domingo, 27 de diciembre de 2009

Villancico del rifador - Gerardo Diego - España

Mare de Deu dels Angels - Peres Serra¿Cuánto me dan por la estrella y la luna?
¿Cuánto me dan por el Niño y la cuna?


Este es un Niño sin padre ni abuelo,
este es un Niño nevado del cielo.

¿Cuánto me dan, que lo vendo barato,
cuánto me dan, que lo doy sin contrato?


Este es el Niño que mamaba ahora.
Ríe despierto y en durmiendo llora.

Casi de balde la flor del mercado.
¿Cuánto me dan, que lo doy regalado?


Este es el Niño verano en invierno.
Este es el Niño que aniña lo eterno.

¿Cuánto me dan, que lo doy sin subasta?
¿Cuánto me dan por la fruta en canasta?


Este es el Niño que viene a dar guerra,
viene a dar paz por amor de la tierra.

¿Cuánto me dan? Por moneda no quede.
Una lágrima sola que tiemble y que ruede.


Este es el Niño de la rifa loca
que todos le juegan y a todos les toca.

¿Cuánto me dan por la buena fortuna?
¿Cuánto me dan por el Niño y la luna?

QUIJORESCAS/ 7 - Las Meditaciones del Quijote de José Ortega y Gasset - Antonio Machado - España

Miguel de Cervantes - Juan de Jáuregui
Para mí, el Quijote es, en primer término, un libro español; en segundo término, un problema apenas planteado o, si queréis, un misterio. Fue Cervantes, ante todo, un gran pescador de lenguaje, de lenguaje vivo, hablado y escrito; a grandes redadas aprisionó Cervantes enorme cantidad de lengua hecha, es decir, que contenía ya una expresión acabada de la mentalidad de un pueblo. El material con que Cervantes trabaja, el elemento simple de su obra, no es el vocablo, sino el refrán, el proverbio, la frase hecha, el donaire, la anécdota, el modismo, el lugar corriente, la lengua popular, en suma, incluyendo en ella la cultura media de Universidades y Seminarios. Con dificultad encontraréis en el Quijote una ocurrencia original, un pensamiento que lleve la mella del alma de su autor. A primera vista parece que Cervantes se ahorra el trabajo de pensar. Deja que la lengua de los arrieros y de los bachilleres, de los pastores y de los soldados, de los golillas, de los buhoneros y vagabundos piensen por él. Desde este punto de vista, el Quijote viene a ser como la enciclopedia del sentido común español, contenida en la lengua española de principios del siglo XVII. No es la cazurrería de Sancho ni la locura de Don Quijote lo que nos asombra y abruma en la lectura del libro inmortal, sino la estupenda discreción de ambos. Con esta primera y superficial visión del Quijote bien se puede decir que la característica de Cervantes es el buen sentido. Don Quijote y Sancho son dos encantadores charlatanes, que derrochan conceptos como el pródigo su riqueza y se recrean en la fácil sabiduría que fluye de sus labios. Hay cierta elocuencia en ambos, cierta complacencia en la verbosidad que revela la falta de esfuerzo mental, la ausencia de reflexión, la alegría de disparar con pólvora ajena, si se me permite la frase. Jamás descubriréis ni en Don Quijote ni en Sancho el esfuerzo para calcar fielmente la línea sinuosa del propio sentimiento. ¿Para qué este esfuerzo? A una anécdota se contesta con otra, a un concepto con el contrario, contra dos refranes hay siempre a mano otros dos, una sentencia se refuta con otra. Cervantes es, en este primer plano de su obra, la antítesis de Teresa de Ávila. En la Santa, lo rico no es el lenguaje, sino lo que pretende expresarse con él; la materia con que labora Teresa es su propia alma; la materia cervantina es el alma española, objetivada ya en la lengua de su siglo. Es en vano buscar a Cervantes, rebuscando en su léxico, con un criterio filológico o meramente lógico y gramatical. Cervantes no aparece entonces por ninguna parte —y esto ha creado el equívoco cervantino—, sino la mentalidad ómnibus de la España de su tiempo.

Pero la lengua hablada en España, con su castizo contenido mental, es la materia en que Cervantes ha trabajado, no su obra; como una estatua no es la piedra en la cual se la ha esculpido, sino las líneas ideales que en el mármol fue trazando un cincel. Hombres muy sutiles —Gracián, por ejemplo— desdeñaron el Quijote porque, sin duda, no vieron la obra, sino su materia bruta. No es, ciertamente, en la vida de Cervantes, en sus andanzas de pretendiente despreciado, de soldado sin fortuna o de mísero alcabalero, donde es preciso buscar el secreto del Quijote; pero no es tampoco en su libro, entendiendo por tal el abundante caudal de castizos lugares comunes de que está formado. El Quijote es preciso verlo, abarcarlo con una visión mental, representárnoslo, para darnos cuenta de la obra cervantina, y formularnos esta pregunta: ¿Qué hizo Cervantes con la lengua española en ese monumento único que se llama el Quijote? No se pregunta lo que haya pretendido hacer. La obra de un poeta desborda y supera infinitamente su propósito. Cervantes, acaso, pretendió no más que poner en ridículo los libros de caballerías, empresa al alcance de un Pérez Zúñiga de su tiempo; propósito trivialísimo muy propio de un ingenio de tercer orden, que nos da, tal vez, la medida del valor en que Cervantes se tasaba a sí mismo al comenzar su obra. Cierto que la mezquindad del propósito inicial contribuirá a mantener el equívoco cervantino. Pero aquí se pregunta por lo que hizo Cervantes en su libro, y esta interrogación no contestada forma parte, a su vez, de la inmortalidad del Quijote.

martes, 15 de diciembre de 2009

Recuerdo de infancia - Félix Grande - España

PrensaHoy el periódico traía sangre igual que de costumbre
venía chorreando como la tráquea de un ternero sacrificado
he visto chotos cabras vacas durante su degüello
bajo el agujero del cuello una orza se va llenando de sangre
los animales se contraen en sacudidas cada vez más nimias
de pronto ya no respiran por la nariz ni por la boca
sino por la abertura que la navaja hizo en la tráquea
en la cual aparecen burbujas a cada nueva respiración
a menudo parece que están completamente muertos
y no obstante aún se agitan una o dos veces suavemente
ahora sus ojos ya no miran tienen como una niebla
un teloncillo de color indeterminado que recuerda al ceniza
entonces el carnicero se incorpora con las manos manchadas
y procede a desollar y trocear al animal cadáver
para después pesarlo venderlo en porciones hacer su negocio

hoy el periódico traía sangre lo mismo que otros días
acaso unos cuantos estertores más que de hábito
pero cómo saberlo hay países que no especifican
por ejemplo el departamento de estado no da las cifras de sus bajas
únicamente les agrega apellidos
bajas insignificantes bajas ligeras bajas moderadas

hoy el periódico traía sangre en volumen considerable
y mientras leo pacientemente civilizadamente el intento
de justificación de esos destrozos escrito de sutil manera
recuerdo vacas cabras chotos la gran orza en el suelo
y recuerdo imagino pienso que unos cuantos carniceros
continúan desollando troceando pesando en sus básculas
haciendo su negocio mediante esos pobres animales sacrificados.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Se desangraba el universo - Félix Grande - España

Mujer sentada - Pedro Fausto
Tu ausencia es una cosa que pesa como plomo
Tu ausencia es una cosa dura como metal
Tu ausencia es un enorme barranco al que me asomo
sin tacto sordo ciego igual que un mineral

Tu ausencia es un olor que abrasa mi nariz
Un ruido monstruoso que se cuelga en mi oreja
Un animal sin límites que es todo cicatriz
y que lame mi vida y me la deja vieja

Tu ausencia, esa cosita que no tiene ni abuelo
ni apellido ni forma ni rodilla ni pelo
es sin embargo un bulto majestuoso y profundo

Tu ausencia es una rara prestidigitación
que está vaciando a pausas mi lleno corazón
y que está abarrotando de vaciedad el mundo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

QUIJOTESCAS/6 - Letra - Blas de Otero - España

Molino de viento en Almodóvar
..y dándole una lanzada en el aspa,
la devolvió el viento con tanta furia...
Quijote, I,8.


