Una piedra quiebra la calma
(La inmóvil ciega superficie del espejo
Donde su imagen se hunde
Sin llegar a ser reflejo)
Abriendo ecos concéntricos
Hasta los márgenes del silencio
kono michi wa
yuku hito nashi ni
aki no kure
M. BASHŌ
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
Versión de OCTAVIO PAZ
12 comentarios:
Un honor estar aquí, Juan. Y muy agradecido.
¿Dónde mejor que en el Crepúsculo se pueden encontrar los márgenes del silencio?
Lo prometido es deuda, Carlos, pero no porque sea deuda eatá aquí este poema.
Lo he puesto bajo el epígrafe "Literatura y Ciencia" porque desde que lo leí pensé inmediatamente en la física. Lo he dicho mil veces: la física y la poesía son hermanas.
Eso, Marian, el Crepúsculo, los márgenes del silencio.
"Mirada impensada" dice Carlos. "Mirada certera" digo yo.
Muy bien dicho.
Muy bien tú, Carlos.
Mirada certera, dices, Charlie, pues la tuya es "Mirada aguda" por... ("La piel del agua", qué bonita expresión. El agua, efectivamente, tiene "piel". Un físico, o un profesor de física, inmediatamente lo asimilaría con la "tensión superficial" del líquido...)
Cosas que se me ocurren, seguramente por deformación profesional. :-)
El poema de Carlos ha dado lugar a esta asociación de ideas, así que gracias a Carlos.
Eso de la tensión superficial de los líquidos me tiene leyendo desde entonces...
Así me gusta. Que la física es muy bonita, hombre.
Y sin presencia "física" consigue que podamos comunicarnos por aquí...
También.
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