cortado por ráfagas de luces de colores,
se adivinaban tus ojos brillantes,
tus labios en sonrisa fresca y doliente como una herida.
Pero ¿cómo a ti, Lady Day, tan sensible,
se te ocurrió ser pobre y negra y violada,
poseer esa piel claroscura
que unos querían que ennegrecieses
y otros que blanqueases para poder entrar
en un hotel de blancos?
¿Cómo, siendo tan bella,
se te ocurrió conocer la heroína y la cárcel,
ser rebelde y, en lugar de cantar con alegría,
lanzar susurros como cuchilladas?
Tú misma, Lady Day, eras un extraño fruto
colgando del árbol feroz de la puta vida,
y cada canción tuya, en carne viva,
era en tu boca un licor cálido y agrio
que debía ser bebido con dos trozos de hielo
y una gota de humor
para no suicidarse.
Hoy, ahora, en este momento,
quiero decirte un blues,
un blues para ti, Dama del Día,
hermosa como las sombras de la noche...
Cantes lo que cantes el blues está en tu voz
triste alegre recuerdo de un tristealegre amor.
Cantes lo que cantes el blues está en tu voz
que es desgarrada queja de un roto saxofón.
Cantes lo que cantes el blues está en tu voz
que oscuramente amarga es siempre tu canción.
Cantes lo que cantes el blues está en tu voz
que nunca conociste justicia bajo el sol.
Cantes lo que cantes el blues está en tu voz
oh, sí, cantes lo que cantes el blues está en tu voz
mas sólo te responde el silencio de Dios.
2 comentarios:
Cada verso un pétalo de su voz herida, cada palabra en carne viva para Lady Day... Algo como un déjà vu de instantáneas conocidas me prueba que el poeta Julio Diamante ha logrado el poema que uno siempre quiso escribirle pero no pudo. Extraña sensación.
¿Y cómo se escribe un poema a Lady Day que no suene a déjà vu? Me pregunto.
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