Chet Baker - Like Someone In Love

miércoles, 31 de enero de 2018

Oda a Federico García Lorca - Pablo Neruda - Chile


Si pudiera llorar de miedo en una casa sola,
si pudiera sacarme los ojos y comérmelos,
lo haría por tu voz de naranjo enlutado
y por tu poesía que sale dando gritos.

Porque por ti pintan de azul los hospitales
y crecen las escuelas y los barrios marítimos,
y se pueblan de plumas los ángeles heridos,
y se cubren de escamas los pescados nupciales,
y van volando al cielo los erizos:
por ti las sastrerías con sus negras membranas
se llenan de cucharas y de sangre
y tragan cintas rotas, y se matan a besos,
y se visten de blanco.

Cuando vuelas vestido de durazno,
cuando ríes con risa de arroz huracanado,
cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes,
la garganta y los dedos,
me moriría por lo dulce que eres,
me moriría por los lagos rojos
en donde en medio del otoño vives
con un corcel caído y un dios ensangrentado,
me moriría por los cementerios
que como cenicientos ríos pasan
con agua y tumbas,
de noche, entre campanas ahogadas:
ríos espesos como dormitorios
de soldados enfermos, que de súbito crecen
hacia la muerte en ríos con números de mármol
y coronas podridas, y aceites funerales:
me moriría por verte de noche
mirar pasar las cruces anegadas,
de pie y llorando,
porque ante el río de la muerte lloras
abandonadamente, heridamente,
lloras llorando, con los ojos llenos
de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.

Si pudiera de noche, perdidamente solo,
acumular olvido y sombra y humo
sobre ferrocarriles y vapores,
con un embudo negro,
mordiendo las cenizas,
lo haría por el árbol en que creces,
por los nidos de aguas doradas que reúnes,
y por la enredadera que te cubre los huesos
comunicándote el secreto de la noche.
Ciudades con olor a cebolla mojada
esperan que tú pases cantando roncamente,
y silenciosos barcos de esperma te persiguen,
y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo,
y además caracoles y semanas,
mástiles enrollados y cerezas
definitivamente circulan cuando asoman
tu pálida cabeza de quince ojos
y tu boca de sangre sumergida.

Si pudiera llenar de hollín las alcaldías
y, sollozando, derribar relojes,
sería para ver cuándo a tu casa
llega el verano con los labios rotos,
llegan muchas personas de traje agonizante,
llegan regiones de triste esplendor,
llegan arados muertos y amapolas,
llegan enterradores y jinetes,
llegan planetas y mapas con sangre,
llegan buzos cubiertos de ceniza,
llegan enmascarados arrastrando doncellas
atravesadas por grandes cuchillos,
llegan raíces, venas, hospitales,
manantiales, hormigas,
llega la noche con la cama en donde
muere entre las arañas un húsar solitario,
llega una rosa de odio y alfileres,
llega una embarcación amarillenta,
llega un día de viento con un niño,
llego yo con Oliverio, Norah
Vicente Aleixandre, Delia,
Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,
la Rubia, Rafael, Ugarte,
Cotapos, Rafael Alberti,
Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,
Molinari,
Rosales, Concha Méndez,
y otros que se me olvidan.

Ven a que te corone, joven de la salud
y de la mariposa, joven puro
como un negro relámpago perpetuamente libre,
y conversando entre nosotros,
ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,
hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:
para qué sirven los versos si no es para el rocío?

Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?
Sobre todo de noche,
de noche hay muchas estrellas,
todas dentro de un río,
como una cinta junto a las ventanas
de las casas llenas de pobres gentes.

Alguien se les ha muerto, tal vez
han perdido sus colocaciones en las oficinas,
en los hospitales, en los ascensores,
en las minas,
sufren los seres tercamente heridos
y hay propósito y llanto en todas partes:
mientras las estrellas corren dentro de un río interminable
hay mucho llanto en las ventanas,
los umbrales están gastados por el llanto,
las alcobas están mojadas por el llanto
que llega en forma de ola a morder las alfombras.

Federico,
tú ves el mundo, las calles,
el vinagre,
las despedidas en las estaciones
cuando el humo levanta sus ruedas decisivas
hacia donde no hay nada sino algunas
separaciones, piedras, vías férreas.