Por más que el aspa le voltee
y España le derrote
y cornee,
poderoso caballero
es Don Quijote.

Por más que el aire se lo cuente
al viento, y no lo crea
y la aviente,
muy airosa criatura
es Dulcinea.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Primer capítulo de Industrias y andanzas de Alfanhuí - Rafael Sánchez Ferlosio - España

Gallo de veleta
"Sembré avena loca ribera de Henares"

Sembradas están para ti las locuras que andaban en mi cabeza y que en Castilla tenían tan buen asiento. Escrita para ti esta historia castellana y llena de mentiras verdaderas.

I. DE UN GALLO DE VELETA QUE CAZÓ UNOS LAGARTOS Y LO QUE CON ELLOS HIZO UN NIÑO.

El gallo de la veleta, recortado en una chapa de hierro que se cantea al viento sin moverse y que tiene un ojo solo que se ve por las dos partes, pero es un solo ojo, se bajó una noche de la casa y se fue a las piedras a cazar lagartos. Hacía luna, y a picotazos de hierro los mataba. Los colgó al tresbolillo en la blanca pared de levante que no tiene ventanas, prendidos de muchos clavos. Los más grandes puso arriba y cuanto más chicos, más abajo. Cuando los lagartos estaban frescos todavía, pasaban vergüenza, aunque muertos, porque no se les había aún secado la glandulita que segrega el rubor, que en los lagartos se llama "amarillor", pues tienen una vergüenza amarilla y fría.

Pero andando el tiempo se fueron secando al sol, y se pusieron de un color negruzco, y se encogió su piel y se arrugó. La cola se les dobló hacia el mediodía, porque esa parte se había encogido al sol más que la del septentrión, adonde no va nunca. Y así vinieron a quedar los lagartos con la postura de los alacranes, todos hacia una misma parte, y ya, como habían perdido los colores y la tersura de la piel, no pasaban vergüenza.

Y andando más tiempo todavía, vino el de la lluvia, que se puso a flagelar la pared donde ellos estaban colgados, y los empapaba bien y desteñía de sus pieles un zumillo, como de herrumbre verdinegra, que colaba en reguero por la pared hasta la tierra. Un niño puso un bote al pìe de cada reguerillo, y al cabo de las lluvias había llenado los botes de aquel zumo y lo juntó todo en una palangana para ponerlo seco.

Ya los lagartos habían desteñido todo lo suyo, y cuando volvieron los días de sol tan sólo se veían en la pared unos esqueletitos blancos, con la película fina y transparente, como las camisas de las culebras y que apenas destacaban del encalado.

Pero el niño era más hermano de los lagartos que del gallo de la veleta, y un día que no hacía viento y el gallo no podía defenderse, subió al tejado y lo arrancó de allí y lo echó a la fragua, y empezó a mover el fuelle. El gallo chirriaba en los tizones como si hiciera viento y se fue poniendo rojo, amarillo, blanco. Cuando notó que empezaba a reblandecerse, se dobló y se abrazó con las fuerzas que le quedaban a un carbón grande, para no perderse del todo. El niño paró el fuelle y echó un cubo de agua sobre el fuego, que se apagó resoplando como un gato, y el gallo de veleta quedó asido para siempre al trozo de carbón.

Volvió el niño a su palangana y vio cómo había quedado en el fondo un poso pardo, como un barrillo fino. A los días, toda el agua se había ido por el calor que hacía y quedó tan sólo polvo. El niño lo desgranó y puso el montoncito sobre un pañuelo blanco para verle el color. Y vio que el polvillo estaba hecho de cuatro colores: negro, verde, azul y oro. Luego cogió una seda y pasó el oro, que era lo más fino; en una tela de lino pasó el azul, en un harnero el verde y quedó el negro.

De los cuatro polvillos usó el primero, que era el de oro, para dorar picaportes; con el segundo, que era azul, se hizo un relojito de arena; el tercero, que era el verde, lo dio a su madre para teñir visillos, y con el negro, tinta, para aprender a escribir.

La madre se puso muy contenta al ver las industrias de su hijo, y en premio lo mandó a las escuela. Todos los compañeros le envidiaban allí la tinta por lo brillante y lo bonita que era, porque daba un tono sepia como no se había visto. Pero el niño aprendió un alfabeto raro que nadie le entendía, y tuvo que irse de la escuela porque el maestro decía que daba mal ejemplo. Su madre lo encerró en un cuarto con una pluma, un tintero y un papel, y le dijo que no saldría de allí hasta que no escribiera como los demás. Pero el niño, cuando se veía solo, sacaba el tintero y se ponía a escribir en su extraño alfabeto, en un rasgón de camisa blanca que había encontrado colgando de un árbol.

Industrias y andanzas de Alfanhuí: el realismo mágico avant la lettre.

«Un libro maravilloso que hace realidad lo que no existe.»«Rafael Sánchez Ferlosio inventó un niño y marchó con él por los caminos de su nuevo viejo país y escribió el libro más hermoso de su tiempo.» (Miguel Delibes). Alfanhuí se llama así porque le puso el nombre su maestro: "¿Tú? Tú tienes ojos amarillos como los alcaravanes; te llamaré Alfanhuí porque este es el nombre con que los alcaravanes se gritan los unos a los otros… al-fan-huí, al-fan-huí". Es amigo de los lagartos, pero también del gallo de una veleta que le enseñó muchas cosas sobre los colores. Después estudió con un taxidermista que tenía una criada que un día se puso verde y se murió; conoció a unos ladrones de trigo y a un gigante en un bosque rojo, y, en Madrid, a un hombre que trabajaba en una fábrica de chocolate y bailaba sobre las mesas... Alfanhuí es el espectador itinerante de hombres extraños pero reales. Vive las aventuras sin inmutarse, adaptándolas a una cotidianeidad fantástica en la que nada parece estar fuera de lugar. (De una reseña)
Sánchez Ferlosio ha sido distinguido estos días con el Premio Nacional de las Letras que concede el Ministerio de Cultura en reconocimiento al conjunto de la obra de un escritor vivo.
Premio Cervantes 2004, Ferlosio acaba de publicar su último trabajo: "Guapo y sus isótopos".

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Tarde o temprano - José Emilio Pacheco - México

Detalle de Tianguis en Tenochtitlán - Fresco sobre muro de Diego Rivera
Homenaje a Nezahualcoyolt*
I
No tenemos raíces en la tierra.
No estaremos en ella para siempre:
sólo un instante breve.

También se quiebra el jade
y rompe el oro
y hasta el plumaje del quetzal se desgarra.

No tendremos la vida para siempre:
sólo un instante breve.

II
En el libro del mundo Dios escribe
con flores a los hombres
y con cantos
les da luz y tinieblas.

Después los va borrando:
guerreros, príncipes,
con tinta negra los revierte a la sombra.

No somos reyes:
somos figuras de un libro de estampas.

III
Dios no fincó su hogar en parte alguna.
Solo, en el fondo de su cielo hueco,
está Dios inventando la palabra.

¿Alguien lo vio en la tierra?

