A Eulalio Ferrer
-Metafísica estáis.
-Hago striptease.
-Metafísica estáis.
-Hago striptease.
Ardua pero plausible, la pintura
cambia la tela blanca en pardo llano
y en Dulcinea al polvo castellano
torbellino resuelto en escultura.
Transeúnte de París, en su figura
—molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría— Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.
Mujer en rotación que se disgrega
y es surtidos de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste más se niega.
La mente es una cámara de espejos;
invisible en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.
cambia la tela blanca en pardo llano
y en Dulcinea al polvo castellano
torbellino resuelto en escultura.
Transeúnte de París, en su figura
—molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría— Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.
Mujer en rotación que se disgrega
y es surtidos de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste más se niega.
La mente es una cámara de espejos;
invisible en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.
Pocas veces un poema es capaz de captar en tan pocos versos y con esta claridad los muchos matices de esta pintura, compleja como su autor. Y lo hace utilizando el soneto (estructura difícil de redondear donde las haya); todo un guiño a la época. Estupendo maridaje.
ResponderEliminarSí, completamente de acuerdo, y además define perfectamente el personaje de Dulcinea: "fue mujer y ya es idea".
ResponderEliminarEstá claro que hasta para describir lo que sugiere una pintura hay que tener alma de poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.