la cuna,
a un pobre socorrer que están matando.

Ya vendrá el día en que se encuentre seca,
mustia y ajada vuestra flor fragante.
Y aunque mi risa ahí parezca mueca,
mi risa en la vejez será triunfante.
Viejo seré, vos fea y con arrugas.
¡Bebed ahora que.el arroyo es blando!
Ya se helará, y no pueden las verrugas
a un pobre socorrer que están matando.

Príncipe del Amor, excelso amante,
a quien no quiero andar importunando:
sabed que debe un buen señor, no obstante,
a un pobre socorrer que están matando.
Traducción y notas de Rubén Abel Reches
 Notas

Las siguientes estrofas introducen la balada:

Ítem, a mi adorada Rosa1
ni mi corazón ni mi panza
dejo. A ella más le gustaría
otra cosa, aunque no le falta.
¿Qué? Una bolsa grande de seda
llena de escudos, honda y ancha,
mas que me cuelguen de una soga
si en ella pongo escudos o lanza.2

que ya le entran, sin mí, bastantes...
Esto me tiene sin cuidado,
no me entristecen esas cosas,
ya no tengo caliente el pájaro.
Este dejo a los herederos
de aquel Michaut,3 que era apodado
“Buena leche”. Rogad por su alma.
En Saint-Satur está enterrado.

Sin embargo, para cumplir
con Amor, antes que con ella
ya que nunca quiso otorgarme
de esperanza ni una moneda,
(no sé si ha sido tan rebelde
con otros, y esto me atormenta;
mas yo ¡Santa María! sólo
burlas obtuve de esa fiera)

le envío esta balada, todos
terminando en "erre" sus versos.
¿Pero quién llevársela debe?
Pues Perrenet de la Barre,4 pienso,
a quien pido que si en su ronda
ve a la Señora de mis sueños
que de este modo la salude:
“¡Puta de mierda! ¡Al fin te encuentro!”


1 "Rosa" es uno de los nombres con que, comunmente, los poetas designaban a la amada en sus versos. Se piensa que, en este caso, se trata de Catherine de Vaucelles, la mujer que lo traicionó con Ythier Marchant, personaje nombrado en El Legado y en El Testamento, aquella a la que alude en la Doble balada y que lo hizo golpear.
    En la Edad Media cada letra poseía un valor simbólico. “R" era la de la hipocresía. Como lo anuncia, Villon hace terminar cada verso de esta balada con la letra "r" (aunque la rima: -ier, -eur, -ir..., no coincida en todos los versos, como es natural).
    Además, figuran en acróstico su nombre y el de una tal Marta. Las tres primeras estrofas de la balada dicen en acróstico: FRANCOYS (Faulse, Rude, Amour, Nommer, Cherme, Orgueil, Yeulx, Sans), MARTHE (Mieulx, Ailleurs, Riens, Trotter, Haro, Et), y VJJLLON (Vng, Jaunir, Jer, Lors, Las, Or, Ne). En la traducción ese acróstico se pierde en buena parte.
    Muchas son las hipótesis acerca de la identidad de Martha, así como también la de la destinataria de la balada. La que nos parece más sugestiva supone que la balada está dirigida a Catherine de Vaucelles y que Marta era la mujer con quien Villon había intentado salvarse del criminal amor de la primera.
    El Príncipe del Amor del envío puede ser Charles d'Orléans o René d'Anjou, rey de Sicilia y de Jerusalén.
2 El escudo era una moneda de la época y, en sentido figurado, el miembro viril. La lanza también tiene este último sentido.
3 Michault Bon Fouterre es un personaje de fines del siglo XIII que se hizo famoso por su ardor. Villon inventa el lugar en que se halla enterrado, pero retiene en su mente el nombre de Satur; la pronunciación en francés de Saint-Satur es cercana a la de Saint-Satyre: San Sátiro.
4 Perrenet de la Barre aparece en varias ocasiones, tanto en El Legado, como en El Testamento. Aparece también como Perrenet Marchant, y con el apelativo de Bastart de la Barre (Bastardo de la Barre). Es el sargento de vara del Châtelet. Siempre se muestra como un gran rufián.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Premio Cervantes 2013 - Elena Poniatowska - México


    ...El 2 de octubre de 1968 no estaba de servicio en nuestra crujía el sargento Mares, un viejo buena gente que no nos encerraba a las diez de la noche, como había ordenado el director del penal; consecuentemente nos “apandaron” cuando se dio el toque de silencio. Estábamos ya dormidos los cuatro presos que ocupábamos la celda número 3 cuando escuché: “De la Vega, señor De la Vega…”, era la voz que trataba de pasar inadvertida para los demás, palabras dichas casi en secreto. Al sentarme en la litera oí que abrían la puerta y vi entrar al celador.

    - Oiga, señor De la Vega, ¿está despierto?

    - Sí, dígame.

    - Le vengo a avisar que están matando a muchos estudiantes en Tlatelolco.

    - ¿Qué?

    - Que se armó la bronca en Tlatelolco y mataron a muchos estudiantes.

    - ¿Quién se lo dijo?

    - Me enteré ahorita que venía a la suplencia; nomás no le vaya a decir a nadie que yo le vine a avisar, porque me corren.

    - Muchas gracias, descuide.

    Me quedé pensando que no valía la pena despertar a mis compañeros de celda para informarles de algo que a mí me parecía uno de tantos rumores que llegaban hasta nosotros; además, no podían matar a los muchachos en un mitin al cual todos iban pacíficamente, eso no podía ocurrir. Volví a dormirme.

    A las siete de la mañana del 3 de octubre salí a formarme como todos los días; no bien salí de la celda cuando caí en un mar de confusión, eran todos los camaradas de la crujía que se comunicaban unos a otros lo que ya todos conocemos. Cuando me lo dijeron me sentí culpable por no haber creído a mi espontáneo informante, por no haber gritado en ese momento ¡SALGAN, DESPIERTEN!

