Chet Baker - Like Someone In Love

lunes, 31 de diciembre de 2018

El narrador copia expresiones del diccionario / Se despierta en mí el deseo - Amos Oz - Israel


Quien ha jugado con fuego,
quien ha prometido el oro y el moro
ha perdido la senda, ha perdido los estribos y está
con la soga al cuello. No ha conseguido vivir como un rey.
Ha pasado más hambre que un perro. Le ha tocado.
Los años se le han echado encima, ha recibido
su castigo, las desgracias nunca vienen solas.
Ahora estampará su firma. Dará su conformidad.

~~~~
Atardecer. Llueve en las colinas vacías del desierto.
Cal y roca y olor a tierra mojada
después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo
de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.
De ser anterior al conocimiento.
Como las colinas. Como una piedra en la superficie
de la luna. Inerte, silencioso y seguro
de que estaré tiempo en exposición.
De El mismo mar, 1999
Versiones de Raquel García Lozano

sábado, 29 de diciembre de 2018

Canto I - Ezra Pound - Estados Unidos


And then went down to the ship,
Set keel to breakers, forth on the godly sea, and
We set up mast and sail on that swart ship,
Bore sheep aboard her, and our bodies also
Heavy with weeping, so winds from sternward
Bore us out onward with bellying canvas,
Circe’s this craft, the trim-coifed goddess.
Then sat we amidships, wind jamming the tiller,
Thus with stretched sail, we went over sea till day’s end.
Sun to his slumber, shadows o’er all the ocean,
Came we then to the bounds of deepest water,
To the Kimmerian lands, and peopled cities
Covered with close-webbed mist, unpierced ever
With glitter of sun-rays
Nor with stars stretched, nor looking back from heaven
Swartest night stretched over wretched men there.
The ocean flowing backward, came we then to the place
Aforesaid by Circe.
Here did they rites, Perimedes and Eurylochus,
And drawing sword from my hip
I dug the ell-square pitkin;
Poured we libations unto each the dead,
First mead and then sweet wine, water mixed with white flour.
Then prayed I many a prayer to the sickly death’s-head;
As set in Ithaca, sterile bulls of the best
For sacrifice, heaping the pyre with goods,
A sheep to Tiresias only, black and a bell-sheep.
Dark blood flowed in the fosse,
Souls out of Erebus, cadaverous dead, of brides
Of youths and at the old who had borne much;
Souls stained with recent tears, girls tender,
Men many, mauled with bronze lance heads,
Battle spoil, bearing yet dreory arms,
These many crowded about me; with shouting,
Pallor upon me, cried to my men for more beasts;
Slaughtered the heards, sheep slain of bronze;
Poured ointment, cried to the gods,
To Pluto the strong, and praised Proserpine;
Unsheathed the narrow sword,
I sat to keep off the impetuous impotent dead,
Till I should hear Tiresias.
But first Elpenor came, our friend Elpenor,
Unburied, cast on the wide earth,
Limbs that we left in the house of Circe,
Unwept, unwrapped in sepulchre, since toils urged other.
Pitiful spirit.  And I cried in hurried speech:
“Elpenor, how art thou come to this dark coast?
Cam’st thou afoot, outstripping seamen?”
            And he in heavy speech:
“Ill fate and abundant wine. I slept in Circe’s ingle.
Going down the long ladder unguarded,
I fell against the buttress,
Shattered the nape-nerve, the soul sought Avernus.
But thou, O King, I bid remember me, unwept, unburied,
Heap up mine arms, be tomb by sea-bord, and inscribed:
A man of no fortune, and with a name to come.
And set my oar up, that I swung mid fellows.”

And Anticlea came, whom I beat off, and then Tiresias Theban,
Holding his golden wand, knew me, and spoke first:
“A second time? why? man of ill star,
Facing the sunless dead and this joyless region?
Stand from the fosse, leave me my bloody bever
For soothsay.”
            And I stepped back,
And he stong with the blood, said then: “Odysseus
Shalt return through spiteful Neptune, over dark seas,
Lose all companions.” And then Anticlea came.
Lie quiet Divus. I mean, that is Andreas Divus,
In officina Wecheli, 1538, out of Homer.
And he sailed, by Sirens and thence outward and away
And unto Circe.
            Venerandam,
In the Creatan’s phrase, with the golden crown, Aphrodite,
Cypri munimenta sortita est, mirthful, orichalchi, with golden
Girdles and breast bands, thou with dark eyelids
Bearing the golden bough of Argicida. So that:


Y bajamos a la nave,
Enfilamos quilla a los cachones, nos deslizamos en el mar divino, e
Izamos mástil y vela sobre aquella nave oscura,
Ovejas llevábamos a bordo, y también nuestros cuerpos
Deshechos en llanto, y los vientos soplaban de popa
Impulsándonos con hinchadas velas,
De Circe esta nave, la diosa bien peinada.
Nos sentamos luego en medio de la nave,
Mientras el viento hacía saltar la caña del timón,
Así con velas reventando, navegamos hasta el fin del día.
El sol a su descanso, las sombras en el océano.
Llegamos entonces al confín del mar más hondo,
A las cimerias tierras, y ciudades pobladas
Cubiertas por la niebla de tejido espeso, jamás penetrado
Por luz de los solares rayos
Sin toldo estrellado, ni por los ojos desde el cielo vueltos
La noche más negra envolvía a los infelices deste suelo.
Y en el reflujo del océano, llegamos después al sitio
Predicho por Circe.
Aquí los ritos de Perimedes y Euríloco1,
Y de mi cadera retirando espada
Cavé la fosa midiendo un ana en cuadro;
E hicimos libaciones sobre cada muerto,
Primero alojas y luego dulce vino, agua mezclada con harina alba.
Dije entonces muchas oraciones a las pálidas cabezas muertas;
Como es costumbre en Ítaca, toros estériles de los mejores
Para el sacrificio, levantando una pira con efectos,
Una oveja para Tiresias sólo, negra y con cencerro.
Sangre negra se derramó en la fosa,
Fantasmas del Érebo, cadavéricos muertos, de novias2
De mancebos y ancianos que mucho habían sufrido;
Ánimas manchadas por recientes lágrimas, muchachas tiernas,
Muchos hombres, desgarrados por las broncíneas puntas
            de las lanzas,
Despojos de batalla, con armas manchadas de sangre todavía,
Esta muchedumbre me cercaba; gritando,
