al tomate le sale una corona de inmundicia.
Las ballenas emigran hacia el norte.
Espera el cocodrilo hundido entre las cañas.
Los cactos del desierto florecen cuando llueve.
El berro siempre crece al lado de las zanjas. Cede el lodo
y arrastra a la montaña, con piedras y con palos, cuesta abajo.
Los restos del naufragio yacen muertos
perdidos en el fondo de mares solitarios. La madera
se pudre. Y en la nieve
hay un conejo blanco al que persigue un puma.
Ambos corren en silencio. Saben
qué hace cada uno en ese drama:
seguir, acelerar, cambiar de dirección,
quién estira la zarpa,
a quién se le quiebra el espinazo.
Todos saben qué hay que hacer.
Yo, no.
6 comentarios:
Tipo formado y conocedor Fondebrider. Le creo cuando dice "Todos saben qué hay que hacer. Yo, no."
Con "Yo, no" alude al poeta que, porque no sabe qué hacer, hace poesía", como buen poeta que no acepta la realidad, y puesto que todo en el universo, incluso el tomate, las ballenas o el berro... tienen una misión y la cumplen, todo menos el poeta (me repito) que no sabe qué hacer y por eso hace poesía.
Olvidaba,
http://www.lanacion.com.ar/1971437-dialogos-jorge-fondebrider-y-teresa-arijon-escribir-y-traducir-poesia
A ver qué te parece.
Sí, muy bien expresado, pero yo voy a ir a algo más genérico: todas las criaturas del Universo "saben" lo que hay que hacer en cada momento, o no lo "saben", pero lo hacen, porque está en su naturaleza. El ser humano ni siquiera sabe quién es, cómo va a saber lo que hay que hacer.
Muy interesante el enlace.
Efectivamente, por eso hay poetas, porque queremos saber quiénes somos.
Impecable.
El enlace que me enviaste está realmente bien. Estoy empezando a conocer poetas argentinos, que en gran parte no conocía, y que en breve poblarán las páginas de este blog. Agradecimiento inmenso.
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