Aquí se hastía,
no es amigo de nadie.

Todos llegamos al lugar del misterio.

IV
De cuatro en cuatro nos iremos muriendo
aquí sobre la tierra.

Somos como pinturas que se borran,
flores secas, plumajes apagados.

Ahora entiendo este misterio, este enigma:
el poder y la gloria no son nada:
con el jade y el oro bajaremos
al lugar de los muertos.

De lo que ven mis ojos desde el trono
no quedará ni el polvo en esta tierra.

* A partir de las traducciones de Angel María Garibay
y Miguel León Portilla

José Emilio Pacheco


A José Emilio Pacheco le acaban de conceder el Premio Cervantes 2009. ¿Qué ha dicho el poeta al respecto?:

"Aún tengo la sensación de estar viviendo en la irrealidad..." "No soy ni el mejor poeta de mi barrio, porque entre otras cosas mi vecino es Juan Gelman. Tampoco creo haber dejado el rastro de ningún pupilaje. Lo importante es el poema. Y este premio, de algún modo, no es sólo para mí, sino para la literatura mexicana, para los libros. Porque yo he tenido todo esto sin esperarlo, sin pretenderlo..."

No es pose ni falsa modestia, si hacemos caso a lo que dicen de él sus compañeros poetas:

"José Emilio es un ser profundamente humano, letraherido y muy humilde..." "Es un gran poeta sencillo y sabio y merece con creces los honores que le han llovido..." "José Emilio, renovador de la sátira y del placer de la anonimia, merece por su altura, sencillez y calidad lírica, este premio de premios." (Luis Antonio de Villena)

"Toda la antropología de Levi-Strauss se funda en la oposición entre naturaleza y cultura, no como realidades aisladas sino en contínua comunicación. La sociedad, a imagen del universo, es un sistema de oposiciones y mediaciones. Lo mismo sucede con los temperamentos poéticos. Por ejemplo, la poesía de José Emilio Pacheco se inscribe no en el mundo de la naturaleza sino en el de la cultura y, dentro de éste, en su mitad en sombra. Cada poema de Pacheco es un homenaje al no; para José Emilio el tiempo es el agente de la destrucción universal y la historia es un paisaje de ruinas..." "Por fortuna no siempre es así. Puesto que todos somos dobles, una y otra vez irrumpe en sus poemas la voz del sí. El paso del tiempo, la destrucción, la asunción por el hombre moderno de todas las catástrofes y desmanes de sus antepasados más las suyas propias, así como los elementos culturales (el mundo clásico greco-latino) que, además en su caso, se mezclan con el mestizaje, la tradición y la vanguardia de las últimas décadas del pasado siglo, son algunos elementos claves para entenderlo."
(César Antonio Molina)

"En sus versos, hechos de formas clásicas y modernas, se puede tocar la emoción..." "Estoy seguro que en México y en otros puntos de América se celebra este premio como en la casa de José Emilio. No importa que sea verdad que haya cumplido 70 años y que le den ahora el Premio Cervantes. Allá se le va a querer siempre como el jovenzano afable y prometedor, de lentes, que iba a todas partes con unas chamarretas rústicas y azules..." "Es un experto en Jorge Luis Borges, traductor de Oscar Wilde y de Tennessee Williams, especialista en literatura mexicana del siglo XIX y autor de una columna periodística legendaria que se llama Inventario. Tiene abierto en la tierra un expediente de persona buena y humilde, pero eso no lo valoran los jurados." (Raúl Rivero)

A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo.
J.E.P

lunes, 30 de noviembre de 2009

Defensa de la alegría - Mario Benedetti - Joan Manuel Serrat - Uruguay - España

Sin título - Joan MiróDefender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar

y también de la alegría

Mario Benedetti



Ojo, esto no tiene nada que ver con la asquerosa utilización propagandística que del poema de Benedetti hicieron en un su día el Gobierno y sus corifeos, entre los que por cierto se encontraba, ay, el amigo Joan Manuel. Contradicciones...

sábado, 28 de noviembre de 2009

POESÍA DEL VINO/2 - Estatuto del vino - Pablo Neruda - Chile

Escena de banquete tebano - Tumba de Najt - Dinastía XVIII
Cuando a regiones, cuando a sacrificios
manchas moradas como lluvias caen,
el vino abre las puertas con asombro,
y en el refugio de los meses vuela
su cuerpo de empapadas alas rojas.

Sus pies tocan los muros y las tejas
con humedad de lenguas anegadas,
y sobre el filo del día desnudo
sus abejas en gotas van cayendo.

Yo sé que el vino no huye dando gritos
a la llegada del invierno,
ni se esconde en iglesias tenebrosas
a buscar fuego en trapos derrumbados,
sino que vuela sobre la estación,
sobre el invierno que ha llegado ahora
con un puñal entre las cejas duras.
Yo veo vagos sueños,
yo reconozco lejos,
y miro frente a mí, detrás de los cristales,
reuniones de ropas desdichadas.

A ellas la bala del vino no llega,
su amapola eficaz, su rayo rojo,
mueren ahogados en tristes tejidos,
y se derrama por canales solos,
por calles húmedas, por ríos sin nombre,
el vino amargamente sumergido,
el vino ciego y subterráneo y solo.

Yo estoy de pie en su espuma y sus raíces,
yo lloro en su follaje y en sus muertos,
acompañado de sastres caídos
en medio del invierno deshonrado,
yo subo escalas de humedad y sangre
tanteando las paredes,
y en la congoja del tiempo que llega
sobre una piedra me arrodillo y lloro.

Y hacia túneles acres me encamino
vestido de metales transitorios,
hacia bodegas solas, hacia sueños,
hacia betunes verdes que palpitan,
hacia herrerías desinteresadas,
hacia sabores de lodo y garganta,
hacia imperecederas mariposas.

Entonces surgen los hombres del vino
vestidos de morados cinturones,
y sombreros de abejas derrotadas,
y traen copas llenas de ojos muertos,
y terribles espadas de salmuera,
y con roncas bocinas se saludan
cantando cantos de intención nupcial.

Me gusta el canto ronco de los hombres del vino,
y el ruido de mojadas monedas en la mesa,
y el olor de zapatos y de uvas
y de vómitos verdes:
me gusta el canto ciego de los hombres,
y ese sonido de sal que golpea
las paredes del alba moribunda.

Hablo de cosas que existen, Dios me libre
de inventar cosas cuando estoy cantando!
Hablo de la saliva derramada en los muros,
hablo de lentas medias de ramera,
hablo del coro de los hombres del vino
golpeando el ataúd con un hueso de pájaro.

Estoy en medio de ese canto, en medio
del invierno que rueda por las calles,
estoy en medio de los bebedores,
con los ojos abiertos hacia olvidados sitios,
o recordando en delirante luto,
o durmiendo en cenizas derribado.

Recordando noches, navíos, sementeras,
amigos fallecidos, circunstancias,
amargos hospitales y niñas entreabiertas:
recordando un golpe de ola en cierta roca
con un adorno de harina y espuma,
y la vida que hace uno en ciertos países,
en ciertas costas solas,
un sonido de estrellas en las palmeras,
un golpe del corazón en los vidrios,
un tren que cruza oscuro de ruedas malditas
y muchas cosas tristes de esta especie.

A la humedad del vino, en las mañanas,
en las paredes a menudo mordidas por los días de invierno
que caen en bodegas sin duda solitarias,
a esa virtud del vino llegan luchas,
y cansados metales y sordas dentaduras,
y hay un tumulto de objeciones rotas,
hay un furioso llanto de botellas,
y un crimen, como un látigo caído.

