Chet Baker - Like Someone In Love

lunes, 4 de diciembre de 2017

Fábulas/ 23 - Un cruce - Franz Kafka - Checoslovaquia


    Tengo un animal peculiar, mitad gatito, mitad cordero. Es herencia de mi padre, pero se ha desarrollado en los últimos tiempos, antes era más cordero que gatito, ahora, sin embargo, posee la misma proporción de ambos. De gato, cabeza y garras; de cordero, tamaño y forma corporal; de ambos tiene los ojos, que son llameantes y dulces; el pelaje es suave y apretado; puede andar a saltos y despacio, sin ruido; cuando brilla el sol se hace un ovillo en el alféizar de la ventana y ronronea; corre como un loco en la pradera y apenas se le puede atrapar; huye de los gatos, a los corderos los quiere atacar; en las noches de luna llena su camino favorito es el canalón, no puede maullar y siente repugnancia por las ratas; puede quedarse acechando ante el gallinero durante horas, pero aún no ha aprovechado una oportunidad para matar; yo lo alimento con leche dulce, es lo que le va mejor; la toma a través de sus dos colmillos dando largos sorbos. Por supuesto, es todo un espectáculo para los niños. El domingo por la mañana hay horas de visita, yo tengo al animalito en el regazo y niños de todo el vecindario se ponen a mi alrededor. Entonces plantean preguntas tan extrañas que ningún hombre las puede responder. Yo tampoco me esfuerzo en hacerlo, me limito, sin más explicaciones, a mostrar lo que tengo. A veces, los niños traen gatos, una vez, incluso, dos corderos; pero para su decepción no se produjo ningún signo de reconocimiento, los animales se miraron tranquilamente con sus ojos de seres irracionales y, por lo visto, tomaron su existencia mutua como un hecho divino.

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

¿Quién no se sintió alguna vez dual, híbrido por momentos, resultado de una cruza extraña, en el medio de todo y a la vez en ningún lugar o especie definida?

Juan Nadie dijo...

Ahí, ahí. Genial interpretación.