que poco a poco voy dejando sin franquear.
Viajero por mi propia vida.
Nadie del otro lado.
Escribo poemas de amor para saber algo de mí,
Por ejemplo:
“No sé qué sembró la sabiduría
en tus ojos
pero olvidé a tu lado las ganas de reír.
Será un gran regato blanco
A los pies de tu próximo amante,
y terminarás por buscar mi olor
en el amanecer de los jardines puros
donde se quema la ira.
No habrá más mensajes de las orillas cálidas
que buscan las yemas de mis dedos.
Llevo demasiado tiempo asomado a esta ventana
para estar acostumbrado a una habitación vacía”.
Como si hiciera una tabla de gimnasia antes de tomar la calle.
De El coleccionista de tarjetas postales, 2000
2 comentarios:
Entre los ecos naif que suenan tras el título (bien interpretado por la imagen que elegiste para ilustrar el poema) asoman versos filosos, ácidos, corrosivos diría, versos dolidos... que un poco corrigen el que dice "Escribo poemas de desamor para saber algo de mí."
Ese verso que mencionas vale por todo el poema, Carlos.
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