El vino clava sus espinas negras,
y sus erizos lúgubres pasea,
entre puñales, entre mediasnoches,
entre roncas gargantas arrastradas,
entre cigarros y torcidos pelos,
y como ola de mar su voz aumenta
aullando llanto y manos de cadáver.

Y entonces corre el vino perseguido
y sus tenaces odres se destrozan
contra las herraduras, y va el vino en silencio,
y sus toneles, en heridos buques en donde el aire muerde
rostros, tripulaciones de silencio,
y el vino huye por las carreteras,
por las iglesias, entre los carbones,
y se caen sus plumas de amaranto,
y se disfraza de azufre su boca,
y el vino ardiendo entre calles usadas
buscando pozos, túneles, hormigas,
bocas de tristes muertos,
por donde ir al azul de la tierra
en donde se confunden la lluvia y los ausentes.

sábado, 21 de noviembre de 2009

QUIJOTESCAS/5 - La verdad sobre Sancho Panza - Franz Kafka - Checoslovaquia

Don Quijote y Sancho Panza - Honoré DaumierSancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de Don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras; las cuales, empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiera debido ser Sancho Panza, no dañaron a nadie. Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de cierto sentido de responsabilidad, a Don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Fragmento de Vigilia del Almirante - Augusto Roa Bastos - Paraguay

El sueño - Henri Rousseau, el aduanero
En la naturaleça hay toda especie de seres y plantas cuya utilidad o malignidad no se puede medir, avía dicho el ançiano. E yo me pregunté con cierto estupor si la naturaleça, como dijo el ançiano, en su mesma sabiduría, no regulava a su manera salvaje el equilibrio de la fauna humana, lo mesmo que la flora infinita y el infinito mundo animal en sus más diversas espeçies. Por esta manera, en el mundo primitivo, e con el rasero implacable de los canívales, las raças humanas que viven en la Edad de Oro de esas islas no corren el riesgo de propagarse exçesivamente destruyendo el equilibrio natural del que hablava el ançiano. E me pregunto también con algún repeluzno, si no seremos nosotros, los "hombres llegados del çielo", los canívales que venimos a despellejar e devorar a los gentiles. Destruidos los unos, otros nos destruirán a nosotros, por ley de naturaleça.

Roa Bastos define su Vigilia del Almirante como "un relato de ficción impura, o mixta, oscilante entre la realidad de la fábula y la fábula de la historia. [...] Una obra -según sus propias palabras- heterodoxa, ahistórica, acaso antihistórica, antimaniquea, lejos de la parodia y el pastiche, del anatema y de la hagiografía". Sea como fuere, pocos acontecimientos históricos como el descubrimiento de América ofrecen a los creadores literarios más motivos de inspiración. El viaje de las tres carabelas al otro lado del Atlántico es, sobre todo, una metáfora incomparable.
Se trata de una historia no oficial del descubrimiento de América, que tal vez se inicia con un marino enigmático al que la historia robó su nombre y que ha necesitado quinientos años para nacer como mito. Fue tal vez ese enigmático Piloto -así le identifica Roa Bastos- quien propició que Colón se lanzase años después a su magna aventura.
[...] La Vigilia del Almirante es la historia adivinada del misterioso Piloto, buen navegante y mal cartógrafo, pero también la historia de Cristóbal Colón. Una obra en la que, según el escritor paraguayo, "tanto las coincidencias como las discordancias, los anacronismos, inexactitudes y transgresiones con relación a los textos canónicos son deliberados, pero no arbitrarios ni caprichosos".
JAVIER TOMEO

lunes, 16 de noviembre de 2009

Fragmento de La voluntad - Azorín - España

Azorín - Ignacio ZuloagaAzorín, a raíz de la muerte de Justina, abandonó el pueblo y vino a Madrid. En Madrid su pesimismo instintivo se ha consolidado; su voluntad ha acabado de disgregarse en este espectáculo de vanidades y miserias. Ha sido periodista revolucionario, y ha visto a los revolucionarios en secreta y provechosa concordia con los explotadores. Ha tenido luego la humorada de escribir en periódicos reaccionarios, y ha visto que estos pobres reaccionarios tienen un horror invencible al arte y a la vida.
Azorín, en el fondo, no cree en nada, ni estima acaso más que a tres o cuatro personas entre las innumerables que ha tratado. Lo que le inspira más repugnancia es la frivolidad, la ligereza, la inconsistencia de los hombres de letras. Tal vez éste sea un mal que la política ha creado y fomentado en la literatura. No hay cosa más abyecta que un político: un político es un hombre que se mueve mecánicamente, que pronuncia inconscientemente discursos, que hace promesas sin saber que las hace, que estrecha manos a personas a quienes no conoce, que sonríe, sonríe siempre con una estúpida sonrisa automática... Esta sonrisa Azorín la juzga emblema de la idiotez política. Y esa sonrisa es la que ha encontrado también en el periodismo y en la literatura. El periodismo ha sido el causante de esta contaminación de la literatura. Ya casi no hay literatura. El periodismo ha creado un tipo frívolamente enciclopédico, de estilo brillante, de suficiencia abrumadora. Es el tipo que detestaba Nietzsche: el tipo "que no es nada, pero que lo representa casi todo". Los especialistas han desaparecido: hoy se escribe para el periódico, y el periódico exige que se hable de todo. Dentro de treinta años todos seremos periodistas, es decir, nadie sabrá nada de nada. Nos limitaremos a sospechar las cosas, lo cual tiene la ventaja de que ahorra tiempo y no entristece el espíritu con la melancolía de las lecturas largas...

Lo que valía en 1902, año en que Azorín escribió "La voluntad", sigue valiendo hoy. Es lo que tienen los clásicos y por eso se les denomina así: sus reflexiones son intemporales. Sin duda, Azorín es un clásico.

"Hasta tal punto se proyectó José Martínez Ruiz en el personaje que protagoniza La voluntad (1902) y su continuación, Antonio Azorín (1903), que adoptó su apellido como seudónimo -desde 1904 en colaboraciones periodísticas y desde 1905 en libros- hasta su muerte en 1967.
... Antonio Azorín ha ido acumulando decepciones y frustraciones en todos los órdenes, desde la más alta indagación metafísica (imposibilidad del conocimiento y de la percepción de la propia identidad, con Berkeley, Kant y Schopenhauer al fondo) hasta la crítica del mundo contemporáneo y el repaso de sus opciones ideológicas y de las posiciones y conductas que de ellas se derivan (capitalismo salvaje, paliativos del Estado asistencial, materialismo, positivismo, socialismo, anarquismo, matrimonio, mediocridad de la Iglesia, vitalismo nietzscheano). La voluntad es también así una novela de la España negra, mazorral y profunda, trabajada secularmente por el estoicismo y la tristeza, la de los Cristos sanguinolentos de Semana Santa, la que inspiró las pinturas negras de Goya, la que llevó al suicidio a Larra; una España que recuerda las danzas medievales de la muerte, especialmente en ese Madrid representado como una mezcla de pesadilla de El Bosco y fin de fiesta de zarzuela". GUILLERMO CARNERO

jueves, 12 de noviembre de 2009

Vivir para saber... - Alberto Oliart - España

Sin título

Vivir para saber que voy perdiendo
todo lo que guardaba.
Imposible parar. De nada sirve
volver atrás el ansia.
Nada podrá esperar. Todo concluye.



No todo el mundo sabe que Alberto Oliart, ex ministro de Industria y Energía, de Sanidad y Seguridad Social, de Defensa y flamante presidente de RTVE -de la que asegura no tener la más remota idea-, además de político es un muy estimable poeta encuadrado en la Generación del 50 junto a José Manuel Caballero Bonald, Ángel González, Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Claudio Rodríguez, Francisco Brines...

