y el relámpago,
¿cuál de estos rojos cometas,
lágrimas del litoral, sabría rehacer
la imagen de tu destierro?
¿Con qué materia
oída al fin la luna reveladora
de tu gracia, himno inmortal,
te sustentaría?
Y si tal fulgor consintiera
semejante translación, aligerada
de súplicas la dársena que envuelve el alma,
¿acertaría a colocar tu vano corazón
en su sitio?
Hoy vuelves a mi casa: el piano,
los saxos y las trompetas huelen
al gas de las lámparas, el hollín de los años
escribe su verdad, oigo
tu cabeza apuntalada por los signos, el seno
abierto en medio de las fábulas
que conciertan las edades.
A punto de morir,
la noche en su oscuro hotel
se descalza, el mar es una libélula ciega
que quema los colores de sus alas,
conjuro el muelle, caz de tiza
el adarve.
Pero tú, Orfeo intemporal, tejes
las sedas para otro disfraz
más duradero, larva de un misterio mayor,
voz inhabitable.
Concédeme antes tu aliento,
dióscuro alucinante, haz
de esta hora una visitación que me deslumbre,
ceda el invierno su luto
imaginario, toque yo tu antigua dicha, cima
o nada.
Si no vale un viejo blues esta noche,
lejos del paraíso y sus lúcidas vírgenes,
grata me fuera la muerte.
2 comentarios:
No sé si lo entiendo del todo a este gran poema (como si todo tuviera que ser entendido siempre...) pero lo aprecio como la "traducción" que hizo el corazón del poeta de esta pequeña magna joya, el West End Blues... ¿Y qué es un poema sino tu traducción personal de lo que algo te genera?
Lo que sí entiendo
"Pero tú, Orfeo intemporal, tejes
las sedas para otro disfraz
más duradero, larva de un misterio mayor,
voz inhabitable..." es este fragmento dedicado al "jazz por venir" que viene del jazz que nunca terminará de irse.
Me ocurre lo mismo: no entiendo muy bien este poema, pero me da igual, lo ha inspirado la música y la voz de Armstrong y con eso me basta.
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