¿Para qué abrumarla con fatigas?
Por eso, todo el día estoy ebrio.
Abatido, me acuesto
junto a una columna de la puerta.
Al despertar, miro más allá del patio,
y veo un ave que canta entre las flores.
La interpelo:
"¿En qué estación del año estamos?".
"¡Vaya pregunta!
¿No ves que es la primavera
quien hace hablar, con su brisa,
a la oropéndola vagabunda?".
Conmovido, quiero arrancarme un suspiro.
Mas prefiero volver a servirme vino.
Canto en voz alta, esperando la luna.
Al terminar, todo queda en el olvido.
2 comentarios:
¿No bebería poesía Li Po que de tan borracho creía beber vino?
¡Hombre, Carlos, bienvenido otra vez al blog, se te echaba de menos!
Bebía poesía, no vino, aunque también. Genial.
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