Palideciendo, requerí más bestias de mis hombres;
Degollamos los rebaños, ovejas muertas por el bronce;
Escanciando aceite, clamé a los dioses,
A Plutón el fuerte, y elogios a Proserpina;
Desenvainé la espada angosta,
Me senté para esquivar los impetuosos muertos impotentes,
Hasta que oyera a Tiresias.
Mas el primero en llegar fue Elpénor, Elpénor nuestro amigo3,
Insepulto, lanzado sobre la tierra vasta,
Extremidades que abandonamos donde Circe,
Sin derramar lágrimas por él, sin amortajar su cuerpo,
Porque cosas urgentes nos llamaban.
Lastimoso espíritu. Y grité con palabra apresurada:
“Elpénor, ¿cómo llegaste a esta costa oscura?
¿Viniste a pie, acaso, más veloz que los marinos?”.
            Y entonces, él, con palabras graves:
“El adverso hado y el abundoso vino.
En el hogar de Circe pernocté.
Bajando descuidado las altas escaleras,
Caí de golpe sobre el contrafuerte,
Rompiéndome la nuca, el alma voló en busca del Averno.
Mas a ti, ¡Oh Rey!, te pido recuerdes, a mí, el no llorado,
El insepulto,
Amontona mis armas y sea mi tumba la orilla del mar
Y mi epitafio:
Un hombre desgraciado, con su fama en el futuro. Y clava vertical el remo que blandía entre mis compañeros”.

Y Anticlea, de quien me defendí, vino, y luego Tiresias tebano4,
Levantando su vara dorada, me reconoció, y habló el primero:
“¿Por segunda vez? ¿Por qué? ¿Hombre de mala estrella,
Ante los muertos en la sombra y en esta región triste?
Sal de la fosa, déjame la bebida sangrienta
Para mis vaticinios”.
            Y di un paso atrás,
Y él, fortalecido con la sangre, dijo entonces: “Odiseo
Regresará a través del rencoroso Neptuno, por oscuros mares,
Perdiendo todos sus hombres”. Y entonces vino Anticlea.
Cepos quedos, Divus. Quiero decir, es decir, Andrés Divus5,
In oficina Wecheli, 1538, tomado de Homero
Y navegó desoyendo Sirenas y de allí lejos y hacia adentro
Y hasta Circe.
            Venerandam6,
En frase del cretense, con dorada corona, Afrodita,
Cypri munimenta sortita est, alegre, oricalchi, con doradas7
Fajas y cintas en los pechos, tú, la de párpados oscuros
La de la rama dorada de argicida. Para que…8

1 Euríloco es el fiel compañero y lugarteniente de Odiseo; Perimedes es otro miembro de su tripulación. Circe, diosa hechicera, hija del sol y de Perseis. En la Odisea y en las leyendas de los argonautas. Habitaba en la isla de Ea, hoy, según algunas versiones, la península de Circeo, cerca de Gaeta.
2 El Érebo, nacido del Caos, es un espacio de tinieblas a través del cual deben pasar las almas en su camino a los Hades.
3 Elpénor es el miembro más joven de la tripulación de Odiseo. Su muerte accidental, mientras se hallaba bebido, le convierte en un símbolo de la mala suerte (Odisea, XI).
4 Anticlea, seducida por Sísifo, dio a luz a Odiseo, según algunas versiones del mito. Otra versión considera a éste hijo legítimo de Anticlea y su esposo Laertes.
5 Andreas Divus, de Justinopolis, es el autor de la traducción latina en la que se basa Pound: “In 1906 he had bought Andreas Divus’s translation of Homer” (“En 1906 había comprado la traducción de Homero por Andreas Divus”. Forrest Read, en Eva Hesse, editor, New Approaches to Ezra Pound, Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1969, pág. 126). Fue publicada en la imprenta de Wechelus, París, 1538.
6 Venerandam: digna de ser venerada.
7 Cypri: que domina todo Chipre, la isla que se considera centro del culto a Afrodita, diosa del amor, de la belleza y de la fertilidad. Oricalchi: de cobre.
8 Argicida: el matador de Argo. Se dice de Hermes, que le mató de una pedrada por orden de Zeus. Sus características son la juventud, la astucia, la elocuencia. Es el inventor de la lira y de la flauta. Los humanos le consideran un verdadero amigo divino.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Lección de gramática - Berta Piñán - España


Llección de gramática

¿Cómo se diz en uolof la palabra frontera, la palabra
patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo-y llamáis al desamparu?
Si queréis dicir en bereber, por exemplu, "yo tuvi una casa
nun arrabal de Rabat" ¿ponéis nesti orde la frase? ¿Cómo
se conxuguen en bambara los verbos que lleven al norte,
qué axetivos-y cuadren a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿ye la palabra adiós un sustantivu?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exiliu? ¿Hay que
xuntar los llabios? ¿Duelen? ¿Qué pronomes usáis pal qu’espera
na playa, pal que regresa ensin nada? Cuando señaláis p’allá, pa                                                                                    [contra
casa, qué alverbiu escoyéis? ¿Cómo se diz na vuestra, na nuestra                                                                                    [llingua
la palabra futuru?


Lección de gramática

¿Cómo se dice en uolof la palabra frontera,
la palabra patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo le llamáis al desamparo?
Si queréis decir en bereber, por ejemplo, "yo tuve una casa
en un arrabal de Rabat", ¿ponéis en este orden la frase? ¿Cómo
se conjugan en bambara los verbos que llevan al norte,
qué adjetivos le encajan a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿es la palabra adiós un sustantivo?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exilio? ¿Hay que
juntar los labios? ¿Duelen? ¿Qué pronombres usáis para el que                                                                                       [espera
en la playa, para el que regresa sin nada? Cuando señaláis hacia                                                                       [allá, en dirección
a casa, ¿qué adverbio escogéis? ¿Cómo se dice en vuestra, en                                                                             [nuestra lengua,
la palabra futuro?
De Un mes, 2002
Traducción de la autora

lunes, 24 de diciembre de 2018

Fragmentos de An Aquarium - Jeffrey Yang - Estados Unidos


Crab

Slantwise the crab advances. Poets,
philosophers, the body
politic share different aspects
of this problem.


Cangrejo

De soslayo avanza el cangrejo. Poetas,
filósofos, el cuerpo
político comparten distintos aspectos
de este problema.

