a algunas brazadas de Nueva York,
muy cerca de la vida prometida
era la Golden Door, la Puerta de Oro
era allí, muy cerca, casi al alcance de la mano,
la América mil veces soñada,
la tierra de libertad donde todos los hombres
eran iguales,
el país donde todos tendrían finalmente
su oportunidad,
el mundo nuevo, el mundo libre
donde una vida nueva iba a poder comenzar
pero no era todavía América:
sólo una prolongación del barco,
un despojo de la vieja Europa
donde nada estaba aún adquirido,
donde aquellos que habían partido
no habían llegado todavía,
o aquellos que habían dejado todo
todavía no habían obtenido nada
y donde lo único que había por hacer
era esperar,
confiando en que no habría inconvenientes,
que nadie robaría tus equipajes
o tu dinero,
que todos tus papeles estarían en regla,
que los médicos no se demorarían,
que las familias no serían separadas,
que alguien te vendría a buscar.
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ser emigrante era tal vez precisamente eso:
ver una espada allí donde el escultor creyó, con
total buena fe, poner una antorcha
y no haberse equivocado por completo.
sobre el zócalo de la estatua de la Libertad
se grabaron los célebres versos
de Emma Lazarus:
denme a los que están cansados,
a los que son pobres,
vuestras masas sedientas de aire puro,
los desperdicios miserables de vuestras tierras
superpobladas
envíenme
a esos apátridas
sacudidos por la tormenta
elevo mi antorcha
cerca de la Puerta de Oro
Pero, simultáneamente, toda una serie
de leyes fue
promulgada para controlar
y, un poco más tarde,
contener el influjo de emigrantes
a lo largo de los años, las condiciones de admisión
se endurecieron más y más, y poco a poco se
cerraron las puertas de esta América fabulosa,
de este El Dorado de los tiempos modernos
donde, como se cuenta a los niños de Europa,
las calles estaban pavimentadas con oro,
y donde la tierra era tan vasta y generosa
que todos podían encontrar su lugar
De Ellis Island, 2004
Traducción de Leopoldo Kuslez
16 comentarios:
"Pero (América) no era todavía América..." Todo lo que ese solo verso expresa sin decirlo. Todo lo que no era todavía América, ni lo sería, la esperanza prometida...
... y perdida.
Desde el comienzo de su historia la Humanidad ha buscado El Dorado y la tierra prometida y ha creído hallarlos en multitud de sitios y circunstancias, siempre frustadas. No hay El Dorado, no hay tierras de promisión, la única tierra de promisión está en uno mismo, si uno quiere darse cuenta y ponerse las pilas.
El Dorado y la tierra de promisión físicos y/o mentales o ideológicos, se entiende.
Claro. "Está en uno mismo, si uno quiere darse cuenta y ponerse las pilas..." Claro que sí.
Lo cual no quiere decir que nos tengamos que olvidar (sería un crimen de lesa humanidad) de quienes están llegando a miles a las costas europeas, para encontrar... ¿qué?
Pero esto es una historia diferente e infinitamente más trágica: no buscan ningún El Dorado, ni se les ha pasado por la imaginación: huyen!
Qué interesante todo lo que he leído! Una vez un amigo me dijo ( es un gran lector y puede haberlo sacado de un libro creo q de Rayuela) el caso es que me dijo: no cierres las puertas detrás tuyo para salir del infierno sino para abrir unas nuevas por delante que te lleven al paraíso. Pero claro que si hablamos de la situación de crisis humana económicosocial actual está claro que huyen. Y el paraíso? Dónde ha quedado? Borges ( a quién recordamos estos días a 30 años de su muerte) lo concebía como una biblioteca. Pero creo que el paraíso está en nuestra alma que habita en nuestro templo que es el cuerpo, pero claro nosotros no sabemos lo que es no tener un hogar, unas sábanas calentitas por la noche y un plato de comida para abastecer nuestras necesidades. En fin, si la humanidad sufre es que todos sufrimos un poco.
Me he quedado pensando, sufrimos todos?
Peliaguda pregunta. Ese sufrimiento lo vemos todos los días en los medios de comunicación y en las calles y quizá, desgraciadamente, nos estemos acostumbrando y al final lo veremos como quien ve una película.
Me quedo con la frase de tu amigo, sea de quien sea.
Por lo demás, estoy de acuerdo con Borges: si el paraíso no es una biblioteca, seguro que se le parece mucho.
Esas dos últimas estrofas del segundo poema creo que las empezamos a comprobar ahora mismo en Europa.
Les paso algo qué creo viene muy bien para esta entrada. Y sí no me equivocaba al creer que esa frase que me dijo una vez un amigo,a propósito de una relación que había llegado a su fin, era del Capítulo 71 de Rayuela. Sólo les copio una parte y el enlace para que lean el capítulo entero. Es extraordinario, como de quien viene.
"En algún rincón, un vestigio del reino olvidado. En alguna muerte violenta, el castigo por haberse acordado del reino. En alguna risa, en alguna lagrima, la sobrevivencia del reino. En el fondo no parece que el hombre acabe por matar al hombre. Se le va a escapar, le va a agarrar el timón de la maquina electrónica, del cohete sideral, le va a hacer una zancadilla y después que le echen un galgo. Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña. Wishful thinking, quizá; pero esa es otra definición posible del bípedo implume." Cortázar.
http://juliocortazar.tumblr.com/post/2383957625/capítulo-71-rayuela-1963
Muchas gracias, Agostina. Recordaba el capítulo vagamente, porque leí Rayuela hace más de cuarenta años, y no he vuelto a ella excepto para extraer algún texto sobre jazz.
Pero si te parece leeré el capítulo en papel, que tengo el libro al alcance de la mano. :-)
Muy buena idea, y mejor aún recurriendo al papel!
Fielmente reflejada la situación por Georges Perec. También esa lucha entre el idealismo y lo que finalmente se practica.
Sí. Geroges Perec tiene muy buenos poemas en esta línea, aunque sobre todo es conocido y admirado por "La vida instrucciones de uso", una novela inclasificable, que fue todo un hito cuando apareció. Saldrá un fragmento próximamente en este blog.
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