Tino Barriuso, burgalés de pro, novelista, dramaturgo, columnista, bloguero, profesor de Física (y... ay, de Química, decía), político, pero sobre todo poeta, murió repentinamente el viernes pasado en su querida ciudad de Burgos. Descanse.
Teorema de Gauss
(Esa niña ha cambiado...) "El teorema
requiere definir primero el flujo..."
(por los ojos absortos vaga un brujo
y lo que fue cadera es un poema)
"Pero el ángulo sólido... ¿Perdón?"
(es inútil; no saben geometría
salvo en su forma más audaz: María
dibuja lentamente un corazón)
Por la ventana, a golpes, entra mayo,
se hospeda en venas de verdor, y estalla
un no sé qué que balbuciendo calla,
un sonoro y hondísimo desmayo...
Párpados vuelven rosa ese zafiro,
ese volcán de tiempo en que me miro.
De Paloma sin alas
Se subasta un amante,
señoras y señores:
aporta un pedigree más bien confuso
y es cierto que padece
una anticuada propensión al llanto.
Sustituye
la ausencia de mejores documentos
con un sello de escuela ternurista
que recuerda
-si bien con las reservas que son propias-
ciertas obras maestras del pasado.
Se nota,
en cualquier caso,
que el acabado es malo: pero observen
el notable rigor del colorido
y la gracia secreta de algún rasgo.
No oculto
-ya conocen
la honestidad probada de esta casa-
que está muy maltratado últimamente
mas acaso se pueda
restaurar con dos capas de cinismo
y permitir que sirva
de adorno en el salón de alguna dama
capaz de limitar sus pretensiones.
Se subasta
barato
sin precio de salida:
hay esperanzas
de que su buen sonido
y un aire vagamente prestigioso
interese un poquito
al buen gusto de ustedes
-se supone
que dejará algún día de llorar-.
2 comentarios:
Hay poetas para todo. Están los que construyen laboriosamente su poema, los que te hacen ver lo que detectan sin meter manos en el asunto ... hay infinidad de poetas.
Me quedo fascinado paladeando cada verso de este enorme poeta que construye y describe de manera tan personal, es decir distinta. Obvio que buscaré más poesía suya.
Poeta muy personal, efectivamente.
El primer poema podría suscribirlo cualquier profesor (de Física, o, ay, de Química), que ve cómo los niños y las niñas van convirtiéndose en hombres y mujeres poco a poco.
El segundo podría suscribirlo cualquiera.
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