In memoriam Ch. P.1
Sé fiel hasta la muerte
Apocalipsis, 2, 10
O make me a mask
Dylan Thomas
...Sé fiel hasta la muerte
Apocalipsis, 2, 10
O make me a mask
Dylan Thomas
- ¿Cuándo empiezas, Johnny?
- No sé. Hoy, creo, ¿eh, Dé?
- No, pasado mañana.
- Todo el mundo sabe las fechas menos yo -rezonga Johnny, tapándose hasta las orejas con la frazada2-. Hubiera jurado que era esta noche, y que esta tarde había que ir a ensayar.
- Lo mismo da -ha dicho Dédée-. La cuestión es que no tienes saxo.
- ¿Cómo lo mismo da? No es lo mismo. Pasado mañana es después de mañana, y mañana es mucho después de hoy. Y hoy mismo es bastante después de ahora, en que estamos charlando con el compañero Bruno y yo me sentiría mucho mejor si me pudiera olvidar del tiempo y beber alguna cosa caliente.
- Ya va a hervir el agua, espera un poco.
- No me refería al calor por ebullición -ha dicho Johnny-. Entonces he sacado el frasco de ron y ha sido como si encendiéramos la luz, porque Johnny ha abierto de par en par la boca, maravillado, y sus dientes se han puesto a brillar, y hasta Dédée ha tenido que sonreírse al verlo tan asombrado y contento. El ron con el nescafé no estaba mal del todo, y los tres nos hemos sentido mucho mejor después del segundo trago y de un cigarrillo. Ya para entonces he advertido que Johnny se retraía poco a poco y que seguía haciendo alusiones al tiempo, un tema que le preocupa desde que lo conozco. He visto pocos hombres tan preocupados por todo lo que se refiere al tiempo. Es una manía, la peor de sus manías, que son tantas. Pero él la despliega y la explica con una gracia que pocos pueden resistir. Me he acordado de un ensayo antes de una grabación, en Cincinnati, y esto era mucho antes de venir a París, en el cuarenta y nueve o el cincuenta. Johnny estaba en gran forma en esos días, y yo había ido al ensayo nada más que para escucharlo a él y también a Miles Davis. Todos tenían ganas de tocar, estaban contentos, andaban bien vestidos (de esto me acuerdo quizá por contraste, por lo mal vestido y lo sucio que anda ahora Johnny), tocaban con gusto, sin ninguna impaciencia, y el técnico de sonido hacía señales de contento detrás de su ventanilla, como un babuino satisfecho. Y justamente en ese momento, cuando Johnny estaba como perdido en su alegría, de golpe dejó de tocar y soltándole un puñetazo a no sé quien dijo: "Esto lo estoy tocando mañana", y los muchachos se quedaron cortados, apenas dos o tres siguieron unos compases, como un tren que tarda en frenar, y Johnny se golpeaba la frente y repetía: "Esto ya lo toqué mañana, es horrible, Miles, esto ya lo toqué mañana", y no lo podían hacer salir de eso, y a partir de entonces todo anduvo mal, Johnny tocaba sin ganas y deseando irse (a drogarse otra vez, dijo el técnico de sonido muerto de rabia), y cuando lo vi salir, tambaleándose y con la nariz cenicienta, me pregunté si eso iba a durar todavía mucho tiempo.
...
- No sé. Hoy, creo, ¿eh, Dé?
- No, pasado mañana.
- Todo el mundo sabe las fechas menos yo -rezonga Johnny, tapándose hasta las orejas con la frazada2-. Hubiera jurado que era esta noche, y que esta tarde había que ir a ensayar.
- Lo mismo da -ha dicho Dédée-. La cuestión es que no tienes saxo.
- ¿Cómo lo mismo da? No es lo mismo. Pasado mañana es después de mañana, y mañana es mucho después de hoy. Y hoy mismo es bastante después de ahora, en que estamos charlando con el compañero Bruno y yo me sentiría mucho mejor si me pudiera olvidar del tiempo y beber alguna cosa caliente.
- Ya va a hervir el agua, espera un poco.
- No me refería al calor por ebullición -ha dicho Johnny-. Entonces he sacado el frasco de ron y ha sido como si encendiéramos la luz, porque Johnny ha abierto de par en par la boca, maravillado, y sus dientes se han puesto a brillar, y hasta Dédée ha tenido que sonreírse al verlo tan asombrado y contento. El ron con el nescafé no estaba mal del todo, y los tres nos hemos sentido mucho mejor después del segundo trago y de un cigarrillo. Ya para entonces he advertido que Johnny se retraía poco a poco y que seguía haciendo alusiones al tiempo, un tema que le preocupa desde que lo conozco. He visto pocos hombres tan preocupados por todo lo que se refiere al tiempo. Es una manía, la peor de sus manías, que son tantas. Pero él la despliega y la explica con una gracia que pocos pueden resistir. Me he acordado de un ensayo antes de una grabación, en Cincinnati, y esto era mucho antes de venir a París, en el cuarenta y nueve o el cincuenta. Johnny estaba en gran forma en esos días, y yo había ido al ensayo nada más que para escucharlo a él y también a Miles Davis. Todos tenían ganas de tocar, estaban contentos, andaban bien vestidos (de esto me acuerdo quizá por contraste, por lo mal vestido y lo sucio que anda ahora Johnny), tocaban con gusto, sin ninguna impaciencia, y el técnico de sonido hacía señales de contento detrás de su ventanilla, como un babuino satisfecho. Y justamente en ese momento, cuando Johnny estaba como perdido en su alegría, de golpe dejó de tocar y soltándole un puñetazo a no sé quien dijo: "Esto lo estoy tocando mañana", y los muchachos se quedaron cortados, apenas dos o tres siguieron unos compases, como un tren que tarda en frenar, y Johnny se golpeaba la frente y repetía: "Esto ya lo toqué mañana, es horrible, Miles, esto ya lo toqué mañana", y no lo podían hacer salir de eso, y a partir de entonces todo anduvo mal, Johnny tocaba sin ganas y deseando irse (a drogarse otra vez, dijo el técnico de sonido muerto de rabia), y cuando lo vi salir, tambaleándose y con la nariz cenicienta, me pregunté si eso iba a durar todavía mucho tiempo.