Hay tantas gentes haciendo preguntas
por todas partes.
Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el
desanimado,
y el miserable, el árbol de las uñas,
el bandolero con la envidia a cuestas.

Así es la vida, Federico, aquí tienes
las cosas que te puede ofrecer mi amistad
de melancólico varón varonil.
Ya sabes por ti mismo muchas cosas,
y otras irás sabiendo lentamente.

lunes, 29 de enero de 2018

Literatura y ciencia/ 29 - El número aúreo o divina proporción - Rafael Alberti - España


El número aúreo o proporción aúrea o divina proporción es un número irracional (de infinitos decimales no periódicos) representado por la letra griega φ o Φ (Phi, leído "fi"), en honor al escultor Fidias, que lo utilizaba conscientemente como valor estético. Al número φ se puede llegar por varios caminos, pero diremos que es la solución positiva de la ecuación de segundo grado: φ2-φ-1=0, es decir (1+√5)/2 = 1,618033988749...

Dicho número es una proporción (razón, se dice en matemáticas) muy curiosa que se da en un rectángulo con propiedades también muy singulares y que se conoce como "rectángulo de oro". Se obtiene a partir de un cuadrado, añadiéndole, según muestra la figura, un rectángulo de base b, de tal manera que tenemos dos rectángulos: el añadido BEFD el mayor AEFC. Pues bien, la razón o cociente entre los lados de cada uno de ellos es la misma, es decir: c / a = a / b o, si lo prefieren, CF /AC = EF / DF, y esa razón es el número Φ. Los pitagóricos lo consideraban el "número de oro".




El número aúreo se ha utilizado consciente o inconscientemente a lo largo de la historia en todo tipo de manifestaciones artísticas: pintura, arquitectura, escultura... Incluso en la música: Beethoven, Mozart, Debussy... etc, lo utilizaron en sus composiciones aun sin saberlo.

Seguramente todo lo que nos resulta bello en la naturaleza y en las artes lleva escondida (o a la vista) la "divina proporción".


A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.

A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.

A ti, mar de los sueños angulares,
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.

Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera trasparente.
A ti, divina proporción de oro.

sábado, 27 de enero de 2018

Fragmentos de Variaciones argentinas - Ramón Gómez de la Serna - España


Buenos Aires es...

   La ciudad más difícil de ver es la Capital de la Argentina. Con los muchos años que llevo en ella callejeándola a troche y moche, día y noche, repasando todos sus barrios, vericuetos y andurriales, no he encontrado aún su síntesis.   

   Se reconoce a Buenos Aires, más que por su enmendada silueta, por su permanente aire exquisito, único, depurado en lo alto –un aire poético como con senos de mujer– y esa mezcla de un olor húmedo que sale de ese subsuelo donde las raíces estiran sus piernas y traman la tierra básica.

   La ciudad más difícil de abarcar no sólo no se deja ver, sino que no nos ve y se diría que primero cierra los ojos para no vernos, para que no nos creamos algo del otro mundo y pertenezcamos entrañablemente a éste, apeñuscados en su fondo, como anonimal lama o abono de su río y de su tierra.


Matices de Buenos Aires

   Hay ciudades desesperantes o entrometidas. Buenos Aires es neutral, no pesa sobre uno, nadie quiere intervenir íntimamente en nadie. Pasear, ver y nadie incordiándole a uno.

   Buenos Aires es oír cantos extraños de pájaros exóticos que paseaban en avión por la ciudad y se han parado en una torrecilla.

   Es un sitio donde todos llevan un paquete y van por otro. El ocaso del sábado tiene bandoneones. Tiene un alba a rayas, a franjas. Reaparece su condición albada a las diez de la mañana, hasta las dos de la tarde. Nos quedamos otra vez in albis. Es ciudad para ojos despiertos y por eso no cubre los agujeros del suelo. Desde luego, no está preparada para los ciegos.

   Al que entra por su arco que da a un gran mundo dice: "Ahora sí te quedas solo, con todos los caminos por tuyos y allá tú con lo que puedas hacer."

   Pasan vienesas finas en su último avatar aunque aún les queda rubiez, esbeltez y elegantez. Dentro del otoño encontramos mujeres que vimos en Londres hace muchos años.

   Muchos españoles de Buenos Aires parecen coristas de zarzuela.

  Vive todo contando con el embargo natural de la tierra y la succión del cielo. Todo lo demás es especulación de la gran ciudad, de la más garbosa factoría del mundo.

