El dueño de la luz forja tinieblas. El que adora a su dios teme a su dios. El que no tiene dios tiembla en la noche.
Quien encontró el amor no lo buscaba. Quien lo busca se encuentra con su sombra. Quien trazó laberintos pide una rosa blanca. El dueño de la rosa sueña con laberintos.
Aquel que halló el lugar piensa en marcharse. El que no lo halló nunca es desdichado. Aquel que cifró el mundo con palabras desprecia las palabras. Quien busca las palabras que lo cifren halla sólo palabras.
Nunca la posesión está cumplida. Errático el deseo, el pensamiento. Todo lo que se tiene es una niebla y las vidas ajenas son la vida.
Un punto de partida, alguna idea transformada en un ritmo, un decorado abstracto vagamente o bien simbólico: el jardín arrasado, la terraza que el otoño recubre de hojas muertas. Quizás una estación de tren, aunque mejor un mar abandonado:
Gaviotas en la playa, pero quién las ve, y adónde volarán.
Y la insistencia en la imagen simbólica de la playa invernal: un viento bronco, y las olas llegando como garras a la orilla.
O el tema del jardín: un espacio de sombra con sonido de caracola insomne. Un escenario propicio a la elegía.
Unas palabras convertidas en música, que basten para que aquí se citen gaviotas, y barcos pesarosos en la línea del horizonte, y trenes que cruzan las ciudades como torres decapitadas.
Aquí se cita un ángel ciego y un paisaje y un reloj pensativo.
Y aquí tiene su lugar la mañana de oro lánguido, la tarde y su caída hacia un mundo invisible, la noche con toda su leyenda de pecado y de magia.
Siempre habrá sitio aquí para la luna, para el triunfante sol, para esas nubes del crepúsculo desangrado: metáfora del tiempo que camina hacia su fin.
La música de un verso es un viaje por la memoria.
Y suena a instrumento sombrío.
De tal modo que siempre sus palabras van heridas de música de muerte:
Gaviotas en la playa...
O bien ese jardín:
Todo es de nieve y sombra, todo glacial y oscuro. El viento arrastra un verso tras otro, en esta soledad. Arrastra papeles y hojas secas y un sombrero de copa del que alguien extrae mágicamente un verso final:
Una luz abatida en esta playa.
Y hay un lugar en él para la niebla, y un cauce para el mar, y un buque que se aleja.
En cualquier verso tiene su veneno el suicida, su refugio el que huye del hielo del olvido.
Puede cada verso nombrar desde su engaño el engaño que alienta en cada vida: un lugar de ficción, un espejismo, un decorado que se desmorona, polvoriento, si se toca.
Pero es sorprendente comprobar que las viejas palabras ya gastadas, la cansina retórica, la música silenciosa del verso, en ocasiones nos hieren en lo hondo al recordarnos que somos la memoria del tiempo fugitivo, ese tiempo que huye y que refugia -como un niño asustado de lo oscuro- detrás de unas palabras que no son más que un simple ejercicio de escritura.
Die Dreigroschenoper ("La ópera de tres peniques") es una pieza teatral de Bertolt Brecht musicada por Kurt Weill. Se estrenó el 31 de agosto de 1928 en Berlín en el Theater am Schiffbauerdamm y tuvo un enorme éxito en Alemania hasta la llegada al poder del partido nazi el 30 de enero de 1933. Algunas de sus canciones forman hoy parte del imaginario colectivo del mundo occidental. Es el caso de Die Moritat von Mackie Messer, Mackie Navaja para los amigos. La palabra Groschen se refiere a una variedad de monedas normalmente de poco valor, de modo que el título de la obra se ha traducido de múltiples maneras: La ópera de tres peniques, ...de cuatro cuartos, ...de tres centavos, ...de tres pesetas o ...de tres perras gordas. Die Moritat von Mackie Messer
Und der Haifisch, der hat Zähne
und die trägt er im Gesicht
und Macheath, der hat ein Messer
doch das Messer sieht man nicht.
An 'nem schönen blauen Sonntag
liegt ein toter Mann am Strand
und ein Mensch geht um die Ecke
den man Mackie Messer nennt.
Und Schmul Meier bleibt verschwunden
und so mancher reiche Mann
und sein Geld hat Mackie Messer
dem man nichts beweisen kann.