~~~~
Dinoflagellate

The glow of crashing waves at night
is caused by dinoflagellates. In great
quantities, they cause ciguatera
and red tides. Without them
the sea would die. Some causes
are invisible to the naked eye.
Strive for equilibrium
rather than neutrality.


Dinoflagelados

De noche, el parpadeo azul del oleaje
es producido por dinoflagelados. En grandes
cantidades, causan ciguatera
y mareas rojas. Sin ellos
el mar moriría. Algunas causas
son invisibles a simple vista.
Persigue el equilibrio
más que la neutralidad.
~~~~

Dolphin

The Greeks thought dolphins
were once men. The Chinese
river dolphin was a goddess.
Scientists tell us that if we
rearrange a few of our genes,
we’d become dolphins. Wouldn’t
that be real progress!


Delfín

Los griegos pensaban que los delfines
habían sido hombres una vez.
El delfín chino de río era una diosa.
Los científicos nos dicen que si
reordenamos algunos de nuestros genes
nos convertiríamos en delfines. ¡Eso sí
que sería progresar!

~~~~
Eel

Eels are slimy creatures.
But never lie. If they sense
the slightest pretence, they’ll
bite off your finger. Carefully
study the hands of politicians.


Anguila

Las anguilas son criaturas viscosas.
Pero nunca mienten. Si perciben
la más leve jactancia, te arrancan
el dedo de un mordisco. Con cuidado
estudia las manos de los políticos.

~~~~
Foraminifera

The test of a foraminifera
is its shell—tectinous,
agglutinated, or calcareous
endoskeleton
cytoplasm streams
thru foramen chamber
to chamber of
a single cell, granuloreticulose pseudopodia motion,
memory palace of Okeanos.
Foraminiferans are found
at all latitudes and marine
environments—foraminiferal white
of the White Cliffs of Dover.
In the pyramids of Giza
Herodotus saw "petrified lentils";
Aldrovandi’s eye turned
from Aristotle toward Galileo:
the rhombic shells
have epigenetic stony tubercles.
For Oppen
a test of poetry is
sincerity, clarity, respect…
For Zukofsky the range of pleasure
it affords as sight, sound, and intellection.
In a dream
Vishnu visited Appakavi
who received the secrets of
Nannaya’s grammar: Poetry
is the ultimate learning.


Foraminíferos

La prueba de un foraminífero
es su concha: membranoso,
aglutinado o calcáreo
endoesqueleto
citoplasma que fluye
por la cámara del foramen
hacia la cámara de
una única célula, movimiento de
seudópodo granuloreticuloso,
palacio del recuerdo de Okeanós.-
Los foraminíferos se encuentran
en todas las latitudes y hábitats
marinos: blanco foraminífero
en los acantilados blancos de Dover.
En las pirámides de Gizeh
Herodoto vio "lentejas petrificadas";
el ojo de Aldrovandi se desplazó
de Aristóteles a Galileo:
las conchas romboides
tienen rígidos tubérculos epigenéticos.
Para Oppen
una prueba de la poesía es
sinceridad, claridad, respeto…
Para Zukofsky, la gama de placer
que proporciona en cuanto vista, sonido e intelección.
En sueños
Vishnú visitó a Appakavi,
quien recibió los secretos de
la gramática de Nannaya: La poesía
es el saber definitivo.

~~~~
Holothurian

Sand biome holothurian home.
To humans, holothurians are
Big Business. Their only defense
is to stiffen and spit out their stomachs.
This is a holy ritual


Holoturia

Biomedio arenoso, hogar de holoturias.
Para los humanos, las holoturias
son negocio a lo grande. Su única defensa
es quedarse rígidas y expulsar sus vísceras.
Es un ritual sagrado.

~~~~
Ellyfish

Occasionally a crab tires of its slantwise ways and stowaways
on the bell of a jellyfish. The bell
pulsates as the jellyfish drifts, drifts
(in one direction and then in another,
but generally spreading slantingly)
to the rhythm of antipodal forces.
Food comes and goes; days pass.
Perhaps one day both wash ashore:
the jellyfish dies, and the crab
rediscovers a new world.


Medusa

De vez en cuando un cangrejo se cansa
de su avance de soslayo y polizón
en la campana de una medusa. La campana
palpita mientras la medusa vaga, vaga
(en una dirección y luego en otra,
pero yéndose en general por la tangente),
al ritmo de fuerzas antípodas.
El alimento entra y sale; los días pasan.
Quizá un día el mar los arroje a la playa:
la medusa muere, y el cangrejo
redescubre un nuevo mundo.
De An Aquarium, 2008
Traducción de Jordi Doce

sábado, 22 de diciembre de 2018

Aforismos - Sergio García Clemente - España


La alegría más firme es la que no tiene raíces.
~~~~
El silencio también puede ser una trinchera.
~~~~
Sólo soy un cadáver distraído.
~~~~
El halago es el altar donde serás sacrificado.
~~~~
A menudo, la felicidad consiste simplemente en contemplarla.
~~~~
Pluma: raíz del aire.
~~~~
Los espejismos nos reflejan mejor que los espejos.
~~~~
Mis verdades se abren con un signo de exclamación y se cierran con uno de interrogación.
~~~~
Es difícil comprenderse a uno mismo si no se cree en los fantasmas.
~~~~
Algunas tablas están tan podridas que es preferible seguir naufragando.
De Mirar de reojo, 2017

jueves, 20 de diciembre de 2018

Reír - Francisco Moral - España


      como niño
      que ignora
      el futuro
atento
      solo
      a la pelota
      al amigo
      al abrazo
de la madre.

Reír
      a contramano
      cuando de veteranos
      nos hiela la sangre
      la miseria.

Reír
al compás
      de cada golpe.

Y devolverlos.
Uno
        por
               uno.
De El verano de los cazadores de luces, 2016
Francisco Moral


FRANCISCO MORAL fue colaborador de la revista Onzevaras en el año 1981 y publicó varios artículos bajo el seudónimo de Paco Loba. En 1989 vio la luz el libro de poemas Suave viene la noche, en la Colección Abraxas del Ayuntamiento de Madrid. Se publican posteriormente fragmentos de su obra en diversas revistas literarias como Malvís (1989, 1991), La Poesía, señor hidalgo (2001), Poeta de Cabra (2010), Álora, la bien cercada (2013), así como en multitud de medios digitales. Tras un largo periodo de casi veinte años alejado de la publicación de poesía, aparecen Libro de las cartas (Vitruvio, 2008), Cuando la noche calló sobre Lisboa (Celesta, 2010) y Frutas y banderas (Vitruvio, 2012). En 2014 funda, junto a Cecilia Quílez y Mara Troublant, la editorial Tigres de Papel. Posteriormente publica Las voces que me dicen (Pessoas breves) (Celesta, 2016), selección y traducción de la obra del poeta portugués y de sus principales heterónimos, y El verano de los cazadores de luces (Lastura, 2016).

martes, 18 de diciembre de 2018

El anarquismo del bienestar - Martín López-Vega - España


The best way out is always through.
Robert Frost
1

(Gespräche mit Kalypso)

La música es música y no ruido
porque recordamos la primera nota.
La poesía es poesía y no ruido
porque recordamos la primera frase
(una palabra no basta; lo que importa
es la sintaxis, y cómo se rompe).
La vida es vida y no ruido...
¿Por qué? ¿Cómo?
No sé tú, yo vivo así:
organizando mi sintaxis
para después romperla en busca
de la primera nota
que siempre se esconde dentro.

