Llovía a cántaros
y no había un alma en la calle,
sólo la noche acercándose
por encima de los tejados,
sólo la noche y tu ausencia
tan enorme
que ni cabía en el aire.
Y no llegabas. Y no llegaste.
Y yo no tenía paraguas.
Y no había un puto taxi.
La madre que te parió.
De Haciendo planes, 2016
Sencillo
Verás
es muy sencillo:
los lunes
martes
miércoles
jueves
viernes,
son la vida.
Los sábados
no son más
que una efímera
ilusión.
Y los domingos
nos sirven
para encajar
bien
todo esto
Los sábados
no son más
que una efímera
ilusión.
Y los domingos
nos sirven
para encajar
bien
todo esto
De Desde el fondo de la barra, 1999
Con los días contados,
chaval, así vivimos
todos. Esperando
a que nos tachen
de la lista. Distrayendo
la espera con tragos
y canciones. No hay más.
Puedes llorar o morirte
de risa. Como prefieras.
El pasado
Ahora
que he dejado
el alcohol,
no veas
el cuidado
que tengo que tener
con los camareros
de mi barrio,
en cuanto se toman
dos tragos,
me cuentan mi vida.
Reseña de Haciendo planes:
Karmelo C. Iribarren es un poeta que no condesciende con la vacuidad ni la palabrería, quizás porque ha aprendido a creer en la poesía con minúscula y a descreer de las poéticas con mayúscula. De ahí esa mirada suya tan desapegada y tan cercana, tan antisentimental y tan sentimental a un tiempo. Sus poemas, hablen de lo que hablen –y hablan de muchas cosas– hablan siempre de él mismo, es decir, de todos nosotros, sus lectores; "quien los lea tocará, como quería Whitman, no un libro sino un hombre." - Abelardo Linares
Reseña de El amor, ese viejo neón:
La poesía de Karmelo C. Iribarren está teñida de calle y de bar, de amor y soledad, pero sobre todo de noche. Karmelo y su poesía crecieron detrás de una barra, en medio de sus horas de trabajo como camarero, y esa experiencia ha teñido todas sus letras de un aroma a ginebra de garrafa y a madrugada triste. Su poesía traspasa la experiencia para adentrarse en la poesía de lo anodino, de lo descarnado e incluso de la "desexperiencia", de lo que no fue, no se vivió o no se amó.
3 comentarios:
Este es de los míos, de los que escriben para mí, me refiero. Gracias por revelarlo.
"...sólo la noche acercándose
por encima de los tejados,
sólo la noche y tu ausencia
tan enorme
que ni cabía en el aire."
Dueño además de una fina ironía desapasionada, al parecer distintiva de su poesía. Salud, por Karmelo.
Poesía por derecho y como de "colega", lo que no significa fácil.
Karmelo Iribarren se curtió detrás de la barra de un bar (no sé si sigue siendo camarero), de modo que conoce muy a la gente.
Por aquí cada día tiene más seguidores, lo podemos ver en los foros, porque su poética es fácil de entender y asumir.
Por supuesto, seguiremos poniendo poemas de Karmelo en el blog.
Después de "muy" póngame un "bien", por favor.
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