sábado, 30 de enero de 2010

Fragmentos de El guardián entre el centeno - J. D. Salinger - Estados Unidos

J. D. Salinger
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso.


[...] -La vida es una partida, muchacho. La vida es una partida, y hay que vivirla de acuerdo con las reglas del juego..
-Sí, señor. Ya lo sé. Ya lo sé.
De partida, un cuerno. Menuda partida. Si te toca del lado de los que cortan el bacalao, desde luego que es una partida, eso lo reconozco. Pero si te toca del otro lado, no veo dónde está la partida. En ninguna parte. Lo que es de partida, nada.


[...] Soy el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse. Es terrible. Si voy camino del quiosco a comprar una revista y alguien me pregunta que adónde voy, soy capaz de decirle que voy a la ópera. Es una cosa seria. Así que eso que le dije a Spencer de que tenía que ir a recoger mi equipo era pura mentira. Ni siquiera lo dejo en el gimnasio.

[...] Estaba leyendo un libro que había sacado de la biblioteca por error. Se habían equivocado al dármelo y yo no me dí cuenta hasta que estuve de vuelta en mi habitación. Era Fuera de África, de Isak Dinesen. Creí que sería un plomo, pero no. Estaba muy bien. Soy un completo analfabeto, pero leo muchísimo.


[...] La orquesta era pútrida. Aquella noche tocaba Buddy Singer. Mucho metal, pero no del bueno sino del tirando a cursi. Por otra parte, había muy poca gente de mi edad. Bueno, la verdad es que no había absolutamente nadie de mi edad. Estaba lleno de unos tipos viejísimos y afectadísimos con sus parejas, menos en la mesa del al lado mío en que había tres chicas de unos treinta años o así. Las tres eran bastante feas y llevaban unos sombreros que anunciaban a gritos que ninguna era de Nueva York. Una de ellas, la rubia, no estaba mal del todo. Tenía cierta gracia, así que empecé a echarle unas cuantas miradas insinuantes; pero en ese momento llegó el camarero a preguntarme qué quería tomar. Le dije que me trajera un whisky con soda sin mezclar y lo dije muy deprisa porque como empieces a titubear en seguida se dan cuenta de que eres menor de edad y no te traen nada que tenga alcohol. Pero aun así se dio cuenta.


[...] Por si no viven en Nueva York, les diré que el Wicker Bar está en un hotel muy elegante, el Seton. Antes me gustaba mucho, pero poco a poco fui dejando de ir. Es uno de esos sitios que se consideran muy finos y donde se ven farsantes a patadas. Había dos chicas francesas, Tina y Janine, que actuaban tres veces por noche. Una de ellas tocaba el piano -lo asesinaba-, y la otra cantaba siempre unas canciones o muy verdes o en francés. La tal Janine se ponía delante del micrófono, y antes de empezar la actuación, decía como susurrando: "Y ahoja les pjesentamos nuestja vejsión de Vulé vü fjansé. Es la histojia de una fjansesita que llega a una gjan siudad como Nueva Yojk y se enamoja de un muchachito de Bjooklyn. Espejo que les guste."
Cuando acababa de susurrar y de demostrar lo graciosa que era, cantaba medio en francés medio en inglés una canción tontísima que volvía locos a todos los imbéciles del bar. Si te pasabas allí un buen rato oyendo aplaudir a ese hatajo de idiotas, acababas odiando a todo el mundo. De verdad.


[...] Esto es todo lo que voy a contarles. Podría decirles lo que pasó cuando volví a casa y cuando me puse enfermo, y a qué colegio voy a ir el próximo otoño cuando salga de aquí, pero no tengo ganas. De verdad. En este momento no me importa nada de eso.
Mucha gente, especialmente el psiquiatra que tienen aquí, me pregunta si voy a aplicarme cuando vuelva a estudiar en septiembre. Es una pregunta estúpida. ¿Cómo sabe uno lo que va a hacer hasta que llega el momento? Es imposible. Yo creo que sí, pero, ¿cómo puedo saberlo con seguridad? Vamos, que es una estupidez.