2

(Monólogo de Sísifo)

Mi DNI miente, pero yo os diré quién soy:
mi nombre es Sísifo. ¿Mi genealogía?
Leí demasiado joven a Camus
y cada vez que llego al final de un sendero de la vida
pienso: ¿y ahora qué, a esperar la jubilación
admirando el paisaje? (pues aunque yo sí vea,
no es mi sentido preferido).

Es abajo, donde el musgo,
donde se repara la ilusión;
no en la cima, que no lleva a ninguna parte.

Caminaba a la orilla del río y de la carretera
pensando que era ya hora de comenzar de nuevo,
imaginaba un libro futuro donde explicase
-socráticamente- mi forma de vida, se titularía
El anarquismo del bienestar; echaba de menos
la canción del peñasco rodando ladera abajo.
Entonces un arrendajo azul
se me apareció en una rama para anunciarme
el minuto del cambio. No lo supe entonces,
tuve que recurrir a las epistemologías nativas
y me puse contento. Comenzar de nuevo
como una palabra sin etimología,
como un arrendajo azul sin bibliografía,
como peñasco ladera abajo. Si tarda en caer
hay que empujarlo. Qué felicidad
su sonido cayendo, roca contra roca.

No existe otra música. Mientras subes
puedes ver, casi ya en la cima,
los cuerpos congelados de quienes
intentaron hacer cumbre sin los medios apropiados:
las ganas de volver. Mientras bajas
no ves nada, sólo cantas, feliz
de tener que empezar de nuevo, ladera arriba,
peñasco adentro.

No soy yo de quienes cuando ven un cuervo
se preguntan qué querrá decirles.
No soy tampoco de quienes piensan que haya dicha alguna
en ser apenas sensitivo.

No es en la cima, después de todo,
donde se descansa,
sino abajo, en el valle oscuro,
después de todo y de todo lo demás,
de haberlo vivido todo en todas direcciones
sólo para volver al principio,
porque quien no quiera ser como yo
debe saber
que sólo hay otra opción, y es ser la piedra.

3

(Idea de Iowa)

Maíz y soja: mal lugar para alérgicos.
Rincones: la capilla junto al río,
el ala rota de un ángel en el cementerio,
el teatro que recuerda al Globe.

El amianto de los edificios.
Atracciones turísticas: una pomarada,
una calle con pasteles checos.
Humedad: en torno al 90%.

Todo tipo de pájaros: águilas calvas,
arrendajos azules, cardenales.
Ciervos como el que una vez
me estaba esperando al otro lado del puente.

Un día quise buscar Historia:
fui al museo, encontré escupideras.
Señores repartiendo nuevos testamentos.

Tanto espacio abierto que puedo imaginarme
en el museo de historia natural
el momento en que salimos del agua
aunque me distraen las figuras de los indios
que apenas han sobrevivido en efigie.
Alertas de tornado. Nieve sin fin.

Sentados a una mesa de Prairie Lights
hojeamos libros de poetas pueblerinos
y Tomaž Šalamun me dice:
esta es la Revolución de la Nada,
y va ganando.

4

(El Evtuchenko letón)

A finales del siglo pasado mi amigo Marat
me envió desde la Unión Soviética un libro de Ojars Vacietis
y una carta en la que recordaba
un viaje juntos en tren a Oviedo
para ver los monumentos del Prerrománico.
"Es mejor que Evtuchenko", me decía,
y soñé varias noches con un poema suyo
en el que se sienta en el suelo inventando la luz eléctrica.

Hoy, en una antología, he vuelto a leer a Vacietis
(que ya no es un poeta soviético
sino el poeta nacional letón:
"el Evtuckenko letón", según la antóloga)
y he subrayado en cambio dos versos
de Linards Tauns, "poeta del exilio"
-tanto bien le hace el exilio a la poesía
que deberíamos desconfiar de ella con celo-:
Quiero asegurarme de que mi ciudad
es de verdad igual a como aparece en mis sueños.

Hace mucho tiempo que no sueño con ciudades;
puede que la última vez fuese también en el siglo pasado.
Las calles que he pisado se cruzan en mi memoria
y no necesito el sueño para ver visiones.
Y no es sólo cuestión de mi memoria:
los países se han ido descomponiendo
y los poetas cambiando de nacionalidad o muriendo
o ambas cosas a la vez. Volviendo a los sueños,
Marat, son casi iguales -salvo por lo de las ciudades-
a los del siglo pasado, pero no sé si eso es bueno o malo.

5

(La ciudad Sí y la ciudad No)

Ya todos somos turistas
incluso en nuestro propio pueblo,
así que da igual: una tasca
en la esquina fadista de la Rua das Gáveas
-passo apressado- y la Travessa do Poço da Cidade. El camarero                                                                 [dice que habla italiano
y pronuncia "Bacalhá" y pregunta "Quieren otro piato".
En otra mesa unos alemanes
elaboran una teoría sobre las mujeres portuguesas
mientras yo me hago la mía sobre los hombres alemanes.

Mi mejor teoría ociosa la elaboré una tarde en Florencia,
en el Giubbe Rosse: con el pie posado
sobre una baldosa suelta de la calle
imaginaba el carácter de quienes la pisaban también
por cómo repercutía en mí el eco de su pisada.

Bueno, al grano.
Vengo de decir adiós a los cobertizos desvencijados.
Ayer estuve con el mechón de Emily y dentro de un Hopper.
Luego en el Strand, que se había inundado,
vimos unas ediciones muy bonitas de Evtuchenko,
que se murió por la tarde; vivió lo que tres uniones soviéticas.
Todo lo que importa en mi vida
ha pasado en algún momento por esta ciudad,
así que, lo quiera o no, estar hoy aquí
ha de tener algún significado.

Toda la tinta del bolígrafo se ha descargado
dejando mis manos negras de pasado, como diciendo:
hasta aquí. En el museo, esta mañana, vi ese vídeo
en el que João Onofre suelta en su estudio un buitre
que, a falta de carroña, se aburre.

Pasado y presente juntos, hoy ese buitre soy yo
y me muero de hambre.
Rua do Alecrim abajo
me lloran los ojos de pura alegría,
de tanta ciudad sí y ciudad no reunidas
cuesta abajo camino de un río por fin sin metáfora,

por fin al principio de todo
ahora que el mundo se acaba
y yo me empeño en seguir reciennaciendo.
De Gótico Cantábrico

domingo, 16 de diciembre de 2018

Tempus fugit/ 29 - Tiempo único - Juan Lamillar - España


Nadie pierde otra vida que esta que vive
y no vive otra que la que pierde.
Marco Aurelio
Nadie pierde más vida que la que vive,
ninguno gana el tiempo que lo desgasta.
Alguien, tarde o temprano, nos dice "basta".
Quien colecciona instantes, no los escribe.

