She Came in Through the Bathroom Window
Abbey Road
John Lennon y Paul McCartney
Todo comenzó con un grillo que se coló por la ventana del cuarto de baño. Se instaló luego en alguna rendija de la cocina. Y cantabas todas las noches, hermano grillo. Yo te escuchaba con gusto, te escribí un poema, nos hicimos amigos. Pero claro, no todo el mundo opinaba lo mismo. No a todos complacía aquella música monótona y algo obsesiva. Una noche (qué noche la de aquel día) el grillo —algo descontrolado— subió el volumen de su música, los vecinos se quejaron, y en mi casa mis familiares me dijeron que le diera con la zapatilla: «Dale con la zapatilla». «Quedad tranquilos», les dije. Y concluía el poema: «Si supieran que yo soy un espía de los grillos». O sea, que no me dio la gana de darle con la zapatilla.
Así que de momento salvó la vida pero tuvo que huir ante las amenazas. Seguimos su pista hasta los Montes de Toledo, donde supe que se había establecido. Y no me preguntéis cómo diantres llegó tan lejos. El caso es que se hallaba cantando en dichos montes cuando una noche de luna llena se le cruzó en el camino un niño que acababa de hacer su Primera Comunión y que vestía traje de almirante y calzaba zapatos de charol. Lo mató sin piedad y sin pensarlo demasiado. Alzó su zapato y cumplió su destino. 2 7
«Chao chao», cantó el niño para despedirse, «chao chao, jamás me olvides mi amor». Aquel niño verdugo de siete años lo pisó con su negro zapato, donde brillaba la muerte y se reflejaba la luna. Alrededor de la tragedia montamos un espectáculo con un título: «El Espía de los Grillos». Y ya de rebote un nombre para el grupo: Mansilla y los Espías. Y es que, tal como se decía en el dosier del espectáculo: «[…] utilizan su condición de espías para revelarnos los secretos y entresijos del ser humano, de la condición humana, del espectáculo humano. Eso es lo que importa».
En fin… murió el grillo, se le hizo un espléndido funeral y se le escribieron poemas y epitafios.
Pasaron los años. A veces se habla de cambiar el nombre del grupo. Espías… ¿por qué? Busquemos otro nombre mejor. Se habló de llamarnos Los Mansillas, pero desestimamos la propuesta. Ya había un grupo con ese mismo nombre. Hicimos una lista de nombres posibles:
• Mansilla y los Micropuntos.
• Mansilla y los Confieso.
• Mansillórum.
• Mansilla y los Ygriega.
• Mansilla y sus dos hippies.
Y muchos más que ahora no recuerdo.
Ninguno cuajó.
Y seguimos siendo Mansilla y los Espías. Mientras canten los grillos. O no.
pero no es mierda
es luto
porque ayer
murió un grillo
y me da la gana
de enlutar mis uñas
tres días
por él.
Todas las noches
disfruté su música
era magnífico
era tan pequeño
y humilde.
Murió ayer
de manera violenta
aplastado por un zapato de charol
que calzaba un verdugo de siete años
vestido de almirante
con el cuerpo de Dios
en el estómago.
Tan feliz
en el día
de su Primera Comunión.
Sevilla, diciembre de 2016
2 comentarios:
Los sacó de la galera, al cuento y al poema, y me va a ser inolvidable a partir de una sola frase (un gran verso realidad) "Aquel niño verdugo de siete años lo pisó con su negro zapato, donde brillaba la muerte y se reflejaba la luna..."
Por supuesto de Mansilla nada sabía hasta hoy.
Ni yo, pero era muy estimado y seguido en su tierra, Andalucía. Tipo curioso y rompedor a la antigua usanza. Enredador.
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