Para los amantes del chisme, decir también que
es abuelo de Carmela Juliana y de Rocío, frutos de la relación de su hija Isabel con Joaquín Sabina.

martes, 10 de noviembre de 2009

POESÍA DEL VINO/ 1 - Soneto del vino - Jorge Luis Borges - Argentina

Baco - Fresco romano del siglo II d.C.¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?

Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto

otrora lo cantaron el árabe y el persa.
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
Desde mucho antes de Noé, la Humanidad ha vivido fascinada por el vino, ese caldo destilado de la amable y dulce uva. Escritores y poetas se han hecho lenguas de sus virtudes. Este blog no podía ser menos, de modo que aquí comienza una nueva serie titulada -cómo no- Poesía del vino. Disfrútenla con moderación.


In Vino Veritas.
Plinio el Viejo


Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina.
Francisco de Quevedo y Villegas

Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.
Miguel de Cervantes Saavedra

Donde no hay vino no hay amor.
Eurípides

El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios.
Avicena

Ouh miña parra de albariñas uvas/
que a túa sombra me das.
Rosalía de Castro

El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida.
Hipócrates

El vino tórnase bueno cuando resultaba nuevo, duro y áspero, pero se sostiene aquel vino que ya en el lagar era agradable.
Séneca

Si los amantes del vino y del amor van al infierno..., vacío debe estar el paraíso.
Omar Khayyam

Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino.
Pío Baroja

Me basta/ 
con el vino dorado y viejo/ una manta con olor a invierno/ diecisiete almendras nuevas/ y tus manos…
Beatríz Mazliah

El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza.
José Ortega y Gasset

España, el bello país del vino y de las canciones.
Goethe

El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
Charles Baudelaire

Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
Francis Bacon

La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento.
Alejandro Dumas

A los gallegos nos gustan nuestros vinos. Quizás porque tienen más ganas de hablar que nosotros, o porque tienen un sabor fugitivo y, buscándoselo, rememoramos tiempos, lugares, amores, despedidas...
Álvaro Cunqueiro

Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices.
Alexander Fleming

Las gentes del Mediterráneo empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a cultivar el olivo y la vid.
Tucídides

Si quieres vivir mucho, guarda un poco de vino rancio y un amigo viejo.
Pitágoras de Samos

Podríamos seguir hasta el aburrimiento.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El novelista - The Beatles - Reino Unido


Paperback writer

Dear Sir or Madam, will you read my book?
It took me years to write, will you take a look?
It's based on a novel by a man named Lear
And I need a job, so I want to be a paperback writer,
Paperback writer.

It's the dirty story of a dirty man
And his clinging wife doesn't understand.
His son is working for the Daily Mail.
It's a steady job but he wants to be a paperback writer.
Paperback writer.

Paperback writer

It's a thousand pages, give or take a few,
I'll be writing more in a week or two.
I can make it longer if you like the style,
I can change it round and I want to be a paperback writer,
Paperback writer.

If you really like it you can have the rights,
It could make a million for you overnight.
If you must return it, you can send it here.
But I need a break and I want to be a paperback writer.
Paperback writer.

Paperback writer...
Este blog, por definición, está dedicado a la poesía. Hay -y habrá- poetas de distintas  nacionalidades y épocas, pero ocurre que se nos ha colado algún que otro novelista que jamás escribió un poema, al menos que se sepa. ¿Qué tiene de malo  que le dediquemos una canción?

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cosas que no se pueden encontrar en Internet - Javier Menéndez Llamazares - España

Internet SecurityA pesar de los motores de búsqueda
que procesan en milisegundos
millones de entradas,
por más brújulas con que navegues
es imposible dar
entre el oleaje del hipertexto
con algunas cosas elementales:
En Internet no hay
hojas de árbol puestas a secar
entre las páginas web.
No hay párrafos subrayados
ni anotaciones a mano
Nunca se quedan migas de galletas
ni arena de la playa
entre las hojas.
No se puede usar como marcapáginas
una factura del banco.
En Internet el viento nunca
te desbarata los folios y los hace volar
como una bandada de palomas,
Tampoco llueve nunca
en las tardes tristes.
Internet no te echa de menos
ni te pasa la mano por el hombro
cuando quiere engatusarte.
En Internet no hay
duelos a muerte
al ponerse el sol
ni nadie que te espere
a la salida de clase.
Internet no tiene
sabor a fresa
ni barquilleros
en las esquinas.
Internet nunca olvida tu cumpleaños,
pero no tiene habitaciones
con derecho a desayuno
y en toda la red mundial
es imposible emborracharse.
Pero, sobre todo, no hay web
ni chat ni blog ni foro
ni dominio
en el que pueda encontrarte
porque te escondes detrás
de nicks, de falsos nombres
que te sirven de máscara
para que no pueda reconocerte
y a través de la red
no hay abrazos
ni sonrisas (sinceras)
y es muy difícil
ver tus ojos y sentir
el leve temblor
de un beso.
Porque Internet no es más que
varios trillones de unos y
varios trillones de ceros,
una enorme mentira que no tiene
ni un centímetro
de piel.

domingo, 1 de noviembre de 2009

QUIJOTESCAS/4 - Delirio del Quijote - Cira Andrés - Cuba

Don Quijote - Daniel RuizNo eran de viento los molinos, Sancho,
sino de tiempo.
Ha sido desigual la pelea, tan difícil.
Las aspas giraban hacia arriba, indiferentes,
y yo minúsculo abajo, en su sombra.
Eran de tiempo, Sancho, grandes
conos erguidos y en la cima un remolino indescrifrable.
Hubiera podido ganar la batalla
pero equivoqué las armas
y ahora me hundo.
Déjame ver tu cara
que perderé también, y arriba
busca sólo el sol,
porque no hay molinos de viento,
Sancho.

viernes, 30 de octubre de 2009

Pijamas y aeropuertos - Ismail Kadare - Albania

Banksy
Zumbando se posan las moscas
sobre las listas de los pijamas,
y los aviones, con estruendo,
sobre las pistas de los aeropuertos...
No me abandones jamás, vasto mundo.
¡Jamás tus puertas me cierres!

Hay amores pequeños,
primeros amores (nº 1),
devaneos
que zumban en la memoria como moscas,
que preparan chocolate,
que lavan camisetas;
hay amores grandes, libres como el viento,
desperdigados al azar por todo el mundo,
que no saben dónde estamos,
que dónde se encuentran no sabemos.

El amor pequeño reclama la devolución de fotografías;
a los grandes amores se los lleva el viento en los andenes;
son sus sollozos semejantes a sirenas,
a las sirenas resonantes de las separaciones.

¡No me abandones jamás, vasto mundo!
¡Sobre las listas de mis pijamas
sigan descendiendo los aviones!

Que en la cuerda de mi ventana cuelguen,
agitadas por el viento,
las camisetas de las nubes;
que se instale el sol
en el casquillo de mi lámpara de noche.
Versión de Ramón Sánchez Lizarralde

Monólogo - Ismail Kadare - Albania

Max ErnstEn la noche glacial intenté encender un fuego,
pero la noche era fría, oh, qué negra y desolada.
Y así, para mantener el fuego vivo en tal rigor
algo más siempre era preciso con que lo alimentara.
Así como el monje vagabundo que reúne leña en las tinieblas,
arrojaba yo en aquel fuego mis miembros sin descanso,
mas como no fueran suficientes, después de ellos
a las llamas comencé a entregar jirones de mi alma.