Jenny Towler ward gefunden
mit 'nem Messer in der Brust
und am Kai geht Mackie Messer
der von allem nichts gewusst.
Und das große Feuer in Soho
sieben Kinder und ein Greis -
in der Menge Mackie Messer, den
man nicht fragt und der nichts weiss.
Und die minderjährige Witwe
deren Namen jeder weiss
wachte auf und war geschändet -
Mackie, welches war dein Preis?
Wachte auf und war geschändet -
Mackie, welches war dein Preis?
Servio Tulio: cantante; Glauco Baptista: piano Grabado en directo en Río de Janeiro, 2006
VERSIONES
Mackie Navaja
Si el diablo tiene cuernos
la serpiente cascabel,
Mackie tiene una navaja
pero nadie la puede ver.
Jamás deja rastro en un crimen
es astuto como el chacal,
con sus guantes Mackie el Navaja
borra huellas, sus huellas de rufián.
Un domingo descubrieron
un cadáver tirado en un portal,
nadie dijo que vió una sombra
doblar la esquina sin mirar atrás.
Pero en los barrios que dan al río se bebió
con el dinero que rodó en un zaguán,
y suena una canción que habla de Mackie,
"el rey de los bandidos ha vuelto a la ciudad"
Se encontró a Jenny Towler con un cuchillo
en el corazón y sin nada de cash,
Mackie ahora vive como los ricos
y la ley la dicta su puñal.
En el Soho tiene su reino
y los poderosos corren a pagar,
les da protección Mackie el Navaja
que es el amo de la ciudad.
Como cuenta la historia que ahora termina,
el crimen nunca gana, como se verá,
pero admito que tengo miedo
Mackie ha vuelto a la ciudad.
Mack The Knife
Oh the shark, babe, has such teeth, dear,
And he shows them, pearly white,
Just a jackknife has old MacHeath, babe,
And he keeps it, out of sight,
Ya know when that shark bites with his teeth, dear
Scarlet billows start to spread,
Fancy gloves, oh, wears old MacHeath, dear,
So there's never, never a trace of red
On the sidewalk, oh, Sundy morning,
Lies a body just oozin' life,
And someone's sneakin' 'round the corner,
Could that be our boy, Mack the knife?
From a tug boat, down by the river,
There's a cement bag just dropping on down,
That cement's there, it's there for the weight, dear,
Five'll bet ya ten old Macky's back in town
D'ja here 'bout Louie Miller, he disappeared, baby,
After drawing out all, his hard-earned cash,
And now MacHeath spends,
he spends just like a, like a sailor,
Could it be, could it be, could it be,
our boy's done something rash?
Now Jenny Diver, oh Sukey Tawdry,
Look out Miss Lotte Lenya, and ole Lucy Brown,
Yeah, the line forms on the right, dear,
Now that Macky's back in town
Louis Armstrong: trompeta; Trummy Young: trombón; Peanuts Hucko: clarinete; Billy Kyle: piano; Mort Herbert: bajo; Danny Barcelona: batería Stuttgart, 1959
P.D.: Les recuerdo que en este blog está permitido fumar.
Por más que aburras esa melodía
monótona y brumosa de la vida diaria,
y que te amansa;
por más lobo sin dientes que te creas;
por más sabiduría y experiencia y paz de espíritu;
por más orden con que hayas decorado las paredes,
por más edad que la edad te haya dado,
por muchas otras vidas que los libros te alcancen,
y añade lo que quieras a esta lista,
hay un pozo salvaje al fondo de ti mismo,
un lugar que es tan tuyo como tu propia muerte.
Es de piedra y de noche, y de fuego y de lágrimas.
En sus aguas dudosas
reposa desde siempre lo que no está dormido,
un remoto lugar donde se fraguan
las abominaciones y los sueños,
la traición y los crímenes.
Es el pozo de lo que eres capaz
y en él duermen reptiles, y un fulgor
y una profunda espera.
En tu rostro también, y tú eres ese pozo.
Ya sé que lo sabías. Por lo tanto,
Acepta, brinda y bebe.
Asilados en una infancia obscena,
en el exilio de su misma sombra,
desde un limbo de hielo,
derritiéndose,
los viejos testimonian, sin enigma,
sobre el enigma viejo de estar vivo.
Gota a gota en presente, son futuro,
evanescencia al fin fuera de tiempo,
que en la fronda del tiempo anda perdida.
