En la poesía trovadoresca clásica existía un género menor, el escondit, caracterizado por contener una excusación o justificación del enamorado con motivo de la acusación malintencionada de algún lausengier. Más que por los textos clásicos conservados (que se reducen a uno de Bertran de Born), el género es conocido por las indicaciones de las Leys d'Amors y por las muestras de su perduración en otras literaturas románicas, entre las que destaca la canción "S'i' 'l dissi mai" de Petrarca. Este poema es, pues, un escondit, pero, como sucede a menudo en la breve obra de Jordi de Sant Jordi, introduce innovaciones formales y matices temáticos: su métrica y su estructura no son las canónicas de una cançó, como pedía la costumbre, sino las más ligeras de una dança, y, por otra parte, la protesta de amor sincero está motivada por la incredulidad de la dama, sin la intromisión acusadora de terceros.
Tant són li mals que·m fay soffrir
com no·m cresets, dompne valén,
que de cert vos am leyalmén,
que·l cor del cors me vol sortir.
La jorn qu·yeu vi vostre cors gay,
al prim que·m mis en vos amar,
mon cor no poch, certes, lunyar
de vós un punt per altre may;
donchs, cresatz me qu·àls no desir,
ne tench nulh autre penssamén,
mas sol qu·yeu puscha finamén
a vós amar e cartenir.
Si no us dich ver, que prech a Dieu
que de tals crims si·acusatz,
d'on prenda mort apedregatz
per mans d'un malestruch jusieu,
sí que planguts de mon martir
no sia pas per nulha gen,
ans me maldiguen cruselmén
e·n me fas vinguen scupir.
Si no us dich ver, qu·ans de ma fi
ab ira fort me desesper,
a l'arm·e·l cors ab Luciffer
dimonis mil porten prop si;
e mays no·m pusquen sabollir,
ans per tostemps haja turmén,
e no trop amich ne parén
que·m vulhen bé, sinó mal dir.
Tornada
Castells d'onor, prech Déu m'asir
e tot li san, si coralmén
no us suy fis e leyal servén,
que us vulh amar ses deffalhir.
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Tan fuerte es el dolor que me atormenta
cuando vos no creéis, valiosa dama,
que es muy cierto que os amo lealmente,
que se me sale el corazón del cuerpo.
En el día en que vi vuestra belleza,
desde el instante en el que empecé a amaros,
mi corazón no pudo ya alejarse
de vos ni un punto por ninguna otra.
Creed, pues, que no tengo otro deseo
ni albergo ningún otro pensamiento
que solamente el de poder amaros
y adoraros con toda cortesía.
Si no digo verdad, a Dios le ruego
ser acusado de tan graves crímenes,
que merezca morir apedreado
a manos de un judío malhadado,
para que nadie, viendo mi martirio,
quiera soltar por mí ninguna lágrima,
sino que, en cambio, todos cruelmente
me maldigan y escupan en mi cara.
Si no digo verdad, que una gran ira
antes de fallecer me desespere,
y que el alma y el cuerpo juntamente
con Lucifer me lleven mil demonios,
para que nunca puedan enterrarme
y que padezca eterno sufrimiento,
y que no encuentre amigos ni parientes
que quieran hacer más que maldecirme.
Tornada
Castillo honroso, pido a Dios y a todos
los santos que me odien si no soy
de corazón leal sirviente vuestro:
sin desfallecimiento quiero amaros.
Comentario y traducción de José María Micó
2 comentarios:
Mi preferido de todos los de su tiempo, siglo más siglo menos. No es el más sincero y creíble romántico?
Breve pero inagotable Jordi. En apenas 25 años sus veintitantas composiciones, verdad? Sin comparación, pero Rimbaud también duró poco para estar para siempre, como Jordi.
Cada vez nos queda menos Jordi, apenas seis poemas, pero al final lo tendremos completo.
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