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martes, 9 de julio de 2019

La oscura intimidad de la medusa - Celia Corral Cañas - España


La reinosana Celia Corral Cañas acaba de obtener el Premio de Narrativa Carmen Martín Gaite 2019 por la novela Tiempo para los pájaros. Enhorabuena.
Licenciada en Filología Hispánica y doctora en Literatura Española por la Universidad de Salamanca, Celia tiene en su haber numerosos premios literarios, entre los que se encuentra el III Premio Internacional de Poesía Jovellanos 'El mejor poema del mundo' (2016) por el siguiente poema:


La oscura intimidad de la medusa
tienes todos los rostros y ninguno,
eres todas las horas y ninguna,
te pareces al árbol y a la nube,
eres todos los pájaros y un astro,
Octavio Paz
A veces eres luz, a veces piedra;
a veces tiburón y otras erizo.
El viaje de los sueños en las nubes,
las alas del dragón y de Mercurio.
La humanidad de Batman y el temblor
de todo lo animal y lo divino.
Los oídos de Ulises y los párpados
conscientes y obstinados de Penélope.
El gigante más grande en Liliputh,
los molinos de viento imaginados.
El camino del bosque que descarta
Caperucita Roja y lleva al lobo.
El interés del gato en la ratita,
el sueño en siete camas o en Totoro.
Eres el pie que no entra en el zapato,
las mentiras piadosas del espejo,
la voz de la sirena y la espuma.

Eres el héroe muerto y sobrevives
al paso de la lluvia y sus arrugas.
Las paredes de Dogville, la escritura
de Sócrates, la playa de Invernalia.
La piel de los guepardos y sus garras,
el tacto de los labios del león
marino y la sonrisa del insecto.
La elegancia del vuelo transparente
de la libélula, la silenciosa
proximidad de la serpiente hembra.
El caracol en su húmedo abrazo,
la secreta voracidad del pez.
La espera impertérrita del perro,
el ladrido en el aire de los cuervos.
El hígado del pato al explotar,
la oscura intimidad de la medusa.
El honor del elefante, la astucia
de la zorra y de las uvas, el hambre
que a todos nos define y nos enfrenta.
La duna tras la tormenta de arena,
la mano que dibuja un arcoíris.
La distancia creciente entre galaxias
destinadas para siempre al olvido.

La estrella ignorante de su nombre,
el río que nace cerca de casa,
el cielo de esta tarde de noviembre.
El árbol que hospeda en su tronco
los cuerpos –¿y las almas?– desdentados
de los bebés toraja que murieron.
Ventana en el palacio y en la escuela,
ventana en hospitales y en la cárcel.
La espada sin hombre y sin romance,
el caballo que vuelve sin jinete,
la fiebre de la noche en cada guerra,
la luna de la luna y su sentido.
El viento insoportable del que duda,
la libertad del sueño y su esperanza.
El roce de la cuerda en la garganta,
la rama rota en el acantilado.
La fuerza misteriosa y convencida
que da vida y expande el tumor.
El silencio después de la pregunta,
las vías cuando ya ha pasado el tren.
La herida que no sangra y sin embargo
se despierta contigo cada día.
Tu carne sabe a historias y a animal.

Eres sólo real; sólo inventado.
Eres el que condena, el condenado
y la condena; la magia y el truco,
el mago, el conejo y el sombrero.
El equilibrio y todos sus contrarios.
El corazón que late y el latido,
el primer parpadeo y el último.
Eres el navegante, eres el náufrago,
el mapa, el navío, el iceberg.
A veces eres tú y otras veces…
te mudas de pronombre personal,
despiertas en lo propio y en lo ajeno.
Eres quien crees ser, quien desconoces;
eres quien creo y quien desconozco.
A veces quien escribe, otras quien lee
y otras, como ahora, el poema.
De La voz del animal bajo tu piel, 2017

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Confirmo con la entrevista que linkeas que su premiada novela tiene mucho en común en cuanto a temática con este premiado poema y viceversa. El universo juvenil, sus gustos, influencias, fantasías y aspiraciones, según su mirada y enfoque.

Juan Nadie dijo...

No conozco la novela, pero seguro que tienes razón.