avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por pasado.
Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos,
e más chicos,
alleguados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.
[...]
Ved en quánd poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos:
dellas deshace la edad,
dellas casos desastrados
que acaeçen,
dellas por su calidad,
en los más altos estados
desfalle[s]cen.
Decidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas e ligereza
e la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
de senectud.
Pues la sangre de los godos,
y el linaje e la nobleza
tan crescida,
por cuántas vías e modos
se pierde su grand alteza
en esta vida.
Unos, por poco valer,
por cuán bajos e abatidos
que los tienen.
Otros que, por no tener,
con oficios non debidos
se mantienen.
Los estados e riqueza,
que nos dejen da de[s]hora
¿quién lo duda?,
non les pidamos firmeza,
pues son d'una señora
que se muda.
Que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
[...]
Esos reyes poderosos
que vemos por escripturas
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
transtornadas;
así que non hay cosa fuerte
que a papas y emperadores
e perlados,
así los trata la Muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
Dejemos a los troyanos,
que sus males non los vimos,
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos o leímos
sus hestorias;
non curemos de saber
lo d'aquel siglo pasado
qué fue d'ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.
[...]
Jorge Manrique
La expresión tempus fugit ('el tiempo se escapa', 'el tiempo vuela') es uno de los muchos lugares comunes de la literatura. Aparece por primera vez en las Geórgicas de Virgilio, Libro III, v. 284 (29 a.C.), pero antes y después el concepto ha sido utilizado por los poetas para poner de relieve la fugacidad del tiempo:
Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus,
singula dum capti circumvectamur amore.
Pero entre tanto huye, huye irreparable el tiempo,
mientras nos demoramos atrapados por el amor hacia los detalles.
En España el ejemplo más logrado lo tenemos en estas Coplas, verdadera joya de la literatura hispana y universal.
8 comentarios:
Como todas las geniales..... son intemporales
"Tempus fugit"... Dando una vuelta de tuerca más llegamos a "el tiempo no existe", ¿verdad Sr. Einstein?
"Pero entre tanto huye, huye irreparable el tiempo,
mientras nos demoramos atrapados por el amor hacia los detalles".
Es bien triste, Juan.
¿Y qué merece la pena en este mundo que fluye sin cesar y donde la vida de una es casi menos que nada en la historia del universo, Juan, Gato?
A vosotros os pregunto ya que aquí habéis estado.
¿En qué emplear nuestro breve tiempo?
Precisamente por la fugacidad del tiempo es por lo que merece la pena todo en esta vida.
¿Todo? No lo entiendo, Juan.
¿No tendrá que ver con lo que valore cada quien? ¿Todo? ¿Da igual cualquier cosa, cualquier actividad? ¿Cómo es eso? ¿Cómo llegas a esa conclusión?
Yo veo o siento un salto grande que no entiendo. Estoy acostumbrada a pensar justo lo contrario: como nuestro tiempo es tan corto, no hay que perderlo en cualquier cosa, hay que pensar muy bien a qué lo dedicamos.
¿Puedes explicarme tu idea más o de alguna manera que yo pueda entender?
Con lo de "todo" quiero decir que la vida merece ser vivida ("la muerte merece ser... morida", dirían Les Luthiers). No vamos ahora a enumerar las cosas buenas o malas o mediopensionistas de la existencia, sólo que...
En fin, seguramente como casi todo, es una cuestión de actitud.
Recuerdo el pozo del Principito.
De cualquier modo gracias por tu medio... paciencia.
No, de verdad, gracias.
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