Pues otro modo no existía, no, imposible que lo hubiera,
pues preciso era que alguien sostuviera aquella llama.
A la delirante luz que sólo el oleoso pábilo procura,
brillaban en derredor amenazantes figuras, y temblaban.
Tal vez las vierais, algo distinguisteis acaso,
en torno a mí la noche de tinieblas y de lobos se poblaba.
Pues todos sofocar pretendían aquel fuego,
unos por maldad, tantos por ignorancia.

Otros en lo alto de colinas bañadas por el sol,
sus hogueras avivaban y reían con desprecio,
incapaces de entender lo que aquí dentro sucedía,
cuánto esfuerzo requiere una llama nacida en la negrura.
Cansado, alguna vez llegué a pensar: dejaré que se extinga.
Ya que me repudian, caiga de una vez la noche eterna.
Mis ciegos ojos quedarán tal vez de esa manera
en la oscuridad completa sin que nadie los perturbe.

Mas de nuevo algo me empujaba a alzarme cual sonámbulo,
como el monje desolado que reúne leña en las tinieblas,
y sobre el fuego a arrojar mis miembros congelados,
y los jirones uno a uno arrojarle de mi alma.
Versión de Ramón Sánchez Lizarralde


Cuando entre mi país y España no iba ni venía nadie, un caballero solitario, despreciando las leyes del mundo, cruzaba cuantas veces se le antojaba la frontera infranqueable. Ya imaginaréis a quien me refiero: a Don Quijote... Fue el único al que no consiguió detener aquel régimen comunista, para el que la cosa más fácil del mundo era precisamente detener, prohibir.

Don Quijote, ya como libro ya como personaje vivo, era tan popular en Albania como si lo hubiera engendrado ella misma... [Don Quijote] traspasaba la frontera albanesa porque era, entre otras cosas, independiente.


Cuando un escritor albanés, por una obra escrita principalmente en un territorio y un tiempo comunistas, recoge un premio de un reino occidental sucede porque la literatura es, por su propia naturaleza, independiente.

Una vez aceptamos que el de la literatura y las artes es un mundo paralelo, referencial, hemos admitido también que es un mundo rival, y, en consecuencia, habremos de admitir que entre esos dos mundos, el de la vida y el del arte, habrá conflicto.

Los escritores estamos convencidos de que el arte no alzará nunca la bandera de la capitulación.


En ningún caso la literatura y el arte atacan al mundo real con intención de dañarlo, sino que, por el contrario, pugnan por tornarlo más bello, más habitable.


Todo esto, y mucho más, dijo Ismail Kadare en la concesión de los premios Príncipe de Asturias 2009. Kadare, Premio de las Letras, fue el encargado de leer el discurso de agradecimiento en nombre de los galardonados. Lo hizo en su idioma materno.

