Chet Baker - Like Someone In Love

lunes, 27 de mayo de 2019

Despertar español - Jorge Guillén - España


¡Oh blanco muro de España!
Federico García Lorca

I

¿Dónde estoy?
                     Me despierto en mis palabras,
Por entre las palabras que ahora digo,
A gusto respirando
Mientras con ellas soy, del todo soy
Mi nombre,
Y por ellas estoy con mi paisaje:
Aquellos cerros grises de la infancia.
O ese incógnito mar, ya compañero
Si mi lengua le nombra, le somete.

No estoy solo. ¡Palabras!

Y merced a sus signos
Puedo acotar un trozo de planeta
Donde vivir tratando de entenderme
Con prójimos más próximos
En la siempre difícil tentativa
De gran comunidad.

A través de un idioma
¿Yo podría llegar a ser el hombre
Por fin humano a que mi esfuerzo tiende
Bajo este sol de todos?

II

Ay, patria,
Con malos padres y con malos hijos,
O tal vez nada más desventurados
En el gran desconcierto de una crisis
Que no se acaba nunca.
Esa contradicción que no nos deja
Vivir nuestro destino,
A cuestas cada cual
Con el suyo en un ámbito despótico.
Ay, patria,
Tan anterior a mí,
Y que yo quiero, quiero
Viva después de mí -donde yo quede
Sin fallecer en frescas voces nuevas
Que habrán que resonar hacia otros aires,
Aires con una luz
Jamás, jamás anciana.
Luz antigua tal vez sobre los muros
Dorados
Por el sol de un octubre y de su tarde:
Reflejos
De muchas tardes que no se han perdido,
Y alumbrarán los ojos de otros hombres
-Quién sabe- y sus hallazgos.

III

¡Fluencia!
Y nunca se interrumpe,
Y nunca llega al mar
Ni sabe de traiciones.
Río de veras fiel a su mandato,
A su fatal avance sesgo a sesgo,
Rumbo a la primavera con su estío,
Y en las agudas barcas
Las eternas parejas
De nuevo amor.
                       Y no hay más mundo que ese.
Un mundo bajo soles
Y nuestra voluntad.

Paso ha de abrirse por las nuevas sangres
Incógnito futuro
Libérrimo.
¿Vamos a él? Él es quien nos arrastra
Rehaciendo el presente
Fugaz
Mientras confluye todo por su curso
De cambio y permanencia,
España, España, España.

IV

Nuestra intervención y nuestro amor, España, 
Pese a los pusilánimes,
Pese a las hecatombes -bueyes muertos-
Sobre las tierras yermas,
Entre ruinas y fábulas
Con luces de ponientes
Hacia noches y auroras.

Y todo, todo en vilo,  
En aire
De nuestra voluntad.

Queremos más España.

Esa incógnita España no más fácil
De mantener en pie
Que el resto del planeta,
Atractiva entre manos escultoras
Como nunca lo es bajo los odios,
Creación sobre un trozo de universo
Que vale más ahondado que dejado.
¿Península? No basta geografía.
Queremos un paisaje con historia.

V

Errores y aflicciones.
                    ¡Cuántas culpas!

Gran historia es así:
Realidad hay, compacta.

En el recuerdo veo un muro blanco,
Un sol que se recrea
Difundiéndose en ocio
Para el contemplativo siempre en obra.

¡Blanco muro de España!
No quiero saber más,
Se me agolpa la vida hacia un destino,
Ahí, 
Que el corazón convierte en voluntario.

¡Durase junto al muro!

Y no me apartarán vicisitudes
De la fortuna varia.
¡Tierno apego sin  término!
Blanco muro de España, verdadera:
Nuestro pacto es enlace en la verdad.

sábado, 25 de mayo de 2019

El candidato a pie de calle - Karmelo C. Iribarren - España


Reparte papeletas
con su foto,
sonríe,
promete,
estrecha manos.
Nadie le cree
una palabra,
pero es igual,
el cámara sigue
filmando.
Una niña se acerca:
Mira, mamá –dice–,
hay teatro.

martes, 21 de mayo de 2019

Microrrelatos/ 34 - Quijotescas/ 33 - Don Quijote cuerdo - Marco Denevi - Argentina