   Se vocean mucho los diarios y la gran metrópoli se convierte en andén de las nuevas ediciones.

   El tono espiritual y propicio que tiene Buenos Aires al atardecer se debe a que es la ciudad más musical de la cintura de América para abajo y donde hay más retratos, bustos y estatuas de Beethoven.

   Como es la ciudad colindante con ríos y lagunas, en las grandes zapaterías sorprende la cantidad de botas para andar por el agua que alternan con los más finos botines.

  Ciudad de transparencia, con una finalidad desinteresada de espectáculo, posee los mejores visagistas que cambian día a día su fisonomía.

   Cuando llueve en Buenos Aires es como si lloviese en el mar y sus estaciones son rarísimas, pues comienza el verano cuando acaba el verano y comienza el invierno cuando acaba el invierno.

  El anonimato profundo que le caracteriza hace que el bar que más le atrae es el llamado "Bar sin nombre".

  Es una ciudad en tan vibrante formación que siempre entra polvo en los ojos.
   
  Buenos Aires es un cúmulo de olores que se deben a la humedad, habiendo días en que huele a ropa de nene mezclada a carne a la parrilla.

   No hay ningún otro sitio en que se mire sólo a la mujer que pasa ahorrándose el mirar al varón que va con ella.

 Hay una hora de asomarse al interior de las casas de antigüedades en que vemos bajo fanales de cristal los pájaros musicales de otro tiempo, disecado sólo sus ramajes del pasado.
   
  El nombre de Buenos Aires –cada día que pasa– veo que fue puesto a la ciudad por su exquisitez, pues continúa siendo el bello aire que disuelve el pesimismo violento y también la rebeldía excesiva de los hombres. 
De Variaciones argentinas, 1962
Ramón Gómez de la Serna

Ramón Gómez de la Serna vivió muchos años en Argentina. No sé si lo que escribió entonces sirve ahora.

jueves, 25 de enero de 2018

Madrigal / Me retracto de todo lo dicho / Epitafio - Nicanor Parra - Chile


Estamos en deuda contigo, viejo aguafiestas
Antonio Cisneros
Descansa en paz, don Nica.

Madrigal

Yo me haré millonario una noche
Gracias a un truco que me permitirá fijar las imágenes
En un espejo cóncavo. O convexo.

Me parece que el éxito será completo
Cuando logre inventar un ataúd de doble fondo
Que permita al cadáver asomarse a otro mundo.

Ya me he quemado bastante las pestañas
En esta absurda carrera de caballos
En que los jinetes son arrojados de sus cabalgaduras
Y van a caer entre los espectadores.

Justo es, entonces, que trate de crear algo
Que me permita vivir holgadamente
O que por lo menos me permita morir.

Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,
Sueño que se me caen los dientes
Y que llego tarde a unos funerales.


Me retracto de todo lo dicho 

Antes de despedirme 
Tengo derecho a un último deseo: 
Generoso lector 
                       quema este libro 
No representa lo que quise decir
A pesar de que fue escrito con sangre 
No representa lo que quise decir.

Mi situación no puede ser más triste
Fui derrotado por mi propia sombra:
Las palabras se vengaron de mí.

Perdóname lector 
Amistoso lector
Que no me pueda despedir de ti
Con un abrazo fiel:
Me despido de ti 
con una triste sonrisa forzada.

Puede que yo no sea más que eso
pero oye mi última palabra: 
Me retracto de todo lo dicho. 
Con la mayor amargura del mundo 
Me retracto de todo lo que he dicho.


Epitafio

                        De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca del ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo detonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

martes, 23 de enero de 2018

Literatura y jazz/ 79 - Garage Bar, 99 Seventh Ave. So. - Toni Montesinos Gilbert - España


El jazz está en la sangre de la noche.
Le hago un corte con la botella de una Budweiser
y Ella Fitzgerald canta: "Heaven, I'm in heaven...".
Y cuanto más alcohol, más arriba en el cielo.
Y un rato después: "Die, the rest is silence..."
le susurro al taxista que me saca
de la noche imborrable en Greenwich Village.
Cheek To Cheek - Ella Fitzgerald

domingo, 21 de enero de 2018

El amor de los hijos del Águila - William Ospina - Colombia


En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro.
En la hoja del remo ya está, invisible, el agua.
En torno del hocico del venado ya tiemblan, invisibles, las ondas del
estanque.
En mis labios ya están, invisibles, tus labios.