martes, 27 de octubre de 2009

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos - Cesare Pavese - Italia

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos - Iván Sanjuas
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Cosí li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.
Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.
~~~~~~

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre tí misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.
Versión de Carlos José i Solsora

jueves, 22 de octubre de 2009

Pío Muriedas, el último juglar - Varios - España

Pío MuriedasPío Fernández "Cueto" Muriedas, Pío Muriedas, es uno de los personajes más singulares que uno ha tenido el privilegio de conocer.
Nacido en Santander en 1903, toda su vida fue un bohemio a la antigua usanza. Hijo de un barrendero y portero de teatro y de una cigarrera, analfabetos ambos, escribe Pío en sus "Memorias": "no ha existido nunca ejecutoria de nobleza, pero sí una vieja tradición de vagabundos y heterodoxos".
Trabajó de niño en una tienda de confecciones y en la construcción haciendo escaleras. Enseguida se dedicó al teatro, pasando por todos los oficios de la farándula: desde aprendiz de carpintero a comparsa del Salón Pradera, tramoyista del Teatro Pereda y actor en las compañías de Margarita Xirgu, Enrique Borrás, Gómez Ferrer y Guillermo Roura.
En 1927 funda su propia compañía junto con el actor chileno Horacio Socias, aunque su profesión definitiva será la de actor-recitador, una especie de juglar del siglo XX. Da el salto a Madrid para actuar en el Ateneo -siendo entonces presidente don Ramón María del Valle Inclán-, en el Círculo de Bellas Artes, de la mano de Alberto Insúa y en la Universidad, presentado por Dámaso Alonso. Los teatros Español, María Guerrero, Eslava y Real lo incluyen como intérprete en sus carteles.
Es en esta época cuando conoce a los principales escritores y artistas del momento: Antonio Machado, Miguel Hernández, Pío Baroja, García Lorca, Rafael Alberti, Salvador Dalí... Pío es el primero que da a conocer por los pueblos de España a Gerardo Diego, Blas de Otero y Miguel Labordeta.
Pío Muriedas - Laxeiro
Trató a Lorca durante las actuaciones de "La Barraca" en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Lorca le encargó, en 1935, la organización de la última representación de La Barraca, con la puesta en escena de Fuenteovejuna.
Durante la guerra civil es nombrado Secretario General de Santander de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios al Servicio de la República y actúa en frentes, cuarteles y fábricas recitando poemas de Alberti, Lorca, Pla y Beltrán, León Felipe, Miguel Hernández y José Bergamín.
Al término de la guerra se exilia en Francia, y allí es confinado en un campo de concentración. Al no tener delitos de sangre, regresa a España y es sometido a un Consejo de Guerra que le condena a muerte, de la que se libra gracias a la intervención de José María Pemán.
Al salir de la cárcel es obligado a abandonar el nombre con el que actuó artísticamente durante la República y adopta el de Pío Fernández Cueto, hasta que, como escribió Camilo José Cela, "La zurra pasó y el Pío/ Fernández Cueto volvió/ a ser Pío Muriedas:/ sufridor, cantor, pintor".
Así van transcurriendo los años, de ciudad en ciudad y de destierro en destierro, pasando hambres y enfermedades, hasta que en los años 60 le llega el reconocimiento "oficial". Manuel Fraga Iribarne -que habrá sido lo que haya sido, pero nunca tonto- le incorpora a las tareas del Ministerio de Información y Turismo para que lleve de pueblo en pueblo la voz de los poetas. En cada lugar que visita ofrece recitales y representa piezas cortas de teatro.
Mientras, sus amigos poetas y escritores -que son todos- siguen preocupándose por él y hasta llegan a solicitar en el programa de la SER "Ustedes son formidables" una ayuda material de los oyentes para el bueno de Pío...
Dibujo de Joan Miró dedicado a Pío Muriedas
Siempre sin un duro, a sus 80 años seguía con su oficio de juglar como único medio de vida. Quien firma este blog lo conoció y trató, gracias al pintor Helio Gógar, en el Santander de los años 80, cuando se dejaba caer por algún café del Paseo Pereda, siempre atildado y elegante, con su sombrero borsalino y su largo abrigo de excelente paño, y siempre recordando a la sufrida compañera y musa, María Luisa Gochi, cuya muerte le hizo perder un poco las ganas de vivir. Era un auténtico placer oirle hablar de sus amigos poetas de la Generación del 27, aunque a algunos de ellos, por ejemplo a Rafael Alberti, los ponía como hoja de perejil, vaya a saber por qué.
Contaba orgulloso que los ahorros de su vida los había invertido en una parcela soleada en el cementerio de Ciriego. "Espero ser un buen muerto", decía. Allí descansa, efectivamente, desde su fallecimiento en 1992.
Dedicatoria de Pío Muriedas al responsable de este blog, en un librito que contiene alguno de los poemas que sus amigos poetas le fueron dedicando y otros de su propia cosecha dedicados a María Luisa
En el año 82 su ciudad natal le dedicó -porque él así lo quiso- una farola con su nombre y un poema de Vicente Aleixandre en la Plaza de Numancia.
Como escribe Benito Madariaga, cronista oficial de la ciudad de Santander, dejó "alguna deuda, varios cuadros vendidos a sus amigos y los siguientes escritos: 'Poemas de María Luisa Gochi y versos a Pío Muriedas'; 'Aquí queda esto'; 'El autor' (farsa dramática en dos actos, y dos volúmenes) y 'Memorias de un vagabundo de la poesía', que, si algún día se publican, volverá a estallar la guerra civil".


EL MEJOR EN ESTO DE LA TRADICIÓN
a Pío

¿El mejor en esto de la tradición?
Ya la señora estaba agonizando.
Su confesor la ayuda a bien morir.
Debe estar muy tranquila.
Nuestro Señor con los brazos abiertos
La acogerá en su gloria.
¿Temores? No hay motivo.

Por fin
Dijo la vocecilla moribunda:
-Sí, sí, pero como en casa... en ninguna parte.

Jorge Guillén


LAS VOCES
a Pío Muriedas

Voz que canta,
cantará
En la vida
voz que va.
Voz que viene,
oh claridad.
Voz que calla:
sólo el mar.
Voz de fuego,
oh oscuridad.
Voz de nieve,
blanca ya.
Voz de plumas,
pío, pa.
En los aires
vuelve y vase,
y aquí está.

Vicente Aleixandre


A PIO MURIEDAS

PI-O
FER-NAN-DEZ
MU-RIE-DAS.
PI-O FER-NAN-DEZ MU-RIE-DAS.
A Pío Fernández Muriedas.
¡Ah!... Pío Fernández Muriedas.
Desde este siglo de las luces
2.000 farolas te contemplan.
Desde este contemplan
2.000 siglos te farolan.
Desde este farolan
2.000 contemplas te siglan
2.000 farolas te lucen.
Desde este Pío de las luces
todas las farolas se hacen cruces.
Pío, te contemplan
Fernández, te siglan
Muriedas, te farolan.
Pío, te muriedan los siglos.
Pío, te farolan las Muriedas.
Pío Fernández Muriedas,
desde esta luz de los siglos
¡Pío Farolas Muriedas!

Antonio Montesino

Pío Muriedas delante de la farola que el Ayuntamiento de Santander le dedicó en 1982 en la Plaza de Numancia


OFRECIMIENTO DE LA FAROLA DE PIO MURIEDAS
Poema leído al pie de la farola de Pío Muriedas la noche del 30 de enero de 1982






Señoras y caballeros
poetas malditos
compañeros
infame turba
pertubadora
de doradas costumbres

Arboles de la Alameda
unos altos y otros bajos
pajaritos y pajarracos
que revoloteáis
por arriba y por abajo
Esta que veis aquí
casta farola
me acaba de confesar
que no se siente ultrajada
por una buena meada
que está dispuesta a aguantar
de Pío la rociada.
¡Oh, Pío!
Faro
Farol
Farolero
Farándula
Farandulero
¡Pío, Pío, Pío, Pío!
lanza un ki-ki-ri-kí
gallito del gallinero.

Isaac Manuel Cuende


ALELLUIA

Pío
(el pájaro está herido)
Fernández
(el pájaro hecha sangre)
Cueto
(el pájaro está muerto)
Pío
Fernández
Cueto
¡Oh pájaro resurrecto!

Blas de Otero


A PIO MURIEDAS
Poema que figura en la farola dedicada a Pío Muriedas

Una voz se escucha,
voz de voces vivas
sobre el haz de España.

Pío, no "felice"
pisando la estepa
con desnuda planta,
ganando los montes,
dejando atrás puertos,
corriendo cañadas,
gris el pelo, enhiesto
su perfil maduro
de aquilina gárgola.

Oh, Pío Fernández,
Fernández rupestre
por las tierras áridas.
Por las tierras duras,
por las tierras secas,
por las tierras bastas.

Oh, voz de las voces
sobre el haz de España.

Vicente Aleixandre


A PIO MURIEDAS
(Cantor errante)

¡Ya te marchaste, amigo!
Te vas por los caminos,
te vas con tus secretos,
pero yo no te olvido.
¡Te han llevado las locas
voces del delirio
y en ti viven -alzados-
mis poetas amigos!
¡Cómo canta, si tiemblas,
la voz de Federico!
¡Cómo canta la tierra!
¡Cómo canta tu sino!
Uno muere por nada
(la belleza es testigo).
Sólo una cosa paga:
El ser uno sí mismo.
Y cantando y cantando
vas por los caminos.
La poesía -ciego-
es tu lazarillo.

Gabriel Celaya


Saludo en Pío Muriedas a un restaurador del arte de los antiguos juglares, creyendo que la poesía más se ha de percibir por el oído que por la vista.

Pío Muriedas, juglar
de nuevo arte y nuevas mañas,
aquestas viejas fazañas
hagan que tu buen cantar
cale en todas las Españas

Ramón Menéndez Pidal

Pienso en cincuenta Píos Muriedas regando con nuestra mejor poesía toda nuestra tierra española. Con Pío Muriedas, la poesía vive y se difunde y penetra. (Dámaso Alonso)

Ya quedan pocos como tú, Pío. Pocos artistas verdaderos que digan: Aquí está la poesía, y aquí el camino. Pues bien, yo caminaré con ella. Vamos a necesitar muchos como tú, Pío. (Antonio Buero Vallejo)