    Y bien, así me enteré de lo que ocurrió en la Plaza de las Tres Culturas aquel 2 de octubre de 1968 a las seis de la tarde. Siento que después de esa fecha no soy el mismo que antes; no podría serlo...
De La noche de Tlatelolco

    La escritora mexicana Elena Poniatowska ganó el martes el Premio Cervantes 2013, máximo galardón de las letras en español. Poniatowska, una mujer menuda, rubia, de nariz pequeña, sonrisa fácil, hija de un príncipe polaco pero "más mexicana que el mole", es la cuarta mujer que obtiene el premio, tras María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992) y Ana maría Matute (2010).
    Su libro más famoso, La noche de Tlatelolco, es un testimonio de la represión contra los estudiantes el 2 de octubre de 1968, una fecha grabada a fuego en la historia mexicana. “Debería conmemorarse oficialmente una fecha de luto nacional”, dice Elena.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ubi sunt?/ 1 - Balada de los señores de antaño (de El Testamento) - François Villon - Francia


¿Dónde está Calixto Tercero,
que papa fue por cuatro años,
último muerto de ese nombre?
¿Y el muy gracioso Borbón Carlos,
Arturo, el duque de Bretaña,
Alfonso en Aragón reinando
y Carlos Séptimo triunfante?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

¿Y el rey de Escocia, que tenía
una mejilla -se ha contado-
color sangre desde la frente
hasta debajo de los labios?
¿Y el valeroso rey de España
cuyo nombre se me ha olvidado?
¿Y el muy famoso rey de Chipre?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

Renuncio a hablar de glorias idas:
el mundo es sólo un sueño vano.
Nadie triunfa sobre la muerte,
no la detienen los palacios.
Una pregunta aun formulo:
aquel rey de Bohemia, Lazlo
¿dónde está, dónde está su abuelo?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

¿Dónde el conde delfín de Auvernia?
¿Dónde el astuto y buen Bernaldo?
¿Dónde el difunto Juan Primero?
Mas ¿dónde el bravo Carlomagno?

Traducción y notas de Rubén Abel Reches

Notas

- Calixto Tercero (Calixto III): fue papa durante tres años y cuatro meses. Murió en 1458.
- Borbón Carlos (Carlos I duque de Borbón): muerto en 1456.
- Arturo, duque de Bretaña (Artús III): murió en 1458.
- Alfonso, el rey de Aragón (Alfonso V, el Magnánimo): murió en 1458; ocupó Nápoles y se rodeó de una corte de poetas.
- Carlos séptimo, rey de Francia: murió en 1461.
- Carlomagno: es el rey épico, tío de Roldán, único personaje no contemporáneo a Villon de los que se citan en  la balada.
- El rey de Escocia (Jacobo II): tenía la mitad del rostro de color rojo como la sangre, «que así salió del vientre de su madre»; murió en 1460.
- El rey de España: es Juan II de Castilla; muerto en 1454.
- El rey de Chipre: es Juan III de Lusignan; muerto en 1458.
- Lazlo (Ladislao), rey de Hungría: muerto en 1457; fue llamado en Francia Lanzarote, tal vez por confusión con el héroe artúrico; el rey de Behaigne (de Bohemia) había pedido la mano de Magdalena de Francia y a su muerte, en 1457, las Iglesias de Paris celebraron solemnes funerales.
- Delfín de Auvernia: es Beraud II; muerto en 1426.
- El buen Bernaldo: es el condestable Bertrand Du Guesclín, que destacó en la lucha contra los ingleses; tuvo importancia decisiva en las guerras internas de Castilla (favoreció a Enrique de Trastámara contra Pedro el Cruel); murió en 1380.
- Juan I, duque de Alençon: muerto en 1415. Podría tratarse de Juan II, encarcelado y condenado a muerte en 1458, aunque no murió hasta 1476; Villon tal vez pensara que ya había sido ejecutado.


   Ubi sunt? es un tópico literario que, al igual que Tempus fugit, hace referencia a la fugacidad de la vida y con el cual el poeta se pregunta por el paradero de los que han muerto. Procede de la frase latina Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere? (¿Dónde están o qué fue de quienes vivieron antes que nosotros?). El tópico ya se utilizaba en la literatura romana y se ha transmitido -en su formulación latina original- a la literatura occidental a través de las literaturas romances.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Fragmentos - Doris Lessing - Gran Bretaña


    ... En algún momento de la edad adulta, la mayoría de la gente cae en la cuenta de que un siglo no es más que el doble de sus años. A partir de este pensamiento, toda la historia se precipita junta y a partir de este momento viven ya dentro de la historia del tiempo, en vez de mirarla desde fuera, como observadores. Sólo hace diez o doce veces su vida, Shakespeare estaba vivo. La Revolución francesa fue el otro día. Hace cien años, no mucho más, fue la Guerra Civil norteamericana. Antes parecía como algo de otra época, casi de otra dimensión del tiempo o del espacio. Pero una vez has dicho: Cien años es dos veces mi edad, te sientes como si hubieras estado en aquellos campos de batalla, o curando a aquellos soldados. Con Walt Whitman, quizás.
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    …Una manera de considerar los dos últimos siglos y medio es como un laboratorio del cambio social. Mas para aprender de ellos necesitamos una cierta perspectiva, un desapego; y es precisamente este desapego el que hace posible, en mi opinión, dar un paso adelante en la conciencia social. Cuando estamos en plena exaltación, en pleno entusiasmo partidista nunca aprendemos nada acerca de nada. A mi parecer, a los niños se les debe enseñar la historia no como habitualmente se hace hoy, o sea, como el registro de acontecimientos ocurridos hace mucho tiempo que debemos conocer por alguna razón u otra, sino como una disciplina de la que podamos aprender no sólo lo que ocurrió, sino lo que puede volver a ocurrir, lo que muy probablemente ocurrirá de nuevo. La literatura y la historia, estas dos ramas del conocimiento humano, constancias de la conducta humana, del pensamiento humano, son apreciadas cada vez menos por los jóvenes, y también por los educadores. Sin embargo, de ellas podemos aprender cómo ser ciudadanos y seres humanos; podemos aprender cómo contemplarnos a nosotros mismos y a la sociedad en que vivimos, de ese modo apacible, frío, crítico y escéptico que es la única actitud posible para un ser humano civilizado (o al menos eso han dicho todos los filósofos y los sabios). Pero todas las presiones van en dirección contraria, hacia aprender sólo lo que tiene utilidad inmediata, lo que es funcional. Cada vez más se pide que las personas sean educadas para actuar en una etapa casi seguramente temporal de la tecnología, que sean educados para el corto plazo. Una vez más debemos considerar la palabra útil. A largo plazo lo que es útil es lo que sobrevive, lo que revive, lo que vuelve a la vida en diferentes contextos. Puede parecer hoy que las personas aleccionadas para emplear con eficiencia las últimas tecnologías son la élite del mundo; pero a largo plazo creo que las personas preparadas para tener, asimismo, ese punto de vista que solía llamarse humanista –punto de vista a largo plazo, general, contemplativo- serán las que ejerzan mayor influencia. Simplemente porque comprenden más de lo que está ocurriendo en el mundo. No es que menosprecie a los nuevos técnicos –todo lo contrario-, pero lo que conocen es, por definición, una necesidad temporal.
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    Fragmento del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2007, titulado "Sobre no ganar el Premio Nobel"

    Con frecuencia se les pregunta a los escritores ¿cómo escribes? ¿usando procesador de palabras? ¿con una máquina de escribir eléctrica? ¿una pluma? ¿caligrafía? Pero la pregunta esencial es: “¿has encontrado un espacio, ese espacio vacío, que debe rodearte cuando escribes?” Dentro de ese espacio, que es como una forma de escucha, de atención, vendrán las palabras, las palabras que tus personajes hablarán, ideas-inspiración.
    Si un escritor no puede encontrar este espacio, los poemas y las historias pueden nacer muertos.

