'El Parnaso' - Nicolás Poussin, 1631-32 - En el monte Parnaso, Apolo está rodeado por las nueve musas: Calíope (Καλλιόπη), ‘la de la bella voz’, musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica (canción narrativa); Clío (Κλειώ), ‘la que ofrece gloria’, musa de la Historia (epopeya); Erato (Ἐρατώ), ‘la amorosa’, musa de la poesía lírico-amorosa (canción amatoria); Euterpe (Ευτέρπη), ‘la muy placentera’, musa de la música, especialmente del arte de tocar la flauta; Melpómene (Μελπομένη), ‘la melodiosa’, musa de la tragedia; Polimnia (Πολυμνία), ‘la de muchos himnos’, musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos); Talía (Θάλεια ó Θαλία), ‘la festiva’, musa de la comedia y la poesía bucólica; Terpsícore (Τερψιχόρη), ‘la que deleita en la danza’, musa de la danza y la poesía coral, Urania (Ουρανία), ‘la celestial’, musa de la astronomía, la poesía didáctica y las ciencias exactas, reconocibles todas ellas por los objetos que portan, y por otros poetas. Apolo ofrece una copa de néctar (bebida de los dioses) a un poeta, probablemente Homero, al tiempo que Calíope le corona con laurel. En primer plano, dos amorcillos ofrecen a los poetas el agua purificadora de la fuente Castalia, personificada en la mujer desnuda del centro.
Nosotros nos invocamos a nosotros mismos.
No sé si se aparecían las musas
-sería sin duda conforme a lo invocado y a la invocación-,
pero sé que nosotros no nos aparecemos.
Cuántas veces me he asomado
al pozo que yo me supongo
y balado "¡Ah!" para oír un eco,
y no he oído más que lo visto:
el vago albor oscuro con el que el agua resplandece
allá en la intimidad del fondo...
Ningún eco para mí...
Sólo vagamente una cara,
que debe ser la mía, por no poder ser la de otro.
Es una cosa casi invisible,
excepto como luminosamente veo
allá en el fondo...
En el silencio y en la luz falsa del fondo...
¡Qué musas!...
Traducción de Ángel Crespo
De Poesías (1914-1935)
De Poesías (1914-1935)
7 comentarios:
Casi nada nos dice el poeta. Y con qué naturalidad... La metáfora del pozo que somos.
Y con cierto toque de humor.
Bueno, Charlie, me alegro de lo de Pessoa, porque... efectivamente te lo estabas perdiendo:)
Pues sí, pero últimamente voy cercano a la sobredosis.
Sí, resulta adictivo. Bien dicho.
Pessoa es de los de dosificar.
Seguramente, pero estos días seguirá por aquí.
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