El único momento en que Sancho Panza no dudó de la cordura de don Quijote fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho) gobernador de la ínsula Barataria.

sábado, 18 de mayo de 2019

Analectas del exilio - Jesús David Curbelo - Cuba


Miro al mar. Cuento monedas.
Siempre aquí se mira al mar.
Entre mirarlo y contar
monedas pasan las vedas.
Y las vidas: naces, quedas
preso entre leyes y reyes
que amputan, dictan las leyes,
tuercen cuellos y eslabones,
acuñan las ilusiones
y nos tornan perros, bueyes,
buitres del oro y la sal,
títeres, cerdos, vampiros
que se nutren de suspiros
en pos del bien, y hallan mal.
Miramos. La vista es cal
contra el muro del vacío.
Nuestro muro. El tuyo. El mío.
Ese que, airoso, se erige
en cerco. Y vigila. Y rige
la mansedumbre, el hastío,
la piedra en la boca, el humo
entre las manos, el paso
circular, el campo raso,
el acíbar para el zumo,
la sangre, el látigo, el grumo
que somos ante la ley:
putas, mendigos: la grey
que mira al mar sin auxilio,
monedas cuenta, y exilio
suplica, burlando al rey.

Pero la burla es un juego
de espejos: en el exilio
no hay salvación ni concilio.
Es otro yugo: el del fuego
de la nostalgia, y el ruego
por regresar a la tierra
donde comenzó la guerra
por elevarse, por ser
viajeros, por poseer
otra cárcel —la que encierra
en su red tiempo y memoria—
donde nada se vislumbra.

En el exilio no alumbra
más luz que la misma historia
infinita de la gloria
buscar del parto a la cruz,
errar, bajar la testuz,
seguir siendo un extranjero,
ver el mar, contar dinero,
y soñar con otra luz.

¿Qué es la luz? ¿Dónde está? ¿Dónde
encontrarla puede el siervo
de sí mismo? ¿Dónde el cuervo
que grazna y se marcha? ¿Adónde
va, maltrecho? ¿Dónde esconde
la luz su rostro divino?
¿En el mar? ¿En el cansino
repicar de las monedas?
¿En las carnes? ¿En las sedas?
¿En el oropel del vino
que nos coloca el destino
siempre lejos de la boca?
¿En la cárcel? ¿En la roca
que es, a la par, fe y camino?
¿En el silencio? ¿En el trino
oscuro que nos alienta?
¿En el muro? ¿En la violenta
liturgia que nos obliga
a ser caballo y auriga,
guerra y paz, perdón y afrenta,
hambre y mesa suculenta
que es, no es, está y no está?
¿Dónde queda? ¿Cómo va
hacia esa luz que lo tienta
el hombre? ¿Cuándo la enfrenta?
¿Y cómo? ¿Y por qué? ¿Quién gana
en tal combate? ¿La vana
confianza de ser hostil?
¿El hombre? ¿La luz? ¿O el vil
simulacro de un mañana?

Porque habrá un mañana. Diana
hará en él el hombre adulto
al prescindir de ese culto
al dinero, a la sotana,
al rey y a su ley. Qué sana
sensación de hallarse libre
lo inundará cuando vibre
todo su ser bajo el nombre
de Dios, que le diga: “Hombre,
búscate en mí, tu calibre
es ser tú mismo y ser Yo
que a tu existencia me afilio:
soy tu luz, tu mar, tu exilio,
tu hartazgo, tu ley, tu voz”.

Habrá un mañana. Es en Dios:
cúspide y sima del pozo
de existir: ese alborozo
donde duermo mi acrobacia,
despierto, pulso la gracia,
miro el mar y aguardo el gozo.
 De Libro de cruel fervor, 1997

jueves, 16 de mayo de 2019

Autocrítica - José Vicente Anaya - México


Me observo en el espejo
y trato de encontrar a otro hombre
que no soy yo, que no puedo serlo;
el que fui y el que pude ser:
el poeta ramplón y el poeta maldito.
Pero me observo más
y tampoco soy un Dios
ni un hombre de trueno,
ni un héroe de aventuras irreales.
Soy este hombre que llora sin que las lágrimas afloren
pero que lucha
para que el llanto
no pierda el motivo de la vida.

