Fax con ventolera
y una rosa, hoy
salió de esto Rojas
-Gonzalo como le pusieron en el agua-, iba solo, no hay
epitafio que escribir en cuanto a su suerte, ni
cuerpo que respirar, escasamente
se dirá de él que vino
rápido y ha salido,
que ya no está entonces, que
no hay estrellas para él, que carnalmente
va encima del vidrio que lo encarcela una rosa
a modo de instrumento de perdición, que ha salido
y eso es todo.
Estas cosas decía Gonzalo Rojas:
* Los verdaderos poetas son de repente y no basta el oficio.
* Yo siempre me fío de la oreja, con ella me aproximo a la ritmicidad.
* Te dan la palabra que no mereces y te pones a balbucear el mundo, imantado como en el amor por el encantamiento y el desollamiento.
* Aprendí más de los mineros del cobre que de todos los manifiestos.
* Jugaste bastante, comiste romanamente, y bebiste: ¡tiempo de que te vayas!.
Gonzalo Rojas, profesor de literatura, diplomático en China y Cuba en los tiempos de Salvador Allende y Premio Cervantes 2003, acaba de fallecer estos días en Santiago de Chile a la edad de 93 años. Se definía a sí mismo como el poeta del asombro. Descanse.
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