que ya no entiendes las historias-
enfermos
de lucidez
derramando sus mundos.
(Tal vez
tendrías que empezar por ti,
pero ya es tarde,
y no sirve de mucho).
Hace sol,
es domingo,
los tranvías destazan
el ventanal,
la cabeza te cruje de resaca.
Es domingo,
tus ojos
ven que todo funciona,
y no lo entienden.
Algo
te trae inquieto.
Todo
provoca
tentación de sentido-
pero no lo tiene.
7 comentarios:
No es fácil su poesía. Parece como descalabrada, pero es rítmica y clara cuantas más lecturas se le hagan. Tal vez sea (como él mismo dice en el link) porque le gusta escribir (construir) una poesía que él llama antinarrativa, algo más vinculado con lo que él puede ver o percibir de la realidad (como construcción) que como una narración de esa realidad que por otra parte, concluye, no tiene sentido.
No sé si esto que digo es claro. Pero creo que entiendo más de lo que logro poner en palabras.
Fruela. Me encanta además la originalidad de ese nombre.
Me pasa lo mismo con la poesía de Fruela Fernández, pero para entender más de lo que pones en palabras, creo que la has descrito extraordinariamente bien, no me atreveré a añadir nada más.
Fruela es un nombre medieval. Ha habido varios Fruelas en la historia de España: Fruela I ("El hombre de hierro"), rey de Asturias en el siglo VIII, cuando comenzaba la llamada "Reconquista", Fruela II ("El leproso"), siglo IX...
Asturianos, como el poeta.
Me gusta cada vez más a cada lectura. Parecer escrito al amanecer después de una noche de reviente o de arreglar el mundo:
"...Hace sol,
es domingo,
los tranvías destazan
el ventanal,
la cabeza te cruje de resaca..."
Esa sensación que todos de alguna manera hemos tenido alguna vez al volver cansado a casa...
Me gusta la poesía, y además le entiendo de primera en sus cinco primeros versos y en los seis últimos.
Nos pasamos la vida intentando buscarle un sentido, a nuestra imagen y semejanza. ¿Y si no lo tiene? ¿Y qué más da? La vida está ahí, ocurriendo. Y ya.
Encontrar sentido a la vida es un laberinto sin salida (o con salidas trampas:) Sin embargo, sí podemos dar sentido a lo que va ocurriendo; incluso cambiar muchos comportamientos considerados socialmente como lúcidos por otras alternativas que nos harían vivir, quizá no tan cómodamente, pero sí con más sinceridad. Vamos, un imposible, a nivel social.
Lo que ocurre con algunas enfermedades de la "lucidez" es que también conduce al caos... no hay más que ver cómo está el mundo.
"Dar sentido" (el que se pueda) "a lo que está ocurriendo". Hay que quedarse con eso.
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