Tocamos los minutos, ¿quién lo prohíbe?
Miramos cada hora. Decimos "Hasta
mañana" cada noche, y entro en la vasta
simulación de muerte que el sueño exhibe.

Despierto con la aurora: despierta el mundo,
la realidad se aviene con mi recuerdo:
la sombra que nos llama, el sol altivo,

el amor renovado. Sé que estoy vivo.
Único y mío es el tiempo, en él me hundo,
y no vivo otra vida que la que pierdo.
De Extraña geografía, 2017

viernes, 14 de diciembre de 2018

¿Qué queda al mirar hacia adelante? - Edda Armas - Venezuela


De fondo, el rugir del mar nocturno.

Lápices malgastados sobre la mesa
y borradores que no concluyes.

Ojos del búho, que también ojos de jade.

Brotes del helecho esquinado en la tierra
abonada en el mismo pote que la orquídea.

La receta sin probar pegada con imanes
en la puerta blanca de la congeladora.

Las manos juntas. Roces de piel y deseo.

Vacíos frascos de coleccionados perfumes
que de nombre olvidas, pero jamás su aroma.

La puerta al patio de atrás como único
retrovisor para juntar todo en un solo lugar.

El asteroide Freddiemercury 17473... al que
le silbas sus versos: estoy ardiendo en el cielo
/estoy viajando a la velocidad de la luz/
...Déjame entrar en tu corazón otra vez.

Lo desenfocado de las tomas sin lentes.

Un libro perdido en el amado desorden.

El deseo no confesado, ahora iridiscente.

Nombres entrando y saliendo, sin fechas.

Imágenes dormidas en hojas transparentes
sin estación de otra vida.

Lo que vive en tu cabeza, arde.

Sujetadores, esdrújulas, uñas de gato.

Ahogada luz de la mesa de noche cuando
sientes que asaltan el paso de las horas
en la habitación carne donde manoseas.

Las flores abiertas nunca secarán.

Con Ricardo A.
De Fruta hendida, inéditos
Edda Armas

Don't Stop Me Now (Freddie Mercury) - Queen, 1978

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Microrrelatos/ 28 - Motivo literario - Mónica Lavín - México


Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Literatura y jazz/ 95 - La verdad (John Coltrane) - Rafael Calero Palma - España


Saxo tenor.
Free jazz y be-bop.
Tren azul en movimiento eterno.
Profeta de la improvisación.

Desde Los Ángeles a Nueva York
suena
en las calles
negras
un solo de saxo
que llama a la Revolución.
Sólo tú conoces la verdad.
De La mirada del jazz, 2006
Blue Train - John Coltrane, 1957 
John Coltrane, saxo tenor 
Lee Morgan, trompeta 
Curtis Fuller, trombón 
Kenny Drew, piano 
Paul Chambers, bajo 
Philly Joe Jones, batería

sábado, 8 de diciembre de 2018

Literatura y jazz/ 94 - Lolita Jazz - Andrés Neuman - Argentina-España


I
¿Diamante depurado,
linterna caprichosa,
simple golpe de azúcar?
¿Nieve sin calendario,
picaporte del aire,
lunar suelto?
No. Es su rodilla
descendiendo del taxi, lentamente.

II
Devoras un helado
con la pasión minúscula del beso.
¿Empezarás a amarme ahora
o al menos fingirás que me detestas,
my sin, my soul, Lolita,
mi menta y mi nuez toda?
El botón de la lengua
se me hace escalofrío al pronunciarte,
chincheta de colores en mi vida,
te has manchado la punta de la bota,
¿qué harás my girl ahora
aparte de encender un cigarrillo?

III
Una comba invisible, hecha de cascabeles,
tu risa do-re-mi-fa saltará.
Si no miente el reloj de arena de la tarde,
pronto regresarás sin mi a tu mundo
de peonzas que nadie ha detenido
y barajas de estreno.
¿No es cierto que mi vicio de pómulos de fresa
es como un as de oros
a punto de ganar la partida?

IV
Su falda parecía una breve bandera
izada por dos veces al partir.
Ha dejado un perfume
-my charming little beast-
de lluvia sobre su parquet
en New Orleans.
                         Me dijo:
¿tienes una moneda? Me lo he gastado todo
y me espera un amigo en su cubil...
Siempre hay una Lolita en la memoria
pintándose los labios distraída,
sentada en el jardín.
De El tobogán, 2002
Hugh Laurie - Let Them Talk: A Celebration of New Orleans Blues

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Literatura y jazz/ 93 - El puerto del invierno - Joaquín Pérez Azaústre - España


Y me he perdido en la ciudad que un día
fuera la luz en el confín del mundo.

El faro que alumbró la nueva tierra
rompe las algas, duerme en el abismo.

Nadie baja en la noche hasta la playa
a escuchar las canciones de las olas que vuelven.

Alguién perdió
la luna y las estrellas
y las cartas marítimas antiguas,
el cielo está tomado por la niebla
de ceniza nevada sobre el mar.

Los viajeros traen nuevas desde Roma
y cuentan que se quema cada día.

El mundo se ha perdido en este mundo,
yo regreso a Lisboa para buscarte.

El saxo de Billy Swann resuena en la penumbra.

¿Recuerdas que bailábamos, recuerdas?

Dijeron: siempre es invierno en Lisboa,
y he venido buscando el invierno vivido
en el fuego sin fin de las caricias.

Es -tú sabes- tan fácil encontrarme.

Busca en el viejo bar con luz de gas.

Alguien mira, perdido, extraño junto al piano.

Tú descubres mi rostro en la ventana,
en la ciudad que un día
fuera la luz en el confín del mundo,
pero pasas en silencio,
apenas miras,
aún te cala mi lluvia en tu tristeza.

No amanece.

El invierno es nocturno en este puerto.
Fragmento de la película El invierno en Lisboa (José A. Zorrilla - 1991), 
basada en la novela homónima de Antonio Muñoz Molina
Uno de sus personajes es Billy Swann, al que da vida Dizzy Gillespie.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Literatura quechua/ 4 - El día y la noche - Anónimo - Perú


¡Oh Huiracocha!
Tú eres quien ordena
que se haga el día y la noche,
que amanezca y brille la luz:
a tu hijo, el sol,
lentamente hazlo caminar
en el límpido cielo,
para que benéficamente
alumbre al hombre
que es tu creatura.

