Chet Baker - Like Someone In Love

miércoles, 4 de junio de 2014

Literatura y ciencia/ 9 - Fragmento de Cántico Cósmico - Ernesto Cardenal - Nicaragua

Génesis - Leonardo Nierman (México)

CANTIGA I

El Big Bang

En el principio no había nada
ni espacio
ni tiempo
El Universo entero concentrado
en el espacio del núcleo de un átomo,
y antes aun menos, mucho menor que un protón,
y aun menos todavía, un infinitamente denso punto matemático.
Y fue el Big Bang.
La Gran Explosión.
El universo sometido a relaciones de incertidumbre,
su radio de curvatura indeterminado,
su geometría imprecisa
con el principio de incertidumbre de la Mecánica Cuántica,
geometría esférica en su conjunto pero no en su detalle,
como cualquier patata o papa indecisamente redonda,
imprecisa y cambiando además constantemente de imprecisión,
todo en una loca agitación,
era la era cuántica del universo,
período en el que nada era seguro:
aun las "constantes" de la naturaleza fluctuantes indeterminadas,
esto es
verdaderas conjeturas del dominio de lo posible.
Protones, neutrones y electrones eran
completamente banales.
Estaba justificado decir que en el principio
la materia se encontraba completamente desintegrada.
Todo oscuro en el cosmos,
buscando,
(según el misterioso canto de la Polinesia)
ansiosamente buscando en las tinieblas,
buscando
allí en la costa que divide la noche del día,
buscando en la noche,
la noche concibió la semilla de la noche,
el corazón de la noche existía allí desde siempre
aun en las tinieblas,
crece en las tinieblas
la pulpa palpitante de la vida,
de las sombras sale aun el más tenue rayo de luz,
el poder procreador,
el primer éxtasis conocido de la vida,
con el gozo de pasar del silencio al sonido,
y así la progenie del Gran Expandidor
llenó la expansión de los cielos,
el coro de la vida se alzó y brotó en éxtasis
y después reposó en una delicia de calma.
(El poema llegado a Nueva Zelanda de la Polinesia).
Todo era oscuro en el cosmos,
El espacio lleno de electrones
que no dejaban pasar la luz.
Hasta que los electrones se unieron con los protones
y el espacio se volvió transparente
y corrió la luz.
Y el universo se inició
como en el oratorio de Haydn.

Antes de la gran explosión
no había ni siquiera espacio vacío,
pues espacio y tiempo, y materia y energía, salieron de la explosión,
ni había ningún "afuera" adonde el universo explotara
pues el universo lo contenía todo, aun todo espacio vacío.
Antes del comienzo sólo Awonawilona existía,
nadie más con él en el vasto espacio del tiempo,
sino la negra oscuridad por dondequiera
y la desolación vacía dondequiera
en el espacio del tiempo.
Y sacó su pensamiento afuera en el espacio...
No existía nada, ni existía la nada.
Entre día y noche no había límite.
Todo al principio estaba velado...
O como lo cuentan en las Islas Gilbert:
Na Arean sentado en el espacio
como una nube flotando sobre la nada...
La expansión del universo es
las velocidades provenientes de la gran explosión.
Y un difuso trasfondo de estática de radio
ha quedado flotando,
un vago rumor de radio disperso en el universo
como un eco lejano del Big Bang,
no obstante el "efecto dieléctrico"
de unas cagadas de palomas en la antena
(una pareja de palomas)
esa estática
es la más antigua señal captada por los astrónomos
(antes de la luz de las galaxias más distantes).
Ernesto Cardenal


La Creación (Oratorio) - Joseph Haydn
Bavarian Radio Symphony Orchestra
Bavarian Radio Chorus
Eugen Jochum
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Recuperamos esta entrada para la serie.

9 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

Muy buenos Haydn y Nierman. Con el amigo Cardenal no puedo.

Juan Nadie dijo...

Todo lo que dice Cardenal en el poema es verdad, pero ¿es un poema?

carlos perrotti dijo...

A mí me pasa ser aún más farragoso por pereza de ordenar las cosas. Las ideas se entrechocan y dan vueltas en loca agitación como esos protones, neutrones y electrones alrededor de la esencia de lo que creés haber captado y querés expresar, y terminás excusándote con que hoy no es el día porque estás perezoso, en mi caso, porque no logro expresarlo. Grandísimo poeta igual Cardenal. Ni siquiera llego a lustrarle los zapatos y me puse farragoso.

Juan Nadie dijo...

Quizá este poema de Cardenal es un tanto prosaico, los tiene mucho mejores.

marian dijo...

Sorprende que sin conocer la Teoría del Big Band muchas mitologías comiencen su historia con un "caos".

marian dijo...

Calla, que le he cambiado el nombre:)

Sirgatopardo dijo...

La sombra de Ellington es alargada...

Juan Nadie dijo...

No es tan sorprendente, de todas formas. Los astrónomos y físicos teóricos son poetas, aunque ellos no lo saben y tienen un gran componente de irracionalidad, y sueñan, si no cómo iban a ser capaces de lanzar semejante teoría.

Juan Nadie dijo...

... Y demostrarla, que eso ya es para nota.