o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
7 comentarios:
¡Qué poeta!
Uno de los mejores poetas de América.
Bellísimo poema sobre algo que uno intuía pero que sólo Sabines supo poner en palabras: la luna es curativa.
De la ilustración que elegiste ni te cuento.
Y no se vende en farmacias.
La luna es curativa, desde luego, para quien sepa desentrañarla.
Afortunadamente no se vende en farmacias, pero puede ser droga dura. ¡Lunáticos del mundo...!
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