yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.
Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez entre mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a tus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.
Pero ya no habrá tiempo de llorar.
Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón:
hace frío sin ti,
pero se vive.
Me gustan tanto el cuadro, como el poema.
ResponderEliminarEstupendo post, y van...
Unos pocos, casi mil ya. Unos mejores que otros, pero achácaselo a los poetas y a los pintores y/o fotógrafos, a mí que me registren.
ResponderEliminarAyer nomás leía una nota en La Nación que me desasnaba sobre la calidad y el verdadero aporte de un traductor (al texto que fuere) no como un mero copista o transcriptor. Del mismo modo, sin tu blog (como amplificador) nos perderíamos a los Dalton y a tantos (y sus músicas) desde tu sincera impronta personal, creo que la coherencia, lo que se advierte en la elección y selección de uno u otro texto de las respectivas obras, no como un mero divulgador sino como un señalador de hallazgos o explorador confiable baqueano en terreno muchas veces inexplorado y “redondeador del círculo” del autor al lector. He ahí la calidad y el aporte de nadiesalvoelcrepúsculo. Por lo menos para mí. Y sin exagerar.
ResponderEliminarPor cierto, Dalton, impecable, poeta al que se los lee mejor cuando se lo relee.
Recomendable nota de La Nación:
http://www.lanacion.com.ar/1757970-sergio-waisman-el-traductor-jamas-es-invisible-no-es-un-mero-copista-eso-es-una-falacia
Vaya, estoy abrumado por tu texto, Carlos. Muchas gracias a los dos, hacemos lo que podemos. Y lo que nos gusta.
ResponderEliminarMuy interesante el enlace.
Dalton fue un magnífico poeta. Rompedor, irónico, sarcástico en muchos de sus poemas, a quien su tiempo le llevó al extremo de una vida que no era la suya, o no del todo, y lo pagó: sus propios "camaradas" de partido lo asesinaron. Cortázar le dedica unos versos dentro de un poema que se salva por sí mismo y por la maestría del propio Cortázar: 'ándele'
ResponderEliminar"...No nos alcanza el tiempo,
ResponderEliminaro nosotros a él,
nos quedamos atrás por correr demasiado,
ya no nos basta el día
para vivir apenas media hora..."
Cuánto sopa hay que tomar para escribir así. Si a Dalton se lo lee mejor cuando se lo relee, imaginate a Cortázar...
Lo había leído, ya justamente en una de mis visitas por otras páginas pasadas de tu blog, pero constato que lo hice sin la seriedad y captación correspondientes.
¿Ves que es verdad lo que dije de tu blog y labor?
Suscribo el último párrafo absolutamente.
ResponderEliminarEl poema es magnífico. Comienza con una segura inseguridad irónica y termina con una inseguridad segura autoconsoladora.
ResponderEliminarSobre los "piropos" que te han echado... es que te los mereces. No hay nada nuevo bajo el sol, es cierto, todos hacemos las mismas cosas, más o menos, en cualquier faceta, pero lo que marca la diferencia (para bien o para mal) es la "impronta personal" (que dice Carlos) y la tuya es muy personal, para bien. Así que me sumo a la valoración de la labor que vas haciendo con tu impronta.
ResponderEliminarSin olvidar a los otros Cronopios, cada uno en lo suyo: Carlos y Gatopardo.
ResponderEliminarDe verdad que no sé qué decir, qué barbaridad... Sólo que muchas gracias a todos y que intentaré seguir estando a la altura esperada. Me gusta y me divierte lo que hago, y aprendo con ello, y el mejor halago para mí es que también os guste.
ResponderEliminarBueno, tampoco es para tanto, jejejeje.
ResponderEliminarEs broma, sí es para tanto, es un blog de la hostia.
Y no te quedas fuera, Marian. Si algo tienen tus originales entradas es una mirada muy muy personal...
ResponderEliminarGracias, Finchu.
ResponderEliminar(Es la "mirada móvil":) Gracias, Carlos.
ResponderEliminarMe gustaría tener más tiempo y más medios para hacer lo que me pasa por la cabeza.