viernes, 19 de enero de 2018

Poética de la ciudad - Daniel Guerra de Viana - España


La ciudad duerme al fondo del olvido...
ANTONIO CASARES, El infierno de los días

Te sientas a escribir sobre la ciudad,
y confundes las luces de las farolas
con los extraños rascacielos neoyorquinos,
y tus ojos no se acostumbran a la opacidad
en la que está sumida tu ciudad; donde los hombres
andan cabizbajos arrastrando la pesada sombra del humo:
y las mujeres toman café cuando han dejado a los niños
expuestos a que un desalmado les enseñe un paraíso deshabitado.

Tu ciudad sucumbe por la noche, como los suicidas que gotean
en las puertas de los cementerios. Y mientras, escribes,                                                                                              [confundido.
Hay una sensación más extraña que mirar el porvenir de las niñas                                                                              [con chándal,
y regresar empujando un lastimero carrito como un niño de ojos                                                                                   [cansados.

No saliste de aquí, y escribiste sobre el mundo que se dibujaba en                                                                                [tu ventana
que se asomaba por el norte a un campo en agraz, al sur al cielo                                                                         [marchito y negro
mientras que el este y el oeste eran quimeras que olvidabas en tu                                                                             [cama, donde
no existían las dimensiones que tu pluma trazaba.

Confundes los paseos con alamedas finiseculares; en tu ciudad
los paseos se hacen con la ropa de los muertos y las lágrimas de
los vivos. La noche se cierra en tu cuerpo y no vislumbras
que el ocaso está sentenciando la página donde escribes, que la                                                                                        [ciudad
se convertirá en una apretada hoja tirada a la papelera.
De Las escamas del frío, 2016

miércoles, 17 de enero de 2018

Literatura y jazz/ 78 - Noche oscura - Pablo García Baena - España


San Juan de la Cruz
Porque es de noche y va cayendo el agua
nos abrazamos, solos, en el viejo
regazo del sofá en tanto suena
la voz de Nat King Cole, triste y cálida
rama de broncas ascuas crepitantes
en la garganta humana de los discos.
Aunque es de noche duerme en su litera
de angustia el senescal, ora dormido
el obispo yacente sobre el laude
y en su cama de ruedas duerme el ciego.
Dormido el mundo, tú y yo veíamos
solos sobre la tierra, porque es noche
y el agua vierte pura hondo sueño.
Un humo de durmientes nos acerca
las bocas... Calla tu corazón al miedo
aunque es de noche y está frío el planeta
con nosotros y el bosque de esa música
tupiendo yedras alrededor nuestro.
Llamas somos de un sueño largo y torpe
que los tendidos sueñan silenciosos
desde el catre postrero de la tierra.
Sólo es real el vaso rebosante
de mi sed, aunque el agua está manando
y es de noche para siempre, noche oscura.
Nat King Cole - Unforgettable

lunes, 15 de enero de 2018

Oda a Rubén Darío - José Coronel Urtecho - Nicaragua


Con este poema, a la vez rechazo y adhesión del discípulo al maestro, José Coronel Urtecho contribuye decisivamente a la formación del perfil poético e intelectual del grupo de poetas jóvenes que compondrían el movimiento de Vanguardia de Nicaragua, iniciado en 1936 por el propio Urtecho, Pablo Antonio Cuadra y Joaquín Pasos, todos ellos estudiantes del Colegio Centroamérica.


"¿Ella? No la anuncian. No llega aún."
Rubén Darío. Heraldos

            I

                  (Acompañamiento de papel de lija)

Burlé tu león de cemento al cabo.
Tú sabes que mi llanto fue de lágrimas,
i no de perlas. Te amo.
Soy el asesino de tus retratos.
Por vez primera comimos naranjas.
Il n’y a pas de chocolat —dijo tu ángel de la guarda.

Ahora podías perfectamente
mostrarme tu vida por la ventana
como unos cuadros que nadie ha pintado.
Tu vestido de emperador, que cuelga
de la pared, bordado de palabras,
cuánto más pequeño que ese pajama
con que duermes ahora,
que eres tan sólo un alma.

