La existencia ¿qué es sino un juego de nubes? Diríase que las nubes son "ideas que el viento ha condensado"; ellas se nos presentan como un "traslado del insondable porvenir". "Vivir -escribe el poeta- es ver pasar". Sí; vivir es ver pasar; ver pasar allá en lo alto las nubes. Mejor diríamos: vivir es ver volver. Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo -angustias, alegrías, esperanzas- como esas nubes que son siempre distintas y siempre las mismas, como esas nubes fugaces e inmutables.
Las nubes son la imagen del Tiempo. ¿Habrá sensación más trágica que aquella de quien sienta el Tiempo, la de quien vea ya en el presente el pasado y en el pasado lo porvenir?
6 comentarios:
"Vivir es ver volver..." fugaz y constantemente el ayer y en el futuro este presente que ves. Mi viejo y querido Azorín. Medio tanguero me salió.
Recuerdo la primera biblioteca que me regaló mi vieja, una colección de la Editorial Losada de un centenar de libros que le compró a una compañera de trabajo que andaba en la mala, libros entre los que había de Azorín y que yo devoraba.
El tiempo pasa y casi que con cada libro recuerdo esa anécdota, y casi que con cada anécdota uno recuerda, incluso por mera comparación o alusión, cada cosa que uno vivencia o que nos pasa y que nos trae por forma o sustancia aquello que fue o que proyectamos que será...
Entrañable texto de Azorín y entrañable entrada. No digamos nada de la obra de Magritte que la ilustra, que ni pintada.
Ese sí que fue un buen regalo, para no olvidar. ("Andaba en la mala", qué buena expresión).
Azorín era un grandísimo escritor, quizá algo ensombrecido por sus compañeros de la Generación del 98, Antonio Machado, Pío Baroja, Valle-Inclán, Unamuno..., etc., pero estoy plenamente de acuerdo con lo que dijo en cierta ocasión Vargas Llosa:
Azorín fue un creador más audaz y complejo cuando escribía artículos o pequeños ensayos que cuando hacía novelas.
...uno de los más elegantes artesanos de nuestra lengua y el creador de un género en el que se alían la fantasía y la observación, la crónica de viaje y la crítica literaria, el diario íntimo y el reportaje periodístico, para producir, condensada como la luz en una piedra preciosa, una obra de consumada orfebrería artística.
Estimulan a leer (y a releer) a Azorín las precisas preciosas palabras de Vargas Llosa...
No decepciona.
Lee esto, si te apetece:
http://www.biblioteca.org.ar/libros/155522.pdf
Excelso. Ya en mi base de datos y corazón. Muy muy agradecido.
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