Espectros de la carne en su derrota,
se acogen al sagrado de la carne,
que en deserción de sí no los ampara.
pabilos sin fulgor de inteligencia,
arden a fuego extinto en su hendidura,
ascuas de quienes fueron, balbucientes.
Isla del fin del mundo, conmovidos,
vemos flotar en pasmo la vejez,
a la lunar deriva del asombro.
Nos resulta del todo inconcebible
nuestra decrepitud, nuestra mudanza
hasta desconocernos en nosotros
y en nosotros errar entre lo ajeno.
Cómo subsiste ciega la energía
en su impúdico afán de propagarse.
Madre senilidad, nunca te amamos.
Madre senilidad, no te amaremos.
Qué frágil, en su ser, la fortaleza.
Qué sólido el vivir, de sumo frágil.
Como agua bendita,
como santo rocío tras la noche de fiebre
lava el alma esta música con su perdón sincero,
fluyente arquitectura que en el aire vertebra
la ilusión de otra vida
salvada ya para gozar la gloria
de un magnánimo dios.
De lo terrestre naces,
del metal y la cuerda, de la madera noble,
de la humana garganta
que estremecida afirma la hora suya en el mundo;
y sin embargo vuelas, gratitud hecha música,
evanescente espíritu
que en el viento construyes tu perdurable reino.
Si algún eco de ti sonara en nuestra muerte…
En mitad de la muerte suenas hoy,
cadencioso milagro, pura ofrenda de fe
en honor de ese dios que no escucha tu ruego
o que escucha escondido, tras su silencio oscuro,
la demanda de luz con que el hombre lo abruma.
Y si no existe un dios,
¿quién inspira en tu canto tan cumplido consuelo,
extraña melodía de blasfema belleza
que a los hombres sugieres su condición divina,
para qué sordo oído
-cuando sea ya el nuestro desmemoria en el polvo-,
en mitad de la muerte, orgullosa plegaria emocionada,
celebras esa frágil plenitud
de no sé qué verano o qué huérfana espuma
feliz de aquella ola
que en la mañana fuimos?
L'Inverno - Baroque Festival Orchestra, Alberto Lizzio & Alexander Pervomaysky
P.D.: Les recuerdo que en este blog está permitido fumar (Para quienes estén hartos de leer esta postdata diré que seguirá vigente hasta el próximo despropósito del gobierno, o sea que desaparecerá muy pronto) Por cierto, ¿se han dado cuenta de que llevamos 40 días en "estado de alarma"? Según la Constitución, el "estado de alarma" tiene una duración máxima de 15 días y sólo puede ser prorrogado por autorización expresa del Parlamento. Esa autorización se produjo el 16 de Diciembre, con el visto bueno del Partido Socialista, Partido Nacionalista Vasco y Convergencia y Unió.
He fumado en las pausas de la vida las lentas hojas de tabaco oscuro, he cuidado mis plantas, y en la tarde he aguardado escribiendo aquello que se fue o lo que deseo que en adelante llegue para así poder perderlo todavía. He aguardado fumando, y el tabaco ha sido un dulce aroma, mi esperanza de tabacos más dulces, de otras hojas en las plantas que cuido y que deparan una flor a mis ojos que todavía esperan. Y cuando ya mis ojos no consigan encontrar el camino alegre de la espera, y cansados demanden una última pausa para fumar en calma y recordar, yo quisiera que entonces mi vida hubiera dado una cosecha apretada y hermosa, lo mismo que la planta del tabaco, que tal vez ya no sepa conservar para mí el sabor que ahora tiene, consolarme esos días. Que mi vida suplante a ese tabaco para poder prensarla, estando seca, sentirla entre los dedos, llevármela a la boca. Que el fuego la convierta en humo dulce, en un último aroma.
¿A qué vienen teoremas,
Docta tesis, canónicas secciones
Y el despreciable tema
De formar inconexas objeciones
En contra del tabaco....
Mucho más suave que el antiguo Baco?
Nicocio fue el primero
Que en el suelo encontró la yerba indiana,
Y fue del orbe entero
Llamada, en honor suyo, Nicociana.
¿Quién le ve con desprecio
Teniendo en todos general aprecio?
Ilusión del poeta
Es llamarlo balsámico asqueroso,
Cuyo tronco respeta
El hombre en sus faenas
Lo busca como el oro,
Y mucho más lo cuida que el tesoro.
