vuestro padre ha muerto.
De sus sacos viejos
os haré chaquetillas,
os haré calzoncitos
de sus calzones viejos;
habrá en sus bolsillos
cosas que allí ponía:
llaves y centavos
llenos de tabaco;
Dan tendrá los centavos
para su alcancía;
Ana tendrá las llaves
para sonar un son bonito.
Hay que seguir la vida
y olvidar a los muertos.
Ana, toma tu desayuno;
Dan, toma tu medicina.
Hay que seguir la vida.
No recuerdo por qué exactamente.
Traducción de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
4 comentarios:
Una maravilla. No recuerdo por qué exactamente... Ah, sí. Por la ternura doliente sin queja con la que le da forma a su poema y con la que enseña a darle para adelante en la vida.
Eso es.
El tiempo va pasando, la gente va muriendo, pero hay que seguir la vida..., no recuerdo exactamente por qué.
Ser de tan dulce amargor, Edna, si los hay...
Una talla de poeta excepcional. Habrá tiempo de poner algo más.
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