Mi ventana es el eje de mi visión, la única luz verdadera sobre el mundo.
Antonio Llorente
Todo el viaje de la vida cabe en los confines imprevistos de una habitación,una habitación a la que mesa, ventana y unos pocos libros bastan,
ventana abierta a la cadencia mustia de un patio de luces al bullicio airoso de la calle en día de mercado
a la monotonía del mar,
tanto da mientras sea ventana,
ojo que ve
mientras la vida estalla postigos adentro en ese útero contiguo a tantos otros,
al del pájaro de la infancia el lecho vacío o bien colmado la cocina con su eterna fragancia de café recién hecho,
todo el aliento de la vida cabe en los pulmones de quien ahí dentro se afana
se consume
llora o ríe entre la escasa,
la anchurosa compañía de sus libros
-los que han llegado a ser suyos-
y la pobre compañía de sí mismo, náufrago o fugado sin billete y sin destino que,
no obstante,
tanto sabe de trenes a deshora,
de estaciones desangeladas,
esto es,
sin rastro de los ángeles que otrora las poblaron,
y así, sin más equipaje que un poema
y la soledad teñida por la humedad de la noche
-el relente de un rosario de noches-
pero con el impulso intacto del insomnio y la promesa de la luz
que, más tarde, tenue o ardorosa,
entrará por su ventana perennemente abierta,
emprende el mismo rumbo cada madrugada,
vuelve, como es costumbre,
su corazón itinerante a revolver,
con áureas alas,
el polvo ajado, roto,
pero aún vivo,
vivo, vivo,
del camino que traza la vida
del camino que traza la pluma en su
viaje de confines imprevistos.
XV
Saboreada la lluvia, aspirado su olor a tierra, podemos volver a soñar palabras.
Las palabras son monedas de oro que salen de la boca en la clarividencia del sueño.
Vomitamos palabras porque nos hacen ricos: las palabras urden cuentos,
los cuentos nos llevan en volandas, plenos de riqueza y
de felicidad,
al umbral exquisito y profuso
de la muerte.
Somos los mercaderes más afamados, nuestras delicadas telas las más preciadas en todo el Oriente.
Cuando lleguemos a Ispahán, se las ofreceremos todas a ella, las extenderemos con sumo esmero a sus pies. Ella sonreirá, asentirá y observará sorprendida:
"¡Tan largo camino para tantas palabras!"
De Tu suerte está en Ispahán, 2012
"Todo el viaje de la vida cabe en los confines imprevistos de..." las palabras, qué bello escribe Natalia.
ResponderEliminar"El camino que traza la vida
del camino que traza la pluma en su
viaje de confines imprevistos..." obvio, pensé en el relato que tanto le gustaba a Borges y del cual Cocteau hizo una gran versión. Pero Natalia enalteció aún más lo imprevisto de aquel relato con sus palabras.
Me ha encantado en toda la extensión y encanto de la palabra.
Extraordinaria poeta, de la que habrá, seguro, más entradas en el blog.
ResponderEliminarGaditana, como el gran Rafael Alberti, no sé que decir, puedo decir que es uno de los poemas más bellos que he leído en mi vida. Son tantos los versos que llenan mi alma: la monotonía del mar, la cocina con su eterna fragancia de café recién hecho, tanto sabe de trenes a deshoras, de estaciones desangeladas, pero con el impulso intacto del insomnio y la promesa de la luz.....bueno hay miles más. Es todo el poema. Merci Juan.
ResponderEliminarDe qué relato hablás Carlos? Que tanto Borges como Cocteau me gustan mucho.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/mini/el_gesto_de_la_muerte.htm
ResponderEliminarBorges lo incluyó en su Antología del Cuento Fantástico. La traducción es de Cocteau. Una maravilla.
Ahí voy a leerlo, en esa página hay de todo, muchos cuentos. Estaba releyendo Circe de Cortázar.
ResponderEliminarAy sí lo conocía. gracias igualmente! Extraordinario.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Agostina, realmente es una gran poeta.
ResponderEliminarEl cuento que enlazas, Carlos, creo que lo ha adaptado un montón de gente. En El Crepúsculo hay una versión de García Márquez, aunque en ella no se habla de Ispahán, sino de Samarra, pero el relato es el mismo:
http://nadiesalvoelcrepusculo.blogspot.com.es/2015/08/microrrelatos-16-la-muerte-en-samarra.html
Claro, la recuerdo y en los comentarios hablamos de "Las Antologías" que circulan por ahí...
ResponderEliminarAhora, pasadas las horas, cada vez suena mejor Natalia Carbajosa, no?
Suena maravillosamente.
ResponderEliminar¡Cómo lo estoy disfrutando! Y ese cuadro...me tienta :)
ResponderEliminarHabrá que poner más poemas de Carbajosa.
ResponderEliminar