Doris Lessing

    La escritora británica Doris Lessing, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2001, Premio Nobel de Literatura 2007, falleció ayer en Londres a los 94 años. Descanse.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Literatura fantástica/ 5 - Literatura satírica y burlesca/ 30 - Las islas voladoras - Anton Chejov - Rusia


CAPÍTULO PRIMERO

 La Conferencia

    - ¡He terminado, caballeros! -dijo Mr. John Lund, joven miembro de la Real Sociedad Geográfica, mientras se desplomaba exhausto sobre un sillón. La sala de asambleas resonó con grandes aplausos y gritos de ¡bravo! Uno tras otro, los caballeros asistentes se dirigieron hacia John Lund y le estrecharon la mano.
    Como prueba de su asombro, diecisiete caballeros rompieron diecisiete sillas y torcieron ocho cuellos, pertenecientes a otros ocho caballeros, uno de los cuales era el capitán de La Catástrofe, un yate de 100.000 toneladas.
    - ¡Caballeros! -dijo Mr. Lund, profundamente emocionado-. Considero mi más sagrada obligación el darles a ustedes las gracias por la asombrosa paciencia con la que han escuchado mi conferencia de una duración de 40 horas, 32 minutos y 14 segundos… ¡Tom Grouse! -exclamó, volviéndose hacia su viejo criado-. Despiértame dentro de cinco minutos. Dormiré, mientras los caballeros me disculpan por la descortesía de hacerlo.
    - ¡Sí, señor! -dijo el viejo Tom Grouse.
    John Lund echó hacia atrás la cabeza, y estuvo dormido en un segundo.
    John Lund era escocés de nacimiento. No había tenido una educación formal ni estudiado para obtener ningún grado, pero lo sabía todo. La suya era una de esas naturalezas maravillosas en las que el intelecto natural lleva a un innato conocimiento de todo lo que es bueno y bello. El entusiasmo con el que había sido recibido su parlamento estaba totalmente justificado. En el curso de cuarenta horas había presentado un vasto proyecto a la consideración de los honorables caballeros, cuya realización llevaría a la consecución de gran fama para Inglaterra y probaría hasta qué alturas puede llegar en ocasiones la mente humana.
    «La perforación de la Luna, de uno a otro lado, mediante una colosal barrena.» ¡Éste era el tema de la brillantemente pronunciada conferencia de Mr. Lund!


CAPÍTULO II

El Misterioso Extraño

    Sir Lund no durmió siquiera durante tres minutos. Una pesada mano descendió sobre su hombro y tuvo que despertarse. Ante él se alzaba un caballero de un metro, ocho decímetros, dos centímetros y siete milímetros de altura, flexible como un sauce y delgado como una serpiente disecada. Era completamente calvo. Enteramente vestido de negro, llevaba cuatro pares de anteojos sobre la nariz, un termómetro en el pecho y otro en la espalda.
    - ¡Seguidme! -exclamó el calvo caballero con tono sepulcral.
    - ¿Dónde?
    - ¡Seguidme, John Lund!
    - ¿Y qué pasará si no lo hago?
    - ¡Entonces me veré obligado a perforar a través de la Luna antes de que lo hagáis vos!
    - En ese caso, caballero, estoy a vuestro servicio.
    - Vuestro criado caminará detrás de nosotros.
    Mr. Lund, el caballero calvo y Tom Grouse abandonaron la sala de asambleas, saliendo a las bien iluminadas calles de Londres. Caminaron durante largo tiempo.
    - Señor -dijo Grouse a Mr. Lund-, si nuestro camino es tan largo como este caballero, de acuerdo con la ley de la fricción, ¡gastaremos nuestras suelas!
    Los caballeros meditaron un momento. Diez minutos después, tras decidir que el comentario de Grouse tenía mucha gracia, rieron ruidosamente.
    - ¿Con quién tengo el honor de compartir mis risas, caballero? -preguntó Lund a su calvo acompañante.
    - Tenéis el honor de caminar, hablar y reír con un miembro de todas las sociedades geográficas, arqueológicas y etnográficas del mundo, con alguien que posee un grado magna cum laude en cada ciencia que ha existido y que existe en la actualidad, es miembro del Club de las Artes de Moscú, fideicomisario honorífico de la Escuela de Obstetricia Bovina de Southampton, suscriptor del The Illustrated Imp, profesor de magia amarillo-verdosa y gastronomía elemental en la futura Universidad de Nueva Zelanda, director del Observatorio sin Nombre, William Bolvanius. Os estoy llevando, caballero, a… (John Lund y Tom Grouse cayeron de rodillas ante el gran hombre, del que tanto habían oído, e inclinaron sus cabezas en señal de respeto)… os estoy llevando, caballero, a mi observatorio, a treinta y dos kilómetros de aquí. ¡Caballero! El silencio es una bella cualidad en un hombre. Necesito un compañero en mi empresa, la significación de la cual seréis capaz de comprender con tan sólo los dos hemisferios de vuestro cerebro. Mi elección ha recaído en vos. Tras vuestra conferencia de cuarenta horas, es muy improbable que deseéis entablar conversación conmigo, y yo, caballero, no amo a nada tanto como a mi telescopio y a un silencio prolongado. La lengua de vuestro servidor, empero, será detenida a una orden vuestra. ¡Caballero, viva la pausa!
    Os estoy llevando… Supongo que no tendréis nada en contra, ¿no es así?
    - ¡En absoluto, caballero! Tan sólo lamento que no seamos corredores y, por otra parte, el que estos zapatos que estamos usando valgan tanto dinero.
    - Os compraré zapatos nuevos.
    - Gracias, caballero.
Aquellos de mis lectores que estén sobre ascuas por el deseo de tener un mejor conocimiento del carácter de Mr. William Bolvanius pueden leer su asombrosa obra: «¿Existió la Luna antes del Diluvio?; y, si así fue, ¿por qué no se ahogó?»
    A esta obra se le acostumbra a unir un opúsculo, posteriormente prohibido, publicado un año antes de su muerte y titulado: «Cómo convertir el Universo en polvo y salir con vida al mismo tiempo.» Estas dos obras reflejan la personalidad de este hombre, notable entre los notables, mejor que pudiera hacerlo cualquier otra cosa.
    Incidentalmente, estas dos obras describen también cómo pasó dos años en los pantanos de Australia, subsistiendo enteramente a base de cangrejos, limo y huevos de cocodrilo, y sin hacer durante todo este tiempo ni un solo fuego.
    Mientras estaba en los pantanos, inventó un microscopio igual en todo a uno ordinario, y descubrió la espina dorsal en los peces de la especie «Riba». Al volver de su largo viaje, se estableció a unos kilómetros de Londres y se dedicó enteramente a la astronomía. Siendo como era un auténtico misógino (se casó tres veces y tuvo, como consecuencia, tres espléndidos y bien desarrollados pares de cuernos), y no sintiendo deseos ocasionales de aparecer en público, llevaba la vida de un esteta. Con su sutil y diplomática mente, consiguió que su observatorio y su trabajo astronómico tan sólo fuesen conocidos por él mismo.
    Para pesar y desgracia de todos los verdaderos ingleses, debemos hacer saber que este gran hombre ya no vive en nuestros días; murió hace algunos años, oscuramente, devorado por tres cocodrilos mientras nadaba en el Nilo.