martes, 14 de mayo de 2019

Poemas anónimos chinos/ 2 - Canto leído en voz baja - China


Mientras busco a mi amado,
me atrevo a llamarlo por su nombre íntimo;
mientras pienso en él, no utilizo jamás su nombre de pila.
Cuanto más lo llamo así, somos más felices,
juramos no separarnos nunca.
Rompo algunas ramas de sauce.
En el jardín, cantan miles de pájaros;
yo también, pues repito sin cesar el nombre de mi amado.
Las innumerables flores se abren.
Ante ese esplendor primaveral,
¿quién podría vivir sola bajo el mosquitero de seda?
Pienso en mi amado, he perdido el apetito.
Ando sin rumbo por una encrucijada,
le confiaré a la brisa los pensamientos para mi amado.
Ya no acomodo mis cabellos,
¿para quién debo tener el cuidado de arreglarme?
Si quieres saber cuánto pienso en ti,
mira cómo enflaquece mi cintura.

domingo, 12 de mayo de 2019

Poemas anónimos chinos/ 1 - China


VUELVEN LOS CABALLOS...

Vuelven los caballos.
En sus cascos traen perfumes
de flores que pisaron.


RÁPIDO SE SECÓ...

Rápido se secó el rocío,
aunque mañana volverá.
Sólo el que cae en la tumba
no vuelve.


MI AMADO...

Mi amado se iba a Yangchow
y decidí irme con él.
En cuanto me abrazó, sentí
que el río dejaba de fluir.


GUERRA

Combatieron en el sur del castillo.
Ahora sus cuerpos desamparados,
tras la muralla, son alimento para
los buitres.
Traducción de José Vicente Anaya

jueves, 9 de mayo de 2019

Una fotografía colgada en la pared - Joan Margarit, XXVIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana - España


(Xavier Miserachs)
El Paseo de Gracia en la nevada
de aquel invierno en que nos conocimos.
En primer plano, dándome la espalda,
se alejan transeúntes:
quizá soy yo este hombre del paraguas,
y tal vez la mujer con el gorrito
de lana seas tú. Al fondo,
todo se va borrando tras los copos,
que ponen este velo de neblina.
Debajo de los árboles parece
la nave de una blanca catedral.
Ahora estoy en la fotografía:
no se oye nada, hay coches aparcados
y sepultados hasta media rueda.
Cruzamos solos el Paseo helado,
entre los plátanos y los herrajes
negros, medio cubiertos por la nieve,
de una de las farolas de Gaudí.
Estamos dentro de aquel mismo invierno
en donde no sabíamos que el hacha
del frío ya esperaba para cuando
el porvenir no fuese nada más
que el amor de dos viejos a un fantasma.

martes, 7 de mayo de 2019

Viejo Poeta - Jordi Doce - España


Quien extravió la vida al recrearla
con secreta pasión, al hilo de palabras
que forjaron, tal vez, su limpio emblema,
vuelve a mirarte desde su cansancio,
donde la luz evita esas pupilas
que un antiguo fulgor encaneció.

El premio es la ceguera, el abandono.
Creer tocar la luz y que calcine.
No la paz satisfecha
que pudo confundir en otro tiempo
con la sabiduría o su inminencia,
cuando saber es la palabra
que nombra la derrota del deseo,
el temblor de unas manos en el aire.

domingo, 5 de mayo de 2019

Microrrelatos/ 33 - Impromptu - Jorge Vilela - Argentina


Cuenta una vieja historia que a un australiano le regalaron un bumerán nuevo. Lo que no dice es cómo hizo para deshacerse del viejo.
De La mañana del 10 de enero

viernes, 3 de mayo de 2019

Les effarés - Arthur Rimbaud - Francia


Les effarés

Noirs dans la neige et dans la brume,
Au grand soupirail qui s'allume,
Leurs culs en rond,

A genoux, cinq petits, - misère ! -
Regardent le Boulanger faire
Le lourd pain blond.

Ils voient le fort bras blanc qui tourne
La pâte grise et qui l'enfourne
Dans un trou clair.

Ils écoutent le bon pain cuire.
Le Boulanger au gras sourire
Grogne un vieil air.

Ils sont blottis, pas un ne bouge,
Au souffle du soupirail rouge
Chaud comme un sein.