[...]No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo.
Traducción: Carmen Criado


J. D. Salinger publicó El guardián entre el centeno en 1951. Casi desde ese momento, la novela se convirtió en un libro de culto, y aún hoy es considerada como una de las obras de ficción más importantes de la literatura norteamericana del siglo XX. También con su toque de malditismo, desde que se supo que Mark David Chapman la llevaba consigo cuando asesinó a John Lennon.

Retrato de adolescencia, reflejado en la inmadurez, inadaptación y rebeldía de su proptagonista Holden, El guardián antre el centeno marcó un punto de inflexión en la vida de Salinger, que acabó aislándose por completo del contacto con la gente, y jamás concedió una entrevista. Publicó algunos libros de relatos, como Un día perfecto para el pez banana y Hapworth 16, 1924, a partir del cual (1965) dejó de publicar. Aunque si hacemos caso de sus hijos y de su vecino Jerry Burt, escribía religiosamente todos los días, con lo que puede haber un buen material, que seguramente irá saliendo. "Hay una maravillosa paz en el hecho de no publicar. Publicar es una horrible invasión de mi privacidad. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo para mí y por puro placer."

Jerome David Salinger, J. D. Salinger, acaba de morir en su retiro de Cornish (New Hampshire) recién cumplidos los 91 años. Descanse.

miércoles, 27 de enero de 2010

QUIJOTESCAS/8 - La Dulcinea de Marcel Duchamp - Octavio Paz - México

Dulcinea - Marcel Duchamp
A Eulalio Ferrer
-Metafísica estáis.
-Hago striptease.
Ardua pero plausible, la pintura
cambia la tela blanca en pardo llano
y en Dulcinea al polvo castellano
torbellino resuelto en escultura.

Transeúnte de París, en su figura
—molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría— Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.

Mujer en rotación que se disgrega
y es surtidos de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste más se niega.

La mente es una cámara de espejos;
invisible en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.

viernes, 22 de enero de 2010

Mitos esfumados - René Depestre - Haití

Jacques Enguerrand Gourgues, pintor haitianoMis viajes de alegre nómada antillano
me condujeron hasta mi abismo natal:
amo su espacio y su tiempo marinos en duelo,
su vida hecha añicos sobre mi desierto.
Lejos de mi infancia maravillada en Jacmel
mis rebeldías de loa de la poesía
son en mis viejos días estrellas muertas.
La ternura de la leche ha dejado de subir
a los pechitos de las hadas de mi generación.
En un muelle expuesto a los tsunamis de la tarde
mi odisea cabe en un pañuelo remendado
que agita todo un país que se esfuma.
Aquí está, presa de la autodestrucción,
vive a temperatura de su suicidio,
en mi corazón todo su azul sin norte
en torno a mis ensueños de poeta en pedazos.
¡Ay, perdiz mía, siempre en rumbo fijo hacia
un ultrasufrimiento demente del sufrir!
¡Ay, dulce loa de la paz y las armonías,
concede a mi poema su última gira
en esta hora del naufragar donde el ocaso haitiano
enciende su quinqué en mi frente desolada.


René Depestre, patriarca de las letras haitianas, revolucionario en su día, viajero impenitente, poeta, secretario de Pablo Neruda, amigo de Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Jorge Amado, Vinicius de Moraes... escribe para El Cultural:

"El terremoto ha sido una catástrofe de dimensiones trágicas. Haití, por su estructura, por la falta de un estado de derecho, por todas sus infinitas carencias, no estaba preparada de ninguna manera para enfrentarse a tal calamidad.

[...] La Red ha desempeñado un papel fundamental porque por teléfono resultaba imposible hablar. He podido saber de mi hermano, que se ha salvado, así como los otros miembros de mi familia, pero grandes amigos han fallecido, como el escritor e intelectual George Anglade, que ha muerto junto a su mujer. 

[...] Pero quizás, aunque sea terrible decirlo, los haitianos nos hallamos ante la oportunidad de levantarnos. Haití ha sido a lo largo de su terrible historia víctima de un terremoto permanente. Es una de las sociedades del mundo que más duras pruebas ha sufrido. Y es que, si bien fue, en 1804, el primer país colonizado que se rebeló contra la dominación francesa, no es menos cierto que hizo una entrada falsa en la historia. En lugar de defender los grandes ideales de la Revolución Francesa, como el de un nuevo Estado nacional, se perdió en la problemática racial, en los conflictos entre negros, mulatos, etc., lo que perjudicó su desarrollo.