CAPÍTULO III

Los Puntos Misteriosos

    El observatorio al que llevó a Lund y al viejo Tom Grouse… (sigue aquí una larga y tremendamente aburrida descripción del observatorio, que el traductor del francés al ruso ha creído mejor no traducir para ganar tiempo y espacio).
    Allí se alzaba el telescopio perfeccionado por Bolvanius. Mr. Lund se dirigió hacia el instrumento y comenzó a observar la Luna.
    - ¿Qué es lo que veis, caballero?
    - La Luna, caballero.
    - Pero, ¿qué es lo que veis cerca de la Luna, caballero?
    - Tan sólo tengo el honor de ver la Luna, caballero.
    - Pero, ¿no veis unos puntos pálidos moviéndose cerca de la Luna, caballero?
    - ¡Pardiez, caballero! ¡Veo los puntos! ¡Sería un asno si no los viera! ¿De qué clase de puntos se trata?
    - Esos puntos tan sólo son visibles a través de mi telescopio. ¡Pero ya basta! ¡Dejad de mirar a través del aparato! Mr. Lund y Tom Grouse, yo deseo saber, tengo que saber, qué son esos puntos. ¡Estaré allí pronto! ¡Voy a hacer un viaje para verlos! Y ustedes vendrán conmigo.
    - ¡Hurra! -gritaron a un tiempo John Lund y Tom Grouse-. ¡Vivan los puntos!


CAPÍTULO IV

Catástrofe en el Firmamento

    Media hora más tarde, Mr. William Bolvanius, John Lund y Tom Grouse estaban volando hacia los misteriosos puntos en el interior de un cubo que era elevado por dieciocho globos. Estaba sellado herméticamente y provisto de aire comprimido y de aparatos para la fabricación de oxígeno {Gas inventado por los químicos. Dicen que es imposible vivir sin él.}. El inicio de este estupendo vuelo sin precedentes tuvo lugar en la noche del 13 de marzo de 1870. El viento provenía del sudoeste. La aguja de la brújula señalaba oestenoroeste. (Sigue una descripción, extremadamente aburrida, del cubo y de los dieciocho globos.) Un profundo silencio reinaba dentro del cubo. Los caballeros se arrebujaban en sus capas y fumaban cigarros. Tom Grouse, tendido en el suelo, dormía como si estuviera en su propia casa. El termómetro {Este instrumento existe en la realidad. (Notas del traductor del francés al ruso.)} registraba bajo cero. En el curso de las primeras veinte horas, no se cruzó entre ellos ni una sola palabra ni ocurrió nada de particular. Los globos habían penetrado en la región de las nubes.
    Algunos rayos comenzaron a perseguirles, pero no consiguieron darles alcance, como era natural esperar tratándose de ingleses. Al tercer día John Lund cayó enfermo de difteria y Tom Grouse tuvo un grave ataque en el bazo. El cubo colisionó con un aerolito y recibió un golpe terrible. El termómetro marcaba -76°.
    - ¿Cómo os sentís, caballero? -preguntó Bolvanius a Mr. Lund al quinto día, rompiendo finalmente el silencio.
    - Gracias, caballero -replicó Lund, emocionado-; vuestro interés me conmueve. Estoy en la agonía. Pero, ¿dónde está mi fiel Tom?
    - Está sentado en un rincón, mascando tabaco y tratando de poner la misma cara que un hombre que se hubiera casado con diez mujeres al mismo tiempo.
    - ¡Ja, ja, ja, Mr. Bolvanius!
    - Gracias, caballero.
    Mr. Bolvanius no tuvo tiempo de estrechar su mano con la del joven Lund antes de que algo terrible ocurriese. Se oyó un terrorífico golpe. Algo explotó, se escucharon un millar de disparos de cañón, y un profundo y furioso silbido llenó el aire. El cubo de cobre, habiendo alcanzado la atmósfera rarificada y siendo incapaz de soportar la presión interna, había estallado, y sus fragmentos habían sido despedidos hacia el espacio sin fin. ¡Éste era un terrible momento, único en la historia del Universo!
    Mr. Bolvanius agarró a Tom Grouse por las piernas, este último agarró a Mr. Lund por las suyas, y los tres fueron llevados como rayos hacia un misterioso abismo. Los globos se soltaron. Al no estar ya contrapesados, comenzaron a girar sobre sí mismos, explotando luego con gran ruido.
    - ¿Dónde estamos, caballero?
    - En el éter.
    - Hummm. Si estamos en el éter, ¿qué es lo que respiramos?
    - ¿Dónde está vuestra fuerza de voluntad, Mr. Lund?
    - ¡Caballeros! -gritó Tom Grouse-. ¡Tengo el honor de informarles de que, por alguna razón, estamos volando hacia abajo y no hacia arriba!
    - ¡Bendita sea mi alma, es cierto! Esto significa que ya no nos encontramos en la esfera de influencia de la gravedad. Nuestro camino nos lleva hacia la meta que nos habíamos propuesto. ¡Hurra! Mr. Lund, ¿qué tal os encontráis?
    - Bien, gracias, caballero. ¡Puedo ver la Tierra encima, caballero!
    - Eso no es la Tierra. Es uno de nuestros puntos. ¡Vamos a chocar con él en este mismo momento! ¡¡¡BOOOM!!!


