A Ana
Les últimes palabres, ¿cuáles sedrán?
¿De sombra o de lluz? ¿pebides acaso
semaes nel silenciu? Agora sábeslo
y posiblemente rías contenida como siempre,
caltenida nuna emoción que nunca provecía
fuera de les llendes de los que brindábemos
contigo pola vida. Agora, yá ves,
yo recuerdo los tus gueyos, la palabra exacta,
la sonrisa, entre blincu y esnalín de gatu,
que se llanzaba acariciándolu nel rabión
d'una existencia entendida como laberintu.
Sedrá esta la última respuesta, la que se da
precisa la explicación, sedrálo, nun lo sé,
la vida entre pasadizos que lleven ayures.
Toos somos Ariadna, Tiséu y el Minotauru,
toos nos acercamos seles, dándonos la mano,
hacia lo escuro. Quiero albidrar una lluz al fondo
onde sonríes yá a salvo del dolor y del tiempu.
Sombra, luz
A Ana
Las últimas palabras, ¿cuáles serán?
¿De sombra, de luz? ¿Semillas acaso
en silencio trasvoladas? Lo sabes ahora
y posiblemente sonrías contenida,
encerrada en una emoción que se desbordaba
fuera de los límites de quienes brindábamos
ayer mismo contigo por la vida. Ahora, ya ves.
Recuerdo tus ojos, la palabra exacta,
la sonrisa, entre vuelo y salto de gato,
que se lanzaba acariciándolo en el torbellino
de una existencia entendida como laberinto.
Quizás sea esa la respuesta, la que desvela
precisa la explicación, lo será, no lo sé,
la vida que lleva entre pasadizos hacia dónde.
Todos somos Ariadna, Teseo y el Minotauro,
todos silenciosos nos damos la mano
hacia lo oscuro. Quiero presentir una luz al fondo
donde sonríes a salvo del dolor y del tiempo.
Vivir de mirar
Alrededor de una mesa que agitaba el crítico José Luis García Martín en el Café Oliver de Oviedo fue tomando forma una tribu de poetas que en los años 90 apuntalaron una forma de decir. Entre ellos estaba Xuan Bello (Paniceiros, Tineo, 1965), agitador de la literatura asturiana.
En 1997 publicó Los caminos secretos, que no fue exactamente un libro sino el origen de una expedición en la palabra. Un andar en el que ha dejado conjuntos iluminadores de su mundo y su paisaje, donde la poesía está como exploración también de lo antipoético. Entre El libro viejo y El libro nuevo han pasado más de dos décadas, pero la coherencia de su escritura no se ha visto alterada. Aunque sí ahondada. Y cada vez más consciente de la vasta riqueza de un mundo propio que es aquel que tiene exactamente las mismas credenciales que algunos de sus libros de prosa: Historia universal de Paniceiros o Los cuarteles de la memoria.
Bello es un poeta que se va desplegando de otras maneras, pero siempre desde los modales de una forma de mirar que tiene la memoria como un mapa íntimo, como un espacio de encuentro y reencuentro con el otro, no como un ajuste de cuentas, ni como lugar de nostalgias donde hacer prisioneros. Sino como un territorio donde el poema, sencillamente, nos junta.
4 comentarios:
Bello poema, bella metáfora... La palabra como semilla brotando en el silencio.
Habrá más cosas de Xuan Bello inmediatamente, un poeta muy de su tierra. Y de todas, que la poesía no tiene patria, o tiene la suya propia.
"Quiero presentir una luz al fondo
donde sonríes a salvo del dolor y del tiempo". Xuan Bello
"Sino como un territorio donde el poema, sencillamente, nos junta".
Antonio Lucas
Gracias, Juan, por tu selección.
De nada. La selección estaba cantada.
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