calmos dioses que no imaginó la religión? Sólo
tendrías los dioses de tormenta, la barba
alborotada, lo máximo
que supo la mente imaginar en cuanto
a dioses, y a Dios.
¿Las noches brillantes de fuego?
Las noches brillantes de fuego son solo
pantanos,
solicitudes al verdugo, modos
de iluminarse el vacío, camino
del héroe ante la mirada popular,
aunque te cueste la piel curtida de placeres a medias,
como un sabor en el que se mezcla el del fondo de un vaso,
con saliva, ceniza, semen.
La única forma de que la pasión no se aleje
para siempre
es el círculo delgado,
la raya, la arbitrariedad del signo que se parece a algo
o a nada, catacresis
o abstracción, selva estampada en la porcelana, que
vivirá más que vos y yo.
2 comentarios:
Ignoro a qué poema de Bukowski se refiere, pero este comienzo le hace justicia:
"¿Soledad, voces de los dioses, los
calmos dioses que no imaginó la religión? Sólo
tendrías los dioses de tormenta, la barba
alborotada, lo máximo
que supo la mente imaginar en cuanto
a dioses, y a Dios..."
Muchas veces el lector lee lo que quiere (y reescribe en su mente) más allá de lo que el poeta detectó y ofrece como poema. Me encanta Aulicino. Es de los poetas que lo encienden a uno.
Tampoco conozco el poema de Bukowski al que hace referencia, lo estuve buscando, pero nada. Es igual, cuadraría con cualquiera de sus poemas, creo que van en líneas parecidas.
Publicar un comentario