CAPÍTULO V

La Isla de Johann Goth 

    Tom Grouse fue el primero en recuperar el conocimiento. Se restregó los ojos y comenzó a examinar el territorio en el que Bolvanius, Lund y él yacían. Se despojó de uno de sus calcetines y comenzó a dar friegas con él a los dos caballeros. Éstos recobraron de inmediato el conocimiento.
    - ¿Dónde estamos? -preguntó Lund.
    - ¡En una de las islas que forman el archipiélago de las Islas Voladoras! ¡Hurra!
    - ¡Hurra! ¡Mirad allí, caballero! ¡Hemos superado a Colón!
    Otras varias islas volaban por encima de la que les albergaba (sigue la descripción de un cuadro comprensible tan sólo para un inglés). Comenzaron a explorar la isla. Tenía… de largo y… de ancho (números, números, ¡una epidemia de números!). Tom Grouse consiguió un éxito al hallar un árbol cuya savia tenía exactamente el sabor del vodka ruso. Cosa extraña, los árboles eran más bajos que la hierba (?). La isla estaba desierta. Ninguna criatura viva había puesto el pie en ella.
    - Ved, caballero, ¿qué es esto? -preguntó Mr. Lund a Bolvanius, recogiendo un manojo de papeles.
    - Extraño… sorprendente… maravilloso… -murmuró Bolvanius.
    Los papeles resultaron ser las notas tomadas por un hombre llamado Johann Goth, escritos en algún lenguaje bárbaro, creo que ruso.
    - ¡Maldición! -exclamó Mr. Bolvanius-. ¡Alguien ha estado aquí antes que nosotros! ¿Quién pudo haber sido? ¡Maldición! ¡Oh, rayos del cielo, machacad mi potente cerebro! ¡Dejad que le eche las manos encima, tan sólo dejad que se las eche! ¡Me lo tragaré de un bocado!
    El caballero Bolvanius, alzando los brazos, rió salvajemente. Una extraña luz brillaba en sus ojos.
    Se había vuelto loco.


CAPÍTULO VI

El Regreso

    - ¡Hurra! -gritaron los habitantes de El Havre, abarrotando cada centímetro del muelle. El aire vibraba con gritos jubilosos, campanas y música. La masa oscura que los había estado amenazando durante todo el día con una posible muerte estaba descendiendo sobre el puerto y no sobre la ciudad. Los barcos se hacían rápidamente a mar abierto. La masa negra que había ocultado el sol durante tantos días chapuzó pesadamente (pesamment), entre los gritos exultantes de la multitud y el tronar de la música, en las aguas del puerto, salpicando la totalidad de los muelles. Inmediatamente se hundió. Un minuto después había desaparecido toda traza de ella, exceptuando las olas que cruzaban la superficie en todas direcciones. Tres hombres flotaban en medio de las aguas: el enloquecido Bolvanius, John Lund y Tom Grouse. Fueron subidos rápidamente a bordo de unas barquichuelas.
    - ¡No hemos comido en cincuenta y siete días! -murmuró Mr. Lund, delgado como un artista hambriento. Y relató lo sucedido.
    La isla de Johann Goth ya no existía. El peso de los tres bravos hombres la había hecho repentinamente más pesada.
    Dejó la zona neutral de gravitación, fue atraída hacia la Tierra, y se hundió en el puerto de El Havre.


CONCLUSIÓN

    John Lund está ahora trabajando en el problema de perforar la Luna de lado a lado. Se acerca el momento en que la Luna se verá embellecida con un hermoso agujero. El agujero será propiedad de los ingleses.
    Tom Grouse vive ahora en Irlanda y se dedica a la agricultura. Cría gallinas y da palizas a su única hija, a la que está educando al estilo espartano. Los problemas científicos todavía le preocupan: está furioso consigo mismo por no haber pensado en recoger ninguna semilla del árbol de la Isla Voladora cuya savia tenía el mismo, el mismísimo sabor que el vodka ruso.
    Tonterías. Lo único sin lo cual no se puede vivir es el dinero.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Los pícaros/ 10 - Fragmentos de La vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor - ¿Anónimo? ¿Esteban González? - España


A EL LECTOR (Fragmentos)

    Carísimo o muy barato letor o quienquiera que tú fueres, si, curioso de saber vidas ajenas, llegares a leer la mía, yo me llamo Estebanillo González, flor de la jacarandaina;1 y te advierto que no es la fingida de Guzmán de Alfarache, ni la fabulosa de Lazarillo de Tormes ni la supuesta del Caballero de la Tenaza,2 sino una relación verdadera, con parte presente3 y testigos de vista y contestes4 (que los nombro a todos para averiguación y prueba de mis sucesos), y el dónde, cómo y cuándo, sin carecer de otra cosa que de día, mes y año; y antes quito que no añado. [...]
    Tengo por imposible que te deje de agradar, si acaso no estás dejado de la mano del gusto, o hecha la cara a el desaire de andar corto5 en alabar lo que es bueno por dar muestras de entendido. Aquí hallará el curioso dichos agudos; el soldado, batallas campales y viajes a Levante; el amante, enredos amorosos; el alegre, diversidad de chanzas y variedad de burlas; el melancólico, epitafios fúnebres a los tiernos mal logros6 del Cardenal-Infante, de la Reina de España y de la Emperatriz María; el poeta, compostura nueva y romances ridículos; el recogido en su albergue, las flores de la fullería, las leyes de la gente de la hampa, las preminencias7 de los pícaros de jábega,8 las astucias de los marmitones,9 las cautelas de los vivanderos10 y, finalmente, los prodigios de mi vida, que ha tenido más vueltas y revueltas que el laberinto de Creta. Donde, después de haberla leído y héchote más cruces que si hubieras visto a el Demonio, la tendrás por digna y merecedora de haber salido a luz. Dios te saque de las tinieblas della con bien, para que tú quedes contento y yo pagado y libre de tu censura.


OTRO PRÓLOGO EN VERSO

Lector pío como pollo,
O piadoso como Eneas,
O caro como el buen vino,
O barato cual cerveza,

Señor en lengua española,
Monsieur en lengua francesa,
Domine en lengua latina,
Y min Heer en la flamenca,

Yo, Estebanillo González,
Que fui niño de la escuela,
Gorrón de nominativos11
Y rapador de molleras,

Romero medio tunante,
Fullero de todas tretas,
Aprendiz de guisar panzas,12
Sota alférez de banderas,13

Criado de un Secretario,
Marmitón de una Eminencia,
Barrendero y niño rey14
De un príncipe de la Iglesia,

Barbero de mendigantes,
Cirujano de apariencia,
Maestro de mancar brazos
Y enfermero sin conciencia,

Mozo de plata15 de un Grande,
Alguacil de vara enhiesta,
Amparador de garduños,16
Residente de las trenas,

Menino17 de un pretendiente,
Peregrino con cautelas,
Bohonero con engaños,
Brandevinero18 con tretas,

Mandadero de prisiones,
Vendedor de tabaqueras,
Cómplice de la temblona19
Trasegador de bodegas,20

Nuevo peón de albañil,
Joven faquín21 de mareas,
Moderno pastor de cabras,
Tierno limpiador de cuevas,22