...
Charlie Parker - saxo alto
Miles Davis - trompeta
John Lewis - Bud Powell - piano
Dédée ha traído otra taza de nescafé, pero Johnny mira tristemente su vaso vacío.
- Esto del tiempo es complicado, me agarra por todos lados. Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben dos trajes y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imagínate que la vacías y después vas a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como yo meto la música en el tiempo3 cuando estoy tocando, a veces. La música y lo que pienso cuando viajo en el métro.
- Cuando viajas en el métro.
- Eh, sí, ahí está la cosa -ha dicho socarronamente Johnny-. El métro es un gran invento, Bruno. Viajando en el métro te das cuenta de todo lo que podría caber en la valija. A lo mejor no perdí el saxo en el métro, a lo mejor...
Se echa a reir, tose, y Dédée lo mira inquieta. Pero él hace gestos, se ríe y tose mezclando todo, sacudiéndose debajo de la frazada como un chimpancé. Le caen lágrimas y se las bebe, siempre riendo.
- Mejor es no confundir las cosas -dice después de un rato-. Lo perdí y se acabó. Pero el métro me ha servido para darme cuenta del truco de la valija. Mira, eso de las cosas elásticas es muy raro, yo lo siento en todas partes. Todo es elástico, chico. Las cosas que parecen duras tienen una elasticidad...
Piensa, concentrándose.
- ...una elasticidad retardada4- agrega sorprendentemente. Yo hago un gesto de aprobación admiratoria. Bravo, Johnny. El hombre que dice que no es capaz de pensar. Vaya con Johnny. Y ahora estoy realmente interesado por lo que vaya a decir, y él se da cuenta y me mira más socarronamente que nunca.
- ¿Tú crees que podré conseguir otro saxo para tocar pasado mañana, Bruno?
- Sí, pero tendrás que tener cuidado.
- Un contrato de un mes -explica la pobre Dédée-. Quince días en la boite de Rémy, dos conciertos y los discos. Podríamos arreglarnos tan bien.
- Un contrato de un mes -remeda Johnny con grandes gestos-. La boite de Rémy, dos conciertos y los discos. Be-bata-bop bop bop, chrrr. Lo que tiene es sed, una sed, una sed. Y unas ganas de fumar, de fumar. Sobre todo unas ganas de fumar.
...
1 Ch. P. es el gran saxofonista Charlie Parker, protagonista del relato, bajo el nombre de Johnny Carter. Nacido en Kansas City en 1920 y muerto prematuramente en Nueva York en 1955. Improvisador genial al saxo alto ha pasado a la historia del jazz como uno de los músicos más revolucionarios y creadores. Son conocidas las incursiones de Cortázar en el mundo del jazz que colorean algunas de sus obras como Rayuela y La vuelta al día en ochentas mundos. El propio Cotázar tocaba la trompeta.
2 Frazada: manta, originalmente manta de lana de pelo largo.
3 Yo meto la música en el tiempo: "La rítmica de Charlie Parker se basa en la descomposición del tiempo. Es, de alguna manera, una rítmica del semitiempo". [André Hodeir en Jazz moderne]
4 Elasticidad retardada: genial definición del lenguaje rítmico de Parker.
Nota: Los subrayados son míos.
Inspirado en la vida del genial jazzman Charlie Parker, Julio Cortázar recrea esa música golpeada por la desesperanzada búsqueda de otro ser cuyas circunstancias espacio-temporales pertenecen a un ámbito inalcanzable desde un yo anclado en la contingencia de su cotidianeidad. Johnny Carter, alcohólico y delirante, tanto como el otro perseguidor que fue Dylan Thomas, se entrega a recuperar la geografía de un paisaje intemporal acechando el momento de dar el salto y atravesar la puerta que lo separa de ese más allá que intuye como una forma superior de existencia.
Johnny se rebela contra las apariencias del mundo cotidiano; en su soledad y sufrimiento individual su vida es una larga vulneración de los lugares comunes consagrados por las normas de una sociedad que se le antoja servil y resignada a asumir las máscaras. SUSANA JAKFALVI
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Recuperamos para la serie esta entrada que hacía tiempo figuraba en Salvo el crepúsculo, aunque con otra música.
8 comentarios:
"Esto ya lo toqué mañana, es horrible, Miles, esto ya lo toqué mañana"
Era un Einstein del jazz, Charlie Parker.
Y la "elasticidad retardada", también tiene su cosa.
Un genio. Desdichado genio, pero genio.
Memorable texto, memorable post, memorables todos los citados... Por momentos parece escrito como toca Charlie Parker.
Esa es una de las características de los textos de Cortázar: si habla de jazz, escribe jazz.
Me gusta el texto, la música y el diseño de Juan Carlos Fendu.
Dicho lo cual, gracias por compartir....
Andanda...
¿Mande?
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