-decían los viejos-, los codiciosos
bajarán a las casas:
murciélagos de bocas dulces
y lenguas de melaza.
Vendrán para chupar la miel de las flores:
las rojas y oscuras de hondo cáliz, la amarilla,
la inclinada, el capullo, la marchita,
la campánula recostada,
la pegajosa flor de cunde-amor,
la flor de hueso,
la orquídea de muy rápido metabolismo;
y la flor de alas blancas, la flor de agua,
la flor azul del lirio,
la estrella de Belén, la flor de fuego,
la caprichosa flor de la calaverita,
la flor del colibrí, flor esmaltada,
y la pétrea: larga guirnalda púrpura,
y la flor que es efímera: flor de tigre,
y la flor ondulada del cacao,
y la granadita, y la llamada lluvia de oro,
y la que es regada y la que es agujereada,
y el coralillo de San Miguel, que es la bellísima,
y la espinosa flor de cuerno, o flor de látigo,
y la fragante flor del corazón,
y la que nunca es chupada,
y la flor
del espíritu de color.
Los fabricantes de perfumes
las recogerán todas...
De Mientras el poeta habla del demonio (1996-1999)
No hace mucho encontré un pdf de Francisco Serrano, enorme poeta, donde consta "este flor" de poema. Según leí por ahí (en algún lugar tengo los links) su inspiración proviene de la "Profecía de las Flores" contenida en el Libro de los Libros del Chilam Balam que es medio como inescrutable aunque de enorme belleza.
ResponderEliminarTengo también un pdf de Serrano, que quizá es el mismo que dices, de donde extraje el poema.
ResponderEliminar¿"Profecía de las flores", eh? Seguramente es cierto, aunque no estoy familiarizado con el Chilam Balam, lo conozco sólo por algunas antologías, habrá que ponerse las pilas.