Aguador con tres oficios,23
Sirviente de la comedia,
Tornillero24 entre españoles,
Soldado de sus galeras,

Vendedor de agujas finas,
Rezador de coplas nuevas,
Pícaro de la marina,
Gavilán de la pesquera,

Navegante fugitivo,
Sinón25 de la gente hebrea,
Inventor de lamparones,26
Paje de rumbo27 y librea,

Mercadante de millares,
Don Monsiur de la Alegreza,
Torbellino de provincias,
Cosario de todas levas,28

Sentenciado a ser racimo,
Mondonguero de plazuela,
Patrón del malcocinado,29
Faraute30 de todas lenguas,

Zurcidor de ajenos gustos,31
Trainel32 de toda braveza,
Mandil33 de toda hermosura,
Casamentero de a medias,

Cocinero de portante,
Tratante de hierro a secas,
Valiente sobre montañas,
Gallina en campaña yerma,

Pastelero de caballos,34
Gorgotero35 de a dos cestas,
Distilador a el aurora,
Y vivandero a la siesta,

Mosquito de todos vinos,
Mono de todas tabernas,
Raposa de las cantinas,
Cuervo de todas las mesas,

Grande de España en cubrirme,36
Caballero en preminencias,
Hidalgo de todas chanzas,
Infanzón de todas muecas,

Menor criado de un duque
Que es el Marte de la guerra,
El Aquiles en las armas
Y el Alcides en las fuerzas,

Entretenido burlesco37
De un Infante, cuyas huellas
Entre alcatifas38 de luces
Pisan tapetes de estrellas,

Gaceta39 común de todo,
Postillón40 de buenas nuevas,
Correo de Majestades,
Y embajador sin grandeza,

Enamorado y celoso,
Siendo, a costa de mi hacienda,
Asistente de Jarama
Y hombre bueno de Cervera,41

Con gota por mis pecados,
Por mi gran culpa poeta,
Y por mi desdicha auctor
De historias y de tragedias,

De parte de Dios te pido,
Amigo lector, que leas
Hasta el fin aquestas burlas,
Pues van mezcladas con veras,

Pues en ellas hallarás
Donaires, chistes, destrezas,
Enredos, embustes, flores,
Ardides, estratagemas,

Quietudes, sosiegos, paces,
Temores, recelos, guerras,
Victorias, aplausos, triunfos,
Pérdidas, desdichas, penas,

Suertes, venturas, bonanzas,
Combates, males, tormentas,
Ingratitudes, mudanzas,
Amor, lealtad y firmeza.

Y si te cansa vida tan molesta,
Cuando tú escribas otra, di mal désta.


CAPÍTULO I
 (fragmentos)
En que da cuenta de su nacimiento, estudios y travesuras, y de un chiste donoso que le sucedió con un valiente y el viaje que hizo de Roma a Liorna.42

    Prométote, lampiño o barbado letor, o quienquiera que fueres, que, si no lo has por enojo, sólo sé de mi nacimiento que me llamo Estebanillo González; tan hijo de mis obras que si "por la cuerda se saca el ovillo", por ellas sacarás mi noble decendencia. Mi patria es común de dos, pues mi padre, que esté en gloria, me decía que era español trasplantado en italiano y gallego enjerto en romano, nacido en la villa de Salvatierra y bautizado en la ciudad de Roma: la una cabeza del mundo y la otra rabo de Castilla, servidumbre de Asturias y albañar43 de Portugal, por lo cual me he juzgado por centauro a lo pícaro, medio hombre y medio rocín: la parte de hombre por lo que tengo de Roma y la parte de rocín por lo que me tocó de Galicia. [...]
    Mi padre fue pintor in utroque,44 como dotor y cirujano, pues hacía pinturas con los pinceles y encajes con las cartas; y lo que se ahorraba en la pasa se perdía en el higo.45 Tenía una desdicha (que nos alcanzó a todos sus hijos, como herencia del pecado original), que fue ser hijodalgo, que es lo mismo que ser poeta; pues son pocos los que se escapan de una pobreza eterna o de una hambre perdurable. [...] 
    Murió mi madre de cierto antojo de hongos estando preñada de mi padre, según ella decía: quedose en el lecho como un pajarito. Y pienso, conforme el alma que tenía la cordera, que pasó de sólo Roma a una de las tres Moradas;46 porque no era tan inocente que al cabo de su vejez y habiendo pasado en su mocedad por la Cruz de Ferro y siendo tan vergonzosa y recatada, fuese al Limbo a ver tantos niños sin bragas. Dejó dos hijas jarifas,47 siendo cristianas, de la edad que las manda comer el dotor, con mucha hermosura en breves abriles; y yo quedé con pocos mayos y muchas flores,48 pues no ignorando la de Osuna no se me ha ocultado la del berro.49
    Después de haber hecho las funerales, ahorcado los lutos y enjugado las lágrimas (aunque no fueron más que amagos, pues se quedaron entre dos luces), volvió mi padre a su acostumbrada pintura, mis hermanas a su almohadilla50 y yo a mi desusada escuela, donde mis largas tardanzas pagaban mis cortas asentaderas. Era mi memoria tan feliz que, venciendo a mi mala inclinación (que siempre ha sido lo que de presente es), supe leer, escribir y contar; lo que me bastara a seguir diferente rumbo y lo que me ha valido para continuar el arte que profeso; pues te puedo asegurar, a fe de pícaro honrado, que no es oficio para bobos. [...]


CAPÍTULO IV
(fragmentos)
De cómo llegó a España, y viaje que hizo a Zaragoza y Madrid y peregrinaje a Santiago de Galicia, y otros ridículos sucesos que le pasaron en Portugal y Sevilla, hasta que entró a ser mozo de representantes.

    Después de haber llegado a Barcelona estuve en ella algunos días por descansar de la larga embarcación, y al cabo dellos fui acompañando hasta Zaragoza a una dama con quien había hecho conociencia por haber posado los dos en una misma posada, la cual era en sí tan generosa y tan amiga de agradar a todos y de no negar cosa que le pidiesen, que en virtud de los regalos y mercedes que me hizo por el camino comí dos meses de balde51 en el hospital de Nuestra Señora de Gracia, que es uno de los más ricos de España, y adonde con más amor y cuidado se asiste a los enfermos y adonde con más abundancia se les regala.
    Después de salir de la convalescencia me metí en un carro cargado de frailes y de mujeres de buen vivir (carga de que jamás han ido ni van faltos).52 Fuime con él a Madrid, por la noticia que tenía de ser esta villa madre de todos. Llegué a la que es corte de cortes, leonera del Real León de España, academia de la grandeza, congregación de la hermosura y quintaesencia de los ingenios.
    A el segundo día que estuve en ella me acomodé por paje de un pretendiente, tan cargado de pretensiones como ligero de libranzas: dábame diez cuartos53 de ración y quitación,54 los cuales gastaba en almorzar cada mañana, y lo demás del día estaba a diente,55 como haca de bohonero, siendo, a más no poder, paño veinticuatreno.56 Comía mi amo tarde,57 por ser costumbre antigua de pretendientes, y era tan amigo de cuenta y razón, peso y medida, que comía por onzas y bebía por adarmes,58 y tan amigo de limpieza que pudo blasonar no tener paje que fuese lameplatos, porque los dejaba él tan lamidos y escombrados que ahorraba de trabajo a las criadas de la posada.
    Viéndome sin esperanza de librea y con posesión de sarna y las tripas como trancahilo,59 traté de ponerme en figura de romero, aunque no me conociese Galván,60 por ir a ver a Santiago de Galicia, patrón de España, y por ver la patria de mis padres, y principalmente por comer a todas horas y por no ayunar a todos tiempos.
    Dejé a mi amo, vestíme de peregrino con hábito largo, esclavina61 cumplida, bordón62 reforzado y calabaza de buen tamaño. Fui a la imperial Toledo, centro de la discreción y oficina de esplendores, adonde, después de haber sacado mis recados y licencia para poder hacer el viaje, me volví por Illescas a visitar a aquella divina y milagrosa imagen,63 y dando la vuelta a Madrid me partí en demanda del Escurial, adonde se suspendieron todos mis sentidos viendo la grandeza incomparable de aquel sumptuoso templo, obra del segundo Salomón64 y emulación de la fábrica del primero, olvido del arte de Corinto, espanto65 de los pinceles de Apelles y asombro de los sinceles de Lisipo.66 Diéronme sus reverendos frailes limosna de potaje y caridad de vino: piedad que en ellos hallan todos los pasajeros.
    Partí de allí a Segovia y, habiendo descansado tres días en su hospital, pasé a la ciudad de Valladolid. Junteme en ella con dos devotos peregrinos que hacían el propio viaje y eran, cuando no de mi cantidad, por lo menos de mi calidad y costumbres. Era el uno francés, y el otro ginovés, y yo gallego romano, y todos tan diestros en la vida poltrona que podíamos dar papilla67 al más entendido gitano y, en efeto, trinca68 que se escaparon muy pocos de nuestras garatusas.69
    A las primeras vistas nos conocimos los humores, como si nos hubiéramos criado juntos y, a el fin, por conformidad de estrellas o concordancia de inclinaciones, hicimos liga y monipodio70 de ir a pérdida y ganancia en todos lances que nos podían suceder en esta jornada, guardando las leyes de buena compañía. Y para que mejor las observásemos, el ginovés, como hombre más experimentado, con tono fraternal nos informó en las ceremonias y puntos de la vida tunante. Dorola con tantos epitectos y atributos, que por gozar de sus excepciones y libertades dejara los títulos y grandezas del mayor potentado de la Europa.
    Acabó el Cicerón a lo pícaro71 su compendiosa oración, que además de ser gustosa penetró de tal manera nuestros corazones que no hubo punto, por delicado que fuese, que no nos obligásemos a repetirlo y ejercitarlo; y principalmente cuando en lugar de quan mihi et vobis72 nos encargó aquella santa palabra de "quémese la casa y no salga humo",73 con que quedó tan pagado como nosotros contentos.
    Proveídas las calabazas a discreción, dimos principio a nuestra romería con tal fervor, que el día que más caminábamos no pasaban de dos leguas, por no hacer trabajo lo que habíamos tomado por entretenimiento. En el camino vendimiábamos las viñas solitarias y cogíamos las gallinas huérfanas, y con estas chanzas y otras salimos cargados de dineros y limosnas, de las cuales comíamos los canterones74 y rebanadas de pan blanco, y lo negro, quemado y mal cocido vendíamos en los hospitales, para sustento de gallinas y aumentación de alejur.75 [...]
    Llegamos a la ciudad de Santiago, que, por que no me tengan por parte apasionada por lo que tengo de gallego, me excuso de decir lo mucho que hay en ella que poder alabar. Ajustamos nuestras conciencias (que bien anchas las habíamos traído) y, cumpliendo con las obligaciones de ser cristianos y de ir a visitar a aquella santa casa, quedamos tan justificados que por no usar de nuestras mercancías andábamos lacios y desmayados. Por cuya causa y por ser muchos los peregrinos que acuden a la dicha ciudad y pocos los que dan limosna, me despedí de mis camaradas y, con deseo de ver y vivir con capa de santidad, caminé a la vuelta del reino de Portugal. [...]
Notas de Enrique Suárez Figaredo, que también ha fijado el texto