Quand pour quelque médianoche,
Façonné comme une brioche
On sort le pain,

Quand, sous les poutres enfumées,
Chantent les croûtes parfumées
Et les grillons,

Que ce trou chaud souffle la vie,
Ils ont leur âme si ravie
Sous leurs haillons,

Ils se ressentent si bien vivre,
Les pauvres Jésus pleins de givre,
Qu'ils sont là tous,

Collant leurs petits museaux roses
Au treillage, grognant des choses
Entre les trous,

Tout bêtes, faisant leurs prières
Et repliés vers ces lumières
Du ciel rouvert,

Si fort qu'ils crèvent leur culotte
Et que leur chemise tremblote
Au vent d'hiver.


Los boquiabiertos

Niños mendigos. Ha nevado.
Al tragaluz iluminado
los pobres van

porque les trae al retortero
el ver cómo hace el panadero
el rubio pan.

Miran la masa gris en torno
del brazo blanco que del horno
es auxiliar.

El panadero el buen pan cuece,
la sonrisa en su boca mece
algún cantar.

Apretaditos, ni uno alienta
junto al ventano que calienta
como un regazo.

Cuando al hacer una ensaimada
saca el pan áureo de la hornada
el fuerte brazo,

cuando al cobijo del ahumado
techo, el cuscurro perfumado
canta muy bajo

y a ellos les llega la vaharada
está su alma deslumbrada
bajo el andrajo.

Sienten que aquello da la vida
bajo la escarcha a su aterida
faz de angelotes;

sus hociquitos como rosas
entre las rejas dicen cosas
a los barrotes.

Y tanto rezan sus plegarias
al entrever las luminarias
del cielo abierto,

que desgarran sus pantalones
y hace que tiemblen sus faldones
el aire yerto.
Versión de de Mauricio Bacarise


Otra versión:

Los azorados

Negros sobre la nieve y en la neblina,
junto al gran tragaluz que se ilumina,
en ronda su trasero,

de hinojos cinco niños -¡miseria chica!-
miran el pan dorado, mientras fabrica 
el panadero.

Con fuerte brazo blanco, ven como amasa,
la pasta gris que dentro del horno pasa
por la clara abertura,

y escuchan al buen pan cocer ligero
y con su risa gorda, el panadero,
viejos cantos murmura.

Están agazapados, nadie se agita,
del rojo tragaluz la vaharita
calienta como un seno.

Cuando para tomarse algún bocado
y, trabajado el pan, es ya sacado
blanco o moreno.

Cuando bajo los techos, muy ahumados
ya crujen los corruscos, tan perfumados,
cantan los grillos.

Del cálido agujero, sopla la vida
y en sus andrajos canta, alma transida
de los chiquillos.

Y sienten que la vida renace y marcha
los pobres Jesusitos llenos de escarcha,
tan pordioseros,

pegando sus menudos hocicos rosa
a la reja gruñendo cualquier cosa
entre agujeros,

rezan sus oraciones muy azorados
mirando aquellas luces, tan replegados,
del cielo abierto,

que con su esfuerzo rompen los pantalones
y su camisa tiembla, hecha jirones,
al viento del invierno.
Versión de J. F. Vidal-Jover

miércoles, 1 de mayo de 2019

Ser y estar - Mario Benedetti - Uruguay


Oh marine
oh boy
una de tus dificultades consiste en que no sabes
distinguir el ser del estar
para ti todo es to be

así que probemos a aclarar las cosas

por ejemplo
una mujer es buena
cuando entona desafinadamente los salmos
y cada dos años cambia el refrigerador
y envía mensualmente su perro al analista
y sólo enfrenta el sexo los sábados de noche

en cambio una mujer está buena
cuando la miras y pones los perplejos ojos en blanco
y la imaginas y la imaginas y la imaginas
y hasta crees que tomando un martini te vendrá el coraje
pero ni así

por ejemplo
un hombre es listo
cuando obtiene millones por teléfono
y evade la conciencia y los impuestos
y abre una buena póliza de seguros
a cobrar cuando llegue a sus setenta
y sea el momento de viajar en excursión a capri y a parís
y consiga violar a la gioconda en pleno louvre
            con la vertiginosa polaroid

en cambio
un hombre está listo
cuando ustedes
oh marine
oh boy
aparecen en el horizonte
para inyectarle democracia.