Chet Baker - Like Someone In Love

domingo, 26 de octubre de 2014

Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014 / Fragmentos - John Banville - Irlanda


Fragmentos de La carta de Newton
Me fallan las palabras, Clío. ¿Cómo pudiste seguirme el rastro?, ¿dejé en la nieve manchas de sangre? No intentaré disculparme. Quiero simplemente explicar, más bien, para que los dos podamos entender.  [...] He abandonado mi libro. Pensarás que estoy loco. Siete años le entregué...¡siete años! ¿Cómo puedo hacerte entender que ese proyecto es algo imposible para mí, cuando ni yo mismo lo entiendo? ¿Debo decir que he perdido la fe que tenía en la primacía del texto? Ahora no hacen más que interponerse en el camino personas reales, objetos, paisajes incluso. [...]

Oh, no estoy desesperado, ni mucho menos. Siento a mi alrededor la primavera, su trascendencia, su poder despreocupado. En estas extensiones congeladas florecen las emociones. Me paro a veces, contemplando una colina blanca con la porcelana tierna del cielo detrás, y siento una sensación tal de... de algo, no sé. En esa pantalla blanca aparecen cosas de todo tipo: la casa, un castaño, una ventana obscura en la que se refleja un rostro. Oh, y otras cosas, demasiadas para que pueda mencionarlas.
La carta de Newton, 1982

Fragmentos de El mar
Me asombra lo poco que ha cambiado en los más de cincuenta años transcurridos desde la última vez que estuve aquí. Me asombra, y me decepciona, e incluso diría que me aterra, por razones que se me hacen oscuras, pues ¿por qué iba a desear algún cambio, yo, que he vuelto para vivir entre los escombros del pasado? [...] Se supone que la vida, la auténtica vida, es una lucha, una acción y una afirmación inagotables, la voluntad embistiendo con su cabeza roma contra la pared del mundo, cosas por el estilo, pero cuando vuelvo la vista atrás me doy cuenta de que la mayor parte de mis energías se dedicaron siempre a la simple búsqueda de cobijo, de comodidad, de sí, lo admito, un rincón acogedor. Comprenderlo se me hace sorprendente, por no decir escandaloso. Antes me veía como una especie de bucanero que se enfrentaba a todo el que se me ponía a tiro con un alfanje entre los dientes, pero ahora me veo obligado a reconocer que me engañaba. Esconderme, protegerme, guarecerme, eso es lo único que realmente he querido siempre, amadrigarme en un lugar de calor uterino y quedarme allí encogido, oculto de la indiferente mirada del sol y de la severa erosión del aire. Por eso el pasado supone para mí un refugio, allí voy de buena gana, me froto las manos y me sacudo el frío presente y el frío futuro.
El mar, 2005

Fragmentos de Los infinitos
Cuenta. Los pasos que da hasta llegar al colegio. Las veces que el profesor dice determinada palabra en clase. Al volver a casa cuenta las grietas que hay en la acera, los hombres con quien se encontrará y las mujeres que verá, los latidos que le separan de un poste de telégrafo a otro, las veces que cantará el pájaro en aquella rama antes de que pase por debajo del árbol. Por la noche cuenta los latidos de su corazón. La imposibilidad de exactitud lo atormenta. Tantos de esto, tantos de lo otro, pero ¿cuándo algo que constituya la unidad? [...]

Y luego está la cuestión del tiempo. ¿Qué es por ejemplo un instante? Horas, minutos, segundos, ésos incluso resultan comprensibles, porque pueden medirse con el reloj, pero ¿qué quiere decir la gente cuando habla de un momento, un rato –un santiamén-, un abrir y cerrar de ojos? Solo son palabras, desde luego, pero rondan abismos silenciosos. ¿Fluye realmente el tiempo o es una sucesión de instantes inquietos que avanzan con tal rapidez que nos parecen unirse en una sola oleada inquebrantable? O es simplemente una gran quietud, que se extiende en todas direcciones, a través de la cual nos movemos como nadadores arrostrando un mar apático, infinito? ¿Y por qué ha de variar? ¿Por qué el tiempo de un dolor de muelas es tan diferente del tiempo que pasa comiendo una golosina, uno de los muchos dulces que con el tiempo van a causarle otra caries? Hay luces en el cielo que se alejaron de su fuente hace mil millones de años. Pero ¿son luces? No, solo luz, fluyendo sin cesar, moviéndose, a cada instante.
Todo se difumina por los bordes, todo se filtra por todo lo demás. Nada está aparte. [...] 

…y pensé en lo indecisos que son estos humanos, cómo tantean y exploran sus motivos, ocultando sus deseos, sus esperanzas e inquietudes a los otros y a sí mismos, eternos niños que son. [...]
Los infinitos, 2009

9 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

Será cuestión de consultar la biblioteca electrónica, igual me llevo alguna sorpresa y tengo algo...

Sirgatopardo dijo...

Joér qué vergüenza, o, en el mejor de los casos, qué falta de memoria para los nombres.

Juan Nadie dijo...

Tranquilo, yo no he leído nada de Banville, y tampoco tengo nada. Habrá que hacer algo. Esto es un sinvivir.

Juan Nadie dijo...

Acabo de bajar en epub "Antigua luz" y "El mar", para quien le interese:

https://dl.dropboxusercontent.com/u/983292/23885-147.epub

https://dl.dropboxusercontent.com/u/983292/9360-131.epub

carlos perrotti dijo...

Los tomo, agradecido, puesto que tampoco he leído nada de él y sus fragmentos son gratos, palabra que se me ocurre para no comprometerme demasiado pero igual confiar en que el Príncipe está bien otorgado.

Sirgatopardo dijo...

En la mochila. Se agradece.
Habrá que investigar también la novela negra.

Juan Nadie dijo...

Lo leeremos cuando tengamos tiempo.

marian dijo...

Buena literatura, y además, interesante.

Juan Nadie dijo...

Habría que conocer algo más, pero en principio parece que apetece.