1 Rufianesca, picaresca.
2 De Quevedo.
3 Compareciente. Se refiere a las partes o litigantes en el pleito.
4 El que confirma lo testificado por otro.
5 Incurras en, peques de contenerte.
6 Defunciones prematuras. El Cardenal-Infante fue don Fernando de Austria (1609-1641). Había sido nombrado Arzobispo de Toledo... a los diez años.
7 Privilegios, ventajas.
8 Los que, en la playa, ayudaban a los pescadores tirando de la red (jábega) y recogiendo el pescado.
9 Pinches, personal de cocina.
10 Los que seguían a los ejércitos llevando y vendiendo víveres. 'Cautela': engaño, trampa, artimaña.
11 Pricipiante, párvulo (en la Gramática se empezaba por estudiar los nominativos).
12 Cocinar mondongo: la panza del animal rellena con los intestinos.
13 La bandera (que pesaba lo suyo) era compañía inseparable del alférez. En ocasiones éste pagaba a un ayudante que, entre otros servicios, la llevase durante las marchas.
14 Se refiere al papel que representó en una comedia (cap. II).
15 El que cuidaba del menaje.
16 Rateros, delincuentes.
17 Criado joven, pajecillo.
18 Vendedor de aguardiente.
19 Pedir limosna fingiéndose enfermo.
20 El que mueve el vino de una cuba a otra.
21 Mozo de carga. 'Mareas' debe referirse a su etapa de 'pícaro de la marina'.
22 Cavas, bodegas. Estebanillo recurre en esta estrofa a cuatro variantes de 'juvenil'.
23 También trasladaba mensajes amorosos y vendía jaboncillos a las damas.
24 'Tornillo': desertor.
25 El que engañó a los troyanos.
26 Escrófulas. Tumores que suelen aparecer en el cuello. Existía la creencia de que los reyes de Francia tenían la virtud de curarlas con sólo tocarlas.
27 Pompa, ostentación. La 'librea' era el uniforme que los nobles daban a sus criados, con los colores de su escudo de armas.
28 'Leva' vale reclutamiento, zarpar la nave y trampa. 'Corsario' vale experimentado.
29 Guiso hecho con los menudillos del animal.
30 Intérprete.
31 Alcahuete.
32 Criado de rufián o 'bravo'.
33 Criado de una prostituta o 'hermosura'.
34 Hacía pasteles con carne de caballos muertos.
35 Vendedor ambulante de baratijas.
36 El título de Grande de España permite no descubrirse ante la Realeza. Algún noble se lo permite a Estebanillo en el curso de sus mandaderías.
37 Mantenido, empleado. También se llamaba 'entretenido' al que aguardaba la concesión de un empleo oficial y recibía una compensación para el sustento.
38 Alfombrillas, tapetes.
39 Diario o periódico de noticias. También la persona que gusta de estar al corriente de todo y divulgarlo. Las 'buenas nuevas' aluden a las victorias militares.
40 El que conduce y guía la posta, correo.
41 'Asistir' vale 'residir'. En las riberas del Jarama (afluente del Tajo) se criaban toros bravos y 'Cervera' sugiere 'ciervo'. En otras palabras: cornudo.
42 Livorno, en la Toscana, al sur de Pisa.
43 'Albañal', cloaca.
44 Doctor in utroque era el doctorado en ambos Derechos: Civil y Canónico.
45 Perdía jugando a las 'pintas' lo que ganaba en su oficio de pintor. Pasas e higos eran comida de moriscos.
46 Infierno, Purgatorio y Paraíso.
47 Jóvenes y hermosas. Lo de 'siendo cristianas' viene de que era nombre de una mora hermosísima que aparece en varios romances.
48 Malas artes, mañas, picardías.
49 Saber 'la flor de Osuna' (prov. de Sevilla) es ser pícaro, y la expresión pudo originarse en un Conde de tal título, contumaz jugador. Andarse 'a la flor del berro' es desenvolverse a sus anchas, hacer lo que uno quiere.
50 Cojín que usa la costurera. 
51 Gratis, sin coste. Se entiende que contrajo una enfermedad venérea. 
52 Estebanillo se refiere al carro, aunque el malintencionado lector pueda pensar otra cosa. El equívoco alude al libro Carro de donas, de Fray Francisco Jiménez. 
53 El cuarto, la cuarta parte del real 'de vellón', valía 4 maravedís. 
54 El criado solía comer por su cuenta, fuera de la casa del señor. De su salario, la 'ración' era para el sustento diario, y la 'quitación' el resto.. 
55 Sin comer. 
56 Por comer sólo una vez cada veinticuatro horas. El 'veinticuatreno' era paño cuya urdimbre tenía 24 centenares de hilos. 
57 Infrecuentemente. 'Tenía sobre el sayo negro señalados el peto, espaldar y gola, y la... camisa medio pudrida de sudor; que no era posible menos de quien tan tarde se desnudaba' (Quijote de Avellaneda, XXXIV) 
58 En corta cantidad, con escasez. La libra castellana, equivalente a 460 gramos, se dividía en 16 onzas, y la onza en 16 adarmes. 
59 Hechas un nudo. 
60 Del romance: 'Vámonos, dijo, mi tío, / a París esa ciudad, / en figura de romeros, / no nos conozca Galván. 
61 Capa corta. 'Cumplida': ancha, de mayor talla que la conveniente al sujeto. 
62 Cayado, báculo. 
63 Nuestra Señora de la Caridad. 
64 Lo construyó Felipe II, hijo de Carlos V, en conmemoración de la batalla de San Quintín. 
65 Asombro. 
66 Apeles y Lisipo: famosos pintor y escultor griegos. 
67 Engañar, timar. 
68 Terna, trío. 
69 Tretas, malicias. 
70 Consorcio, junta. 
71 Por lo elocuente. 
72 '... praestare dignetur Dominus noster Iesus Christus'. Fórmula con la que se concluían los sermones. 
73 No haya delación. Equivalente a 'Antes mártir que confesor'. 
74 'Cantos': puntas, extremos. 
75 Orig.: 'alejux'. El 'alajú' o 'alfajor' es un pastelillo de pan rallado, nueces y miel.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Miss X - Jaime Sabines - México


Miss X, sí, la menuda Miss Equis,
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la hierba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una cuidad, lleno de paja.
Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordida de llanto las entrañas.
Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.
Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así se cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.

Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.
Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.

La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.

¡Ah, Miss X, escondida
flor del alba!

Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Hoy nací con el día - Claribel Alegría - Nicaragua-El Salvador


Hoy nací con el día
entró la luz
bailando
hasta mi cuarto
y me sentí feliz
como en la infancia
y bailé con la luz
y oí la voz de la hiedra
y del geranio
y salí bailando hasta la calle
y seguí cuesta arriba
con la luz
y me senté a verla brillar
sobre la grama
y bajé junto a ella
hasta el borde del mar
y la vi brillar
sobre las olas
y de pronto fue el mar
el murmullo del mar
en mis oídos
el olor a alga podrida
a red de pescadores
y cerré los ojos
y entraron galopando
los recuerdos
y me tendí sobre una roca
con los ojos cerrados
y no pude aguantar:
mi vida de repente
desfilando
se mezclaban
vibravan
se abrían mis recuerdos
nadie puede aguantar
toda esa vida
y levanté los párpados
y había luz en el mar
y había sombra
islas de luz
y sombra
sobre el cielo
y comencé a subir
y había luz
y sombra
en los colores
signos entretejidos
sobre el suelo
y me detuve un rato
a descifrarlos
a dibujar más signos
a borrarlos
y el tropel de recuerdos
disminuía
hoja a hoja
caían los recuerdos
y seguí mi ascensión
ya más ligera
con la luz
y la sombra
fluyendo entre mis pasos.

martes, 5 de noviembre de 2013

Jarchas/ 2 - Poetas de al-Andalus/Sefarad/ 16 - Muwaschaha - Yehudah Ha-Levi - al-Andalus/Sefarad



I.- Transliteración de caracteres árabes a grafías latinas

1  garyd boš 'y yrmn'lš
2  km kntnyr 'mw mali
3  šin 'lhbyb non bbr'yw
4  'dbl'ry dmnd'ry.
Ramón Menéndez Pidal, 1965

II. Transcripción

1  Garīd boš, ay yermanēllaš
2  kóm kontenēr-hé mew mā´lē,
3  Šīn al-habīb non bibrē´yo:
4  ¿ad ob l' iréy demandā´re?
Emilio García Gómez, 1965

III. Interpretación

1  Decid, vosotras, ay hermanillas,
2  cómo he de atajar mi mal.
3  Sin el amado no puedo vivir:
4  ¿a dónde he de ir a buscarlo?
Emilio García Gómez, 1965

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sólo la muerte - Pablo Neruda - Chile


Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado, como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos,
la muerte está en la escoba,
es la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.