no tengo conocimiento; y si cada uno espera que caiga su
ración del cielo, ya podemos despedirnos sin aliviar la carga.
Siempre ha habido estos pactos: ella con un naipe distinto
en cada caso, yo eligiendo la carta para ver si acierto;
ella, yegua de Parménides llevándome camino arriba, yo
olfateando el rastro con precipitación;
y así, necesitados ambos de lo que el otro tiene y no guarda
para sí, buscamos lo excitable de la especie para alcanzar el
peso, la saliva del otro, la célebre unión de las mitades.
Ella siempre con historias exitosas (todas tristes), y yo
atestiguando lo que he dicho:
que si espera en la calle
se debe al intercambio,
si entra en el bar y llama por teléfono,
si disloca hasta morir la mandíbula del alma
y se ríe cuando corresponde llorar
se debe al intercambio: esas partes separadas en
busca de lo mismo.
Y es todo lo que sé.
Pero ella sabe más:
sin salir de la esquina
conoce el mar por el tripulante a deshora,
el mercado por el olor de unas manos,
la vaca por el carnicero;
y si no quiere ni oír
hablar del corazón, acostumbrada
como está a la charla,
es porque sabe que ahí cruje la madera.
El corazón es puro esteticismo.
De Escenarios, 1993
7 comentarios:
Pues sí que se trata del intercambio no hay dudas. Cuántas cosas hermosas puede evocar esa palabra. Me encantan estos versos:
"Ella siempre con historias exitosas (todas tristes), y yo
atestiguando lo que he dicho:
que si espera en la calle
se debe al intercambio,
si entra en el bar y llama por teléfono,
si disloca hasta morir la mandíbula del alma
y se ríe cuando corresponde llorar
se debe al intercambio: esas partes separadas en
busca de lo mismo."
Completamente de acuerdo. Para mí también es la mejor estrofa.
El poema tiene incluso algo de humor: "ella tiene hambre, yo no tengo conocimiento."
Mitades cada uno de la misma soledad. Me encantó. Y, por supuesto, no conocía a este argento del que buscaré más.
Brassai siempre lo dice todo.
Este argento tiene extraordinarios poemas, que no habrá más remedio que seguir poniendo.
Por favor.
Tampoco conocía yo a este argento y Brassaï un gran fotógrafo de una de las mejores épocas de París y sus artistas, La Bohème...
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