Yo te besé las manos.
"Stella —tú hablabas contigo mismo—
llegó por fin después de la parada",
i no recuerdo qué dijiste luego.
Sé que reímos de ello.

    (Por fin te dije: "Maestro, quisiera
ver el fauno".
                  Mas tú: "Vete a un convento").

Hablamos de Zorrilla. Tu dijiste:
"Mi padre" i hablamos de los amigos.
"Et le reste est literature" de nuevo
tu ángel impertinente.
Tú te exaltaste mucho.
"Literatura todo —el resto es esto".
Entonces comprendimos la tragedia.
Es como el agua cuando
inunda un campo, un pueblo
sin alboroto i se entra
por las puertas i llena los salones
de los palacios —en busca de un cauce,
del mar, nadie sabe.

Tú que dijiste tantas veces "Ecce
Homo" frente al espejo
i no sabías cuál de los dos era
el verdadero, si acaso era alguno.
(¿Te entraban deseos de hacer pedazos
el cristal?) Nada de esto
(mármol bajo el azul) en tus jardínes
—donde antes de morir rezaste al cabo—
donde yo me paseo con mi novia
i soy irrespetuoso con los cisnes.


            II

                  (Acompañamiento de tambores)

He tenido una reyerta
con el Ladrón de tus Corbatas
(yo mismo cuando iba a la escuela),
el cual me ha roto tus ritmos
a puñetazos en las orejas...

Libertador, te llamaría,
si esto no fuera una insolencia
contra tus manos provenzales
(i el Cancionero de Baena)
en el "Clavicordio de la Abuela"
—tus manos, que beso de nuevo,
Maestro.

En nuestra casa nos reuníamos
para verte partir en globo
i tú partías en una galera
—después descubrimos que la luna
era una bicicleta—
y regresabas a la gran fiesta
de la apertura de tu maleta.
La Abuela se enfurecía
de tus sinfonías parisienses,
i los chicuelos nos comíamos
tus peras de cera.

(Oh tus sabrosas frutas de cera)

Tú comprendes.
Tú que estuviste en el Louvre,
entre los mármoles de Grecia,
y ejecutaste una marcha
a la Victoria de Samotracia,
tú comprendes por qué te hablo
como una máquina fotográfica
en la plaza de la Independencia
de las Cosmópolis de América,
donde enseñaste a criar Centauros
a los ganaderos de las Pampas.

Porque, buscándome en vano
entre tus cortinajes de ensueño,
he terminado por llamarte
"Maestro, maestro",
donde tu música suntuosa
es la armonía de tu silencio...
(¿Por qué has huído, maestro?)
(Hay unas gotas de sangre
en tus tapices).

                      Comprendo.
Perdón. Nada ha sido.
Vuelvo a la cuerda de mi contento.
¿Rubén? Sí. Rubén fue un mármol
griego. (¿No es esto?)

"All’s right with the world", nos dijo
con su prosaísmo soberbio
nuestro querido sir Roberto
Browning. Y es cierto.


       FINAL

               (Con pito)

En fin, Rubén,
paisano inevitable, te saludo
con mi bombín,
que se comieron los ratones en
mil novecientos veinte i cin-
co. Amén.

sábado, 13 de enero de 2018

Civilización de la opulencia - Ángel González - España


Particular mención merecen las vitrinas
donde se exhiben modas de señora.
Los sombreros de paja de Florencia,
levemente dorados, mas sin brillo,
entonan con el fuego de un pañuelo
diseñado en París,
sobre el que, esbelto,
rodeado por las piedras (como gotas
de sangre) de un collar
falso hasta el éxtasis,
se eleva -incómodo, exquisito, indiferente- un zapato,
un único zapato inconcebible:
abrumador ejemplo de belleza,
catedral entrevista sin distancia
cantando con su esbelta arquitectura
un mudo “gloria en las alturas” a la
mórbida, larga, afortunada y fuerte
pierna posible que de su horma surja.

Aunque por todas partes (no ahí solo)
la gracia de un color, el acabado
perfecto de una forma, o simplemente
la noble calidad de la materia,
reclaman la atención de los viandantes,
gritan, cantan, golpean sus sentidos.

No menos dulces fueron las canciones
que tentaron a Ulises en el curso
de su desesperante singladura,
pero iba atado al palo de la nave,
y la marinería, ensordecida
de forma artificial,
al no poder oír mantuvo el rumbo.