¡Oh Huiracocha!
Mientras el sol
se oculta en la noche
a los hombres que apacientas
dales serena y apacible luz lunar.
¡Alúmbralos, sin enfermarlos,
sin causarles molestias,
antes bien,
presérvalos en paz
y libres de cuidados!
Traducción de Teodoro L. Meneses

sábado, 1 de diciembre de 2018

Yo no sé nada (caligrama) - Oliverio Girondo - Argentina


Yo no sé nada 
Tú no sabes nada 
Ud. no sabe nada 
El no sabe nada 
Ellos no saben nada 
Ellas no saben nada 
Uds. no saben nada 
Nosotros no sabemos nada

La desorientación de mi generación tiene su explicación en la 
dirección de nuestra educación, cuya idealización de la acción, 
era -¡sin discusión!- una mistificación, en contradicción con 
nuestra propensión a la meditación, a la 
contemplación y a la masturbación. 
(Gutural, lo más guturalmente 
que se pueda.) Creo que creo 
en lo que creo que no creo. 
Y creo que no creo en 
lo que creo que creo 

«Cantar  de  las  ranas»

¡Y       ¡Y       ¿A   ¿A       ¡Y       ¡Y
su       ba       llí         llá       su       ba
bo       jo       es             es       bo       jo
las       las     tá?                    tá?      las      las
es         es       ¡A                        ¡A         es        es
ca       ca       quí                            cá         ca        ca
le         le         no                               no         le         le
ras        ras       es                                 es         ras        ras
arri        aba        tá                                   tá        arrí        aba
ba!...      jo!...      !...                                  !...         ba!...    jo!...

Oliverio Girondo

jueves, 29 de noviembre de 2018

Ajedrez - Jorge Luis Borges - Argentina


I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.


II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?
De El hacedor, 1960
Jorge Luis Borges

martes, 27 de noviembre de 2018

Microrrelatos/ 27 - La trama - Jorge Luis Borges - Argentina


Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Los espejos - Jorge Luis Borges - Argentina


Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos

sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita

Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,

Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.

Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,

Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.

Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.

Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.

Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.

Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.

Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.

Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.

Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso nos alarman.
De El hacedor, 1960

viernes, 23 de noviembre de 2018

Sueños (y pesadillas) de Borges - Jorge Luis Borges - Argentina


Alguien sueña

 ¿Qué habrá soñado el Tiempo hasta ahora, que es, como todos los ahoras, el ápice? Ha soñado la espada, cuyo mejor lugar es el verso. Ha soñado y labrado la sentencia, que puede simular la sabiduría. Ha soñado la fe, ha soñado las atroces Cruzadas. Ha soñado a los griegos que descubrieron el diálogo y la duda. Ha soñado la aniquilación de Cartago por el fuego y la sal. Ha soñado la palabra, ese torpe y rígido símbolo. Ha soñado la dicha que tuvimos o que ahora soñamos haber tenido. Ha soñado la primer mañana de Ur. Ha soñado el misterioso amor de la brújula. Ha soñado la proa del noruego y la proa del portugués. Ha soñado la ética y las metáforas del más extraño de los hombres, el que murió una tarde en una cruz. Ha soñado el sabor de la cicuta en la lengua de Sócrates. Ha soñado esos dos curiosos hermanos, el eco y el espejo. Ha soñado el libro, ese espejo que siempre nos revela otra cara. Ha soñado el espejo en que Francisco López Merino y su imagen se vieron por última vez. Ha soñado el espacio. Ha soñado la música, que puede prescindir del espacio. Ha soñado el arte de la palabra, aún más inexplicable que el de la música, porque incluye la música. Ha soñado una cuarta dimensión y la fauna singular que la habita. Ha soñado el número de la arena. Ha soñado los números transfinitos, a los que no se llega contando. Ha soñado al primero que en el trueno oyó el nombre de Thor. Ha soñado las opuestas caras de Jano, que no se verán nunca. Ha soñado la luna y los dos hombres que caminaron por la luna. Ha soñado el pozo y el péndulo. Ha soñado a Walt Whitman, que decidió ser todos los hombres, como la divinidad de Spinoza. Ha soñado el jazmín, que no puede saber que lo sueñan. Ha soñado las generaciones de las hormigas y las generaciones de los reyes. Ha soñado la vasta red que tejen todas las arañas del mundo. Ha soñado el arado y el martillo, el cáncer y la rosa, las campanadas del insomnio y el ajedrez. Ha soñado la enumeración que los tratadistas llaman caótica y que, de hecho, es cósmica, porque todas las cosas están unidas por vínculos secretos. Ha soñado a mi abuela Frances Haslam en la guarnición de Junín, a un trecho de las lanzas del desierto, leyendo su Biblia y su Dickens. Ha soñado que en las batallas los tártaros cantaban. Ha soñado la mano de Hokusai, trazando una línea que será muy pronto una ola. Ha soñado a Yorick, que vive para siempre en unas palabras del ilusorio Hamlet. Ha soñado los arquetipos. Ha soñado que a lo largo de los veranos, o en un cielo anterior a los veranos, hay una sola rosa. Ha soñado las caras de tus muertos, que ahora son empañadas fotografías. Ha soñado la primer mañana de Uxmal. Ha soñado el acto de la sombra. Ha soñado las cien puertas de Tebas. Ha soñado los pasos del laberinto. Ha soñado el nombre secreto de Roma, que era su verdadera muralla. Ha soñado la vida de los espejos. Ha soñado los signos que trazará el escriba sentado. Ha soñado una esfera de marfil que guarda otras esferas. Ha soñado el calidoscopio, grato a los ocios del enfermo y del niño. Ha soñado el desierto. Ha soñado el alba que acecha. Ha soñado el Ganges y el Támesis, que son nombres del agua. Ha soñado mapas que Ulises no habría comprendido. Ha soñado a Alejandro de Macedonia. Ha soñado el muro del Paraíso, que detuvo a Alejandro. Ha soñado el mar y la lágrima. Ha soñado el cristal. Ha soñado que Alguien lo sueña.
De Los conjurados, 1985


Alguien soñará

¿Qué soñará el indescifrable futuro? Soñará que Alonso Quijano puede ser don Quijote sin dejar su aldea y sus libros. Soñará que una víspera de Ulises puede ser más pródiga que el poema que narra sus trabajos. Soñará generaciones humanas que no reconocerán el nombre de Ulises. Soñará sueños más precisos que la vigilia de hoy. Soñará que podremos hacer milagros y que no los haremos, porque será más real imaginarlos. Soñará mundos tan intensos que la voz de una sola de sus aves podría matarte. Soñará que el olvido y la memoria pueden ser actos voluntarios, no agresiones o dádivas del azar. Soñará que veremos con todo el cuerpo, como quería Milton desde la sombra de esos tiernos orbes, los ojos. Soñará un mundo sin la máquina y sin esa doliente máquina, el cuerpo. La vida no es un sueño pero puede llegar a ser un sueño, escribe Novalis.
De Los conjurados, 1985


El sueño

Si el sueño fuera (como dicen) una 
tregua, un puro reposo de la mente, 
¿por qué, si te despiertan bruscamente, 
sientes que te han robado una fortuna? 

