Del pájaro no sé, ni sé del canto.
Sólo en espejos de caliente llanto
la inútil sangre vi correr del Cristo.
No sé quién soy, ni sé para qué existo.
Crece ante mí la flora del espanto.
Y el temeroso paso que adelanto
Las losas pisa de un dolor previsto.
Cerradas puertas, negras torres mudas.
Cadáveres de niños y campanas.
Gesticular de euménides y dudas.
Muertas bajo un laurel las nueve hermanas.
Y mis manos ardientes y desnudas
escribiendo al azar palabras vanas.
Qué poeta que merecería otro lugar en la poesía argentina, uno al menos no tan olvidado. Sonora poesía, jamás vacía la de Nalé Roxlo... La ilustración, como de cambalache existencial, inmejorable.
ResponderEliminarPues fíjate que cambié la ilustración varias veces, incluso cuando ya había salido el post, no me convencía ninguna, pero esta sí parece convincente. Muchas gracias.
ResponderEliminarRoxlo merece un puesto de honor en la poesía argentina y en la poesía en general.
Recordarás, te conté, que tuve a Nalé Roxlo como profesor en la escuela primaria unas pocas clases. El hombre, ya sabio con sus buenos años encima, solía recomendarnos a Guy de Maupassant y otros cuentistas, pero lo que siempre recuerdo (y me dan ganas de volver a leerlo y ya mismo me pongo a eso) es aquella clase en la que nos leyó el cuento "Ser Polvo" de Santiago Dabove, otro escritor injustamente olvidado que tal vez conozcas o que ojalá conozcas.
ResponderEliminarSí, recordaba que me comentaste sobre Roxlo como profesor tuyo de primaria. Un privilegio, sin duda, una suerte. A quien no conozco es a Santiago Dabove. A por él. Gracias.
ResponderEliminarAcabo de leer "Ser polvo", que no conocía. Genial. ¿Y por qué no se conoce a Santiago Dabove?
ResponderEliminarHumor del bueno:
"Yo, por mi parte, tomaba más venenos que Mitrídates".
Estará en El Crepúsculo Santiago Dabove.
Qué gran alegría. Un capo. A Borges le gustaba que participara en las tertulias en casa de Bioy. Macedonio lo admiraba también por su humor.
ResponderEliminarPues volverá a acompañar a Borges y a Macedonio. Bioy no recuerdo si está por aquí, ahora no voy a mirarlo, que diría Umbral, pero si no está lo arreglaremos.
ResponderEliminarQué maravilla Menuhin & Grappelli. Son de esos tipos que uno siente: menos mal que viví para escucharlos...
ResponderEliminarVas a tener que cebarte unos mates, Juan. Uno no puede irse de aquí.
Pues sí, buena idea, habrá que cebarse unos mates, que hace tiempo que no lo hago, y las buenas costumbres no deben perderse.
ResponderEliminarMenuhin y Grappelli, casi nadie.
Juan, tu rincón es para visitarlo así, bajo las mantas y con lluvia en los cristales. ¡Qué delicia!
ResponderEliminarPues muchas gracias. Te diré que yo disfruto enormemente armando los posts, tal vez se note.
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