Mas la cuestión no es ésa:
íncubos o sirenas, ángeles
derribados o en activo, todos
esos objetos manufacturados, tantas
mercaderías y brillantes bienes,
¿se acercan
desde la lejanía de un mundo diferente,
más profundo y mejor
para mostrar su perfección de seres
colmados, plenos, casi eternos,
o vienen
a contemplar la vida a la intemperie,
la indefensión cercada a cielo abierto,
al apacible tránsito del hombre
a manera de grey
por su cañada?

Así las cosas,
así las mercancías:
indiferentes, ciegos símbolos
de la felicidad, seguros
al otro lado del cristal manchado
con el aliento y la avidez de ese
tropel informe y presuroso
que vacila, se para, mira y sigue
buscando nuevas grietas en el muro.

jueves, 11 de enero de 2018

Literatura y jazz/ 77 - Goodbye Pork Pie Hat - José Manuel Vinagre - España


Adiós para siempre mi amor
No te escudes detrás de la ventana
Con tus lágrimas hechas de hielo
No merece la pena
Escarbar en la herida más profunda
Terrible y hedionda
De paraísos ya perdidos

Me iré con lo puesto
Tú me habrás visto como soy
Mis huesos torcidos por alcanzar la luna
Mi estación preferida
Bajo el vapor que amenazan
Nocturnos trenes que no llegan a parte alguna

Adiós para siempre mi más tierna sombra
Libros escogidos entre tus manos
pequeñas
Oh vida cuán largo se me hace el camino
Con qué desgarro el llanto
Se me atraganta
Este frío sol de enero y estas edades.
Goodbye Pork Pie Hat (Charles Mingus
Montreux, 1975
Charles Mingus: bajo
Don Pullen: piano
Benny Bailey: trompeta
Gerry Mulligan: saxo barítono
George Adams: saxo tenor
Dannie Richmond: batería

martes, 9 de enero de 2018

El reino - Celso Emilio Ferreiro - España


O reino

No tempo aquil
cando os animales falaban,
decir libertá non era triste,
decir verdá era coma un río,
decir amor,
decir amigo,
era igual que nomear a primavera.
Ninguén sabía dos aldraxes.
Cando os animales falaban
os homes cantaban nos solpores
pombas de luz e xílgaros de soños.
Decir teu e meu non se entendía,
decir espada estaba prohibido,
decir prisión somente era unha verba
sin senso, un aire que mancaba
o corazón da xente.
¿Cando,
cando se perdeu,
iste gran Reino?


El reino

Por aquel tiempo
cuando los animales hablaban,
decir libertad no era triste,
decir verdad era como un río,
decir amor,
decir amigo,
era igual que nombrar la primavera.
Nadie sabia de calumnias.
Cuando los animales hablaban
los hombres cantaban a la puesta de sol
palomas de luz y jilgueros de sueños.
Decir tuyo o mio no se entendía,
decir espada estaba prohibido,
decir prisión era solo una palabra
sin sentido, un aire que menguaba
el corazón de la gente.
¿Cuando,
cuando se perdió,
este gran reino?
De Longa noite de pedra, 1962

domingo, 7 de enero de 2018

James Joyce - Jorge Luis Borges - Argentina


En un día del hombre están los días
del tiempo, desde aquel inconcebible
día inicial del tiempo, en que un terrible
Dios prefijó los días y agonías
hasta aquel otro en que el ubicuo río
del tiempo terrenal torne a su fuente,
que es lo Eterno, y se apague en el presente,
el futuro, el ayer, lo que ahora es mío.
Entre el alba y la noche está la historia
universal: Desde la noche veo
a mis pies los caminos del hebreo,
Cartago aniquilada, Infierno y Gloria.
Dame, Señor, coraje y alegría
para escalar la cumbre de este día.
Conferencia sobre James Joyce en la ciudad de La Plata (Argentina), 1960
Jorge Luis Borges

viernes, 5 de enero de 2018

Poesía galaico-potuguesa/ 6 - Cantiga de amigo - Pero Meogo - España


Digades, filha, mya filha velida

Digades, filha, mya filha velida,
porque tardastes na fontana fria.
               Os amores ey.

Digades, filha, mya filha louçana,
porque tardastes na fria fontana.
               Os amores ey.

