Chet Baker - Like Someone In Love

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sábado, 7 de octubre de 2017

Hay una nube - Humberto Megget - Uruguay


Hay una nube
una nube
la cargada de agua
la cargada
la que espera derramarse
la que se derrama
hay una nube
una nube colgada
una nube que aún no ha agujereado el viento
una nube de agua perfumada
hay una nube arriba
una nube
una nube cargada
una nube que ríe y que se orina
hay una nube arriba
bien arriba
una nube resfriada.

viernes, 11 de noviembre de 2016

No me quedan fuerzas - Humberto Megget - Uruguay


Dile a las nueces que se partan solas
no me quedan fuerzas
llama al médico
dile a las nueces que se pongan tristes
no me quedan risas
llama al médico
dile a las nueces que no tengo verbos
ya no tengo verbos
llama al médico
dile a las nueces que me quieran siempre
dile a las nueces
llama al médico
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
no llames al médico

jueves, 9 de junio de 2016

Cuando tú estés dispuesta - Humberto Megget - Uruguay


Cuando tú estés dispuesta
comeremos
un pedazo de manzana en automóvil
y cuando regresemos
de una higuera recogeremos higos
y alimentaremos a gorriones vagabundos
cuando tú estés dispuesta
se sobrentiende
nos entretendremos en aprender el idioma de lombrices
en dibujar con carbones caravanas de hormigas
y luego subiremos como por un tronco hacia la montaña
y plantaremos la primera flor para sonrisa de los aviadores.
Cuando tú estés dispuesta haremos tantas cosas
nos pondremos a descansar bajo las palmeras
y a descubrir cómo se hacen el amor los grillos
luego correremos con nuestras alforjas al mar
y las llenaremos de espumas
que agitaremos en el espacio para que formen sobre
nuestros cuerpos techos
que cobijarán el secreto de nuestras representaciones nocturnas
siempre
claro está
cuando tú estés dispuesta.

martes, 24 de mayo de 2016

Yo mi sobretodo verde - Humberto Megget - Uruguay


Yo mi sobretodo verde
yo mi cáscara de nuez
yo mi gota de agua
mi río
mi árbol
yo corcel galopando en una orilla
brazos del viento descansando en los árboles
me acostaré tal vez quién sabe en dónde
en el polvo o en un mosquito
para ser el grito de un cocodrilo
o las manos abrazadas al fondo de un río
o en una hoja caído
en una gota de agua envuelto
para no volver nunca
puedo seguir mucho tiempo deambulando en los aires
tal vez tenga la forma invisible de un microbio
o quizá esté en el aletear del vuelo de una mosca
hay tanto
tanto espacio para volar mi cuerpo inútil
tanto manantial donde poner mis pies frágiles
tantos redondeles blancos en los ojos cerrados
que en mi inconsciente voluntad de estar, así
no estoy solo.

viernes, 6 de mayo de 2016

Va a dormirse una luz - Humberto Megget - Uruguay


Va a dormirse una luz sobre mi frente
una luz en el cuarto este que toco
en el cuarto este de aguas que no bebo
de hojas mal impresas
y de estufas calientes.
Va a dormirse una luz
una luz que se estira en varias líneas
que no tiene
ni boca
ni estornudos
ni dedos para pies
ni pies sin dedos
sobre mis dientes mordiendo una manzana.
Va a dormirse una luz
hasta mañana.

sábado, 16 de abril de 2016

Tengo ganas de risas raquel - Humberto Megget - Uruguay


tengo ganas de risas raquel
ganas de ir al cine a ver aquella película
ganas de ver las rosas y no ver las rosas
tengo ganas de tomar el café con leche
y beber
beber
beber
beber aquello y esto
y lo que tú das
y lo que yo ofrezco
ganas de ir y no ver aquella película
tengo ganas de ti y de aquél
pero más que de ti y de aquél
tengo ganas de coca y de raquel

martes, 29 de marzo de 2016

Yo tenía una voz - Humberto Megget - Uruguay


Humberto Megget, encuadrable dentro de la generación uruguaya del 45 (Carlos Maggi, Emir Rodríguez Monegal, Mario Benedetti, Ida Vitale, Idea Vilariño, Armonía Somers...), murió joven, demasiado joven (24 años). Idea Vilariño editó la primera selección de la obra de Megget poco después de su muerte y dejó escrito:
Ahora, demasiado tarde, como siempre, sólo podemos declarar el valor de sus versos, mostrar un poema, dejar constancia del paso del joven poeta que desoímos.

Yo tenía una voz
botas de niño recién puestas
bombacha campesina más que rota
herida en las rodillas
era una voz que dominaba
a gigantes pequeños de juguete
que hiciérame anidar entre gorriones
y madurar la mente entre los hombres
que cortaban los árboles y el césped.
Yo tenía una voz tan pequeña
que hacía con ella collarcitos
y ataba tantas cosas a su corazón de trigo
que un día hasta a una niña tuvo presa
a una niña de ojos de dedales
con pestañas de fibra de los linos
a una niña de niña más que niña
que tomando a mi voz entre sus dedos
la convirtió en palabra de los ríos
y me quedé sin ella.