Máscara negra, máscara roja,
máscaras blanquinegras.
Máscaras de todo horizonte
de donde sopla el Espíritu,
os saludo en silencio.
Y no a ti el último Antepasado
de cabeza de León.
Guardáis este lugar prohibido
a toda sonrisa de mujer,
a toda sonrisa que se marchita.
Destiláis ese aire de eternidad
en el que respiro el aliento de mis Padres.
Máscaras de rostros sin máscara,
despojados de todo hoyuelo y de toda arruga,
que habéis compuesto este retrato,
este rostro mío inclinado sobre el altar de blanco papel.
A vuestra imagen, ¡escuchadme!
Ya se muere el África de los imperios,
es la agonía de una princesa deplorable.
Y también Europa
a la que nos une el cordón umbilical
Fijad vuestros ojos inmutables
en vuestros hijos dominados que dan su vida como el pobre su última ropa.
Que respondamos con nuestra presencia
al renacer del mundo,
como es necesaria la levadura a la harina blanca.
¿Pues quién enseñaría el ritmo de las máquinas
y de los cañones al mundo desaparecido?
¿Quién daría el grito de alegría para despertar
a muertos y a huérfanos al amanecer?
Decid, ¿quién devolvería el recuerdo de la vida
al hombre de esperanzas rotas?
Nos llaman los hombres del algodón,
del café, del aceite,
nos llaman los hombres de la muerte.
Somos los hombres de la danza,
cuyos pies recobran fuerza
al golpear el duro suelo.
Léopold Sédar Senghor, poeta de la negritud, estudiante de élite de la Sorbona, fundador junto con Aimé Césaire de la revista El estudiante negro en París y editor de la Antología de la nueva poesía negra y malgache, prologada por Sartre, escribió este poema en los comienzos de la descolonización de África. Poco más tarde llegaría a ser presidente de Senegal.
7 comentarios:
Me gustan ambos, cuadro y poema.
A mí también.
Y que todavía tengan ganas de danzar, tiene mérito.
Danzan hasta las fachadas de las casas del cuadro, debe ser por lo que cantaba Sabina, que bailar es soñar con los pies.
Esa es una buena definición.
Vamos, tipo Fred Astaire sin Ginger Rogers.
O Ginger sin Fred. O Ginger Ale, o...
La canción es "jugar por jugar", tiene una versión con María Dolores Pradera, que está muy bien.
O gaseosa sin gas.
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