seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?»
«¿Qué ha de ser?», responde;
«sin aliento llego...;
dos pícaros galgos
me vienen siguiendo».
«Sí», replica el otro,
«por allí los veo,
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos.»
«¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.»
«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos, te digo.»
«Digo que podencos.»
En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
8 comentarios:
Al grano, amigo conejo.
Efectivamente, no te pierdas en florituras, ni en si "me dijo o me dejó de decir", ni en si "hubiésemos hecho esto o lo otro"..., etc.
Buena moraleja que siempre viene bien recordar. Para eso están las fábulas.
si ya os dije yo, que porque nos habian pillado distraidos,... que si no, nos la iban a liar como nos la han liado...
¿Como decía Fito? a sí: No siempre lo urgente es lo importante.
Todos lleváis razón.
Le encantó a mi niña. Que lindas fábula de los dos conejos, se agradece el aporte. saludos
Me alegro que le gustase. Bienvenido a este blog, Dandi L.
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