¿Por qué es tan triste madrugar? La hora 
nos despoja de un don inconcebible, 
tan íntimo que sólo es traducible 
en un sopor que la vigilia dora 

de sueños, que bien pueden ser reflejos 
truncos de los tesoros de la sombra, 
de un orbe intemporal que no se nombra 

y que el día deforma en sus espejos. 
¿Quién serás esta noche en el oscuro 
sueño, del otro lado de su muro?
De El otro, el mismo, 1964


El sueño

La noche nos impone su tarea
mágica. Destejer el universo,
las ramificaciones infinitas
de efectos y de causas, que se pierden
en ese vértigo sin fondo, el tiempo.
La noche quiere que esta noche olvides
tu nombre, tus mayores y tu sangre,
cada palabra humana y cada lágrima,
lo que pudo enseñarte la vigilia,
el ilusorio punto de los geómetras,
la línea, el plano, el cubo, la pirámide,
el cilindro, la esfera, el mar, las olas,
tu mejilla en la almohada, la frescura
de la sábana nueva, los jardines,
los imperios, los Césares y Shakespeare
y lo que es más difícil, lo que amas.
Curiosamente, una pastilla puede
borrar el cosmos y erigir el caos.
De La cifra, 1981



Historia de los dos que soñaron

El historiador arábigo El Ixaquí refiere este suceso:

“Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme), que hubo en el Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: “Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.” A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos., de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el Decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo, y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en la cárcel,. El capitán lo mandó buscar y le dijo: “¿Quién eres y cuál es tu patria?. El otro declaró: “Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí.” El capitán le preguntó: “¿Qué te trajo a Persia?”. El otro optó por la verdad y le dijo: “Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste”.

“Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: “Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de una mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete”.

“El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.”
(Del Libro de las 1001 Noches, noche 351)
De El informe de Brodie, 1970


La pesadilla

Los sueños son el género; la pesadilla, la especie. Hablaré de los sueños y, después, de las pesadillas. [...]

El examen de los sueños ofrece una dificultad especial. No podemos examinar los sueños directamente. Podemos hablar de la memoria de los sueños. Y posiblemente la memoria de los sueños no se corresponda directamente con los sueños. Un gran escritor del siglo dieciocho, Sir Thomas Browne, creía que nuestra memoria de los sueños es más pobre que la espléndida realidad. Otros, en cambio, creen que mejoramos los sueños: si pensamos que el sueño es una obra de ficción (yo creo que lo es) posiblemente sigamos fabulando en el momento de despertarnos y cuando, después, los contamos. Recuerdo ahora el libro de Dunne, An Experiment witk the Time. No estoy de acuerdo con su teoría pero es tan hermosa que merece ser recordada. Pero antes, para simplificarla (voy de un libro a otro, mis memorias son superiores a mis pensamientos) quiero recordar el gran libro de Boecio De consolatione philosophiae, que Dante sin duda leyó o releyó, como leyó o releyó toda la literatura de la Edad Media. Boecio, llamado el último romano, el senador Boecio, imagina un espectador de una carrera de caballos.

El espectador está en el hipódromo y ve, desde su palco, los caballos y la partida, las vicisitudes de la carrera, la llegada de uno de los caballos a la meta, todo sucesivamente. Pero Boecio imagina otro espectador. Ese otro espectador es espectador del espectador y espectador de la carrera: es, previsiblemente, Dios. Dios ve toda la carrera, ve en un solo instante eterno, en su instantánea eternidad, la partida de los caballos, las vicisitudes, la llegada.

Todo lo ve de un solo vistazo y de igual modo ve toda la historia universal. Así Boecio salva las dos nociones: la idea del libre albedrío y la idea de la Providencia. De igual modo que el espectador ve toda la carrera y no influye en ella (salvo que la ve sucesivamente), Dios ve toda la carrera, desde la cuna hasta la sepultura. No influye en lo que hacemos, nosotros obramos libremente, pero Dios ya sabe -Dios ya sabe en este momento, digamos- nuestro destino final. Dios ve así la historia universal, lo que sucede a la historia universal; ve todo eso en un solo espléndido, vertiginoso instante que es la eternidad. [...]

No sabemos exactamente qué sucede en los sueños: no es imposible que durante los sueños estemos en el cielo, estemos en el infierno, quizá seamos alguien, alguien que es lo que Shakespeare llamó “the thing I am”, “la cosa que soy”, quizá seamos nosotros, quizá seamos la Divinidad. Esto se olvida al despertar. Sólo podemos examinar de los sueños su memoria, su pobre memoria. [...]

Referiré un recuerdo personal. Un sobrino mío, tendría cinco o seis años entonces -mis fechas son bastante falibles-, me contaba sus sueños cada mañana. Recuerdo que una mañana (él estaba sentado en el suelo) le pregunté qué había soñado. Dócilmente, sabiendo que yo tenía ese hobby, me dijo: “Anoche soñé que estaba perdido en el bosque, tenía miedo, pero llegué a un claro y había una casa blanca, de madera, con una escalera que daba toda la vuelta y con escalones como un corredor y además una puerta, por esa puerta saliste vos”. Se interrumpió bruscamente y agregó: “Decime, ¿qué estabas haciendo en esa casita?”

Todo corría para él en un solo plano, la vigilia y el sueño. Lo que nos lleva a otra hipótesis, a la hipótesis de los místicos, la hipótesis de los metafísicos, la hipótesis contraria que, sin embargo, se confunde con ella.

Para el salvaje o para el niño los sueños son un episodio de la vigilia, para los poetas y los místicos no es imposible que toda la vigilia sea un sueño. Esto lo dice, de modo seco y lacónico, Calderón: la vida es sueño. Y lo dice, ya con una imagen, Shakespeare: “estamos hechos de la misma madera que nuestros sueños”; y, espléndidamente, lo dice el poeta austríaco Walter von der Vogelweide, quien se pregunta (lo diré en mi mal alemán primero y luego en mi mejor español) : “Ist es mei Leben getraümt oder ist es wahr?: “¿He soñado mi vida, o fue un sueño?” [...]

