comeremos
un pedazo de manzana en automóvil
y cuando regresemos
de una higuera recogeremos higos
y alimentaremos a gorriones vagabundos
cuando tú estés dispuesta
se sobrentiende
nos entretendremos en aprender el idioma de lombrices
en dibujar con carbones caravanas de hormigas
y luego subiremos como por un tronco hacia la montaña
y plantaremos la primera flor para sonrisa de los aviadores.
Cuando tú estés dispuesta haremos tantas cosas
nos pondremos a descansar bajo las palmeras
y a descubrir cómo se hacen el amor los grillos
luego correremos con nuestras alforjas al mar
y las llenaremos de espumas
que agitaremos en el espacio para que formen sobre
nuestros cuerpos techos
que cobijarán el secreto de nuestras representaciones nocturnas
siempre
claro está
cuando tú estés dispuesta.
8 comentarios:
Qué poesía sincera, solitaria y querible la de Humberto.
Siento que escribe desde una soledad que no le duele sino que más bien lo inspira, una soledad de la que se ha enamorado y con la que escribiendo se siente acompañado.
Y con ingenuidad casi de niño. Qué poeta habría sido si no hubiese muerto tan joven.
Y sin imposiciones ni presiones.
Y ¡cuánta ternura!
Eso es lo mejor, sin imposiciones ni apremios:
"siempre
claro está
cuando tú estés dispuesta."
Genial.
Coincido con todo lo que dicen. Siento en su poesía unos aires nerudianos, qué les parece? Sus imágenes y su romanticismo evocador me conmueven:
"luego correremos con nuestras alforjas al mar
y las llenaremos de espumas
que agitaremos en el espacio para que formen sobre
nuestros cuerpos techos
que cobijarán el secreto de nuestras representaciones nocturnas
siempre
claro está
cuando tú estés dispuesta."
Sí, puede ser, Agostina, aires nerudianos, aunque hay enormes diferencias entre un poeta y otro, creo yo. Neruda es poeta excesivo, totalizador, abarcador, se come el mundo en cada poema; Megget no quiere comerse el mundo, es mucho más modesto, le basta con llegar al corazón de la gente, sin ir más allá, para qué.
Eso de llegar al corazón de la gente sin más me gusta mucho. Gracias Juan por tus sabias reflexiones.
No son sabias, Agostina, son... a bote pronto, lo que me sugiere el poema.
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