Chet Baker - Like Someone In Love

martes, 20 de febrero de 2018

Mujeres a la página - Mirta Rosenberg - Argentina


La poesía de Mirta Rosenberg (Argentina, 1951) gira en torno al problema de la enunciación del sujeto poético femenino. Formalmente, se caracteriza por una fuerte impronta conceptual y un cuidado sentido del ritmo.

Fuimos a derivar como una isla sin continente
y el mar empieza a ser visible. Seremos mujeres
al borde del agua y allí nos miraremos bajo el sol
que enrojece a las mujeres que se miran en el agua
con la intención más bella de encontrarse
en el cielo, desdichas invisibles.

Aunque seamos tan feas como es posible,
una pintura que nadie quiso pintar,
un desacuerdo tónico de las notas,
una mala manera de decir que hay bellas
palabras que no llegarán y esperaremos,
un vaso donde el agua no ha querido
encontrar su forma, y la dejarás correr.

A la página, mujer.

¡Oh esos dos dulces átomos de hidrógeno,
la bomba de la guerra más el óbolo
de oxígeno! ¡Nos dice que el mundo
es mundo! ¡No se puede,
mujeres, escribir con agua!

¿No se puede escribir con agua?

Sin embargo, este cuerpo que no es
ejemplar de la escultura ni accidente todavía
de la pura geografía, se sienta aquí como un objeto
y ya su propia manera de imitarlo:
agua para el corazón que es agua para la cabeza.
Agua es tres cuartas partes de lo que pesa.

¿Se puede escribir con agua?

A la página, mujer.

Después de todo, el fin del arte es el placer,
del que bien podríamos abstenernos
como de una moda. Seamos esta vez
la sed y el placebo de la sed,
hablando como amigas que sumergen
las piernas en el agua, sabiendo que depende
de la luna y también que regidas por la luna,
cuando ella salga difícilmente
estaremos a su altura, enrojecidas por el sol,
ruborizadas por el propio calor,
como sardinas nadando en aguardiente.

Eso es el mundo, etc. Una metáfora imposible
como agua de la luna. Y también está una:
digamos eau-de-vie, aqua vitae, agua de vida.
Y agua regia, como la vía, agua de rito
que no siempre podemos trasegar
pero que hay que beber lo mismo para que el pozo
no se seque y haga arena ciega, agua sin sed.

¿Se puede escribir con ella?

A la página, mujer.

3 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Mujer a la deriva, como el agua a la deriva...

Qué ciertos estos versos acuosos que fluyen al ritmo del agua a la deriva. Tan cierto como que la poeta detectó que la forma del agua es de eterna deriva.

Me sale decir así lo que siento.

carlos perrotti dijo...

Menos mal que viví para verlo.

https://www.clarin.com/espectaculos/musica/joan-manuel-serrat-colon-magica-noche-verano-hechicero-catalan_0_SyYwIUqwM.html

Seguro pronto lo subirán youtube.

El Nano es ya Gardel. Marche un merecido bronce para él.

Juan Nadie dijo...

Ya veo que se le sigue queriendo al Nano en Argentina, y cada vez más. Aquí también se le quiere, se le ha querido siempre. Claro, es que es parte de nuestra historia y hasta de nuestra educación sentimental. Aunque los españoles somos muy puñeteros y andan ahora los "indepes" poniéndolo a parir por la cuestión catalana, algunos hasta lo llaman traidor a la patria (catalana, por supuesto, ¿qué sabrán ellos?), sólo porque dice lo que piensa con claridad y por derecho, como siempre hizo.

¿Estuviste en el Colón? ¡Suertudo! Habría que verlo con la Sinfónica Nacional, la Filarmónica de Buenos Aires, la Camerata Bariloche y el sempiterno Ricard Miralles, alter ego del Nano.