Tardey, mya madre, na fontana fria;
cervos do monte a augua volvian.
               Os amores ey.

Tardey, mya madre, na fria fontana;
cervos do monte volvian a augua.
               Os amores ey.

Mentir, mya filha, mentir por amigo!
Nunca vi cervo que volvess'o rio.
               Os amores ey.

Mentir, mya filha, mentir por amado!
Nunca vi cervo que volvess'o alto.
               Os amores ey.


Dime, mi linda, mi linda hija mía

Dime, mi linda, mi linda hija mía:
¿Por qué tardaste en la fontana fría?
               Los amores he.

Dime, hija mía, mi hija lozana:
¿Por qué tardaste en la fría fontana?
               Los amores he.

Tardé yo, madre, en la fontana fría.
Ciervos del monte al agua volvían.
               Los amores he.

Tardé yo, madre, en la fría fontana.
Ciervos del monte volvían al agua.
               Los amores he.

Hija, mentir, mentir por amigo.
Nunca vi ciervo que volviese al río.
               Los amores he.

Hija, mentir, mentir por amado.
Nunca vi ciervo que volviese a un alto.
               Los amores he.
Traducción de Jorge Guillén
Digades, filha, mya filha velida

miércoles, 3 de enero de 2018

Pecado original - Álvaro de Campos (Fernando Pessoa) - Portugal


Pecado original

Ah, quem escreverá a história do que poderia ter sido?
Será essa, se alguém a escrever,
A verdadeira história da humanidade.
O que há é só o mundo verdadeiro, não é nós, só o mundo;
O que não há somos nós, e a verdade está aí.

Sou quem falhei ser.
Somos todos quem nos supusemos.
A nossa realidade é o que não conseguimos nunca.

Que é daquela nossa verdade — o sonho à janela da infância?
Que é daquela nossa certeza — o propósito à mesa de depois?
Medito, a cabeça curvada contra as mãos sobrepostas
Sobre o parapeito alto da janela de sacada,
Sentado de lado numa cadeira, depois de jantar.
Que é da minha realidade, que só tenho a vida?
Que é de mim, que sou só quem existo?
Quantos Césares fui!


Pecado original

Ah, quién escribirá la historia
De lo que podría haber sido.
Será esa, si alguien la escribe,
La verdadera historia de la humanidad.
Lo que hay es sólo el mundo verdadero,
No es nosotros, es sólo el mundo.
Lo que no hay somos nosotros, he ahí la verdad.

Soy quien fallé de ser.
Somos todos quienes nos supusimos.
Nuestra realidad es la que no conseguimos nunca.

¿Qué fue de aquella verdad nuestra:
El sueño en la ventana de la infancia?
¿Qué fue de aquella certidumbre nuestra:
El propósito -no ya en la ventana- a la mesa de después?
Medito, la cabeza curvada entre las manos sobrepuestas,
Sobre el dintel del balcón.
Sentado de lado en una silla después de comer.
¿Qué es de mi realidad, que sólo tengo en vida?
¿Qué es de mí, que soy sólo quien existe?
¡Cuántos Césares!
Traducción de Jorge Guillén

lunes, 1 de enero de 2018

Adormecidos pajarillos - Mihai Eminescu - Rumanía


Somnoroase păsărele 

Somnoroase păsărele
Pe la cuiburi se adună,
Se ascund în rămurele -
Noapte bună!

Doar izvoarele suspină,
Pe când codrul negru tace;
Dorm şi florile-n grădină -
Dormi în pace!

Trece lebăda pe ape
Între trestii să se culce -
Fie-ţi îngerii aproape,
Somnul dulce!

Peste-a nopţii feerie
Se ridică mândra lună,
Totu-i vis şi armonie -
Noapte bună!


Adormecidos pajarillos

A medio dormir los pájaros,
se juntan cerca del nido,
se esconden entre las ramas.
           ¡Buenas noches!

Sólo las aguas murmuran,
mientras el bosque se calla;
las flores también se duermen.
           ¡Duerme en paz!

El cisne cruza las aguas,
yendo a dormir a los juncos;
que el ángel guardián te vele.
           ¡Buen reposo!

Sobre el encanto nocturno,
sube brillante la luna.
Todo es sueño y armonía.
           ¡Buenas noches!
Traducción de Rafael Alberti y Mª Teresa León