[...] Paradójicamente, Haití no es hoy una nación Estado propiamente dicha, pero sí es una nación cultural. Mientras que ni el Estado ni una verdadera sociedad civil se han desarrollado nunca, sí lo hicieron la cultura, la pintura, la música, la literatura. Hay una conciencia cultural y no se puede decir, sin embargo, que exista una conciencia nacional. Es un fenómeno "sui generis", excepcional, el de la cultura haitiana.. No se encuentra en África, ni en el sureste asiático ni en otros lugares del tercer mundo una sociedad comparable en cuanto a su evolución y desarrollo.

[...] Deseo fervientemente que tras esta desdicha llegue una nueva época para el país. Haití es un país de jóvenes dispuestos a luchar a pesar de todas sus carencias. Hay además una clase intelectual potente que puede tomar las riendas. Soy optimista respecto a la posibilidad de salir de la tragedia sin fin que hemos conocido y que nos sitúa hoy en una encrucijada definitiva. No se presentará otra.

[...] Entramos en una época donde la solidaridad debe tomar una nueva dimensión, una dimensión sin precedentes.
Haití es un país de un gran imaginario cultural, y es lo que va a salvarlo. Es el momento de inventar un país mejor."
(El Cultural, 22-01-2010)

Los dioses le oigan.

"Haití tiene todo lo necesario para volver a ser un paraíso" (Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura 1993)

El caos haitiano - René Depestre - Haití

Alphonse Fretzner, pintor haitianoAbierta está una desdicha-tigre
entre la vida y yo: ¿puede uno
dominar el caos haitiano de sus días?
¿puede uno contener en sus venas de nómada
el flujo existencial de tiempos de soledad?
todo el ultramundo mundial de nocturna desolación
sigue ofreciendo brazos de mar que cruzar.
Un mal-estar no interrupto se enrosca sin fin
en adiós de ternura al golfo de Jacmel.
Uno puede pasar su vida de poeta vencido
exiliado en los siete días de la semana.
Teniendo ante mí los años contados,
soy el caballo sudoroso de mis raíces.

jueves, 14 de enero de 2010

Sus horas son engaño - José Agustín Goytisolo - España

Gustav Klimt
Triste es el territorio de la ausencia.

Sus horas son engaño
desfiguran
ruidos olores y contornos
y en sus fronteras deben entenderse
las cosas al revés.

Así el sonido
del timbre de la entrada significa
que no vas a llegar
una luz olvidada
en el piso de arriba es símbolo de muerte
de vacío en tu estancia
rumor de pasos
cuentan que te fuiste
y el olor a violetas
declara el abandono del jardín.

Y en ese mundo ¿qué debí hacer yo
príncipe derrotado
rey mendigo
sino forzar mis ojos para que retuvieran
aquel inexpresable color miel
suave y cambiante de tus cabellos?

sábado, 9 de enero de 2010

POESÍA DEL VINO/3 - Rubaiyyat - Omar Jayyam - Persia

Omar Jayyam
A nadie le ha sido prometido un mañana.
Mantén en la dicha tu alma nostálgica.
Bebe el vino en el claro de luna, mi amor, que la luna
brillará muchas noches sin volver a encontrarnos.

_____________________________
Un beato le dijo a una hetaira:
"Borracha, caes a cada instante en los brazos de todos".
Respondió ella: "¡Oh beato: Soy todo cuanto dices!
¿Eres tú el que pareces?"

_____________________________
He roto en una piedra mi copa de barro.
Ebrio cometí semejante locura.
Aquella copa parecía decirme:
"Yo he sido como tú. Tú serás como yo".

_____________________________
Ten cuidado porque te separarán de tu alma.
Te pondrán detrás del telón de los secretos de Dios.
Bebe vino, porque no sabes de dónde vienes.
Toma tu alegría, porque no sabes a dónde vas.

_____________________________
Frecuenta a los hombres honestos y sabios.
Huye a mil leguas de los ignorantes.
Bebe el veneno que te de un hombre digno.
Vierte el antídoto que te ofrezca un imbécil.
Versión de Carlos Areán