¿En qué producto alguno
Al tabaco excedió la rica Hesperia?
Cosmógrafo ninguno
Escribió tan acérrima materia,
Como el poeta vano
Contra el arbusto del pensil cubano.
¿Para qué sale ahora
Con modernos y antiguos escritores,
Cuya cita indecora
El nombre de tan celebres autores,
Pues sin venir al caso
Impropera las reglas del Parnaso?
Dioscórides solía
Investigar el reino vegetable,
Sólo el cual merecía
Hacerle en sus escritos espectable;
Pero es caso previsto
Citar autores sin haberlos visto
Patólogo el poeta
Debe de ser, si escribe de las plantas,
Y con pluma discreta
Formar concierto de noticias tantas
Lo útil y lo dulce encadenando,
Al lector instruyendo y deleitando.
Si el celebre Abderita
Autor de la Botánica el primero
En su diascoma escrita
No vio la planta que infamó severo.
Fue secreto negocio
Para honor del invento de Nicocio.
Corrió el descubrimiento
Por todos los extremos de la tierra
Como noble alimento
Mejor que todos los que el vicio encierra;
Propágase el cultivo del tabaco,
Y con mucho placer lo riega Baco.
¿Qué bárbaro inocente,
Allá en los montes del nombrado escita,
No perfuma el ambiente
Con el tabaco, y al placer invita?
¿Qué sordo Catadupa
No le compra. le huele, masca y chupa?
Tanto gusta en la Iberia
Como en la segregada Lusitania;
Es de la nueva Hesperia
Planta medicinal que sin insania
Felicita y alegra
Al chino, al turco y a la gente negra.
Y ¿por qué tanto gusta
La planta nicociana?
¿En qué paraje
su blando olor disgusta
Aun después del opíparo potaje?
Sólo en el orbe por ejemplo saco
Al poeta enemigo del tabaco.
Querer impugnar sólo
Lo que en lo general el hombre aprueba
No son cosas de Apolo;
Veneno en la moral es la luz nueva,
Y en el honesto gusto
Invención criminal y error vetusto.
Pero, musa, detente,
Pregúntale a ese docto cancionero,
¿Qué fue el suave Nepente
Que consolaba a Elena en su mal fiero?
¿Qué sino fue el tabaco?
¿Quién fuera, sino tú, divino Baco?
El tabaco divierte
En cualquier lugar al afligido,
El humo espeso de su boca vierte
Ya en círculos, ya en ondas dividido,
Y con blando donaire
Balsama el cuerpo, purifica el aire.
La virtud tiene toda
Que no le pudo dar el sabio Sueco,
Si al mundo le acomoda
¿Por qué declama su contrario hueco?
¿Pretende hacer su estimación malicia
Para seguir de Zoilo en la milicia?
¡Pero suspende un tanto,
Musa, lo irascible de tus sones,
Mientras que dulce canto
De Cuba las amenas producciones!
¡Mas no! primero la verdad entona
En honor de la Patria y de Pomona.
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Now in Vienna there's ten pretty women There's a shoulder where Death comes to cry There's a lobby with nine hundred windows There's a tree where the doves go to die There's a piece that was torn from the morning And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take this waltz with the clamp on its jaws
Oh I want you, I want you, I want you On a chair with a dead magazine In the cave at the tip of the lily In some hallways where love's never been On a bed where the moon has been sweating In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take its broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz With its very own breath of brandy and Death Dragging its tail in the sea
There's a concert hall in Vienna Where your mouth had a thousand reviews There's a bar where the boys have stopped talking They've been sentenced to death by the blues Ah, but who is it climbs to your picture With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz Take this waltz it's been dying for years
There's an attic where children are playing Where I've got to lie down with you soon In a dream of Hungarian lanterns In the mist of some sweet afternoon And I'll see what you've chained to your sorrow All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay Take this waltz, take this waltz With its "I'll never forget you, you know!"
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz With its very own breath of brandy and Death Dragging its tail in the sea
And I'll dance with you in Vienna I'll be wearing a river's disguise The hyacinth wild on my shoulder, My mouth on the dew of your thighs And I'll bury my soul in a scrapbook, With the photographs there, and the moss And I'll yield to the flood of your beauty My cheap violin and my cross And you'll carry me down on your dancing To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love Take this waltz, take this waltz It's yours now. It's all that there is
Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro.