ROMANCE DEL REY DON SANCHO ORDÓÑEZ
(ROMANCES DEL CONDE FERNÁN GONZÁLEZ)
(ROMANCES DEL CONDE FERNÁN GONZÁLEZ)
Castellanos y leoneses tienen grandes divisiones.
El conde Fernán González y el buen rey don Sancho Ordóñez,
sobre el partir de las tierras, y el poner de los mojones,
llamábanse hi-de-putas, hijos de padres traidores;
echan mano a las espadas, derriban ricos mantones:
no les pueden poner treguas cuantos en la corte son,
pónenselas dos hermanos, aquestos benditos monjes.
Pónenlas por quince dias, que no pueden por más, non
que se vayan a los prados que dicen de Carrión.
Si mucho madruga el rey, el conde no dormia, no;
el conde partió de Burgos, y el rey partió de León.
Venido se han a juntar al vado de Carrión,
y a la pasada del río movieron una quistión:
los del rey que pasarían, y los del conde que non.
El rey, como era risueño, la su mula revolvió;
el conde con lozanía su caballo arremetió;
con el agua y el arena al buen rey ensalpicó.
Allí hablara el buen rey, su gesto muy demudado:
-¡Cómo sois soberbio, el conde! ¡cómo sois desmesurado!
si no fuera por las treguas que los monjes nos han dado,
la cabeza de los hombros ya vos la hubiera quitado;
con la sangre que os sacara yo tiñera aqueste vado.
El conde le respondiera, como aquel que era osado:
-Eso que decís, buen rey, véolo mal aliñado;
vos venís en gruesa mula, yo en ligero caballo;
vos traeis sayo de seda, yo traigo un arnés tranzado;
vos traeis alfanje de oro, yo traigo lanza en mi mano;
vos traeis cetro de rey, yo un venablo acerado;
vos con guantes olorosos, yo con los de acero claro;
vos con la gorra de fiesta, yo con un casco afinado;
vos traeis ciento de mula, yo trescientos de caballo.
Ellos en aquesto estando, los frailes que han allegado:
-¡Tate, tate, caballeros! ¡tate, tate, hijosdalgo!
¡Cuán mal cumplisteis la treguas que nos habíades mandado!
Allí hablara el buen rey: -Yo las cumpliré de grado.
Pero respondiera el conde: -Yo de pies puesto en el campo.
Cuando vido aquesto el rey, no quiso pasar el vado;
vuélvese para sus tierras; malamente va enojado.
Grandes bascas va haciendo, reciamente va jurando
que había de matar al conde y destruir su condado,
y mandó llamar a cortes; por los grandes ha enviado:
todos ellos son venidos, sólo el conde ha faltado.
Mensajero se le hace a que cumpla su mandado:
el mensajero que fue de esta suerte le ha hablado.
ROMANCE DEL CONDE FERNÁN GONZÁLEZ
(ROMANCES DEL CONDE FERNÁN GONZÁLEZ)
que vayades a las cortes que se hacían en León;
que si vos allá vais, conde, daros han buen galardón:
daros ha a Palenzuela y a Palencia la mayor,
daros ha a las nueve villas, con ellas a Carrión,
daros ha a Torquemada, la torre de Mormojón.
Buen conde, si allá no ides daros hían por traidor.
Allí respondiera el conde y dijera esta razón:
-Mensajero eres, amigo, no mereces culpa, no;
yo no he miedo al rey, ni a cuantos con él son.
Villas y castillos tengo, todos a mi mandar son;
de ellos me dejó mi padre, de ellos me ganara yo;
los que me dejó el mi padre poblélos de ricos hombres,
las que me ganara yo poblélas de labradores;
quien no tenía más que un buey dábale otro, que eran dos,
al que casaba su hija dole yo muy rico don;
cada día que amanece por mí hacen oración,
no la hacían por el rey, que no lo merece, non,
él les puso muchos pechos1 y quitáraselos yo.
2 comentarios:
¿Obra oral el romance. verdad?... ¿Digo bien si tal vez hasta puede prescindir del formato escrito dado lo bien que suena? Quiero decir, hasta no necesita la escritura, con sólo sonar llega, mejor se expresa. O es un prejuicio de mi parte? No sé.
Es que el romance es básicamente oral. Durante mucho tiempo los romances fueron transmitiéndose y renovándose oralmente (la gente se los aprendía de memoria y los transformaba a su conveniencia), hasta que a partir del siglo XV las antologías fueron "fijándolos" (relativamente), y los que conocemos proceden de ahí, con todas las variantes que uno pueda imaginarse.
Por cierto, este me cuadra bastante bien con la situación que tenemos hoy en día con los catalanes respecto al resto de España, o con los españoles respecto a Cataluña. Ay!
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