Hay un pasaje en la Odisea en el que se habla de dos puertas, la de cuerno y la de marfil. Por la de marfil llegan a los hombres los sueños falsos y por la de cuerno, los sueños verdaderos o proféticos. Y hay un pasaje en la Eneida (un pasaje que ha provocado innumerables comentarios): en el libro noveno, o en el undécimo, no estoy seguro, Eneas desciende a los Campos Elíseos, más allá de las Columnas de Hércules: conversa con las grandes sombras de Aquiles, de Tiresias; ve la sombra de su madre, quiere abrazarla pero no puede porque está hecha de sombra; y ve, además, la futura grandeza de la ciudad que él fundará. Ve a Rómulo, a Remo, el campo y, en ese campo, ve al futuro Foro Romano, la futura grandeza de Roma, la grandeza de Augusto, ve toda la grandeza imperial. Y después de haber visto todo eso, después de haber conversado con sus contemporáneos, que son gente futura para Eneas, Eneas vuelve a la tierra. Entonces ocurre lo curioso, lo que no ha sido bien explicado, salvo por un comentador anónimo que creo que ha dado con la verdad. Eneas vuelve por la puerta de marfil y no por la de cuerno. ¿Por qué? El comentador nos dice por qué: porque realmente no estamos en la realidad. Para Virgilio, el mundo verdadero era posiblemente el mundo platónico, el mundo de los arquetipos. Eneas pasa por la puerta de marfil porque entra en el mundo de los sueños, es decir, en lo que llamamos vigilia. [...]

Ahora llegamos a la especie, a la pesadilla. No será inútil recordar los nombres de la pesadilla.

El nombre español no es demasiado venturoso: el diminutivo parece quitarle fuerza. En otras lenguas los nombres son más fuertes. En griego la palabra es efialtes: Enaltes es el demonio que inspira la pesadilla. En latín tenemos el incubus. El íncubo es el demonio que oprime al durmiente y le inspira la pesadilla. En alemán tenemos una palabra muy curiosa: Alp, que vendría a significar el elfo y la opresión del elfo, la misma idea de un demonio que inspira la pesadilla. Y hay un cuadro, un cuadro que De Quincey, uno de los grandes soñadores de pesadillas de la literatura, vio. Un cuadro de Fussele o Füssli (era su verdadero nombre, pintor suizo del siglo dieciocho) que se llama The Nightmare, La pesadilla. Una muchacha está acostada. Se despierta y se aterra porque ve que sobre su vientre se ha acostado un monstruo que es pequeño, negro y maligno. Ese monstruo es la pesadilla. Cuando Füssli pintó ese cuadro estaba pensando en la palabra Alp, en la opresión del elfo.

Llegamos ahora a la palabra más sabia y ambigua, el nombre inglés de la pesadilla: the nightmare, que significa para nosotros “la yegua de la noche”. Shakespeare la entendió así. Hay un verso suyo que dice “I met the night mare”, “me encontré con la yegua de la noche”. Se ve que la concibe como una yegua. Hay otro poema que ya dice deliberadamente “the nightmare and her nine foals”, “la pesadilla y sus nueve potrillos”, donde la ve como una yegua también.

Pero según los etimólogos la raíz es distinta. La raíz sería niht mare o niht maere, el demonio de la noche. El doctor Johnson, en su famoso diccionario, dice que esto corresponde a la mitología nórdica -a la mitología sajona, diríamos nosotros-, que ve a la pesadilla como producida por un demonio; lo cual haría juego, o sería una traducción, quizá, del efialtes griego o del incubus latino. [...]

Entremos en la pesadilla, en las pesadillas. Las mías son siempre las mismas. Yo diría que tengo dos pesadillas que pueden llegar a confundirse. Tengo la pesadilla del laberinto y esto se debe, en parte, a un grabado en acero que vi en un libro francés cuando era chico. En ese grabado estaban las siete maravillas del mundo y entre ellas el laberinto de Creta. El laberinto era un gran anfiteatro, un anfiteatro muy alto (y esto se veía porque era más alto que los cipreses y que los hombres a su alrededor). En ese edificio cerrado, ominosamente cerrado, había grietas. Yo creía (o creo ahora haber creído) cuando era chico, que si tuviera una lupa lo suficientemente fuerte podría ver, mirar por una de las grietas del grabado, al Minotauro en el terrible centro del laberinto.

Mi otra pesadilla es la del espejo. No son distintas, ya que bastan dos espejos opuestos para construir un laberinto. Recuerdo haber visto en la casa de Dora de Alvear, en Belgrano, una habitación circular cuyas paredes y puertas eran de espejo, de modo que quien entraba en esa habitación estaba en el centro de un laberinto realmente infinito.

Siempre sueño con laberintos o con espejos. En el sueño del espejo aparece otra visión, otro terror de mis noches, que es la idea de las máscaras. Siempre las máscaras me dieron miedo. Sin duda sentí en la infancia que si alguien usaba una máscara estaba ocultando algo horrible. A veces (éstas son mis pesadillas más terribles) me veo reflejado en un espejo, pero me veo reflejado con una máscara. Tengo miedo de arrancar la máscara porque tengo miedo de ver mi verdadero rostro, que imagino atroz. Ahí puede estar la lepra o el mal o algo más terrible que cualquier imaginación mía. [...]

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Límites - Jorge Luis Borges - Argentina


De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido

a quien prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte Jano.*

Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son lo que me ha querido y olvidado;
espacio y tiempo y Borges ya me dejan.
De El otro, el mismo, 1964
* Cuadrifonte Jano: En la antigua mitología romana, Jano es el dios de los comienzos, las transiciones, las puertas y el tiempo. Usualmente se representa con dos caras, una mirando al futuro y la otra al pasado. En este caso, Borges usa el término "cuadrifronte" (cuatro frentes) para describirnos un Jano con cuatro caras. 

Borges dijo de este poema: En mi opinión, pero no hay razón alguna para que la opinión del poeta valga más que la de los lectores, este poema es el mejor, o mejor dicho el menos malo de los míos.

Si lo dice Borges, no seré yo quien lo desautorice.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Poemas - Francisca Aguirre (Paca Aguirre), Premio Nacional de las Letras 2018 - España


¿Por qué llegan las mariposas
               si no hay forma de que deje de nevar?
Ni siquiera el Libro de los muertos
                             puede darnos una razón

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Vivimos porque el tiempo nos perdona
como perdona el tigre a las hormigas
Existimos gracias a una ignorancia que nos salva
a veces el cansancio nos aplasta
como destruye el tigre el hormiguero
cuando se tumba a devorar su presa

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A la sombra del futuro
                     lloran los girasoles
el impensado triunfo
                            de Vang Gogh
mientras Theo planta
                               los delgados pinceles de su hermano
en un huertecillo de Arles
                           con la seguridad de que algún día
                                                                         florecerán

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Si miras hacia atrás
ten la seguridad de que no te convertirás en estatua de sal
Seguirás siendo la de siempre
esa que mira y mira
esa que no sabe hacer otra cosa que mirar hacia atrás
No quedará de ti ningún vestigio
tan sólo tu mirada
como una sollozante vía láctea
que hubieran desterrado con misteriosa indiferencia

La jerarquía de la sal no está a tu alcance

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Algunos senderos
parecen conducir al paraíso

Pero sólo conducen
                            Solamente conducen
conducen y conducen