Chet Baker - Like Someone In Love

martes, 10 de noviembre de 2009

POESÍA DEL VINO/ 1 - Soneto del vino - Jorge Luis Borges - Argentina

Baco - Fresco romano del siglo II d.C.¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?

Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto

otrora lo cantaron el árabe y el persa.
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
Desde mucho antes de Noé, la Humanidad ha vivido fascinada por el vino, ese caldo destilado de la amable y dulce uva. Escritores y poetas se han hecho lenguas de sus virtudes. Este blog no podía ser menos, de modo que aquí comienza una nueva serie titulada -cómo no- Poesía del vino. Disfrútenla con moderación.


In Vino Veritas.
Plinio el Viejo


Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina.
Francisco de Quevedo y Villegas

Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.
Miguel de Cervantes Saavedra

Donde no hay vino no hay amor.
Eurípides

El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios.
Avicena

Ouh miña parra de albariñas uvas/
que a túa sombra me das.
Rosalía de Castro

El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida.
Hipócrates

El vino tórnase bueno cuando resultaba nuevo, duro y áspero, pero se sostiene aquel vino que ya en el lagar era agradable.
Séneca

Si los amantes del vino y del amor van al infierno..., vacío debe estar el paraíso.
Omar Khayyam

Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino.
Pío Baroja

Me basta/ 
con el vino dorado y viejo/ una manta con olor a invierno/ diecisiete almendras nuevas/ y tus manos…
Beatríz Mazliah

El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza.
José Ortega y Gasset

España, el bello país del vino y de las canciones.
Goethe

El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
Charles Baudelaire

Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
Francis Bacon

La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento.
Alejandro Dumas

A los gallegos nos gustan nuestros vinos. Quizás porque tienen más ganas de hablar que nosotros, o porque tienen un sabor fugitivo y, buscándoselo, rememoramos tiempos, lugares, amores, despedidas...
Álvaro Cunqueiro

Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices.
Alexander Fleming

Las gentes del Mediterráneo empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a cultivar el olivo y la vid.
Tucídides

Si quieres vivir mucho, guarda un poco de vino rancio y un amigo viejo.
Pitágoras de Samos

Podríamos seguir hasta el aburrimiento.

4 comentarios:

jose dijo...

Siendo todos los pensamientos muy buenos, me quedo con el de Avicena.

Juan Nadie dijo...

Sí, se puede uno quedar con todos, pero el de Avicena está muy bien. Además, era médico.

Logan y Lory dijo...

Nosotros nos quedamos con el producto nacional y nuestro genial Quevedo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y yo con unos sorbitos de ese loado elemento. Con eso me basta. Quizá así mi paladar aprenda a disfrutarlo algo más y mi cerebro, a resistirlo mejor.