Pío Muriedas, señor del verso. (Miguel Ángel Asturias)

Gran intérprete. (Federico García Lorca)

Recitante de capa, daga, camino y mesón. (Ramón María del Valle-Inclán)

Pío es, sobre todas las cosas, un hombre bueno y actor sin aplique burgués. (César Vallejo)

Gran romero de la poesía. (León Felipe)

La poesía se hace metafísica en su voz. (Vicente Aleixandre)

El día 12 de Noviembre será presentado en Santander el libro Aventuras y desventuras de un trotamundos de la poesía de Benito Madariaga, un homenaje al irrepetible recitador, poeta y actor Pío Fernández Muriedas, Pío Muriedas.

martes, 20 de octubre de 2009

QUIJOTESCAS/3 - Letanía de nuestro señor Don Quijote - Rubén Darío - Nicaragua

Don Quijote
A Navarro Ledesma
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, ¡salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!

¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!

Escucha, divino Rolando del sueño,
a un enamorado de tu Clavileño,
y cuyo Pegaso relincha hacia ti;
escucha los versos de estas letanías,
hechas con las cosas de todos los días
y con otras que en lo misterioso vi.

¡Ruega por nosotros, hambrientos de vida,
con el alma a tientas, con la fe perdida,
llenos de congojas y faltos de sol,
por advenedizas almas de manga ancha,
que ridiculizan el ser de la Mancha,
el ser generoso y el ser español!

¡Ruega por nosotros, que necesitamos
las mágicas rosas, los sublimes ramos
de laurel! Pro nobis ora, gran señor.
(Tiemblan las florestas de laurel del mundo,
y antes que tu hermano vago, Segismundo,
el pálido Hamlet te ofrece una flor.)

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos,
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!

viernes, 16 de octubre de 2009

La voz arrasadora - Cintio Vitier - Cuba

Contemplación - Verónica BascuñánEsta es la voz de un contemplativo, no de un hombre de acción.
Ambas razas, las únicas que realmente existen, se miran con recelo.
Es verdad que ha habido gloriosas excepciones, aunque bien mirados los rostros, bien oídas las voces,
la sagrada diferencia se mantiene, y aún se torna trágica.
Pero el contemplativo entiende y muchas veces ama el rayo de la acción. Casi nunca lo contrario ocurre.
Esta es la voz absorta de un oscuro, de un oculto, que ha tenido peregrinas ambiciones.
Enumerarlas sería realizar un inventario del delirio.
Baste decir que ha querido romper los límites del fuego en las palabras
y ha vuelto al círculo del hogar con un puñado de cenizas.
No, sin duda no lo comprenderéis, salvo los que sois del indecible oficio.
Se entiende a un pescador, a un viajante, a un maestro, a un asesino.
Estos hombres se alimentan de lo que hacen; hasta sus sueños y sus fantasmagorías son quehaceres, hechos.
¿Cómo entender a uno que no ha poseído nunca nada; que no ha tocado una cosa desnuda de alusión;
que sólo vive y muere en el mundo de lo otro, en el inalcanzable reino de las transposiciones:
a uno que, de pronto, necesita escribir, como se necesita la comida o la mujer?
Su suerte es dura, extraña, también irrenunciable. Y sin embargo, o por lo mismo, ya no me preguntéis,
cada vez que oye la voz arrasadora de la vida, arroja su fantástico tesoro
y sale cantando y llorando y resplandeciendo, y va silencioso a ocupar el puesto que le asignan.

El Desposeído - Cintio Vitier - Cuba

Sin título - René MagritteNo son mías las palabras ni las cosas.
Ellas tienen sus fiestas, sus asuntos
que a mí no me conciernen,
espero sus señales como el fuego
que está en mis ojos con oscura indiferencia.

No son míos el tiempo ni el espacio
(ni mucho menos la materia).

Ellos entran y salen como pájaros
por las ventanas sin puertas de mi casa.

Alguien habla detrás de esta pared.

Si cruzara, sería en la otra estancia:
el que habla soy yo, pero no entiendo.

Tal vez mi vida es una hipótesis
que alguno se cansó de imaginar,
un cuento interrumpido para siempre.

Estoy solo escuchando esos fantasmas
que en el crepúsculo vienen a mirarme
con ansia de que yo los incorpore:
¿querría usted negar, sufrir, envanecerse?
No es mía, les respondo, la mirada,
negar sería espléndido, sufrir, interminable,
esas hazañas no me pertenecen.

Pero de pronto no puedo disuadirlos,
porque no oigo ya mi soledad
y estoy lleno, saciado, como el aire,
de mi propio vacío resonante.

Y continúo diciéndome lo mismo, que no tengo
ninguna idea de quién soy,
dónde vivo, ni cuándo, ni por qué.

Alguien habla sin fin en la otra estancia.
Nada me sirve entonces. No estoy solo.
Estas palabras quedan afuera, incomprensibles,
como los guijarros de la playa.

domingo, 11 de octubre de 2009

El hombre de gris - Juan Carlos Mestre - España

Agua tinta de Juan Carlos MestreEste es el poema en el que existe un hombre sentado, un hombre que está vestido de gris, que viaja a visitar a otro hombre que ni siquiera conoce, a un hombre que también ha tomado el tranvía y viaja a su encuentro y que va pensando lo mismo que el otro hombre de gris.

Este es el poema donde existen dos hombres sentados, los dos han amado, los dos han sufrido, los dos han tomado el tranvía, se ignoran, no saben que ambos viajan al encuentro de un hombre vestido de gris.

Este es el poema donde existen tres hombres sentados, tres hombres que hablan de un hombre que habrá de venir, un hombre que vestido de gris estará esperando el tranvía sentado en un banco no muy lejos de aquí.

Este es el poema en que cuatro hombres sentados se miran, pero ninguno se atreve a pronunciar la palabra, la misma palabra que está ardiendo en sus labios desde el instante preciso en que cada uno de ellos se decidiera a venir.

Esperan, aguardan a un hombre que aún no ha tomado el tranvía, un hombre que está abriendo el armario y saca su traje y se ve en el espejo vestido de gris.

Antepasados - Juan Carlos Mestre - España

Acuarela de Juan Carlos MestreMis antepasados inventaron la Vía Láctea,
dieron a esa intemperie el nombre de la necesidad,
al hambre le llamaron muralla del hambre,
a la pobreza le pusieron el nombre de todo lo que no es extraño a la pobreza.
Poco es lo que puede hacer un hombre con el pensamiento del hambre,
apenas dibujar un pez en el polvo de los caminos,
apenas atravesar el mar en una cruz de palo.

Mis antepasados cruzaron el mar sobre una cruz de palo,
pero no pidieron audiencia,
así que vagaron por los legajos
como los erizos y los lagartos vagan por los senderos de las aldeas.

Y llegaron a los arenales,
en los arenales la tierra es brillante como escamas de pez,
la vida en los arenales sólo tiene largos días de lluvia y luego largos días de viento.

Poco es lo que puede hacer un hombre que solo ha tenido en la vida estas cosas,
apenas quedarse dormido recostado en el pensamiento del hambre
mientras oye la conversación de los gorriones en el granero,
apenas sembrar leña de flor en la sábana de los huertos,
andar descalzo sobre la tierra brillante
y no enterrar en ella a sus hijos.

Mis antepasados inventaron la Vía Láctea,
dieron a esa intemperie el nombre de la necesidad,
atravesaron el mar sobre una cruz de palo.
Entonces pusieron nombre al hambre para que el amo del hambre
se llamara dueño de la casa del hambre
y vagaron por los caminos
como los erizos y los lagartos vagan por los senderos de las aldeas.

Poco es lo que puede hacer un hombre con las migas de la piedad,
comer pan mojado los días de lluvia a los que luego seguirán largos días de viento
y hablar de la necesidad,
hablar de la necesidad como se habla en las aldeas
de todas las cosas pequeñas que se pueden envolver con cuidado en un pañuelo.


"Los premios carecen de importancia, sobre todo cuando pienso en tantos amigos cuya obra está a años luz de la propia y que se han ido al paraíso de la utopía sin reconocimientos, como José Miguel Ullán, Rafael Estrada o Antonio Pereira, por citar solo a algunos. "Es lo que acaba de decir Juan Carlos Mestre, flamante ganador del Premio Nacional de Poesía 2008, otorgado por El Ministerio de Cultura, por su poemario La casa roja.

Mestre, autor de La poesía ha caído en desgracia, con el que obtuvo en 1992 el premio Jaime Gil de Biedma, y de La tumba de Keats, premio Jaén de poesía, ha señalado también que "los premios son fruto de la generosidad o de la equivocación". Es demasiado modesto.

Considerado un artista global por el poeta Antonio Gamoneda, el nuevo Premio Nacional de Poesía también ha acompañado con sus grabados poemas del propio Gamoneda, así como de Diego Valverde, de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, de Gonzalo Rojas o de Jorge Riechmann, entre otros.

Su colaboración con otros creadores y músicos como Amancio Prada, Luis Delgado o José Zárate, ha sido recogida en varias grabaciones discográficas y de esa colaboración han surgido libros como Piedra de Alma, con José María Parreño; Crónica de amor de una muchacha albina, con Rafael Pérez Estrada; Emboscados, con Amancio Prada; Bestiario apócrifo, con Álvaro Delgado; Enea y los gatos, con Javier Fernández de Molina; El Adepto, con Bruno Ceccobelli, y Arde la oscuridad, con Alfredo Erias.

El jurado que ha fallado el premio estuvo presidido por el director general del Libro, Rogelio Blanco, e integrado por Darío Xohan Cabana, Sebastián García Trujillo, Alex Susanna, Jose Carlos Quiroga, Dionisia García Sánchez, Teresa Sanz y Elena Medel, además de Joan Margarit y Olvido García Valdés, autores galardonados en la dos últimas ediciones.