Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de
la realidad, lo cual es lo mismo
Jorge Luis Borges
Mas cruzando los bosques no hay ya ningún camino
Rudyard Kipllng
A
Txaro Santoro
y violonchello en Si bemol mayor
de Beethoven Miro
los retratos de Borges y de Shakespeare
que me miran
Tengo en mis
manos una
pitillera de plata que compré
a un anticuario en Istanbul
su anagrama bellísimo
GL Quién y cuándo
con cuánto amor encargaría
esta pieza
Y aquél para quien iba destinada
Deseo
seguir bebiendo Deseo
leer de nuevo a Conrad
Unos metros
debajo de mis pies
hace 3.000 años hombres que venían del mar levantaron
a otros dioses un templo
Y hay serenas
madrugadas en que la noche restituye
murallas heladas
barcos de oro y puertos sumergidos
viejas canciones de Fenicia
Ni una piedra siquiera
de tantas puertas como tomé
cubrirá mi memoria
engaño ya no cabe
Sino firme
En esta hora
gesto y sereno pensamiento
Mi linaje
no aplacará rigores de otro César
Sé lo que nunca
he de tener La página
que nunca será escrita
La mujer que nunca será amada
Los afectos perdidos
Silencioso
afilo
una espada
que también la muerte detendrá
Al tiempo que ha pasado por mi cuerpo
madurándolo abriéndolo
a la sabiduría amor belleza
encomiendo esta hora
Acepto
2 comentarios:
De cómo arrecia sobre uno la memoria de lo perdido, lo buscado y hasta lo no vivido, los caminos tantas veces idealizados pero amás andados...
La frase de Kipling sacude, es tan inquietante, parece develar que más allá de los bosques lo insondable...
...pero jamás andados.
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